Te vi por primera vez...
Te vi por primera vez... Y ya no pude dejar de verte.
Tararea suavemente una melodía que escucho del celular de alguna persona que paso detrás suyo, mientras que esperaba pacientemente a que llegara el tren, se dedicó a observar a las personas, unas traían arreglos, peluches, flores y demás, recordándole la fecha que era.
Un 14 de febrero, un día especial para algunas personas, un día común y corriente para otras.
Un martes que podría ser un día normal, un día más de semana como cualquier otro día, pero para muchas personas no lo es, deja salir un pequeño bostezo mientras espera en silencio, repasa en su mente para ver si no se le ha olvidado algo en casa, pero tal parece que no. Realmente esperaba que no, porque si se regresaba no alcanzaría a llegar a buena hora a su escuela y realmente no quería una reprimenda por llegar tarde, aunque quizás hoy podría haber excepciones, pero no iba a tentar a la suerte.
Volvió a bostezar mientras miraba su celular, observando las publicaciones de algunos de sus amigos, segundos después el tren llego a la estación, así que guardo su celular en el bolsillo de su suerte para ingresar en el tren, para su mala suerte en el vagón se subieron muchas personas, aunque no las suficientes como para tener que viajar de pie, tomo asiento junto a la puerta dedicándose a mirar por la ventana el paisaje, al llegar a la siguiente estación tuvo que levantarse para dejar a una persona de avanza edad sentarse, esta le agradeció con una sonrisa y le obsequio un dulce.
Barcode sonrió un poco apenado, pero lo acepto, a pesar de ser ya un joven de 17 años, algunas personas aun lo miraban como un adolescente y un niño, pero él no tenía la culpa de que su apariencia fuera tierna (como le decían sus amigos), si bien no quería verse tosco como el hermano de su mejor amiga que jugaba futbol americano, tampoco quería verse tan "tierno" él quería verse guapo y no adorable, pero la vida no era justa en muchos aspectos, así que solo quedaba lamentarse y aceptarlo (aunque confiaba que cuando cumpliera 20 las cosas cambiaran), al final se llevó el dulce a la boca y lo saboreo mientras se sujetaba de uno de los tubos metálicos, quizás era muy temprano para comer un dulce, pero tenía algo se sueño, así que algo de azúcar en su sistema estaría bien, regreso su atención a la ventana cuando...
—I always dreamed of a solemn face... —un suave murmullo llamo su atención, justo detrás suyo había un joven sentado con sus audífonos puestos —Someone who feels like a holiday... —tarareo levemente, Barcode le miro los más disimulado que pudo.
El muchacho mantenía los ojos cerrados concentrado en la música que escuchaba, el dedo índice de su mano derecha golpeaba ligeramente su rodilla, seguramente al ritmo de la música, Barcode lo miro mejor al ver que el joven estaba en su propio mundo. No es como que tuviera algo mejor que hacer, después de todo.
—But now I'm in pieces... Barely believing... —siguió tarareando, el joven tenía el cabello negro oscuro, una piel blanca y seguro era más grande que él, vestida una chaqueta color negro y unos pantalones del mismo color, además de que a su lado tenía un estuche donde podía asegurar Barcode que había una guitarra, seguro era algún estudiante de música o un aspirante a musico, si mal no recordaba cerca de su escuela había un lugar donde las bandas de estudiantes podían ir a ensayar.
—You're my ángel... Angel baby, ángel... —volvió a murmura el joven después de un rato, llegaron a la siguiente estación y el vagón se comenzó a llenar, así que Barcode termino acercándose un poco a ese extraño joven que solo estaba recargado cómodamente en su asiento, agradecía que tuviera los ojos cerrados, por algún motivo le daba vergüenza que lo descubriera mirándolo, ya un poco más cerca pudo escuchar como tarareaba una canción y aunque busco que su mente por unos momento no se le hizo nada conocida y por lo poco que podía entender del suave tarareo de ese chico, la canción estaba en inglés, quiso poner toda su atención para cuando tuviera oportunidad buscarla en internet.
Siguió observando al joven pelinegro que seguía completamente ajeno a su persona, ni siquiera sabía porque lo seguía mirando pero por alguna extraña razón no podía dejar de verlo, además tenía mucha curiosidad por saber el nombre de la canción, tanta que casi se anima a hablarle para pregúntale directamente y aunque él no era una persona que se lo pensara mucho a la hora de decir las cosas, no hizo nada y solo se quedó en su lugar, desvió la mirada una vez el joven abrió los ojos para poner atención a su alrededor, Barcode solo pudo bajar la mirada y voltearse lo más despistado que pudo cuando sintió sus mejillas comenzar a calentarse.
¿Qué había sido eso?
Segundos después el tren se detuvo y vio de reojo como el joven se levantaba tomaba sus cosas y salía del vagón sin dejar de tararear, por alguna razón lo siguió con la mirada hasta que el tren comenzó a avanzar de nueva cuenta, resoplo antes de sentarse en asiento donde estuvo el joven antes saco su celular y mientras seguía su camino hasta la estación donde le tacaba bajar se puso la tarea de buscar la canción con lo poco que recordaba escuchar, que realmente no era mucho y su nivel de inglés no era muy bueno.
El día paso con normalidad, al menos lo más normal que podría pasar un 14 de febrero, recibió algunos dulces de personas desconocidas, cosa que le sorprendió un poco pero no se quejó, no iba a rechazar unos chocolates y el pequeño peluche que apareció en su lugar después del almuerzo era lindo, al final de clases algunas de sus amigas lo buscaron para darle también unos dulces que el agradeció, prometiendo invitarles una algo después, regreso en silencio a su casa aun con la voz de ese joven en su cabeza y con ganas de saber sobre la misteriosa canción que aún no podía recordar correctamente, esperaba que fuera una canción que estuviera de moda para así poder escucharle en algún momento.
La semana paso de forma tranquila y al joven no lo volvió a ver durante esos días, pensando que quizás solo era algo de un momento lo dejo pasar, sus días fueron como normalmente iba, ir y venir en tren de su casa a la escuela y de la escuela a su casa, pasar el rato con los amigos, hacer tareas y demás, cuando Barcode ya había comenzado a olvidar a ese curioso joven y su voz fue que volvió a encontrarse con él, fue una sorpresa subirse en el tren el siguiente martes y verlo, aunque ese día estaba muy lleno el tren, por lo que estaban de extremo a extremo y no hizo ningún intento por acercarse, solo cuando el joven se bajo es que Barcode pudo verle de cerca, aunque solo fuera unos segundos, confirmando que si era el mismo chico de la vez anterior todavía podía recordar su estuche para la guitarra.
Y de nueva cuenta el siguiente martes se lo volvió a encontrar, y ese día si tuvo la oportunidad de verlo de cerca, le miro unos momento notando que se encontraba dormido, así que con más seguridad le observo con atención, sus mechones de cabello negros cubrían suavemente su rostro casi sentía ganas de acomodarlos, también noto unas perforaciones en sus oídos, vio los mismo audífonos de la primera vez, bajo la mirada observando ahora una challara verde oscuro, se miraba muy cálida y suave, una playera negra, pantalones negros y unos tenis negros de igual forma, se sorprendió cuando el joven se movió sutilmente, Barcode rápidamente saco su celular y puso toda su atención en él o al menos lo intento.
El joven dejo salir un sutil bostezo (que lo hizo sonreír sin darse cuenta) antes de mirar por la ventana del vagón y en la siguiente estación se bajó, esta vez Barcode puso atención en la estación y se preguntó si en las otras dos veces también se había bajado en esa misma estación. Con el pasar de los días pudo comprobar que los días martes podía encontrarse con el misterioso joven cuando iba rumbo a la escuela y que en efecto siempre se bajaba dos estaciones antes que él, y con el pasar de unas pocas semanas descubrió que, si los jueves se iba en el tren que salía unos minutos después de su hora de salir, podía verlo de regreso a su casa, solo que ahora era el quien se bajaba primero, lo malo era que debía salir con algo de prisa de la escuela y no detenerse para nada.
