Capítulo 15. El hijito de papá.
Hola de nuevo, espero que estén bien.
Los invito a comentar siendo respetuosos.
YYY
Capítulo 15. El hijito de papá.
Midoriya Yagi era un hombre extraordinario, no solo por ser un genio de las motocicletas y un amante empedernido del motociclismo, sino por haber sido el pilar de su hijo cuando ocurrió aquel fatídico accidente. Ese día, el hombre perdió a la mujer que más amó en la vida y de cierta forma, a su hijo. Su pequeño estuvo en una depresión donde le fue imposible salir; pese a los esfuerzos de la gente que lo quería y de su padre; el chico se le desmoronaba entre los brazos. Se sintió tan inútil por no poder salvar a su hijo; incluso haciendo todo lo que le recomendaron, lo que leyó en libros e internet y los consejos de los demás. En su desesperación y como medio de catarsis, recuperó a su hijito con un método poco ortodoxo: Utilizó el gran amor que el chico le tenía al motociclismo (que para ese entonces ya practicaba y había abandonado totalmente) para que el joven se sintiera vivo de nuevo. Con dedicación, estudió sobre el tema y le hizo una motocicleta a su hijo, e igualmente se dedicó a cuerpo y alma a ayudarlo a regresar a la motocicleta. El taller estuvo a punto de irse a la ruina pero el precio le pareció muy bajo sin con eso lograba salvar a su hijo de ese abismo. Cuando por fin sintió que su chico regresaba poco a poco, lo volvió alguien fuerte. Le enseñó a no depender de nadie, incluso lo metió a clases de defensa personal. Sabía que clase de mundo era en el que vivian y el tipo de fortaleza que necesitaría su amado hijo para sobre llevar todos los obstáculos. Ahora, miraba el fruto de sus esfuerzos volverse un hombre maravilloso del que estaba malditamente orgulloso.
Una parte de él, sentía una necesidad estúpida de ayudar jóvenes que se sentían como su chico lo hizo en esa época, donde no quedaba casi nada de aquella persona a la que amaba con locura. Por eso, notar en el adulto joven delante de él, esos signos de la búsqueda de algo, el joven parecía no notarlo; pero se sentía inevitablemente atraído a Izuku por ser aquello que el chico no podía ser, por eso en su desesperación, buscaba "derrotarlo". El hombre rubio solo estaba asustado de la sensación que convivir con el peli verde le causaba. Esa sensación de no ser genial y de que en el fondo, era conocedor de que ALGO debía cambiar, que le hacía falta madurar. El terror de permitir a sus inseguridades aflorar, el sentirse débil. Su hijo era más o menos como ese chico, odiaba su debilidad, de cierta forma no la afrontaba tampoco pero al menos era más consiente de ella.
Por notar esas cosas en el rubio, el hombre no le guardo rencor ni lo vio como amenaza. Para él, era solo otro chico asustado y confundido, que parecía no poder afrontar cosas de sí mismo y prefería pelearse con él mundo en lugar de aceptarlo.
Estaban en el taller e Izuku estaba trabajando duro como de costumbre, arreglando cosas aquí y allá, sin ayuda de nadie, se movía con la naturalidad de quien llevaba familiarizado con las acciones que se realizaban ahí de toda la vida. Se veía incluso más cómodo que en el hospital. Katsuki no le había podido quitar la mirada de encima, intentaba concentrarse en las cosas que tenía delante pero escuchaba a Izuku canturrear en voz alta mientras trabajaba e inevitablemente, incluso en contra de su propia voluntad, giraba el rostro para encontrarse con esa sonrisa enorme del chico.
Al padre de Izuku aquello le causaba gracia, porque a Death parecía frustrarle que no podía resistirse a quedarse embobado en aquel gesto tan natural en el pecoso.
─ Es un buen chico ¿no es verdad?
Se atrevió a aventurarse en el terreno que sabía ni debía pisar, pero le fue inevitable al señor involucrarse, sentía curiosidad. El rubio se encogió de hombros.
─ No creo que usted lo diga sea una opinión objetiva, es su padre.
Esa brutal honestidad, parecía más una forma de alejar a los demás, diciendo lo que pensaba aunque ocultando lo que sentía. Por lo que al hombre parecía no molestarle en absoluto.
─ Tal vez tienes razón aunque ¿No has conocido a gente que te dijera lo contrario?
Ante esta pregunta, el chico solo bufó irritado, cruzándose de brazos. Claramente molesto.
Era obvio que nadie hablaría mal de Izuku porque le querían mucho. Pero la reacción le causó gracia al mayor de los dos. Quien sonrió amablemente ante el gesto.
─ Quien iba a decir que aparte de todo, el manquito era un total hijito de papi.
Eso provocó que el mayor abriera grandes sus ojos, aquello sonaba más que a otra cosa a una clara envidia. Eso era otro punto crucial: el rubio parecía perseguir a su hijo porque le tenía miedo y le enviaba; pero admitirlo le haría sentir denigrado, por eso mejor lo humillaba, en un claro intento de esconderlo.
─ Supongo que en parte la culpa es mía, porque desde que murió la madre de Izuku, no he podido evitar unirme mucho a él.
Con esta frase, obtuvo parcialmente y de forma disimulada, la atención del joven con quien conversaba. Ese dato, pareció afectarle de cierta forma como si sintiera momentáneamente un poco de empatía pero mató cualquier signo de haber sentido aquello.
─ Me da igual, no me interesa su vida.
Si bien esas fueron sus palabras, en cierta forma saber aquello dejó a Death sintiendo algo en su interior, que deseaba con todas sus fuerzas acallar.
/Contrate, se supone tú vas a destruirlo, no pienses estupideces/
Se auto regaño mentalmente, no debía sucumbir ante ello.
YYY
¿Qué tal si Katsuki ve a Kirishima? Lo sabremos en el próximo capítulo 16. No hagas una tontería
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