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YYY

Capítulo 21. Una idiota sonriente

Death se fue totalmente ofuscado de ahí.

Sin ganas de nada, comió algo y regresó a su casa en su motocicleta, cuando pasó por ahí, su excesivamente sonriente vecina estaba en su jardín; podando el césped mientras escuchaba música alegre y ruidosa, menando sus caderas al ritmo del sonido. Era molesta, por eso el rubio intentó ignorarla pero no le funcionó.

─ ¡Hola vecino!

Saludó efusiva Mina pero al notar como este no le respondía se rio fuertemente. Bakugo Katsuki se quedó estático delante de la puerta, si bien no la abrió y huyó de su odiosa vecina, tampoco se giró para encararla.

─ Ya veo que eres de los que solo saluda cuando le conviene.

─ No estoy de humor para que me estés jodiendo, déjame en paz.

Gruñó el motociclista, sin embargo eso no amedrentó ni un poco a la chica.  

─Vaya ¿mal día, eh?

─ ¿Por qué no te metes en tus propios asuntos?

─ Porque el que parece necesitar un poco de ayuda en este precioso instante eres tú.

Con esto, Bakugo dejó de darle la espalda, para por fin encararla. Pese a que seguía enfadado, no se le lanzó encima a la que dijo aquello, al contrario se quedó ahí estático, analizando esa sonrisa; esa bonita sonrisa amable que lucía real e inofensiva.  Sinceramente, aquello no era algo que lo dejara tranquilo. Parecía estresarlo el no saber si podía confiar en esa persona o no.

Ashido lo notó, la expresión de Katsuki sobre si era lo correcto confiar en ella o no, lo que no era nada fuera del otro mundo; ya se esperaba que con la personalidad del rubio, tuviera que recibir tratos bruscos y maleducados, e igualmente miradas de desconfianza letales. Aunque la muchacha se hubiera preparado mentalmente, no dejaba de ser incómodo.

─ ¿Quieres entrar a mi casa a jugar algo?

Le ofreció con una sonrisa Mina y Katsuki únicamente achicó sus ojos.

─ ¿No querrás hacerme algo pervertido o sí?

La peli rosa solo se rio fuertemente.

─ Obvio no, lo que quiero es embriagarte para vender tu riñón en el mercado negro.

Con esto alzó las cejas mientras contaba la broma, al final le guiñó un ojo; a lo que Death solo torció los ojos.

─ Eres pésima traficante de órganos.

Siguió Bakugo con la broma pero de forma acida, logrando una risa en la vecina.

─O tal vez solo estoy esperando a que creas que es una broma, para que bajes la guardia.

Esa manera tétrica de decirlo, realmente logró que el rubio muchacho se le quedara viendo. Ambos en silencio, hasta que fue Ashido quien soltó una risotada poderosa. Haciendo que Bakugo se avergonzara y enojara al mismo tiempo.

─ ¡Debiste ver tu cara de idiota!

Se burlaba la chica a carcajadas mientras señalaba a su nuevo amigo motociclista.

Death solo le mostró el dedo de en medio.

─ Yo no caí en tu estúpida broma.

Refunfuñó, pero era obvio que intentaba salvaguardar su dignidad.

─Claro, lo que digas.

Dijo la mujer, en tono sarcástico y alargando mucho la “a” de “claro”.

─ No miento.

─ Como sea ¿vienes o no?

Entonces Death se le quedó mirando, ciertamente no quería estar encerrado en la casa sin nada que hacer, Kirishima no lo dejaría salir a entrenar, sin contar que no quería tampoco estar pensando en todo lo que le había pasado ese día. Era lo último que realmente quería hacer, estar ofuscado y ahogándose en su estrés. Supuestamente su amigo y manager le dio el día libre para que se despejara, no para que terminara peor.

Sin responder, simplemente comenzó a avanzar al interior de la casa, lo que sin duda provocó primero el shock inicial de Mina pero luego, esa sonrisa amistosa y sincera.

─ ¿Vas a quedarte con esa cara de imbécil todo el día o entraras de una maldita vez a ofrecerme una jodida cerveza?

Tras esas palabras, Ashido lo invitó a pasar a la casa. La cual era en estructura muy parecida a la de Katsuki (considerando que era una zona residencial con todas las casas iguales), solo que la de ella era muy… femenina. La pared de la sala era color negro con rosa pero tenía un conjunto de 3 sillones de diferentes tamaños, de color rosa y negro pero había cuadros de arte bellos en varios lados, la dueña tenía juguetes o figurillas decorando todo el lugar e igualmente fotografías. También había plantas. Delante del sofá principal, también el más grande (en el que tenía cojines decorados de llamativos estampados y colores vivos) aparte de su televisión de pantalla plana negra igualmente tenía una mesita pequeña color café y en la que había en el centro, un bol lleno de dulces.

Bakugo no se sintió muy a gusto. Todo era tan radiante y femenino, que le sofocaba pero de verdad era mejor estar ahí, que en su casa.

Cuando la dueña de la casa llegó con botanas, unos naipes y unas cervezas, Death supo que se quedaría ahí por voluntad propia, aunque nunca lo admitiría, incluso podría pasar un rato agradable con la dueña de aquella casa.

Ninguno lo sabía pero esto, era el inicio de una gran amistad.

YYY

¿Qué pasó con Izuku y Mirio? Lo sabremos en el próximo capítulo 22. Se cuidarme