Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10

Jimin no sabía a ciencia cierta porqué no dijo nada de su encuentro con el asesino. Se lo calló. Y no era porque le diera vergüenza que su imagen de detective se viera empañada. Todos sus compañeros alguna vez habían sufrido alguna encerrona.

Todavía, sentía la furia fluir, al recordar que pasó al menos diez minutos tratando de tomar las llaves del suelo. Aun tenía las marcas de las esposas en sus tobillos debido al forcejeo. Su humor era de perros. Y lo fue aún mas cuando su jefe lo llamó a la oficina apenas traspuso la entrada.

—¿Sabes qué le pasa? —le preguntó Jimin a Taehyung que estaba con un café en el pasillo.

—El periódico...

Jimin hizo un gesto de no entender. Esa mañana ni siquiera había visto las noticias.

—Glenda... lo hizo de nuevo —le dijo Taehyung tomando luego un sorbo de café.

Jimin sacudió la cabeza fastidiado. Otra vez esa imitación de periodista metiendo su cola... Y sabía que viniendo de ella no era nada bueno.

Apenas entró su jefe le pasó el periódico. El Sun Escarlata se especializaba en noticias sensacionalistas. Glenda era su reportera estrella.

—Léelo. —Fue el único comentario del jefe.

Jimin sentía las sienes palpitándole dolorosamente. Iba a ser un día de mierda otra vez. Tomo el periódico y leyó el titular.

«¿Un asesino serial en Ciudad Escarlata?...»

¿La Brigada de Homicidios se lo está ocultando a los ciudadanos?..."

Jimin leyó todo el artículo donde la muy desgraciada hacía pedazos a la Brigada y de paso a él. Glenda había escrito además una entrevista completa al marido de la primera víctima y con lujo de detalles contaba su historia. También se dio maña para enterarse del hombre que había violado a la segunda víctima y consiguió una entrevista con el doctor y las enfermeras qué lo habían atendido. Terminó haciendo la relación entre ambos crímenes y las similitudes en ambos, ni siquiera se le escapó el detalle de los pañuelos.

El  reportaje terminaba con un sutil comentario...

«Este, hombre... El asesino, ¿mata a sus víctimas movido por la piedad?»

Eso era el colmo. Glenda no lo decía abiertamente, pero humanizada los crímenes cometidos por el monstruo. Eso podía hacer qué muchos ciudadanos lo vieran con otro prisma y, en vez de querer que lo apresaron podían desear que siguiera en libertad.

Jimin arrojó el periódico sobre la mesa. Debería haber sabido que Glenda no iba a quedarse de brazos cruzados. Tenía un olfato sensible a toda la mierda qué le traería buenos ingresos. Lo único que no sabía era de Rose y su participación en la violación. Tampoco del lobo y menos de su encuentro cara a cara con el asesino. Con mayor decisión optó por mantener eso en secreto.

—¿Cómo se enteró de tanto? — farfulló el jefe—. Ahora se nos sumará la presión de los ciudadanos, de la policía, del gobernador. ¡Estamos en el puto centro de las noticias! Se crítica nuestro desempeño en todas las plataformas de información. ¿Cómo pudo suceder? —El jefe se dejó caer en la silla devastado.

—Envíe un comunicado de prensa. Explique que aún es demasiado pronto para hablar de un asesino serial. Tranquilice a la población asegurándoles que serán los primeros en saber si algo así sucede. Prométales qué la dotación policial será aún más firme..., pero primero hable con el gobernador para que le brinde su apoyo. El lo hará. No creo que quiera a Cuidad Escarlata enloquecida.

—Tienes razón... Eso haré. — Suspiró cansado—. Debes atraparlo. El gobernador me pedirá resultados rápidos.

—No necesita recordármelo, pero tampoco acepto presión al respecto. Haré mi trabajo como siempre. —La voz de Jimin dejaba traslucir su molestia.

El jefe lo miró atentamente. Jimin era el mejor y nunca se dejaba meter presión.

—Lo sé, Jimin. Confío en ti. Yo me las arreglaré con el gobernador para que nos deje hacer nuestro trabajo sin plazos. Pero también sabes que necesitamos un culpable rápido...

Jimin enarcó una de sus cejas y su mandíbula se puso tensa.

—Espero haber entendido mal... No voy a culpar a un inocente para tranquilizar a la ciudad.

—Nunca te pediría eso. Sólo haz lo que sea para atrapar luego a ese asesino.

Jimin asintió sin hacer ningún comentario y despidiéndose salió hacía su oficina, pero antes se sirvió un vaso de café.

Sabía que ha veces la policía, cuando se veían presionados, cargaban a cualquier criminal con la culpa. Implantando pruebas falsas y cerrando los casos. Eso nunca había pasado en la brigada, tenía un buen concepto de la gestión incorruptible de su jefe. Esperaba no sufrir una decepción. Prefería no pensar como reaccionaría si sucediera.

Abrió la puerta de su oficina y se encontró a Nam-joon y Taehyung esperándolo.

—¿Qué te dijo el jefe? —preguntó Nam-joon.

—Quiere resultados rápidos...

—¿Está muy molesto por lo del periódico?

—Sí. Glenda asestó un buen golpe. No sé como obtuvo tanta información en tan poco tiempo. —Jimin se sentó tras su escritorio.

—Es una zorra, y te tiene entre ceja y ceja después de que la ridiculizaste en el caso del doctor.

—Ella sola se lo buscó. Pero me sigue dando vueltas como llegó a enterarse del hombre que violó a Joshefine...

—Tal vez indagó en la universidad, ella ya sabía que ella fue violada.

—Pero nadie sabía que le habían cortado el pene. ¿Cómo se enteró?

—Si dio con el hombre fue cosa de  investigar en los hospitales...

—No creo. —dijo Jimin tajante y cambió de tema—. ¿Algún resultado en tu investigación?

—Estoy trabajando en una nueva pista. Una víctima del tráfico de órganos sobrevivió. Ahora voy a interrogarlo —le informó Taehyung.

—Bien. Una buena noticia al menos. —Jimin abrió su ordenador dando por terminada la conversación.

Taehyung salió, pero Nam-joon se quedó.

Jimin lo miró.

—¿Tienes algo que decirme?

—¿Le informaste al jefe qué el asesino se comunicó contigo?

Jimin entrecerró los ojos.

—No. Y tú tampoco vas a hacerlo —le dijo Jimin.

—Dame una buena razón para jugarme mi puesto al hacerlo. —Nam-joon era el único que no se dejaba intimidar por el detective.

—Creo que hay un soplón entre nosotros. No voy a correr riesgos qué me impidan atraparlo. — Jimin resopló y se masajeó las sienes con sus pulgares—. No le digas a nadie aún. Yo mismo se lo diré cuando sea el momento, por eso no hables con nadie de lo que sabes. Si hay un soplón entre nosotros todo se puede ir al carajo.

—Está bien, pero si vuelve a llamar, debes prometerme que se lo informaras. Tu vida puede estar en peligro, ése asesino te tiene en la mira...

—Te lo prometo —mintió Jimin— no te preocupes.

Nam-joon era un buen detective. Demasiado. Siempre preocupado por todos ellos. No podía decirle que ya había hablado con el monstruo. No podía ponerlo en riesgo.

* Crédito al dueño del fanart.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro

Tags: #kookmin