Capítulo 19
Jimin se dedicó todo el resto del día a buscar información sobre las universidades. Por lo que pudo averiguar las tres universidades impartían la carrera de medicina, pero la única que daba la especialización en cirugía era la UE, así que se enfocó en ella.
El asesino tenía más o menos su edad así que debía haber entrado a estudiar cuando tenía dieciocho o diecinueve años, la carrera tenía una duración de trece años, seis años de medicina general y después cuatro de especialización. Si la había llevado a terminó tendría actualmente treinta y un años. Eso no coincidía. No creía que sobrepasará los treinta. ¿Había abandonado la carrera? ¡Mierda, sería más sencillo si supiera su edad! Recopilar esa información le llevaría por lo menos una semana completa. Era demasiado tiempo. Tenía que pensar...debía haber una manera más rápida. ¡Bingo! Tenía su imagen en el video de la cámara de seguridad.
Volvió a revisar el video y nuevamente se frustró. No había ni una sola toma de su rostro completo. No servía. Tendría que hacer un retrato. Nadie lo había visto como él. Por suerte había un programa de dibujo que podría ayudarlo "Identi kit" el programa más utilizado por la policía para identificar delincuentes y personas desaparecidas.
Cuando por fin lo tuvo, sonrió complacido. Miró su trabajo y se acercaba bastante al rostro del asesino. Guardó la imagen en su celular y al día siguiente iría a la UE. Se estiró con todos los músculos acalambrados y se dio cuenta que ya había oscurecido. Miró el reloj y vio que era cerca de la medianoche. Había pasado más de seis horas sentado frente al portátil y ni siquiera se había dado cuenta.
Se levantó, apagó la luz de la salita y fue a la cocina para ver que podía comer antes de acostarse. Fideos instantáneos. Puso el hervidor y se sentó a esperar.
Los vellos de la nuca se le erizaron repentinamente y su columna vertebral se tensó. Sabía de quien se trataba. La reacción de su cuerpo a su presencia siempre era la misma. No tenía una explicación para ello.
- Buenas noches, cachorro.
La voz ronca y sedosa se infiltró en sus oídos. Apretó la mandíbula.
- Un poco tarde para visitas... Principalmente si no son bienvenidas...
- Y yo que pensaba que me extrañabas, cachorro - supo que estaba sonriendo burlón a su espalda. Se giró para mirarlo. No tenía idea como lograba entrar sin activar la alarma- ¿preparándote para cenar?
Jimin lo miró frunciendo el ceño. No dijo ni una palabra.
El asesino le dio una mirada al pote de fideos y al hervidor que empezaba a expeler vapor.
- Muy mala decisión. Eso- señaló los fideos - son veneno para ti ahora.
Jimin abrió los ojos.
- Lo que coma es asunto mío- replicó de mala manera.
- Mala respuesta. Sí es asunto mío. Desde que decidí rescatarte en la zona oscura, lo eres, cachorro. No te salve para que te envenenes con la comida.
Jimin no entendió su punto.
- ¿Envenenaste mi comida? - preguntó Jimin mirando desconfiado el pote de fideos.
Una carcajada resonó en el espacio entre ellos.
- Me insultas, cachorro. Cuando mato a alguien, me gusta que me vea a los ojos.
- Disculpa si herí tus sentimientos - dijo irónicamente Jimin - ¿Un asesino los tiene?
- Veo que tu humor es espléndido - le respondió con la misma ironía - y no. No tengo sentimientos. Pero, digamos que soy cuidadoso con mis ¿juguetes?
Jimin tragó una violenta bocanada de oxígeno. Después respiró hondo para mantener el control. Casi lo pierde de nuevo cuando él pasó por su lado agarró el pote de fideos y lo tiró a la basura.
Jimin no daba crédito a lo que veía.
- ¡Demonios! ¡quién te crees! - Jimin se levantó y lo agarró del brazo bruscamente. Él ni siquiera se movió. Se limitó a mirarlo como si tuviera un berrinche. Luego su mirada se endureció. Una mirada fría y calculadora.
- Siéntate - ordenó. Ni siquiera levantó la voz - Ahora. Supongo que no quieres que te ate a la silla, cachorro.
- ¡Inténtalo! Veremos...
Jimin no terminó de hablar cuando sintió una mano en su brazo y un dolor casi paralizante lo recorrió de pies a cabezas. Le tenía presionado un punto específico qué dolía como el infierno y con facilidad lo sentó y lo amarró con los brazos tras el respaldo. Luego lo miró y sonrió.
- ¿Será necesario atarte los pies? - se acercó para fijar su mirada en él y Jimin lo escupió - creo que eso quiere decir que sí.
Ahora le ató los pies uno a cada pata de la silla. Jimin veía como su escupitajo resbalaba por su mejilla. Aún así, él, siguió tranquilo. Cortó un trozo de toalla desechable y se limpió. Jimin lo miraba atónito. ¿Qué tenía en las venas? ¿Sangre o hielo?
- Bueno, como te estaba diciendo antes, cachorro malcriado - lo miró burlón - la comida también influye en tú recuperación. Fideos procesados no. Alimentos envasados y carbohidratos tampoco. Aumentarán la inflamación. Verduras, aceite de oliva, pollo y pescado, sí. Aliviaran la inflamación de tus tejidos y estos se repararán más rápido.
Jimin ahora estaba seguro que había estudiado medicina. Lo observó mientras el recogía una bolsa del suelo.
- Sabía que "mi" cachorro no se estaba alimentando adecuadamente.
Sacó un pescado fresco, verduras y paltas. Le señaló el pescado.
- Puedes ingerir cualquier tipo de pescado azul. Este es un atún.
Jimin lo ignoró, aunque estaba escuchando. Su vista fija en la pared.
- Pierdes tú tiempo y el mío. No voy a comer nada que tu cocines.
- Comerás, cachorro- se volvió y empezó a revisar los muebles de la cocina, hasta que encontró un sarten.
Jimin lo observó ahora que estaba de espaldas a él. Obviamente sabía cocinar. Lo hacía con soltura. Ése hombre estaba totalmente desquiciado. ¿Cocinarle? ¿Qué pretendía?
No pudo dejar de observar como los músculos de su espalda y brazos se movían mientras limpiaba el pescado y lo trozaba. Tiró dos medallones qué chisporrotearon en el sartén caliente y envolvió los trozos restantes en film plástico y los guardó en el congelador.
Jimin meneó la cabeza. Así sería si tuviera una pareja. Él preparándole la cena, para luego compartirla con una copa de vino mientras charlaban de su día. Sintió una leve punzada de anhelo por esa vida doméstica qué el mismo se había negado.
Y ahí estaba un sanguinario asesino serial jugando a la casita con él. Cualquiera podía pensar al verlos que eran una pareja. Salvo por el hecho de que estaba amarrado a la silla.
Jodidamente algo iba mal.
* Crédito a los dueños de los fanart.
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