Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14

—A mí ni me veas, fue Nash el responsable de todo —habla rápidamente Joel, señalándome con el dedo.

—¡Yo no hice esto solo!

—No, lo hiciste con ayuda del hada de los dientes.

—¿El hada de los dientes? ¿Ya llegó? ¿Cómo supo tan rápido que ya no tengo uno de los míos? —Baja emocionado nuestro hermano pequeño, sus ojos apenas están abriéndose por completo y da un pequeño traspié en el último escalón.

Volteamos a ver a papá, quien le muestra una sonrisa.

—Porque ella es mágica, ve todo lo que hacen los niños. Incluso si hacen alguna travesura —Matías se lleva las manos a la boca, abre sus ojos más de lo normal y comienza a correr fuera de la cocina—. También ve que hacen los más grandes durante la madrugada —Rectifica mostrándonos su mirada de reproche.

—¿Por qué despertaste temprano, papá? Si nos das diez minutos más, te aseguramos que tendrás la mejor sorpresa —Intento convencerlo para que salga de la cocina y con ello, nosotros tengamos tiempo para limpiar.

—¿Qué voy a hacer con ustedes? —nos responde negando con la cabeza, da media vuelta y levanta los antes de salir— Matías, voy por ti.

—¡Uf!, de la que te salve —exclama mi hermano mayor.

—Yo fui el que lo logró.

—Pero tenías mi apoyo... por lo menos telepáticamente.

Comienzo a desplazarme por el lugar, en verdad está hecho un desastre. Levanto el tazón de harina, los cascarones de huevo, el batidor; si yo levanto todo, Joel será el que tendrá que lavar. Aunque mi plan no funciona como tenía pensado, pues él empieza a recoger los demás utensilios; antes de lo pensado, ya está limpio todo.

—Ahora hay que decorar el desayuno —Corro en busca de una bandeja, cuando regreso con ella, mi hermano está llevándose un trozo de hotcake a la boca, en cuanto me ve lo engulle más rápido de lo que puedo ver —. Como no pudiste esperar, no te voy a invita de los que guardé.

—Ya pasaron los quince minutos —grita papá desde la sala de estar. Nos apresuramos a colocar en la bandeja lo mejor que podemos el desayuno. Joel la toma y sale por la puerta.

—El desayuno está listo —No logro decifrar la expresión de mi familia. Sus cejas se encuentran más juntas de lo normal, su boca tiene un deje de sonrisa.

—¿Por qué preparan esto? ¿Qué hicieron? —su voz se vuelve un poco amenazante.

—¡Nada! —le respondemos al unísono.

—"Nada", los conozco, algo traen entre manos.

—No siempre hacemos algo malo, papá.

—Papá acá, papá allá. Siempre están llamándome por una otra de sus tonterías.

—Te lo dije Nash, no les importa si hacemos algo bueno por ellos, solo le toman importancia a lo que hacemos mal —La voz de mi hermano mayor ahora es una mezcla de enojo y tristeza. Tal vez tenga razón, tal vez esto sea una muy mala idea.

—Que rico está —habla Matías como puede, pues ya tiene bastante comida en la boca. Sus manos muestran claramente la miel de nuestro desayuno.

—¿Quién te dijo que podías comer? —Mi padre se exaspera cada vez más, al oírlo los ojos de mi hermano menor empiezan a llenarse de lágrimas.

Esto no está ocurriendo como tenía en mente. Sé que algunas veces si podemos ser bastante molestos pero no para que crean no podríamos hacer algo bueno por el hecho de querer hacerlo. Joel ya desapareció de la sala, Matías se ha levantado del sofá y con sus pequeñas manos va limpiando algunas lágrimas en sus mejillas pues el grito lo asustó.

—¿Tenías que decirle eso? —La voz que brota de mi garganta no muestra ya un solo deje de la alegría que experimentaba hace algunos minutos.

—Es bueno que desde ahora sepa la clase de chicos que son.

—La clase de chicos que somos —repito con un evidente sarcasmo—. ¿Qué clase de padre eres tú? La mudanza fue solo un pretexto para alejarte del pasado, nunca mostraste un poco de apoyo hacia nosotros. Intente ser lo más positivo que puede pero no puedo seguir más, no si tú no lo eres.

»Me cansé, desde la muerte de mamá parece que no quieres ver más allá de lo negativo. Joel se metió en peleas callejeras, ¡no había vuelto a pelear desde que le ganó una niña más pequeña que él!; Matías, Matías llora todas las noches y se refugia en nuestras habitaciones. ¿Qué haces tú? Te vemos encerrarte en tu oficina sin ni siquiera probar bocado de nuestra cena.

