Era un día soleado en Galar. El cielo estaba despejado y los Pokémon pájaro cantaban alegremente.

Aquel día, Berto, Roxy, Paul, Zigo y Valerian estaban en la puerta del parque de atracciones de Ciudad Puntera.

—¡Decid, patata!

Valerian acababa de echar una foto a todos juntos para subirla a su PokéGram. En la foto, Zigo había salido movido, pero era parte de su encanto. Él nunca se estaba quieto.

—¿A dónde queréis ir primero?—preguntó Valerian mirando el mapa que había en la entrada.

—¡Yo quiero las tazas giratorias!—chilló Zigo.

—¡Cállate animal, no me grites a oído!—le reclamó Berto.

—A mi me gustaría ver los restaurantes—dijo Paul—, dicen que hacen unas comidas bastante dignas para ser un parque de atracciones.

—¿Y si vamos a la montaña rusa?—preguntó Zigo.

—¿Tú no decías las tazas?—preguntó Berto.

—¿A caso te da miedo?—Zigo le miró con sus afilados ojos azules y a Berto se le hinchó una vena en la sien.

—¡Claro que no! ¿A caso a ti sí?

Valerian echó una última ojeada al mapa.

—Vamos primero a las tazas, es lo que está más cerca. Sólo hay que ir desde esta plaza a la derecha.

Los cinco fueron en esa dirección y se pusieron a esperar en la fila.

Berto y Zigo se pelaban por ver quién iba delante, pero al final Roxy se puso al frente para que se quedasen en paz.

Cuándo les llegó el turno se subieron todos a una taza con forma de sinistea shiny.

—¡Os vais a cagar, mirad todo lo rápido que puedo hacer girar este trasto!—exclamó el Zoroark una vez la atracción se puso en marcha.

Zigo empezó a girar bastante rápido el volante que hacía girar la taza.

Paul se agarró al borde y Berto a Valerian por instinto, pues era quien tenía a la derecha. Zigo se percató de ellos y empezó a girar más rápido, rabioso por qué ese chico de cabeza de wooloo que odiaba tanto se agarrase a su entrenadora.

—¡¿A eso llamas ir rápido?!—le gritó Berto.

—¡Calla, que tú estás cogido a Valerian como buen cobarde que eres!—le chilló.

Berto se soltó de ella y miró con desprecio a Zigo, el cual le devolvió la mirada.

—Chicos...—Roxy comenzaba a estar mareada.

—¡Yo puedo hacer girar está estúpida taza más rápido que tú!—le dijo Berto al Pokémon haciendo girar la taza todavía mas rápido.

Paul se agarró con más fuerza al borde de la taza, Roxy estaba toda despeinada por girar a toda velocidad y Valerian ya algo mareada se había agarrado de vuelta a Berto, provocando la ira de Zigo.

—¡AAAAAAAH!—Zigo soltó la exclamación mientras giraba la taza todo lo rápido que podía.

—¡AAAAAAAHG!—Berto giraba la taza todavía mas rápido.

Entonces la taza comenzó a bajar de velocidad, pues se había acabado el tiempo en la atracción.

Los cinco bajaron de la taza.

Paul con cara de haber visto un fantasma, todo pálido y ojiplático, Roxy despeinada y muy mareada, sintiendo náuseas, Zigo orgulloso porque sentía que había ganado y Valerian y Berto agarrados le uno al otro porque del mareo eran incapaces de poner un pie tras otro y mantenerse en erguidos.

Roxy acabó vomitando en una papelera cercana.

•••

Los cinco chicos estaban en un banco sentados. Necesitaban reponer fuerzas después de aquella traumática experiencia.

El único que estaba con la energía por las nubes era Zigo.

—¡Vamos a la montaña rusa, Valerian! ¡Porfa, vamos, me quiero subir!

—Espérate, Zigo... Déjanos descansar un poquitín.

Valerian seguía retomando el aliento después de casi echar el desayuno.

