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Capítulo 9. Un día cansado


Hola de nuevo, espero que estén bien.

Los invito a comentar siendo respetuosos.

YYY

Capítulo 9. Un día cansado

Midoriya Izuku era una criatura de hábitos, por lo que su rutina era la misma.

Izuku era hijo único. Tras la muerte de su madre, vivió solo con su padre. Actualmente vivía solo, con todo aun así visitaba diario a su padre. A quien adoraba, porque era una persona fuerte, y amable. Como el buen hijo que era y la gran relación que los unía; cada mañana, el joven Midoriya hacia el desayuno de ambos para poderse ir a la universidad. No dejar la escuela fue algo que su padre no permitió que hiciera.

Luego, iría a almorzar con Nejire al local de Kaminari (porque Hado y Kaminari eran primos), para después regresar a pasar parte de su tarde en el taller de su padre; por ultimo desde por eso de las 6 de la tarde a las 10 de la noche, se la vivía entrenando en su motocicleta. Cenaría con su padre algo viendo televisión e iría a dormir a su casa como era su costumbre. Más, estando en vacaciones, su vida era una ida y venida; entre las salidas con sus amigos, sus actividades de ir al hospital, sus paseos interminables en motocicleta, ir al local de Kaminari, y ayudar a su padre en el taller; Midoriya estaba poco tiempo en su hogar.

Hoy, salió a pasear un rato en moto, fue a desayunar con Kaminari y vino directamente al hospital. Sin embargo, luego de su pelea con el estúpido de Katsuki, toda la gente en el pueblo se la vivía acosándolo. Entre los que no sabían quién era ese sujeto que se atrevió a maltratar a un chiquillo tan bueno, hasta quienes decían que debería aparecer en la televisión, contando la exclusiva de lo que había ocurrido.

Le molestaba, le frustraba sobre manera estar en la boca del pueblo. Izuku siempre estaba en la boca de la gente por cosas positivas, porque Izuku se esforzaba porque la gente no se enterara de su vida, la única vez que la gente habló de más de cosas que le incomodaron, fue cuando...aquello sucedió.

Lo que verdaderamente lo tenía de mal humor. No era bueno que por culpa de haber puesto a ese bastardo insensible en su lugar, ahora volviera a ser la comidilla del pueblo. Era una situación terrible para él.

Una parte de él, desde el primer momento en que vio a Katsuki, sintió un retortijón en el estómago. Era un puñetero tipo malo, con tatuajes y ese aire sensual que destilaba peligro y seducción.

Era como si una parte de él quisiera dejarse hundir a las profundidades con tal de que ese dios sexy le pusiera sus venosas manos en lugares que no debería ni de pensar. Dejar del lado el orgullo para pedirle a ese rubio que lo profanara en lo más recóndito de su ser, para en el éxtasis, suplicar más. Más sin en cambio, se sentía así de atraído como miel a las abejas ¡Por semejante estúpido! Lo que lo tenía molesto consigo mismo. Mientras más se veía a él mismo viendo fotos del tipo en internet, sus deseos aumentaban. Le estaba costando controlarse. Lo que lo tuvo de un humor de perros todo el día, no solía llevarse de ese modo con Nejire pero, realmente no estaba de humor.

Nunca imaginó que, el motivo de su dolor de cabeza y de que decidiera pasar todo el día en el hospital, rodeado de niños estuviera a tan solo unos metros de distancia. Izuku se puso a la defensiva, en parte porque conocía el carácter del mayor, en parte porque no sabía si podría controlar sus manos, que le hormigueaban porque fuera a delinear con las yemas de los dedos cada uno de los tatuajes del rubio peligrosamente ardiente delante de él.

Maldición, contrólate Midoriya Izuku!/

─ Hado...

Regañó en un tono de fastidio Izuku a su amiga, quien realmente a veces lo hacía quedar mal. Esta lo ignoró para continuar adulando a Bakugo, quien se notaba bastante satisfecho por aquello.

─ Hola Izuku-kun.

Saludó ameno una voz amigable que conocía muy bien. Quien se alejaba del par de más enfrente para pasarse al lado del chico sin un brazo.

─ Hola Ashido-chan.

Correspondió al saludo el peli verde con el mismo tono amable y dulce que había usado con su amiga radiante por años.

─ Veo que hiciste un nuevo amigo.

Comentó Midoriya sin tono de malicia pero si con uno que dejaba claro que aquello le causaba curiosidad. A lo que la otra sonrió mirando en dirección a Death.

─ Creo que a diferencia de Kaminari-kun y de Mirio-kun, quiero darle una oportunidad al hombre para ver como es, sin mencionar que es mi vecino.

─ ¿No me digas que está viviendo en la casa enorme que rentan al lado de la tuya?

Eso era sorpresivo, esa casa siempre estaba vacía porque era hermosa, pero muy cara por lo mismo por eso casi nunca nadie la rentaba. Mina se rio un poco.

─ No debería de sorprendente, es famoso y gana un dineral.

─ Vaya, yo he ganado concursos e igualmente es de las cosas más importantes de mi vida aun así, jamás he sentido que realmente pueda vivir de eso...

─ Bueno si viajas por todo el país es más fructífero que solo ganar competencias locales o cerca de aquí...

Ese tema tabú que a Izuku le alteraba, que la gente insistiera en que era un talentoso personaje que se la vivía en su zona de confort, cuando con sus capacidades podía irse a comer el mundo. Para Izuku no había ningún lugar al que pudiera llamar mejor "hogar" que ahí. Por lo que para él, no estaba a discusión esa opción. Ni en su mente siquiera.

─ Ya debo de irme Ashido-chan, mi padre me espera para que le ayude en el taller.

De nuevo, evadiendo las conversaciones importantes, sobre temas que ya no sabía abordar, intentó irse pero cierto rubio obsesivo se dio cuenta.

─ ¡No te iras a ningún maldito lado, manquito de mierda!

YYY

¿Qué pasara? Lo sabremos en el próximo capítulo 10. El taller 

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