—No es fácil para mí

—No, no es fácil ni para ti, ni para nosotros. Pensé que habíamos mejorado desde la terapia psicológica, veo que no. Fingimos día a día ser una familia feliz, ¿por qué fingir entre nosotros?

—Así es menos complicado. Tú no tienes ni la más remota idea del dolor en mi pecho al recordar, estos años he sufrido en silencio. Hago mi mejor intento de ser un gran padre, salgo a trabajar, ¡compré esta casa para dejar el sabor amargo atrás!

—¿No pudiste esperar hasta el final del año en el instituto escolar? ¿Por qué apresuraste todo?

—Porque yo soy la autoridad y sabía que era tiempo de cambiar de aires.

—Fingiremos que te creemos —Interviene el mayor de nosotros. Carga a Matías en su espalda, quien tiene la cabeza escondida en su hombro.

No obstante, poco a poca levanta su rostro, sus ojos muestran una especie de esperanza, tal vez desea que todo sea solo una pesadilla o tal vez que volvamos a ser una familia unida. Lo entiendo, yo también lo quiero.

—Papá, mis hermanos tenían pensado un juego para nosotros. Dales una oportunidad, por favor —Baja de su escondite, camina a tropezones hasta estar frente a nuestro progenitor. Inesperadamente le abraza, no le llega ni al abdomen pero el sentimiento que expresa es inigualable.

Juraría que el amor existe, mis ojos lo están viendo y mi corazón sintiendo.

Casi noto sus ojos llorosos pero antes de que pueda distinguirlos claramente, vuelven a la normalidad.

—¡Bien! No obstante les advierto que si algo sale mal, no volverán a salir de esta casa en un largo tiempo —Noto que intenta ocultar el enojo en su voz.

Sé que nuestra platica no ha terminado, tendré que dejarla para después. Ahora lo importante es terminar lo que empezamos.

—Perfecto —Los tres corremos para  formar un círculo entre nosotros.

—Joel, ¿ya le dijiste que hacer a Matías?

—Claro que ya le dije, no soy un inútil.

—A veces si. ¡Matías! ¿sabes que vas a enseñarnos?

—Tengo muchos talentos, es difícil saber cuál mostrar. Aunque ya tengo algunos en mente —Suelta una risilla.

—Por supuesto —Ruedo los ojos—. Joel, tú y yo traeremos el desayuno que todavía hay para papá, Matías tú...

—Ejem, chicos. ¿Se les olvida que sigo aquí? —El corazón nos late con mayor fuerza al oír al cuarto hombre en la sala.

—¡Matías, tú distrae a papá! ¡Corre! —El pequeño sale de nuestros brazos e intenta empujarlo fuera de la sala.

—Ha llegado el momento por el que hemos trabajado todas estás horas —me susurra.

Nos dirigimos nuevamente a la habitación, tomamos nuestro mural y las grabaciones. Regresamos con mucho cuidado pues en cualquier momento podría romperse, lo dejamos en un sofá.

El mayor desaparece por la puerta mientras yo comienzo a colocar el mural, para lograrlo tengo subirme sobre una silla que está algo desequilibrada. Subo y bajo en busca de herramientas para mi labor.

Se ve algo simple así que al siguiente momento ya me encuentro buscando algo que funcione como telón y finalmente lo encuentro escondido en una esquina. Ahora estoy atando mi telón azul improvisado con algunas cortinas viejas cuando Joel entra sin avisar provocando que yo esté a punto de abrazar al suelo.

Colocamos en un lugar muy visible una televisión para que al final de cada actuación pueda verse.

Al momento en que el desayuno queda impecable sobre una mesita y conecto un microfono, empieza el show.

—Bienvenidos, bienvenidos sean todos. Gracias por acompañarnos este gran día. El día de nuestro debut.

Los miembros faltantes entran, ambos muestran un pequeña sonrisa, espero y sean verdaderas. Toman asiento frente al desayuno.

Estamos enscondidos detrás de las telas azules, así que no pueden vernos.

—Hemos trabajado mucho para mostrarles una presentación a la altura. Esperamos les guste —Entre los dos nos intercalamos el microfono.

—Niño y caballero, preparen sus ojos, ajusten sus zapatos y tengan listos sus brazos para recibir al ¡Circo de los recuerdos!

Salimos triunfantes del nuestro lugar al mismo tiempo que Matías aplaude frenéticamente. Papá todavía nos observa algo desafiante, sin embargo su boca ya está llena de nuestro desayuno.