A lo lejos vieron un cúmulo de gente. Todos arremolinados alrededor de algo, o alguien.

—¿Qué creéis que estará ocurriendo ahí?—preguntó Paul señalando a la gente.

—Quizá un evento del parque—dijo Roxy.

Valerian aguzó la vista y pudo ver una cabeza asomar por encima de las demás.

—Creo que ya sé quién es—se levantó del banco y comenzó a acercarse—, ¡Venid chicos!

Los demás la siguieron.

—¿Valerian, quién es?—preguntó Berto.

—¡Roy! ¡Óyeme poste de luz!—exclamó la de ojos lavanda.

La cabeza que sobresalía del grupo de gente la miró y sonrió.

—¡Buenas chicos!—dijo Roy abriéndose camino entre la gente—Estaba aquí echándome unas fotos con mis fans.

—¿De verdad?—Berto arqueó una ceja, algo reacio a creer que solo había ido al parque de atracciones a echarse fotos.

Roy se agachó para estar a la altura de los cinco.

—No le digáis a nadie, pero estaba en una cita y se me perdió la chica—susurró Roy.

Zigo estalló en carcajadas y Berto le dió un golpe.

—No a la violencia—dijo Paul.

Zigo le dio un cabezazo a Berto que dejó a este algo descolocado.

—De acuerdo a partir de ahora—dijo el Zoroark.

—Ya que se te ha perdido la chica, ¿Te gustaría unirte a nosotros?—dijo Valerian amable.

—De acuerdo, pero solo si vamos a esa montaña rusa—señaló la montaña rusa más alta de todas.

—¡Acepto!—dijo Zigo.

—¡Perfecto!—Roy se enderezó y se ajustó el gorro—Pues allá que vamos.

Paul y Roxy se quedaron en la puerta de la montaña rusa, pues después del mareo de las tazas no tenían ganas de más emociones fuertes.

Por otro lado, Zigo estaba súper mosqueado porque le había tocado al lado de Berto en las sillas de la montaña rusa.

—¡No quiero sentarme con este!—exclamó el pokémon.

—¡Si no te subes con Berto, te quedas abajo!—le dijo Valerian.

Zigo obedeció arregañadientes, pero no sin antes empujar a Berto.

Roy y Valerian se sentaron en primera fila, justo delante de Zigo y Berto.

—Antes de iniciar el viaje, asegúrense que sus objetos pequeños están seguros—dijo uno de los trabajadores.

Roy miró a Valerian y ella le devolvió la mirada.

—¿Qué pasa?—preguntó ella.

—¿Te sientes segura?

Antes de que Valerian pudiera decir nada, la atracción comenzó a moverse.

•••

—¡Has estado gritando como una nena!

—¡Mira quién habló, el Zoroark chillón!

Zigo y Berto habían estado peleando sobre quien había gritado más desde que bajaron de la montaña rusa.

—¡Ya basta chicos!—les dijo Valerian ya harta—¡Haya paz, por el amor de Arceus!

Zigo agachó la cabeza y Berto lo miró con desdén. El Zoroark notó esa mirada y se le lanzó encima a golpearlo.

Por suerte, Roy lo cogió en el aire y lo mantuvo levantado.

—Zigo, tengamos la fiesta en paz. Valerian ha dicho que calma así que calma—le dijo Roy.

—¡Es que Berto me ha mirado mal!

—Berto mira mal a todo el mundo excepto a Valerian, así que calmita...—lo dejó en el suelo y le acarició la cabeza—Calmita porque hay un juego de disparos y quiero ese peluche.

Roy se fue corriendo a una de las cabinas de un juego que trataba de disparar bolitas con una pistola para derribar unos bolos.

Roxy resultó ser extremadamente buena en eso y ganó un peluche de obstagoon. Roy por el contrario era pésimo pero le ponía esfuerzo.

La de la cabina le dio un peluche de flapple por pena y porque era fan suyo.

Roy se echó una foto con el peluche y con el grupo de cinco y la subió a su PokéGram.

Estuvieron un rato allí, tratando de ponerse de acuerdo en adonde ir a continuación cuando una chica se les acercó muy enfadada.

—¡Roy!—exclamó la mujer de cabello largo y ondulado—Pedazo de...

—¡Tara, ahí estabas! Llevo Buscándote toda la mañana—dijo Roy yendo a darle un abrazo.

La chica lo golpeó con su bolso y se alejó unos pasos de él.

—Te he localizado por tu foto del PokéGram, ¡¿Cómo se te ocurre dejarme sola?! ¡¡En nuestra cita!!

—Eh... ¿Quieres el peluche?—le extendió el flapple de felpa que había ganado y ella se volteó.

—No me pidas una segunda cita.

Se alejó con caminar digno y ondeando su cabello negro.

Los cinco chicos habían estado mirando la escenita.

Cuándo la tal Tara se hubo ido, Roy se encogió de hombros.

—Muy intensa para mí.

—Así nunca conseguirás pareja, Roy—le dijo Berto.

—Da igual—dijo el hombre—, qué, ¿Vamos a otra atracción?

—Vamos a algo más calmado...—sugirió Paul.

—¿A la noria?—propuso Roxy.

—Por mi bien—dijo Valerian.

—¡Yo quiero algo con emoción!—dijo Zigo.

—Pues tu y yo nos vamos a la otra montaña rusa—dijo Roy dando unas palmaditas en la cabeza de Zigo.

—¡BIEN!—exclamó el Pokémon.

—Entonces nos vemos en media hora en la plaza—dijo Valerian—. Roy, cuídalo, es un trasto.

—De acuerdo renacuaja.

Roy y Zigo se fueron en dirección a la montaña rusa más pequeña y los otros cuatro a la noria.

Roxy y Paul se subieron en una de las cabinas y Valerian y Berto en otra.

Dentro de la cabina se estaba tranquilo. No se escuchaban los típicos ruidos de gente gritando de las montañas rusas ni la música de los puestos de comida.

Sin embargo, Berto estaba algo tenso. Lo disimula a bien, pero el estar a solas con Valerian le causaba mariposas en el estómago.

—Desde aquí todo es más tranquilo—dijo Valerian cuando hubieron subido un poco.

—Si, por fin tranquilidad por un momento...—dijo Berto.

—Siento si Zigo te molesta mucho—se disculpó—. Ya sabes como es él, un loquito—sonrió mientras miraba por la ventana.

A Berto se le contagió la sonrisa de la chica.

—Tranquila, solo es un Pokémon al fin y al cabo. Lo entiendo.

Ella suspiró.

—Ya... Bueno, estaba preocupada porque él lo soluciona todo golpeándote, trataré de meterlo en vereda.

—Si el me golpea le daré una colleja.

Valerian soltó una risa y Berto ensanchó su sonrisa.

Ella lo miró.

—Usualmente no sonríes de verdad—dijo—, pero la sonrisa que veo ahora sí es real.

Berto miró por la ventana y sus mejillas se colorearon de carmín.

—Me gustaría que esté momento no se acabase nunca—susurró.

Ella también miró por la ventana de la cabina.

—No eres tan malo como aparentas—dijo.

—¿Tú crees?

—Sí, lo creo.

—Gracias por verme como realmente soy.

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Berto: *dice cualquier cosa*

Zigo: eso es estúpido.
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Valerian: *le sonríe a Berto*

Berto: *se muere de felicidad*
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Roy: Resulta que perdí mi cita.

Zigo: PUAJAJJA

Berto: *le mete un putazo*
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Aquí está el primer one-shot de esta historia.

Decidme de quién queréis que sea el primer headcanon, el que irá justo después de este capítulo.

Recordad que se lo adjudicaré al que primero comente.

Pues eso, que espero estar saliendo del bloqueo del escritor.

⭐¡Astro la vista!⭐