Capítulo 67
Volver a la brigada le costó más de lo que había supuesto. Extrañaba a Marcus y a Jungkook, más que nada ese calorcito qué se generaba cuando estaban los tres juntos. Pero ni modo, para tener eso había qué hacer sacrificios, sobretodo cuando Jeon Wilks estaba tras ellos.
Taehyung fue el primero en recibirlo con sus gritos y abrazos . Nam-joon con su semblante serio fue el segundo, y el jefe lo llamó de inmediato a su oficina. Jimin suspiró resignado y lo siguió dándose ánimos internamente.
- Detective Park - el jefe le señaló el asiento frente a su escritorio. Jimin se sentó y espero a que continuara - los periodistas no se quedarán tranquilos hasta que de una entrevista.
- Creí que eso ya lo había solucionado - Jimin enarcó una ceja molesto.
- Glenda Osmond, los tiene a todos confabulados para que sigan pendientes de tu secuestro y posterior escapada, ya la conoces.
Jimin se había olvidado de esa arpía. Seguro se traía algo entre manos, sobretodo después del incidente en la prisión. Recién ahí se percató qué nunca habló con Jungkook sobre ese incidente ni de donde estaba Héctor Guerra. ¿Cómo diablos había cometido tal imprudencia?
- La conozco demasiado bien. ¿Qué sugiere qué haga?
- Dales la entrevista. A ver si se calman los ánimos. El gobernador me está presionando para que el asesino sea atrapado a la brevedad, y como tú estuviste con él y lograste escapar, confía que ese asunto llegue a término pronto. Vienen las elecciones, muchacho y la captura de ése hombre le aseguraría ser nuevamente elegido como gobernador. No necesito decirte que la política es así.
Jimin apretó los puños bajo el escritorio. Él no les entregaría a Jungkook.
- De acuerdo. Daré la entrevista.
- Bien. Llamaré de inmediato y les diré que a las dos de la tarde se reúnan en el frontis de la brigada.
Jimin asintió.
- Hay algo importante que tengo que hablar con usted...
- ¿Hay alguna novedad? - preguntó el jefe interesado.
- Me llegó un mensaje, de un número desconocido, avisándome que Jeon Wilks se reunirá con su sobrino.
- No podemos confiar en fuentes que no dan la cara, puede ser una trampa - el jefe meneó la cabeza. - además desconocemos el lugar de dicha reunión.
- Tal vez sea una trampa... Pero no perdemos nada con intentarlo tomando los resguardos que sean necesarios. El mensaje también decía que en un par de días me dará la ubicación de donde se realizará el encuentro.
- Es demasiado arriesgado.
- No perdemos nada . Y si el informante nos está diciendo la verdad... Podríamos atrapar a dos en vez de uno. Eso le daría la victoria segura al gobernador - Jimin cruzó los dedos porque su jefe accediera, no tenía ganas ni tiempo para modificar los planes.
- De acuerdo. Pero a la primera señal de que es una trampa se retiran de inmediato.
Jimin sonrió internamente. Primer paso logrado.
- Nam-joon y yo nos haremos cargo. No quiero más detectives involucrados. Nos coordinaremos con la policía para hacer el arresto. No comente con nadie lo que le he dicho, hay un infiltrado en la brigada y no he podido descubrir quien es.
El jefe y Nam-joon no necesitaban saber que la policía sería contactada después de que se hubiera hecho. Cuando Jeon Wilks estuviera frío.
- De acuerdo, pero deben mantenerme informado.
Jimin se fue a su oficina bastante más alentado de como había llegado. Nam-joon ya lo esperaba.
- ¿Y?
- Daré una entrevista a los periodistas hoy por la tarde, a ver si así me dejan en paz.
- ¿El jefe te lo ordenó?
- No fue una orden... Pero digamos que tampoco tenía otra opción. Glenda está revolviendo el avispero.
- Ya me parecía raro que no hubiera aparecido. ¿Y lo otro?
Jimin sabía perfectamente a que se refería su compañero, pero no podía hablar ahí.
- Esta hecho. Luego hablamos - Jimin le hizo un gesto con la cabeza.
- Entiendo. Trabajaré en eso ahora.
Jimin asintió sin agregar nada más.
