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-Chennie~ -BaekHyun sonrió mientras rodeaba en un abrazo al nombrado. El menor del grupo se contuvo de rodar los ojos-. ¿Te sientes mejor?

-Sí, BaekHyunnie -correspondió a su sonrisa con una que parecía la de un felino-. Mucho mejor, pero... creo que quizá necesitaré un poco más de descanso, no creo poder ir a la práctica de mañana -puchereó.

«Hum, al menos mañana tendré la atención de mis hyungs en la práctica», pensó SeHun, sintiéndose un poco más animado.

-SeHunnie, ¿podrías quedarte a cuidar a Chen mañana? -preguntó una voz a su lado, Suho hyung.

La alegría no le había durado para nada. A estas alturas, el menor ya quería gritar y maldecir a los cuatro vientos, pero nuevamente se contuvo para no formar un escándalo y hacer creer a los mayores que era un mal niño, porque SeHun podía ser de todo menos eso.

-Claro, hyung -accedió el Oh, resignado, ¿qué más podía hacer? ¿negarse? Eso no estaba dentro de sus opciones.

-Perfecto, muchas gracias SeHunnie -el líder de EXO acarició su cabello mientras le sonreía felizmente por tener a un dongsaeng tan bueno, agradecía a los dioses por tenerlo a él para ayudarlo siempre que lo necesitaba.

-Hoy me toca cuidar a JongDae -Kris entró en la habitación bajo los ojos curiosos de todos, tomando al chico de pómulos marcados entre sus brazos-. Vamos, Chen.

El mencionado asintió mientras se aferraba al cuello del más alto del grupo y observaba que Tao los seguía.

-¡Yo te ayudaré! -exclamó el chico panda, sonriendo entusiasmado, dirigiéndose detrás del rapero a la recámara del chico enfermo.

-Seguramente Tao querrá jugar a que Chen es su hijo y de Kris -se carcajeó BaekHyun, un poco molesto porque habían quitado a su Chennie de sus brazos.

-Sí, seguro... -susurró el menor, cruzado de brazos ante la actitud de todos en el lugar, ¡odiaba que ya no lo mimaran como lo hacían con JongDae! Es más, hasta estaba empezando a odiar a su JongDae hyung.

¿Desde cuándo pasó de ser el que le regalaba más atención a SeHun a ser el que le había robado toda la atención?

Odiaba la situación, odiaba a JongDae, odiaba a sus hyungs, odiaba todo.

Aún con los brazos cruzados y el ceño fruncido, se dirigió a la cocina a buscar una Bubble Tea, pero recordó que Chen había tomado la última que le quedaba ayer y dio vuelta para regresar a su habitación, donde había pasado la mayor parte del tiempo encerrado esos últimos días.

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