—Como primer acto, resultado de el sorteo previo, el turno es de Corni
—Les menciona un sorteo que jamás existió.

Mi perrito ladra emocionado, parece entender perfectamente todo esto. Tengo un poco de carne en mis manos, sabe que con ello lo felicitaré.

Empezamos bajo y poco a poco fuimos aumentando la altura, al igual que la diversión. Antes de que lo note la comida se acabó y por ende el acto de mi perrito.

Lo recibieron bien pues le gritan elogios, él responde moviendo su colita. Lo acaricio un poco y corre de nuevo junto a los demás.

—Ahora es el turno de una sorpresa que tenemos pra ustedes. ¡Con gran emoción les mostramos nuestra infancia! —Abrimos el telón y se deja ver ahora nuestro mural.

—Mira papi, ¡fotos con mamá!

El aludido se pone de pie, empieza a caminar en nuestra dirección. Cuando llega finalmente se detiene; alza su manos y con las yemas de sus dedos acaricia las fotografías impresas.

—Son hermosas, ¿no crees? —Asiente sin volteame a ver, lo entiendo, si fuera por mi nunca me apartaría de ellas.

Joel le hace una señal al pequeño para que se ponga en posición para su presentación. Momento de continuar.

—Audiencia, favor de regresar a su lugar. Es momento del siguiente acto—El sonido de micrófono saca de su ensoñación al único espectador, quien regresa nuevamente al sofá.

—Hermanos, uno, dos, tres —La música inunda la sala. Matías tiene puestos unos lentes de sol bastante grandes, el micrófono en una de sus pequeñas manos y en la otra su osito de peluche.

—¡Si, hermanito!

Mi osito de peluche, ay mi osito de peluche —empieza a cantar, si es que se le puede llamar así, pues en verdad solo alarga las palabras e intenta ir junto a la música. Aunque debo admitir:tiene mucha actitud—. Es tan esponjadito, tan peludito, tan regordito, tan pequeñito, tan bonito. ¡Lo quiero muchito!

Corni, mi querido Corni, es tan esponjadito, tan peludito, tan  regordito, tan pequeñito, tan bonito. ¡Lo quiero muchito!

Un niño llamado Matías es tan esponjadito, tan peludito, tan regordito, tan pequeñito, tan bonito. ¡Me quiero muchito!

Tan, tan.

Termina su canción abriendo sus brazos. Ahora solo nuestras carcajadas se escuchan, él también se ríe. Todos nos levantamos a abrazarlo, después lo cargo en mis hombros y  doy algunos giros, nos encanta hacerlo.

—Así se hace, Matías —Lo felicita papá cuando se reúnen.

Joel coloca el video de mamá, como no lo notan al principio, tengo que ir junto a ellos para silenciarlos. Al ver la televisión la sangre nos abandona.

Vemos una escena donde está un bebé en una cama, tiene algunos juguetes alrededor. Notamos que está dormido por lo que la cámara voltea a mamá.

Mamá

—Shh, Matí ya está durmiendo. No queremos despertarlo —Ella está sola en la habitación, únicamente le habla al lente.

Sale silenciosamente del lugar, ahora está es el pasillo.

—Pequeño hijo, cuando veas esto recuerda que te amo. Te amo más de lo que te imaginas, creeme tienes una familia hermosa, no lo olvides. Cuando seas grande nunca me olvides.

La grabación se corta.

El menor acaricia su osito, sus ojos están cristalinos. El osito estaba en la grabación.

—Ella te ama.

—Nosotros te amamos.

—No lo olvides.

Sube su mirada, sonríe.

—Momento del siguiente acto, Nash, tu turno —Me levanto del sillón, me pongo frente a mi familia, tomo el micrófono.

—Por favor cierren lo ojos —les pido.

Sin mucho ánimo lo hacen, respiro profundo y comienzo a hablar.

—Los amo, nunca lo olviden —mi voz sale de mi garganta pero no la normal, para nada. Está es mucho más grave.

—Pero señor, no tiene que decírselos, ellos ya lo saben —Ahora ya no es grave, es aguda. Extremadamente aguda.

—Nunca es suficiente para decirlo —Me oigo como todo un héroe.

—¡Nash! Si tu talento es encender la televisión, te aviso que no tiene nada de especial —Me reprime el mayor. Soy bueno.

—Señor, ese es un tonto. ¡Abran lo ojos! —Todos abren lo ojos a la par y notan que en verdad solo estoy yo.

Conocen mi gracioso talento, puedo imitar un enorme número de voces.

