Capítulo 27
Jimin no podía pensar, no podía entender. ¿Qué había querido decir con que era él o Glenda? ¿Qué maquinación perversa había tramado?¿Cuál era el fin superior qué perseguía? ¿Porqué lo había necesitado a él para ello?... Y lo más importante ¿cómo se había dejado atrapar en su juego? Un juego del que no tenía la más puta idea.
- Te puedo leer como un libro abierto. Puedo ver todas esas lindas emociones que cruzan tu hermoso rostro... Desconcierto, confusión, decepción, frustración y tú emoción estrella...La que sientes ahora mismo... Ira. La percepción que tienen los demás de ti es de un tipo duro, la mía es la de un cachorro. Sediento de cariño, pero temeroso de recibirlo... ¡Ahhh! Lastima que yo no pueda. - le pasó un pulgar por la mejilla y Jimin apartó la cara furioso. Jungkook sonrió y lo miró - estaba en lo cierto, mi lindo y arisco cachorro.
Jungkook se apartó y tomó asiento frente a él, reclinó la espalda y estiró las piernas musculosas, cruzándolas relajadamente. Jimin estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantenerse controlado y no estallar. Si hablaba lo haría, por eso se mantuvo en silencio. Todavía podía marcar el número trece y alertar a Nam-joon... Pero no quería.
- Créeme, no tengo nada contra ti. Nunca me sentí ofendido por que me llamaras monstruo, por pensar en mi como un animal. Aunque no eres tan diferente, tu también llevas demonios...
- ¡Vete a la mierda! - Jimin ya no se contuvo. Estaba más allá de sus límites.
- Que grosero, cachorro. Nunca he entendido el gusto de reafirmar una emoción con palabrotas... Es tan innecesario. Yo nunca las utilizo, ni siquiera las pienso. Teniendo una extensa gama de palabras, un universo gramatical infinito. En fin...
Jimin se mordió el interior de la boca hasta sentir el sabor metálico. Se había olvidado de que era un sabiondo .
- Al menos... - Jimin lo miró con desprecio - puedo sentir. No soy un cascarón vacío.
Jungkook sonrió y descruzó las piernas.
- ¿Y de que te ha servido? No cachorro, no hables de lo que no sabes. ¿Te suena el nombre de Jena?
Jimin palideció.
- Veo que si. Esa enfermera que terminó tirándose de la azotea. ¿En algún momento la viste como a una persona? ¿Alguna vez mientras la seguías pensaste en sus motivos? No. El implacable detective sólo veía una asesina, alguien que le había quitado la vida a otra persona. ¿Te preguntaste alguna vez si la víctima se lo merecía? De nuevo la respuesta es no. Para ti todo es blanco o negro, buenos y malos, sin tintes intermedios.
- Ella... Mató a una persona decente. Dejó una esposa e hijos sin un marido ni un padre. Yo no la obligué a lanzarse al vacío...
- ¿Y tu conciencia quedó en paz? ¿No hubo ni una pizca de remordimiento por acorralarla hasta que perdió el control y se lanzó al vacío? - Jungkook lo observó y luego meneó la cabeza.
Jimin recordó sus noches de insomnio, la voz en su cabeza repitiéndole una y otra vez que su muerte era culpa suya . Los cuestionamientos que se había hecho hacia la forma en que trataba a los criminales. Algo en él había cambiado a partir de ése suceso. Luego apareció quien estaba frente a él y lo relegó al olvido. Hasta ahora.
- Te investigue a fondo antes de elegirte. Te observé detenidamente para saber tus debilidades y fortalezas. Jena era una víctima, ¿lo sabías? El doctorcito se aprovechó de su vulnerabilidad, de sus necesidades económicas. ¿Cómo? Fingiendo que se preocupaba. Endulzándole el oído con promesas de un futuro económico mejor... ¿A cambio de que? De sus favores sexuales, en resumen la prostituyó y ella lo dejó con la esperanza de un ascenso, de un sueldo más alto que le permitiera darle a su hijo una vida mejor. ¿Porqué sabías que tenía un hijo de siete años que ahora esta en una institución de acogida ya qué perdió a la única familia que tenía?
Jimin respiraba afanosamente. Cada palabra lo golpeaba más y más duro. Su pecho estaba apretado.
- Ella huyó... De haberse entregado - tragó saliva- nada de ello hubiera pasado.
- ¿Esa justificación te hace sentir mejor?
- ¡No, no lo hace! Pensé en ella día y noche, nunca la quise muerta. Nunca he querido a ningún criminal muerto, los quiero tras las rejas pagando por ellos. No soy un psicólogo. Si me pusiera a analizar sus sentimientos, sus motivos...no podría realizar mi trabajo. Mi trabajo es atraparlos, del resto se encarga un juez, un jurado, para que halla justicia.
- No, cachorro. La justicia es ciega, no puede ver los matices. A mis ojos eres tan asesino como yo... La diferencia es que yo no tengo conciencia. No tengo arrepentimiento. Y todo lo que hago, cada paso lo analizó concienzudamente, veo los pro y los contra y sólo cuando estoy seguro, actuó en consecuencia.
- ¿Me vas a decir que no manipulaste a tus víctimas al igual que el doctor? ¿Me dirás que si una de ellas te hubiera pedido seguir con vida lo hubieras hecho? ¿No estaban condenadas a muerte desde el momento en que vieron tu rostro?
- Exacto. Lo habría hecho. A estas alturas debes haber deducido qué sus muertes fueron concensuadas. Yo sólo les di lo que querían. Ninguna se arrepintió. Si hubiera temido qué me reconocieran no habría dejado al violador con vida. Todavía no entiendes, cachorro. No puedo ser atrapado.
- ¿Porqué? Si eres tan arriesgado, dime porqué- Lo retó Jimin.
- No necesitas saber más. Es hora que des un paso al costado. No me volverás a ver. Ya hiciste lo que quería que hicieras. No habrá más muertes de mi parte.
Jimin largó una carcajada.
- ¿Así de simple?¿Sólo te olvido? ¿Te dejo ir como si nada? - Jimin enfrentó su mirada - estás loco si crees que voy a hacerlo. No descansaré hasta verte pagar. Un asesino no tiene palabra...
- ¿Y quién te hará pagar a ti, cachorro? Ése niño que se quedó huérfano, un día se preguntará quien le arrebató a su madre...
- ¡Cállate! Ella asesinó un hombre. ¡No era inocente! .
- Un hombre sin escrúpulos qué la orilló a hacerlo. Un hombre que olvido sus promesas y la deshechó como si fuera basura. Un hombre que la acusó de acoso y pidió su despido... ¿De ése despojo humano me hablas?¿Ese es el lado qué merece piedad y justicia?
Jimin gritó y se abalanzó contra Jungkook quien sin hacer ningún esfuerzo le atrapó las manos y lo redujo. Sus ojos negros refulgían.
- Éste es el adiós, cachorro. Fue interesante conocerte. Un consejo, consideralo un regalo. Cuida tus espaldas de Jeon Wilks, el es un monstruo qué no tendrá piedad si te interpones en su camino.
Jimin cayó en el sillón al ser empujado por él. Tenía una fuerza descomunal. Lo había sometido sin siquiera sudar. Y lo vio irse tan tranquilo como había llegado.
Le pegó con el puño al sillón. Y luego lloró. Hacía tanto que no lo hacía qué sintió que era un bálsamo para su alma atormentada, herida y furiosa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro