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YYY

Capítulo 23. "Vejete"

Bakugo Katsuki iba a tener un par de horas libres, entonces como de costumbre estaba pensando en si seguir a Izuku o no. Realmente tenía curiosidad de que habría pasado con Midoriya luego de aquello, pero igualmente estaba ansioso sobre lo que había dicho el dueño de Pink Beer, por lo que estaba en el la indecisión.

*No deberías de estar analizando estupideces. *

Intentó auto calmarse, pero no estaba funcionando, de todos modos; con esa personalidad rebelde tan característica suya, mandó todo al demonio para ponerse en la decisión de acabar con el peli verde. Lo destrozaría, lo hundiría. De eso no debía dudar y mucho menos por las palabras de las personas que querían y cuidarían a Izuku de todos, al grado de ser exagerados. Por eso, consciente de que a esa hora del día el chico estaría en el hospital, se lanzó en su búsqueda. No avisándole a Kirishima donde estaría.

YYY

Mirio Togata llevaba todo el día prácticamente muerto en el hospital y si bien si estaba trabajando, el aura depresiva que emanaba de él, era tal que se podía sentir a kilómetros. Hado estaba preocupada, demasiado. La noche anterior, Mirio llegó corriendo a su casa para refugiarse entre sus brazos y lloró durante horas, sin decir una palabra. En primera hora de la mañana, hizo de desayunar y se fue de ahí. Sin explicarle nada a la chica, dejándola desvelada y triste. Siempre era un dolor para la menor ver sufrir a alguien tan lindo como Mirio. Ella quería quedarse todo el día pero no podía porque tenía cosas que hacer.

─ ¿Seguro no quieres que me quede? Puedo cancelar lo que tengo que hacer...

El rubio negó con su cabeza suavemente.

─ No hace falta, Nejire. Ve a trabajar con calma.

Definitivamente no quería dejar así a Mirio. Hizo una mueca de inconformidad.

─ De verdad quiero quedarme...

El doctor sobó con cariño la mejilla de la chica.

─ No lo hagas, por favor. Me harías sentir culpable, más de lo que ya me sentí por no dejarte dormir. Por favor.

Ante ese ruego con una expresión tan triste, Hado suspiró resignada.

─Me iré, pero si algo te pasa no dudes en llamarme ¿ok? Vendré por ti. Prométeme al menos que harás eso o no podré irme.

Togata aunque deprimido, se sintió tan lleno de cariño por esa hermosa muchacha, que le fue imposible no abrazarla.

─Te lo prometo.

Con esto dicho, ella se fue no sin antes lanzarle una mirada significativa al lindísimo doctor; quien le correspondió con una sonrisa muerta. Con esto, Hado se obligó a sí misma a salir del lugar.

Togata solo admiró su hermosa espalda hasta que ella desapareció de su ángulo de visión.

─ ¿Ya se fue tu novia?

Detrás de él, se escuchó la voz madura que Togata conocía tan bien. Solo que hoy pese al apodo que usó para referirse a Nejire, no salió con su habitual tono burlón sino, que sonaba delicada, como si tuviera cuidado al elegir sus palabras.

─ Si doctor, pero no se preocupe yo estoy trabajando.

El doctor Takami lo miró con un sentimiento de preocupación en sus facciones.

─ Realmente vine a ver si ahora que se fue la muchachita, necesitas de alguien con quien hablar.

Togata no alzó la vista de lo que estaba haciendo para ver a su jefe, quien le miraba atentamente.

─ No hace falta, muchas gracias de todos modos.

─ Vamos Togata, no sé qué pasó pero supongo que de nuevo tiene que ver con Izuku, los llevo conociendo ya unos años y estoy seguro de que su amistad es lo suficientemente fuerte para superar cualquier obstáculo.

Mientras el mayor decía aquello, el más joven apretaba inconscientemente el bolígrafo en un poderoso puño. El ambiente era tal, que el rubio estuvo a punto de romper a llorar de nuevo.

─ ¡Oye tú!

Se escuchó una voz que los sacó de su ensoñación, delante de ellos, estaba el detonante de su pelea con Izuku: Bakugo Katsuki, con su tostada piel llena de tatuajes, cabellera rubia y mirada prepotente.

─ ¡¿Tú que haces aquí?!

Gritó el doctor de ojos azules.

─ No es de tu incumbencia, solo dime donde está el área infantil y me iré.

Eso calentó a fuego las venas de Togata. Quien lo señaló con su dedo acusatoriamente.

─ ¡Otra vez estas acosando a Izuku!

Katsuki hizo una mueca al tiempo que de un manotazo, alejaba el dedo del doctor.

─ No me señales, lo que yo haga aquí a ti te importa una mierda.

─ ¡Ya te dije que lo dejes en paz, maldito acosador tarado!

─ ¡Tú deja de meterte en donde no te llaman!

El doctor Tamaki se acercó a donde su empleado y lo tomó del hombro.

─ ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué te peleas con ese hombre?

─ ¡Este loco quiere herir a Izuku!

Volvió a acusar Mirio, señalando a Death de nuevo.

─ ¡No vayas por ahí diciendo esas cosas! ¡Y deja de señalarme maldición!

El mayor de los 3 se quedó mirándolos por un largo rato.

─ Caballero escuche no se quien sea, ni que es lo que hace aquí pero permítame pedirle de la manera más atenta, que se retire de este establecimiento si no viene a consulta o visita de algún paciente. Está causando un escándalo y...

─ ¡Tú no te metas donde no te llaman, vejete!

Eso fue como si explotaran algo dentro del pobre doctor mayor.

─ ¡¿Eh?! ¡¿Quién te crees tú para hablarme de esa forma, chispita?!

El hombre de tatuajes se acercó al doctor para jalarlo fuertemente de su bata.

─ ¡¿A quién le dices "Chispita", vejete?!

Mas el doctor Keigo no se amedrentó ni un poco.

─ ¡Al único que tiene cabello alborotado que podría competir con un puerco espín!

─ ¡¿Pero qué está pasando aquí?!

En eso, una tercera voz hizo escena y no era la de Mirio, quien estaba listo para apoyar a su jefe, sino que llegó el delirio de tanto del doctor Keigo como del motociclista rebelde. A Togata sintió algo extraño al verlo ahí, parado observándolos.

─ Izuku...

YYY

¿Qué pasara? Lo sabremos en el próximo capítulo 24. Ahora te odio más.