¿Qué demonios iba a hacer con toda esta nueva información? Jimin no estaba seguro. Como detective debiera informar inmediatamente a a su jefe, pero nuevamente sería sancionado por estar trabajando durante su sanción. Tendría que esperar. Por el momento necesitaba hablarlo con Nam-joon, sabía que también lo taparía a insultos por no acatar las malditas normas. Pero prefería que fuera él y no él jefe arriesgando una suspensión más larga.

No tuvo que llamarlo. Lo estaba esperando fuera de su casa. ¿Qué pasaba qué últimamente a todo el mundo le había dado por visitarlo? Dejó la camioneta estacionada fuera de la cochera y se dirigió hacia su compañero que lo esperaba apoyado en el capó de su automóvil. Se preparó para el sermón.

- ¿Dónde estabas? - le pregunto a bocajarro Nam-joon.

- ¿En el supermercado? - dijo Jimin irónico.

- No veo las compras. ¡Porqué demonios te cuesta tanto obedecer una orden!y...

Jimin sonrió mientras esperaba que Nam-joon terminará el sermón. Se lo sabía de memoria.
Cuando terminó de vociferar, estaba colorado y lo fulminó con la mirada.

- Te iba a llamar - le dijo Jimin - tengo algo.

- Yo también, entremos- Nam-joon empezó a caminar hacia la puerta todavía molesto. Jimin no tuvo más opción que seguirlo.

- Hice lo que me pediste - dijo Nam-joon ya instalado en el sillón.

Jimin meneó la cabeza.

- ¿Alguna novedad?

Nam-joon asintió con la cabeza.

- Revise las cámaras de seguridad de las calles cercanas a las víctimas. También las del sendero donde corría la víctima número dos. Revisé dos meses antes de sus muertes...

- ¿Y?- preguntó Jimin al ver que se detenía.

- El mismo hombre de la cabina telefónica, y él que me abrió la puerta de tu casa... - Nam-joon se rascó la nuca. Al parecer todavía no lo superaba - aparece con ellas al menos cinco veces antes de sus asesinatos...

- ¿Tienes los videos?- preguntó ansioso.

- Sí... Pero no se si pueda pasártelos... Debería entregárselos al jefe...

- No me vengas con esa mierda, Nam...

- Estás suspendido, ¿recuerdas?

- ¿Entonces qué haces aquí?- le preguntó Jimin con el ceño fruncido.

Nam-joon hizo un mohín con los labios y luego resopló.

- Está bien. En realidad te estaba jodiendo. El jefe me autorizó para visitarte. Está al tanto de los resultados de mi investigación... Me has convertido en un mentiroso - Nam-joon meneó la cabeza- no le dije que teníamos una imagen en video del asesino de cuando te llamó, así que tuve que decirle que era una de tus corazonadas...

- Gracias. ¿Cómo va Taehyung? La verdad no he tenido tiempo de revisar los archivos que me mandó.

- La verdad lo he visto poco. Se que ha estado yendo a entrevistarse con la familia y los amigos de la víctima. Uno de los detectives nuevos lo acompaña.

- Bien. Será un buen detective con los años. Lo sé.

Nam-joon asintió.

- ¿Y tú? ¿Qué necesitabas contarme?

Jimin sonrió esplendorosamente. Cosa que Nam-joon pocas veces había visto.

- Lo tengo, Nam. Ya sé quien es.

- ¿Estás hablando del asesino? - preguntó Nam-joon boquiabierto.

- Sí, Nam. Esto es confidencial. Debes prometerme qué aún no lo dirás al jefe...

- ¿Otra mentira? ¡Jimin, voy a terminar siendo despedido!

- Tranquilo... Asumiré cualquier problema sin involucrarte. ¿Quieres saber o no?

Nam-joon se derrumbó en el sillón derrotado.

- Se  llama Jeon Jungkook. Figura como persona desaparecida y no hay información al respecto, pero hay un tío que aún no he visitado. Es el dueño de Labs Wolf, ¿lo conoces?

- Claro es el centro de investigación científica más grande de ciudad Escarlata. Todo el mundo sabe de Jeon Wilks y su aporte a la farmacéutica de última generación - Nam-joon silbó agitando una mano - ése hombre está forrado en dinero.

- Él... El asesino según la información que obtuve es una especie de genio...entro a estudiar medicina a la edad de quince años y cuando faltaba un año para graduarse desapareció. Al parecer su tío dice que se fue al extranjero - Jimin apretó la mandíbula - está mintiendo.

- ¿Estás seguro que se trata de él? Tal vez te estás confundiendo y Jeon Wilks no está para joderlo , Jimin...

- Mi olfato nunca me ha fallado. Aquí hay algo raro y voy a descubrir qué es.

- Ten cuidado... El caso esta tomando un cariz complicado. Déjame ir contigo a ver a Jeon Wilks, porque lo verás, ¿verdad?

- Eso ni lo tienes que preguntar. Está bien. Puedes ir conmigo si logro qué me de una entrevista.

- Avísame. Me las arreglaré para salir. Pero insisto que deberíamos informar al jefe.

- Se supone que estoy suspendido, si le digo mandará a otro a entrevistarlo y no, Nam. ¡Éste es mi jodido caso!

- Somos un equipo, Jimin.

- Lo sé. Pero desde que él me llamó, se metió en mi casa, él caso se volvió personal. Quiero atraparlo. Quiero ser yo quien lo haga. No otro.

- Estás mal, hombre. Sabes que si te involucras hasta ése punto perderás el enfoque. Siempre te has destacado por no involucrar sentimientos, él no es distinto a otro criminal, no lo olvides.

Jimin se acercó a la ventana y respiró hasta tranquilizarse un poco.

- Nam-joon, confía en mí.- no podía decirle a su compañero que el monstruo había estado nuevamente en su casa y que no le había avisado porque no quiso hacerlo . No podía confesarle que estaba empezando a obsesionarse con él, con su juego retorcido. Nam-joon no dudaría en hablar con el jefe para que lo sacaran del caso. Sabía que sus intenciones eran buenas... Pero ahora ya no daría marcha atrás. El asesino era suyo. Nadie más le daría caza.

- Lo hago... Pero tengo miedo. Por primera vez tengo miedo de que tu vida corra peligro.

- Seré cuidadoso. Te lo prometo.- Lo tranquilizó Jimin.

- Eso espero. Te tengo una mala noticia.

- ¿Muy mala?

- Glenda a estado husmeando en la brigada y..., ya sabe que estás suspendido, claro que no el porqué.

- ¡Mierda! - exclamó Jimin. Glenda siempre era sinónimo de problemas.

Nam-joon se levantó y le paso un pendrive.

- Los videos de las víctimas. Me tengo que ir... Jimin...

- Mmm... - dijo ya abriendo su portátil para revisar los videos.

- Él no ha vuelto, ¿verdad?

Jimin alzó la cabeza y sin ningún remordimiento respondió.

- No, Nam. Él... no ha vuelto.