¿Cómo lo descubrió? Un día que pudieron retirarse temprano y como todos tenía mucha tarea por hacer fue que ninguno de sus amigos ni el mismo comentaron para irse a comer o pasear a algún lado, así que se fue directo a su casa, pero en la estación se encontró con su mejor amiga y se quedaron conversando un buen rato, hasta que cada quien le toco irse, Barcode normalmente tomaba el tren que llegaba 15 minutos después de este cuando salía de la escuela, pero no le dio realmente importancia, hasta que dos estaciones después lo vio subirse en la misma estación donde sabía que se baja todos los martes, aunque ese día fuera jueves, una parte de su mente se preguntó a qué horas tomaría el tren ese día, pero solo se quedó como una pregunta al aire.
Y ese jueves fue la primera vez, que se vieron a los ojos, fueron solo unos instantes, algo muy fugaz, un choque de miradas simple que a veces ocurre cuando estas en un lugar lleno de personas, pero se sintió tan extraño el mirar esos ojos oscuros, no supo realmente que fue, pero una sonrisa se mostró en su rostro bajo la mirada y no tuvo el valor de alzarlo de nuevo hasta que tuvo que bajarse del tren.
Ahora ya había encontrado dos días a las semana con una hora exacta para encontrarse con ese joven y viajar en el mismo tren, unos cuantos minutos, ni siquiera sabía muy bien él porque estaba tan interesado en ese muchacho al que jamás le había hablado, que quizás ni siquiera había notado que se encontraban unos minutos dos veces por semana, no entendía la extraña fascinación que estaba desarrollando por ese joven y menos por qué su rostro se sonrojo con fuerza cuando lo vio sonreír por primera vez y eso que la sonrisa no había sido para él.
—All these stars impossible to count... —Barcode no pudo evitar sonreír cuando lo escucho de nuevo, era uno de esos días en los que podía estar muy cerca del joven lo suficiente como para alcanzar a escucharlo tararear alguna de las canciones que escuchaba —I'll bе here till all time runs out —debía admitir que sus listas de reproducción se habían ampliado un poco gracias a ese joven, en ocasiones había conseguir recordar bien la estrofa para buscarla y escuchar la canción completa, así fue como descubrió algunos artistas de música en ingles que fueron de su agrado. —Baby, it's you...
A pesar de que ese joven le causaba mucha curiosidad jamás se atrevió a dirigirle la palabra, ni siquiera una sonrisa, las pocas veces que había cruzado miradas cada quien la apartaba como sin nada, aunque para Barcode fue una sensación muy curiosa la primera vez que ese par de ojos oscuros le vieron, hasta la fecha no sabe cómo explicarlo, bueno ni siquiera sabe cómo explicarse el hecho de que se sonroja por causa de ese joven.
—Quien diría que por fin una chica llamo tu atención —comento uno de sus amigos cuando Barcode guardaba sus cosas con un poco de prisa.
— ¿Qué? —cuestiono algo extrañado.
—No lo vayas a negar —dijo su amigo con una sonrisa pícara —Por algo es que los jueves te vas a toda prisa —le acuso, los demás le miraron y rieron al ver su rostro.
—Claro que no —negó Barcode rápidamente, sin dejar de guardar sus cosas.
—Entonces porque te estas sonrojando tanto —dijo otro de sus amigos riendo, Barcode termino de guardar sus cosas y salió del salón sin decirle nada.
—No me estoy sonrojando —murmuro para sí mismo mientras tocaba su rostro que estaba muy caliente.
