Capítulo 38
De un momento a otro, Jungkook se puso a temblar y se apartó de él. Su torso subía y bajaba frenéticamente y Jimin vio con mirada estupefacta como llevaba sus manos al borde del cuello de su remera como si le costará respirar. Se asustó.
- ¿Qué pasa? - Jimin hizo el ademán de acercarse, pero Jungkook, alzó la mano temblorosa, en un evidente gesto para que no lo hiciera.
Tenía la mirada perdida y sus ojos muy abiertos. Sus manos masajearon su nuca y luego dobló las rodillas, apoyó las manos en ellas e inclinó la parte superior de su torso dejando la cabeza entre ellas, mientras respiraba agitado.
Jimin sólo miraba. No sabía cómo ayudarlo. Obviamente la experiencia había sido demasiado para él.
- Dime cómo puedo ayudarte... - le pidió Jimin con voz preocupada. Era inconcebible lo que estaba sucediendo. Él mató a sangre fría a dos mujeres y estaba a punto de un ataque por un beso...
- Neces... Necesito irme. Aire. Necesito aire... - Todavía tambaleándose se dirigió a la puerta y se perdió por ella sin siquiera cerrar la puerta. Jimin miró su espalda difuminarse en la oscuridad sin poder entender lo que había pasado.
Con pasos lentos caminó hacia la puerta y la cerró activando la alarma. Apagó las luces y se dirigió a echar una ojeada a Marcus. Seguía durmiendo. Se fue a su dormitorio. No podía... No podía entender. Nunca había estado en una situación parecida.
Se desvistió a oscuras y se puso pijama. Se dirigió al baño, abrió el grifo y se lavó la cara. Cuando levantó el rostro su imagen en el espejo le dijo que lo sucedido era real. Que había sido besado y bien besado y que había participado con ganas . Sus labios estaban rojos, hinchados y magullados por el feroz intercambio... Abrió los ojos espantado... Tenía las huellas de los dedos de Jungkook marcados el el cuello. Se pasó el dedo índice por ellas. ¡Mierda cómo explicaría eso!
Salió del baño y se acostó. Tiró el cobertor hacia atrás con los pies y se tumbó de guata con sus brazos debajo de la almohada. Sentía todavía el contacto de él. Podía oler en si mismo el aroma limpio y amaderado de la piel de Jungkook. Aún sentía su lengua enredada con la suya, la tesitura de su boca. Estaba mal, muy mal. Había sido una pésima idea. ¿Porqué mierda se lo había sugerido? No podía hacerse el tonto. Porque lo sabía. Lo había deseado desde un tiempo acá. Sólo él era responsable del caos mental que ahora tenía. ¿Qué estaría haciendo Jungkook ahora mismo? Se lo imaginó corriendo por el bosque con Eyolf hasta caer agotado. Pensando en ello se quedó dormido con cierto peso en su conciencia.
Por la mañana Marcus lo despertó. Ya eran las diez de la mañana. Abrió los ojos y se estiró sonriendo y fue ahí qué notó sus músculos agarrotados y la mirada espantada del niño mirando su cuello.
- ¿Qué pasó en tu cuello? - el niño se lo señaló con el dedo.
Jimin lo atrapó y lo recostó a su lado mientras craneaba una mentira plausible.
- Eh... Alergia. Soy alérgico a los champiñones y lo olvidé... La pizza... Debo haber comido alguno...
- ¡Jimin, debiste habérmelo dicho! - Lo regañó el niño tocando con sus deditos suavemente las marcas.
Jimin se sintió fatal por mentirle así, pero tampoco podía decirle que Jungkook era el nombre de su alergia.
- Pero a ti te encantan. Fue mi culpa por tragarme algunos y no sacarlos.
Marcus se apoyó con los codos en su pecho y lo miró.
- Nunca más comeré champiñones - bajó la mirada - no quiero que te pase nada... No quiero estar solo de nuevo.
Jimin lo abrazó.
- No. Unos champiñones no van a matarme. Tranquilo. Para otra vez haremos dos. Una con y otra sin. ¿De acuerdo?- Jimin no hallaba como arreglar el entuerto. Con razón odiaba mentir. Las mentiras tenían cola.
Menos mal que Marcus se tranquilizó y creyó en lo que le decía. Y volvió a sonreír.
- Me quedé dormido anoche.
- Sí, estabas muy cansado. Jungkook te llevó a la cama.
Pensó que también lo habría llevado a él sí no tuviera ese "problema" . Y si hubiera pasado, el no se habría opuesto. Tenía que dejar de pensar en lo que nunca ocurriría. Más le valía.
- Quiero a Jungkook... ¿Está bien si lo hago? - le preguntó Marcus.
- Sí. El también lo hace a su manera. - le respondió Jimin.
- Lo sé. El es bueno conmigo.
Jimin sonrió. Sí. Jungkook era muy diferente con el niño. No había miedo cuando interactuaba con él. No había ataque de pánico cuando Marcus lo abrazaba. No tenía una explicación para ello, pero así era.
- ¿Desayuno? - le preguntó apretándole la nariz.
Marcus carcajeó feliz y se tocó la panza.
- ¡Mucho desayuno!
Otra carcajada salió de su boca cuando Jimin lo cargó sobre un hombro y bajó con el así a la cocina donde lo depositó en un piso.
Desayunaron panqueques de avena con jarabe de arce, un tazón de chocolate caliente y tostadas con mantequilla de maní. Marcus amaba lo dulce aunque el prefería lo salado o agridulce. Pero de vez en cuando no lo mataría. Sobreviviría...
"Sobreviviré" había dicho Jungkook. No pudo evitar pensar en él. ¿Qué estaría haciendo ahora? Lo más seguro que solo. Bueno con Eyolf. Sintió un poco de envidia del lobo. También sintió lástima. A juzgar por lo que había pasado Jungkook nunca tendría a alguien. Un compañero o compañera...Tal vez... podía compartir a Marcus con él. Era una idea que se iba formando en su cabeza. Sí. No había nada de malo en que compartiera con ellos de vez en cuando. Marcus estaría feliz. ¿Y él? ¿También lo estaría? Suspiró. Mientras no tuviera a alguien, estaba casi igual de solo que Jungkook. La diferencia era que él tenía a Marcus. Y si lo tenía era solo gracias a él.
Menudo lío. Pero a la primera oportunidad se lo plantearía. No habría más contacto físico de su parte, así que supuso que Jungkook no tendría objeciones. Sonrió más contento de lo necesario.
- ¿Flojear o cine? - le preguntó a Marcus.
Marcus aplaudió y se paró en el piso.
- ¡Flojear! - gritó a voz en cuello y Jimin se largó a reír.
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