JIMIN

Hoy... exactamente hoy se cumplen dos años de mi matrimonio, un aniversario por el cual lamentablemente no me gustaría pasar, no puedo decir que el resto de las semanas y los meses que he pasado con Jeon Chunjin sean malos, no, nunca lo han sido, o eso creo.

Me case en un día lluvioso, en un registro civil, seguramente fue la ansiedad de pasar toda mi vida con una persona a la que siempre he querido, quizás fue la presión que ejerció en mi la sociedad, mi madre siempre me lo dijo, serás infeliz con él. Pero por supuesto no hice caso a sus palabras.

Y no me siento infeliz, me siento completo, Chunjin siempre está allí sonriéndome, hablando de su trabajo, prestándome atención, pero... algo estaba cambiando un poco con él, sus llegadas a casa eran cada vez más escasas, el pretexto siempre era su trabajo, siempre lo ha sido, y hoy seguramente ese sería el pretexto de este día, segundo año viviendo como pareja casada, ¿él lo recordará?

Relamí mis labios para después soltar un suspiro, deje de picar la cebolla, debo preparar algo especial, es un día que seguramente será inolvidable, y siempre debió ser así, volví a colocar fuerza en la empuñadura del cuchillo para iniciar de nuevo y cortar la cebolla finamente, a él no le gustan los trozos grandes, los detesta.

—Buenos días —mire por la entrada de la cocina y allí estaba él, su cabello peinado para atrás, y ese traje que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, a comparación conmigo, que seguía utilizando sudaderas grandes y pantalones de mezclilla—, ¿preparando el almuerzo?

—Buenos días —conteste a su saludo para después sonreír—, preparo arroz frito, ¿quieres esperar?

Él me regalo una sonrisa como respuesta, siempre espera a que termine de cocinar, nunca se va antes, despierta temprano para hablar conmigo, una rutina de la que no estoy cansado, aunque me encantaría que viniese a cenar conmigo en lugar de concentrarse tanto en su trabajo.

—Trabajas demasiado —comento, escuche sus pasos acercarse hasta mí, y detenerse detrás de mí, sus manos fueron a dar a mis hombros, y fueron bajando hasta quedar en mi cintura, en donde las dejo—, feliz aniversario —susurro, al menos no lo había olvidado.

Deje el cuchillo sobre la mesa y me gire sacudiendo un poco mi cabeza para apartar algunos cabellos rebeldes sobre mi rostro, me encontré con su semblante, una media sonrisa y sus ojos concentrados en mirar mis labios.

—¿Qué te gustaría hacer para celebrar? —pregunte mientras mis manos se aferraban a querer abrazarlo por detrás de su cuello, él es más alto que yo, casi mide un metro con noventa centímetros, envidio su altura, pero él me dice que mi estatura es mucho mejor que la suya, siempre dice lo mismo.

—¿Te parece si esta vez celebramos aquí? —junto su frente con la mía, agachándose un poco para estar con nuestros rostros a una corta distancia.

—Pensé que te gustaría salir, siempre te gusta ir a otro lugar —dije—, además mencionaste que me llevarías a un lugar más especial para este aniversario —mostré mi labio inferior y parpadee un par de veces, él sonrió ante mis expresiones.

—Sé lo que prometí —apretó sus labios formando una fina línea recta—, pero —dejo que sus manos abandonaran mi cintura para después llevarlas a las mías que lo rodeaban por el cuello y apartarlas, seguía tomando mis muñecas, fruncí levemente el ceño, ¿por qué me aparta? No entendía sus razones—, es mejor que comamos algo aquí, Jimin.

Parpadee un par de veces confundido.

—¿Pasa algo? —pregunte, estaba totalmente intrigado por sus acciones, apretó mis muñecas levemente como tratando de tranquilizar a mi curiosidad, pero eso sólo causaba que estuviera más en mi cuerpo.

—Nada, no pasa nada —y sonrió, como si con una sonrisa hiciera que mi mundo se calmase, y lo hacía, no podía negarlo—, ordenaremos comida, veremos películas, un aniversario tranquilo ¿bien?

Me miro directamente a los ojos, esperando a que yo aprobase aquella petición, trague saliva, no esperaba que fuese de ese modo, pero, ¿estaría bien? El anterior aniversario me llevo de paseo a las playas de Busan, fue una semana memorable, llena de deliciosa comida, muchas fotografías, y una sesión de sexo que me encanto, pero ¿por qué sentía ahora que no podía confiar en sus palabras? Aquella petición hacia que mi estómago se retorciera.

—Bien —termine por aprobar la propuesta, él me dedico otra sonrisa y llevo mis manos a sus labios para depositar un beso.

—Es excelente, cariño —y entonces me soltó—, me tengo que ir, perdón por no desayunar contigo —deposito un rápido beso en mi frente y sin siquiera esperar mi respuesta, él siguió su camino para después apartarse de mi vista cuando cruzo por completo la cocina.

¿Cuántas veces he desayunado solo? Esta era la décima vez que me hacía lo mismo, durante ya siete meses lleva teniendo una rutina extraña, ¿qué es lo que le pasa? No lo entiendo, pero quizás estaba volviéndome un total exagerado.

—Él tiene trabajo importante por hacer, Jimin... no debes preocupar —me consolé a mí mismo, y me abracé, solté un suspiro, comeré solo de nuevo.

Solamente espero que llegue temprano para celebrar nuestro aniversario de bodas.