Capítulo 28
Después del llanto vino una mente cargada de culpa. Un asesino. Un hombre emocionalmente castrado, le había sacudido devastadoramente sus cimientos haciéndolo dudar de aquello que amaba. Su trabajo, su fe ciega en estar haciendo lo correcto, sus ansias de limpiar la ciudad del cáncer de la corrupción.
Le dolía tener que admitir que Jungkook tenía razón. Que siempre había dos caras en una moneda... Nunca había querido que esa mujer terminara muerta.
Tambaleándose se fue a su habitación. No creía haberse sentido alguna vez tan agotado. Jeon Jungkook se había encargado de hundir el cuchillo tan profundo que dudaba que no dejara una gran y fea cicatriz. Se durmió profundamente, no quería seguir pensando.
Por la mañana se levantó resuelto a hacer algo. A remediar cuanto pudiera el daño que había causado. Hoy dejaría el caso de Jungkook de lado.
Entró en el edificio donde acogían a todos aquellos niños que quedaban huérfanos o tenían situaciones familiares vulnerables. Nunca había estado en un lugar como aquel. Se escuchaba la risa y vocecitas mientras se dirigía hacia la oficina de dirección. Las instalaciones se veían limpias y pulcras, aunque los colores de sus muros eran deprimentes.
La puerta estaba entreabierta, pero igualmente tocó con los nudillo para que la mujer en el escritorio lo viera.
- Buenas tardes - la mujer le hizo un gesto para que entrara - ¿en qué puedo ayudarlo?
- Buenas tardes - respondió mientras tomaba asiento en una sencilla silla de plástico - soy el detective Park Jimin de la Brigada de Homicidios.
- ¿En qué puedo ayudarlo, detective Park? - volvió a preguntar mientras le tendía la mano.
- Verá... Quería información sobre un niño. Su madre era Jena Wilson.
- Está hablando de Marcus. ¿Qué necesita saber?¿Hay algún problema?
- No, sólo quería saber como se encontraba... Verlo si es posible.
- Ese pequeño a tenido problemas para adaptarse. Es muy tímido y no se acerca a los demás niños. Bueno supongo que con el tiempo lo hará, aunque lo mejor para el sería que una familia lo adoptara, pero generalmente las personas vienen buscando niños más pequeños y a eso súmele el peso de tener una madre asesina...
Jimin sintió una punzada en el pecho.
- Si, lo entiendo. ¿Podría hablar con él?
- Porsupuesto.- se levantó de su silla y lo invitó a seguirla afuera - Tal vez le interese saber que un señor a venido a visitarlo regularmente desde hace dos semanas. El niño ha respondido favorablemente a él. Cuando lo ve llegar se le ilumina la carita y corre a sus brazos. Tengo la esperanza de que él y su esposa se decidan a adoptarlo.
Caminaron en dirección a un pequeño jardín con columpios y balancines donde había niños jugando bajo la supervision de un par de cuidadoras.
- ¿Una pareja lo ha visitado entonces?
- No, no. La esposa trabaja y sólo él ha venido.
- ¿Podría decirme su nombre? - preguntó Jimin para por lo menos verificar si la familia sería buena para el niño. Se aseguraría de eso por lo menos. Se lo debía.
- El señor Jeon Jungkook. Así se llama. Es todo un caballero.
Jimin se quedó atónito. ¿El asesino había estado visitando al niño? ¿Qué estaba tramando ahora? La voz de la directora lo sacó de sus cavilaciones.
- Ese niño de allá es Marcus - le señaló un niño- puede acercarse y ver si le habla. Aparte del señor Jeon él no ha hablado con nadie.
La directora se alejó para hablar con las cuidadoras.
Jimin miró un niño pequeño, delgadito, de pelo rojo y piel muy blanca. Estaba solo en un columpio ajeno a los niños que jugaban. Se acercó a él sin dejar de mirarlo. Su corazón se inundó de tristeza y a la vez de ternura. Era tan pequeñito para lidiar con las crueles circunstancias de su vida. Si su madre hubiera ido presa sería la misma situación, solo que estaría viva y el podría visitarla. Ambos escenarios eran deprimentes. Ambos escenarios lo marcarían de por vida.
- Hola.
Marcus levantó la mirada y lo observó. Después de unos instantes habló.
- ¿Eres Jimin?- preguntó despacito clavándole sus ojitos verdes.
- Sí. ¿Cómo lo sabes? - preguntó Jimin confundido.
El niño sonrió mostrando un huequito en su dentadura por donde asomaba un diente en crecimiento. Tenía la nariz salpicada de pecas.
- Mi amigo me lo dijo. Dijo que vendrías.
- ¿Tú amigo se llama Jeon Jungkook?
El niño asintió moviendo su cabecita de rizos rojos.
- Sí. El es muy bueno y me dijo que mi mamá ahora es un ángel y me cuida desde allá - le indicó el cielo- escuché a unos señores decir que mamá era mala y me dio mucha pena. Mi mamá era buena, me quería mucho. Jungkook me dijo que siempre la recordará así, que esos señores ni siquiera la conocían, y como era buena ahora era un ángel.
Jimin se estremeció de pies a cabeza. Había tanta inocencia en él. En sus palabras.
- Eso es bueno, Marcus- Jimin se sentó en el otro columpio - ¿qué más te dijo?
- Qué tú vendrías y harías lo correcto. Me dijo que confiara en usted, que era una persona buena, mucho más que él. También me prometió que si usted no lo hacía lo haría él, sólo que debía tener paciencia porque tenía que arreglar algunas cosas.
Jimin cada vez se sentía más sorprendido. ¿Cómo Jungkook sabía lo que haría?¿Tanto había llegado a conocerlo? ¿Si era una persona sin sentimientos porqué se había interesado en Marcus?
Claramente de nuevo lo había manipulado. Lo ponía entre la espada y la pared. Tenía dos opciones. Se hacía cargo o lo hacía él. Realmente había jugado a ganador. No sabía si sentir rabia o estarle agradecido. Jeon Jungkook, él asesino sin escrúpulos le estaba dando la oportunidad de redimirse.
Miró al niño que lo miraba confiado. Su sonrisa aún era tímida. Con miedo brillando en sus ojitos.
- Tú amigo tiene razón. Haré lo correcto. ¿Te gustaría vivir conmigo?
El niño se bajó del columpio muy serio, se acercó a él y sentó sobre sus piernas. Levantó la carita y le sonrió.
- Sí, me gustaría. ¿Vas a ser bueno cómo mamá?
Jimin sintió una ternura inmensa desbordando su pecho.
- Sí , Marcus. Por lo menos trataré de ser tan bueno como ella.
El niño sonrió y lo rodeó con sus bracitos, luego se bajó de sus piernas y le tendió la mano.
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