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Parte dos

No sabía si era el efecto del alcohol o simplemente la luz tenue del bar que reflejaba en aquel rostro del chico lo hacía verse demasiado lindo. Si bien no tenía puesto los anteojos momentos atrás, ahora su visión era totalmente clara y solo basto esos escasos segundos para perderse en esa mirada, en esos rasgos delicados del contrario y sin mencionar que su cabello largo y sedoso esmeralda lo hacía verse increíblemente atractivo.

Aunque por unos instantes lo dudó, aún con ese temor que siempre había pasado anteriormente por sus intentos fallidos en el amor y sus malas experiencias, lentamente fue soltando al joven de cabellos viridian para alejarse de él antes de ser rechazado como comúnmente estaba acostumbrado.

No fue hasta que Camus lo tomó del brazo evitando que se fuera; mientras tanto la música comenzaba a escucharse incitaba a bailar, simplemente dejando que sus instintos los guiaran para quedar cuerpo a cuerpo rozando de cerca sus respiraciones agitadas.
Inexperto en bailar ese tipo de música que incitaba a gozar el roce cercano de sus cuerpos, Dégel dejó que Camus llevara las  manos de Dégel a su cintura sin romper esa conexión que mantenían ambos como si el tiempo les permitiera estar todo el rato que ellos deseen.

El corazón de Dégel se sobresaltó cuando las manos de Camus recorrían su espalda mientras el no dejaba de moverse al compás de las notas; una experiencia totalmente distinta a lo que estaba acostumbrado, a estar bajo el yugo de una familia sumamente conservadora donde un baile de ese "tipo" estaría tachado por las estrictas normas de sus padres.
Esa fue una de las razones por la cual Dégel se fue de casa, pero ese fantasma de su pasado era parte de sus malas decepciones creyendo firmemente que el amor era solo como en los libros que ansioso leía cada día.

Sacudió su cabeza para olvidar aquellos malos recuerdos para volver a su realidad...
Una donde estaba con varias copas encima bailando descaradamente con un joven muy apuesto del cual no siquiera tenía conocimiento de su nombre, no sabia si la supuesta cita de Kardia ya había llegado y el bailando en el centro con un desconocido.

Fue entonces que decidido Dégel intentó seguirle los pasos a su pareja de baile quien  comenzaba a jugetear con los largos cabellos verdes de ese hombre tan apuesto.

- ¿Puedo saber tu nombre? - Susurró cerca de su oído sin dejar de bailar.

- Dégel... ¿Y el tuyo?

El contrario se acercó a su mejilla, claramente Dégel sintió de cerca ese olor a tabaco acompañado de su nombre.

- Camus.

¡Camus! Dégel se sobresaltó al darse cuenta que tenía en sus brazos a la cita que era para Kardia, el muy listo al parecer había acomodado todo a su favor con tal de que no saliera de ese bar sin acompañante.

De pronto un mesero pasó a lado de ellos con una charola dónde llevaba servido varios shots de tequila, Camus tomó uno y de inmediato lo bebió para comenzar su momento en el bar.

Si bien le dijo Kardia que llevará a cabo las tácticas que siempre le recomendaba está vez se decidió a experimentar con Camus, lo tomó de la cintura y lo pegó a la altura del suyo mientras pegaba su frente con la de Camus sin dejar de bailar.
El joven de cabellos esmeralda sonrió de lado y se le adelantó a robarle un beso a Dégel.

- Me gustas.

- No me importa de dónde vienes ni quién seas, pero también me gustas...

- Vamos a pasar la noche a otro lugar.

Camus tomó a Dégel de las manos y lo guió hasta la salida del bar con el pretexto de buscar un lugar solitario para ambos.
Mientras ellos caminaban, Kardia ya se había pasado a retirar en compañía de su primo para poder celebrar sus travesuras en otro lugar que no fuera en ese bar donde habían pasando a dejar a sus respectivos amigos.

A escasos metros del bar, en aquellas calles solitarias después de que reloj marcará casi la media noche ambos caminaban tomados de la mano hasta un motel que estaba a su derecha.
Quizá Dégel era un romántico y cursi aún a la antigua pero sabía perfectamente a dónde iba a parar esto, simplemente sacó su cartera para poder pagar el precio de la noche correspondiente, les otorgaron las llaves del cuarto once y como si de dos adolescentes urgidos se tratara comenzaron a besarse con frenesí en las escaleras del motel para llegar a su habitación.

Unos besos cargados de pasión y deseo donde a los dos se les olvidó completamente sus males y pesares.
Después de mucho tiempo Dégel sentía se deseo inmenso de poseer a alguien y ese alguien era ese tal Camus que le estaba dando paso libre a la sensualidad y deseo anhelados.

- Mi cita me dejó... - Habló entre besos Camus quien seguía perdiendo sus dedos en la cabellera verdosa del contrario - Pero esto es mejor de lo que imaginaba.

- Es un tonto el que te dejó esperando - Susurró Dégel guiando a Camus hasta la puerta, sin dejar aquella labor de seguir devorándose abrieron la puerta como pudieron y entraron quitándose sus prendas de manera desenfrenada.

En menos de un minuto sus ropas estaban en el suelo, Dégel se quedó impresionado al mirar el cuerpo desnudo de Camus, con la luz tenue que se colaba entre las ventanas logró admirar cada rasgo de su cuerpo, de esos labios entreabiertos ansiosos por querer ser besados.

Dégel se agachó para sacar aquel paquetito que Kardia le había dejando en su bolsillo por qué a manera de como sucedían las cosas si los iba a terminar usando.
Camus dejó escapar un sonrisa ladina al verlo, esto lo aprovecharía a máximo, Dégel era un inexperto en este tema y Camus no dudaria en mostrarle todo lo que sabía con tal de que Dégel sea aquel que lo trate como Camus siempre quiso experimentar...

Una persona dedicada en cada uno de sus toques y caricias, uno que se vuelva loco a cada movimiento, cada roce, cada beso.
Alguien que no lo trate como un fácil de la noche.

Simplemente dejó que Dégel lo llevará hasta la cama disfrutando de cada beso que le daba empezando desde los pies subiendo poco a poco en sus piernas mientras que con las yemas de sus dedos recorría con parsimonia el contorno del cuerpo de Camus, despertando gemidos que endulzaban el oído de Dégel.

- No me importa si soy el primero o el último de tu lista pero no tienes idea de cuánto te deseo.

Palabras que terminaron cuando Dégel se abalanzó en el cuerpo de Camus para profundizar con un beso más apasionado mientras las piernas de Camus rodeaban la cintura de Dégel invitándolo a ir más allá sin importar que no estuviera totalmente sobrio.

Noche apasionada dónde al día siguiente uno de ellos saldría primero dejando al otro solo...

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Bueno, siempre digo que dos partes y siempre me salen más 🤣🤣
No dimensioné la otra parte que me falta así que serán 3 y mañana ahora sí el final 😅😅😅
Quien me entiende verdad???
Los quiero 💖💖💖


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