Cuando Nam-joon se levantó sintió unos pasos sigilosos apartarse rápidamente de la puerta. Le hizo una seña a Jimin y abrió la puerta de golpe. No había nadie.
- Alguien estaba escuchando. No me imaginé los pasos detrás de la puerta. - miró a Jimin.
- Se está volviendo más osado. Eso lo hará cometer errores.
- Ojalá sea así - Nam-joon se marchó de inmediato.
Jimin se sentó y abrió su portátil. Jungkook aún no se había comunicado. Pero tenía que esperar a que él lo hiciera.
Quince minutos después su celular sonó. Número desconocido.
- Cachorro... - la voz ronca y sedosa de Jungkook lo hizo sonreír por primera vez en el día.- sé que es peligroso que hables así que encuéntrame en el estacionamiento.
- Claro. - era lo único que podía decir. Escuchó la risa de él al otro lado y sonrió como tonto aún cuando la llamada terminó.
- ¿Interrumpo? - Taehyung asomó la cabeza. Jimin dejó de sonreír.
- Pasa.
Taehyung entró y dejó unas carpetas encima de su escritorio. Jimin lo miró curioso.
- ¿ Y esto?
- Son los expedientes de tres hombres ligados al tráfico de órganos.
Jimin arrugó el entrecejo. El ya sabía que Wilks estaba tras de eso.
- ¿Cómo conseguiste esto? - Jimin tomó las carpetas para hojearlas.
- Este tiempo que no estuviste yo encontré un testigo que logró escapar de esos hombres. Lo malo, es que son habitantes de la zona oscura. Hice indagaciones con los familiares para ver si lo que este testigo me dijo era verdad y sí, varios los reconocieron. Esos hombres les ofrecen dinero por donar sangre a sus víctimas, así los atraen y muchos caen ante la oferta de ganar algunos billetes de manera fácil. Lo que no he logrado averiguar es a que lugar los citan para ello.
Jimin miró las fotos y a uno de ellos lo reconoció al instante. Era el hombre que lo sacó del bar en la zona oscura cuando fue a averiguar por Jungkook.
- Me gustaría hablar personalmente con el testigo.
- Eso es otra cosa que me tiene de manos atadas - Taehyung se sentó - no he podido ubicarlo. Nadie sabe nada sobre su paradero... Temo que lo mataron.
Jimin no lo dudaba. Jeon Wilks no dejaba cabos sueltos.
- Lo siento...
- No es tu culpa Taehyung. El que está tras el tráfico de órganos es alguien que no deja nada al azar, además debe tener gente poderosa de Ciudad Escarlata apoyándolo. Pero los atraparemos .
- ¿Pero que haremos? Nosotros no tenemos jurisdicción en la zona oscura.
- Pero sí, en la ciudad. Ya sabemos quienes son, estaremos atentos y pediremos la colaboración de la policía para vigilar quien entra a ciudad Escarlata .
- No tenemos buenas relaciones con la policía, ellos querrán atraparlos primero. Eso podría estropearlo todo, Jimin.
- No tenemos otra opción, Taehyung. La única forma es trabajar en conjunto. Tú podrías ser la persona indicada.
- ¿Yo? - preguntó Taehyung asombrado.
- Confío en ti. Tu los mantendrás a raya para que no sean un problema. ¿Estas de acuerdo? Creo que podría funcionar. Además puedes elegir un compañero para que haga el trabajo contigo. Claro que tu estarías a cargo.
- ¿Es en serio? - Taehyung estaba pasmado.
- Muy en serio.
- De acuerdo. - Taehyung sonrió - gracias por confiar en mi.
- Has logrado mucho en poco tiempo. Si los atrapas podrás ser un detective en toda regla. Felicitaciones Taehyung, lo has hecho muy bien.
Taehyung sonrió ante el elogio y lo abrazó.
Jimin aguantó estoicamente. No le gustaban las muestras de afecto. Bueno, había tres excepciones. Una su hermana Stella, y ella ya no lo haría nunca más. Dos, Marcus. Y tres Jungkook. Los demás lo hacían sentir incómodo. Pero Taehyung desde un principio hizo caso omiso de ello.
Suspiró resignado.
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