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-¡Ahwaeee! -pudo escuchar un grito de reclamo junto a unas risas que provenían de la habitación de Chen, mientras él pasaba por el pasillo y rodaba los ojos por milésima vez en el día.

Nuevamente cerró la puerta detrás de él y se lanzó a su cama a patalear, pero unos segundos después sintió que alguien entraba en su pieza y se sentaba en el borde de donde estaba acostado.

-Sehunnie bonito -le dijo una voz que de inmediato pudo reconocer como la de JunMyeon, acariciando su cabello-. ¿Cómo te sientes?

El bebé de EXO se relajó ante las caricias de su hyung y sonrió, para luego darse vuelta hacia él.

-Creo que bien, Suho hyung, ¿por qué preguntas? -trató de disimular todo su disgusto en relación a la situación y sonrió.

-Creo que estás un poco raro, ¿es por JongDae?

¡Por fin alguien que lo entendía! Sí, estaba odiando en esos momentos a JongDae porque le estaba robando toda la atención que merecía y quería toda para él, pero que ahora nadie le daba.

-...¿estás preocupado por él?

Ugh, de nuevo con eso, ¡no! ¡No estaba preocupado por él!, tan sólo quería que volvieran sus caricias en el cabello, sus abrazos apretados y sus besitos en las mejillas, ¡pero todos estaban más ocupados con el de sonrisa felina que con el menor! Se supone que si eres menor te llenan de amor, pero eso no es lo que estaba pasando últimamente.

-Sí, hyung, espero que se recupere pronto -se dio vuelta hacia el otro lado para no verle más la cara a su mayor.

-Eso es muy tierno de tu parte, Sehunnie. Pronto él estará mejor -SeHun no podía ver su rostro, pero por su tono de voz podía deducir que estaba sonriendo. Entonces sintió que su cama rechinaba al tener un peso menos encima y que JunMyeon dejaba un beso en su cabeza-. Pronto lo tendrás dándote abrazos y besos -rió y el menor se encogió en la posición en la que estaba mientras sus mejillas adoptaban un color rojo. Después los pasos del líder del grupo se dirigieron hacia la puerta y salió del lugar, riendo levemente.

¡Suho hyung estaba totalmente equivocado! SeHun no quería a Chen dándole cariño, él quería a todos sus mayores dándole atención, no sólo al de linda sonrisa.

Aún así, y con un rojo vivo en las mejillas, durmió plenamente sobre su cama, recordando que mañana sería un largo día.

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