Jimin sentía en su propia carne el tormento de la mente de Jungkook. El daño que Jeon Wilks le había causado todavía tenía secuelas. Él se veía a si mismo como un monstruo, eso fue lo que le hicieron creer, haciéndolo estar inseguro de lo que en verdad era. La única persona que lo amo y que lo hizo sentir seguro fue su madre y se la arrebataron. El caos que debió producirse en él debió ser enorme y más encima fue encarcelado y sometido a la locura de la misma persona que se la arrebató. Su propio tío, su misma sangre.

Jimin llevó la cabeza de él hacia su pecho.

- Escucha a mi corazón, Jungkook . Deja salir esa oscuridad qué te impide ver quien eres. Yo te veo y lo que veo es un hombre justo y piadoso, no un asesino desalmado y cruel. Veo a un hombre digno de ser amado. Yo te amo.

Un sollozo escapó de la garganta de Jungkook y se aferró a su espalda.

- Llora, saca todo, no te dejes nada. Cuando los monstruos te acechen, piensa en mí, piensa en Marcus, piensa en cuanto te amamos. Tú solo eres luz para nosotros.

Las lágrimas empapaparon la camisa de Jimin y lo abrazó más fuerte, quería ser su puerto, su contención, exactamente como ése hombre lo era para él. Llorar no lo hacía débil, lo hacía humano ante sus ojos. Lo hacía amarlo más porque sólo el podía verlo así de vulnerable .

Lo llevó hasta el sillón y se sentó con él, dejándolo desahogarse, se limitó a acariciar su cabeza.

_Eres demasiado bueno _ murmuró Jungkook con su cabeza pegada a su pecho.

_No creo, que mis compañeros de la brigada, estarían de acuerdo. Me llaman "perro" a mis espaldas - Jimin sonrió.

Jungkook sonrió también .

_Los perros son leales, tú eres leal_ Levantó el rostro para mirarlo. Sus pestañas húmedas aún _. Me gusta quien soy cuando me miras. Me hace pensar que no todo está arruinado en mí.

Jimin le besó la frente.

_Entonces, siempre te miraré, hasta que te convenzas de que ése qué reflejan mis ojos eres tú.

Jungkook sonrió más confiado. Ya no sentía esa negrura en su alma. Jimin se había encargado de hacerla desaparecer por el momento. Se sentía libre. El odio que acongojada su corazón fue liberado. Aún quería a Jeon Wilks muerto. Pero ya no dominaba sus pensamientos obnibulando su juicio.

_Gracias _No necesita decir más. Esa palabra encerraba lo que Jimin era en su vida.

Jimin sonrió y le secó las lágrimas qué quedaban en sus mejillas y Jungkook sintió sólo un calorcito entibiando su ser, ya noo había frío, ya no había oscuridad.

Acercó su boca a la de él y lo besó, con cariño, con ternura, con adoración. Jimin se sintió conmovido. Sintió ése besó como una promesa y se abandonó a él, se entregó a Jungkook por completo. Cuerpo, mente y espíritu repletos, colmados de Jungkook .

_¿No volverás a esconderte de mí? _preguntó Jimin besando su piel húmeda.

_No, cachorro. Sea bueno o sea malo, lo compartiré contigo.

_Así me gusta, porqué yo pretendo hacer lo mismo. ¿Tienes hambre? Puedo hacer unos sandwiches...

Jungkook negó con la cabeza y levantándose lo cargó en sus brazos dirigiéndose a las escaleras.

Jimin largó una carcajada.

_Ya veo. Seré la cena.

Jungkook le besó la cabeza y siguió subiendo sin detenerse hasta que lo tuvo en la cama, desnudo y suplicante. Eso lo hacía sentir fuerte, creer en él, pensar que lo estaba haciendo bien.

Se dio el tiempo de demostrarle su amor con sus caricias, con su cuerpo con el latido errático de su corazón. Y Jimin hizo lo mismo, le demostró cuanto amaba su toque, como lo transformaba en un ser feliz, como la gentileza de sus caricias lo conmovían.

Fue como si sucediera por primera vez. Y así era de cierta forma , porque ahora se conocían por completo, se aceptaban con lo bueno y lo malo. Jimin se estremecía entre sus brazos. Sus jadeos y suspiros encontraban asilo en una boca tan ansiosa como la suya. Esto era amar. No podía ser incorrecto.

Cuando por fin lo hizo suyo eran dos cuerpos fundidos con un solo corazón latiendo. Era casi doloroso sentir tanto. Sus cuerpos sudorosos, sus miembros entrelazados, Jimin sintiéndose completo y lleno; Jungkook adorando al hombre que había transformado todo en él.

Un gritó agónico los llevó a la cúspide. Un orgasmo avasallador explotó mientras la calma volvía poco a poco. Se quedaron así, felices. Concentrados sólo en ellos, en su pequeña burbuja que los protegía.

Los labios de Jimin, aún demasiado conmovido, daban pequeños besos por la piel de su torso. Tenía ganas de llorar y reír, todo al mismo tiempo. Amar era bueno. Amar a un ser como Jungkook insuperable.

Mucho más tarde, después de una ducha tardía, comían sendos sandwiches de atún y lechuga sentados en la cama. Jungkook no dejaba de mirarlo como si fuera lo más bello que jamás había divisado. Él sabía hacerlo sentir único, especial. Sus ojos eran dos pozos relucientes cuando lo hacía.

_No me mires así, terminaré volviéndome tímido - dijo Jimin riendo.

_Lo dudo. Nunca te he visto así _Jungkook sonrió _todo lo contrario... _ahora soltó una carcajada.

_Cierto _concordó Jimin riendo también_y tú también mandaste la timidez al diablo, así que estamos a mano. Creo que descubrir el sexo te hizo más que bien...

_Cierto _Jungkook lo atrapó entre sus brazos _ahora no puedo verte sin pensar en tenerte como ahora. Es tú culpa, cachorro.

_No me quejo. Por mi no hay problema. _le besó la mandíbula.

_Extraño tu barba.

Jimin meneó la cabeza divertido.

_Deja de quejarte. Con o sin, te gusto igual.

_Cierto _Jungkook le picoteó las costillas. _pero cuando te tomes vacaciones no dejaré que te afeites.

Oír eso le calentó el alma. Eso sonaba a futuro. Un futuro juntos.

_Te amo.

Jungkook lo miró con el corazón en sus ojos y con voz suave, casi un ronroneó le respondió.

_Yo también, cachorro. Yo también te amo.

*Esta foto me hizo feliz ❤️