—Claro que no es un tonto, no todo el tiempo.

—Como usted diga, señor.

Sus expresiones muestran sorpresa. Parece gustarles por lo que sigo una conversación entre un supuesto héroe y su asistente refunfuñón. Cuando termino me aplauden.

—¿Por que no me dijiste que haces eso? ¡Podemos jugar mucho más! —Su grito refleja emoción pura.

—Hermano, lo que haces es fantástico.

—Bueno, no tanto pero es gracioso —Me siento nuevamente en el sofá, recibo un fuerte abrazo.

La televisión vuelve a encenderse con un nuevo video. Ahora hay un niño sentando viendo una película. Parece estar actuandola, voltea su rostro a la cámara. Soy yo. Un yo pequeño con una gran sonrisa en su rostro.

—Eres un gran actor, Na. Si quieres y en verdad te gusta podrías seguir con ello toda tu vida.

—¡Me encanta! —Él sigue imitando la película, ahora incluso algunos diálogos.

La cámara vuelve a enfocar a mamá, se aleja un poco, toma asiento.

—Nash, sigue siempre tus sueños, haz lo que más te guste. Siempre estaré aquí para apoyarte, siempre junto a ti. Te amo y siempre lo haré.

Y la grabación vuelve a cortarse.

Un nudo se ha instalado en mi garganta, no recordaba que había que respirar. Mi mamá me ama.

—Tenía razón, siempre te amaremos.

Sonrío porque sé y espero que sea así.

—Mi turno —exclama Joel.

Se coloca frente a nosotros con una hoja de papel y un pulmón. Comienza trazar algo, está bastante emocionado. Tarda muy poco tiempo, después nos lo muestra.

Es un garabato, como los del periódico mural. Mejor dicho es idéntico a uno de ellos en específico.

—Eh ¿qué les parece? —No sabemos que responderle.

Sin embargo antes de que tengamos que hacerlo, la hoja cae al suelo. Música empieza a retumbar.

—Voy a recogerlo, un momento por favor.

Entonces apoya sus manos en el suelo, se impulsa y ahora está erguido completamente de cabeza. Todos soltamos un grito de euforia.

Camina con sus manos hasta el dibujo, lo toma y continúa su camino hasta nosotros. Se apoya únicamente con una mano y nos entrega el papel.

Da media vuelta ya sale por la puerta.

—¡Síganme!

Nos levantamos y corremos tras él. Cuando llegamos está a lado de las escaleras, nos ve con una enorme sonrisa.

—Tres, dos, uno.

Sube un escalón, sube otro más y otro. Finalmente, antes de que me de un paro cardíaco, da un salto hacia atrás. Nuevamente está apoyado sobre sus pies.

—Y bien, ¿les gustó? —Papá está recargado sobre el marco de la puerta, pálido. Matías con lo boca abierta y yo, yo con suerte proceso lo que acabo de ver—. Lo tomaré como un si.

Poco a poco regresamos a nuestro lugar, al llegar comenzamos a aplaudir. Impresionante.

—Gracias, gracias.

—¿Cómo lo hiciste? —Exclamo.

—La práctica hace al maestro y algo de esperanza. Algún día te enseñaré...

Tomo el control. Presiono el botón de encendido.

Ahora, hay un adolescente sentado en su cama. Por supuesto que es Joel, parece que acaba de gritar. A lado está mamá.

—Veo que ya estás mejor —la voz de ella es dulce, tranquila—. Puede que no vayas bien en artes pero eres grandioso en deportes.

Un joven Joel la observa esperanzado. Luego baja la vista.

—Te amo tal y como eres. Amate tú, eres un gran chico. No tienes que ser el mejor en todo, no todas las cosas son para todos los seres humanos. Cuando encuentres lo que ames, lo sabrás y no lo soltarás. Quiero que sepas y recuerdes cuanto te amamos todos.

La pantalla se vuelve negra.

—Ella los amaba y lo sigue haciendo donde quiera que esté. Yo los amo chicos, intento demostrarselos aunque casi siempre termino fallando. ¡Los amo!

Entonces nos abrazamos, un abrazo lleno de amor, lleno de esperanza, confianza y honestidad.

Un video más se reproduce, ahí está ella. Sentada en nuestra antigua sala.

—Um, bueno, no sé si alguien verá alguna vez esto pero aún así lo haré.

»Familia mía...



















Kathe S.


-.-.-.-.

¿Les gustó?

Disculpen la tardanza. Realmente los amo por seguir aquí.

Es maravilloso ver las notificaciones de su inmenso apoyo, me alegran inmensamente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro