Verónica se esmeró en arreglarse, quería estar bonita para Carlos, cosa que le asustaba, pero algo que si le quedaba claro era que sentía algo por el brasileño, luego que termino de arreglarse el cabello, salió de casa para encontrarse con él, no quería llegar tarde. Mientras que Carlos, se arregló también para impresionar a la chica, tenía decidido que hoy sería un día diferente, llego con un ramo de tulipanes rojos

— Hola nuevamente Angelito— dice el moreno con una leve sonrisa

— Carlos!— dice sorprendida y le mira —hola— responde el saludo

— Para ti— extiende el ramo de tulipanes —espero que te gusten— dice el chico con una sonrisa

— Gracias Carlos, están preciosas— dice la rubia con una sonrisa

— ¿Te apetece comer algo?— le pregunta con calma

— Claro que sí, la verdad...tengo un poco de hambre— le dice con un poco avergonzada

— Muy bien, te llevaré a un restaurante brasileño— sonríe con calma

— Oh eso me parece maravilloso, entonces vamos— dice la rubia con una sonrisa

El chico sin pensarlo le toma la mano a la rubia, esta a su vez lo acepta gustosa y se deja guiar por el brasileño hacia el restaurante, mientras tanto Genzo caminaba por ahí y de la nada le dio por mirar a un lugar y ve a Verónica y Carlos agarrados de manos, sin pensarlo los siguió hasta que llegaron al restaurante, vio como el chico pidió una mesa para dos

— Por favor pasen, le tenemos una mesa preparada— dice el recepcionista del restaurante

— ¿Acaso tú?— intenta preguntar Vero y ve la cara del chico

— Sí, reserve antes de que me dieras el sí para la comida— revela Carlos llevando a la mesa, al llegar le saca la silla —por favor— dice

— Gracias Carlos— se sienta y ve como luego el moreno se sienta

— De nada Angelito, te mereces eso y más— le dice de manera sincera

— Me haces avergonzarme, Carlos— dice la rubia muy apenada

— Solo digo lo que pienso linda, a ver Vero, porque no me cuentas más de ti— le dice el de ojos grises

— Pues que te digo, me gusta mucho el futbol y aunque no lo creas también le meto al canto, no como Gaby, pero me gusta, además tengo un hermano y se llama Napoleón— le dice haciendo un resumen

— A con que tienes un hermano, que bueno saber eso— dice Carlos con calma

— Si y es un celoso, pero es un buen hermano— dice con una sonrisa —Carlos...¿Cómo conociste a tú mamá?— pregunta curiosa

— Después del mundial, la conocí...la verdad me emocione mucho al verla y pues me explico del porque me tuvo que dejar, ahora pues...estoy feliz Angelito, ahora que vivo con ella, he conocido mucho de ella y ella de mí— dice con una sonrisa

— Eso es bueno escucharlo Carlos, me alegro mucho por ti— la rubia sonríe con ternura

— Ahora...¿Cómo se conocieron Arley, Grett, Gaby y tú?— pregunta el chico

En lo que iba a responder la rubia, llega el camarero con entradas y algo de beber, cosa que ambos agradecen y beben un poco de sus bebidas, después degustan la entrada, para que la rubia pueda responder

— A todas las conocí cuando estábamos en la escuela, la primera fue a Grett y a Genzo, luego conocí a Gaby y fue muy gracioso y por ultimo Arley, pues yo prácticamente fui el puente para que todas se conocieran, aunque no lo creas cuando Grett se fue con su hermano y Gaby empezó con su banda, Arley y yo nos volvimos muy cercanas, pero a todas las quiero por igual— explica la rubia

— Oh ya veo, pero...¿Quiénes pelean más?— pregunta curioso el chico

— Arley y Gaby, son como perro y gatos, pero se quieren mucho, cuando una necesita algo de la otra, no dudan en brindarse apoyo— revela la rubia —¿y tú como conociste a tu mejor amigo?— le pregunta al chico

— Conocí a Leo desde que soy un niño, él siempre estuvo para ayudarme y aunque ahora él juegue acá seguimos siendo mi mejor amigo— dice tranquilo

— Lo entiendo y me pasa lo mismo con las chicas, aunque no estemos juntas, seguimos siendo amigas— dice la rubia con una sonrisa

En esa comida ambos hablan de sus vidas y sueños, en medio de ello notaron que tenían muchas cosas en común y estaban tan enfrascados hablando que no se dieron cuenta que Genzo estaba viendo todo desde una mesa, este al ver las reacciones de la rubia con el moreno, apretaba tus puños, sabia de ante mano que el hombre estaba ganando terreno. Luego de las entradas vino la comida, cosa que Carlos y la rubia degustaron con gusto, cuando terminaron de comer, el chico pago la cuenta y se fue con la rubia a otro lugar, Genzo nuevamente los siguió sin que ellos se dieran cuenta, al ver el parque no se imagina lo que se venia

— Es muy lindo este parte— dice la chica mirando el lugar

— Sí, si lo es, Vero sé que es muy pronto, pero necesito decirte algo— dice el moreno un poco nervioso

— Claro Carlos, dime— dice la rubia mirándole

— Verónica, sé que es muy pronto, pero dicen algunas veces que cuando toca, toca— dice el moreno nervioso —sé que sientes algo por Genzo, pero yo...tú me gustas mucho, yo quiero conocerte y convivir contigo— toma aire

— Car...Carlos— dice nerviosa la rubia

— Vero...¿quieres ser mi novia?— pregunta más nervioso

La rubia se puso muy roja ante la pregunta, se puso a pensar por unos instantes y noto el nerviosismo del chico, así que por impulso se acercó y le dio un pequeño beso en los labios y luego se aparta. Aquella acción deja impresionado a Carlos y Genzo quedo totalmente dolido por ello

— Sí, acepto ser tu novia— se tapa la cara con el ramo de tulipanes —sé que contigo podré ser feliz— dice sonrojada

— Te quiero Vero— dice el brasileño con una sonrisa

Se acerca a ella para darle un beso en los labios, el cual es correspondido de inmediato por la rubia, la cual en su interior sentía una gran felicidad, pero por otro lado Genzo sintió que su corazón se rompía al ver esa escena, lo cual hizo que se fuera de manera silenciosa y llorando a mares.

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Perdonen pero no había tenido inspiración, espero que hayan disfrutado.