Sin si quiera notarlo o quererlo ya se había hecho una rutina para Barcode y ese joven, aunque ninguno de los dos lo supiera siquiera, los martes y jueves Barcode le miraba durante un rato, pero él nunca lo notaba, era más fácil quedársele mirando los martes por la mañana ya que normalmente el pelinegro tomaba una pequeña siesta, mientras que los jueves solo cuando se perdía en su música era cuando el menor podía quedársele viendo un rato hasta que fuera hora de bajarse, a pesar del tiempo que le había dedicado y de las ganas que tenia de preguntarle sobre la música que escuchaba, cantaba y en especial su nombre, jamás había podido reunir el coraje para hacerlo, a veces cuando se llenada de valor para hacerlo algo pasaba que hacía que terminara arrepintiéndose, además él era un joven que apenas iba a ingresar a la universidad mientras que ese chico era más grande que el ¿No se vería patético al hablarle? Por supuesto que sí, así que mejor dejaba las cosas así.
¿Cómo un chico tan atractivo como él se fijaría en su persona?
Las cosas cambiaron sin Barcode se diera realmente cuenta, ese misterioso joven se había hecho importante en su rutina, en su vida más bien, no supo porque, pero ahora se despertaba un poco antes para poder tener tiempo de ir lo mas presentable los martes por la mañana, su uniforme sin arrugas, su cabello bien cepillado, un poco de perfume... Y vaya que con un poco de más dedicación a sí mismo, llamo la atención de algunas personas, le tomo un poco de tiempo el notar que todo eso lo hacia para hacerse notar con ese misterioso chico.
¿Cómo se dio cuenta? Fue cuando se dio cuenta su tiempo era contando, como los exámenes para el ingreso a la universidad estaban cerca, había mucho que estudiar, muchos libros por leer y sin contar todo lo que tenia de sus clases, así que casi todos los días se quedaba estudiando con sus amigos, era casi, porque los jueves prefería irse a su casa y estudiar solo o que sus amigos fueran a su casa a estudiar, solo para poder verlo, realmente no sabía cómo había podido mantener eso en secreto por tanto tiempo, sus amigos sabían que estaba enamorado de alguien, pero aún no daban con quien.
Porque si, después de pensarlo durante un largo tiempo y replantearse los cambios que habían surgido después de conocer a ese joven, Barcode llego a la resolución de que le gustaba ese muchacho que había visto en el tren, no sabía cómo ni cuándo había pasado, solo sabía qué hacía latir su corazón de una manera que nadie más había logrado, con solo una mirada lo ponía a temblar, aunque ese joven no lo supiera nunca y sabía que quizás todo eso acabaría pronto, cuando asistiera a la Universidad tendría nuevos horarios, además de que iba a mudarse a los dormitorios, así que ya no tendría que tomar el tren y quizás no volvería verlo jamás y eso lo entristeció de una manera que no se esperaba, no quería dejar de verlo, no quería dejar de escucharlo.
A pesar de que todos notaron su tristeza y quisieron animarlo, Barcode no dijo nada al respecto, así que ni sus amigos, ni familia supieron el cómo ayudarlo, y el no diría nada porque una parte suya le daba mucha vergüenza e inseguridad hablar del tema con sus amigos o familia, simplemente no podía decirles que se había enamorada de un chico, de un chico que miraba dos veces por semana por al menos unos minutos, que no sabía su nombre ni quien era y que seguro ese chico no sabía de su existencia realmente. Subió al tren como de costumbre un martes por la mañana, tenía mucho sueño realmente no había podido dormir nada por una maldita tarea que tenía que entregar ese día a primera hora, tomo su teléfono y activo la alarma, bien podía dormir unos minutos así que cerró los ojos tratando de dormir.
Estaba dormitando con la cabeza recargada ligeramente hacia un lado, escucho un leve murmullo, como un tarareo, era muy suave y sutil además de muy agradable de escuchar así que dejándose arrullar por esa preciosa no supo en que momento realmente se durmió, abrió los ojos debido al sonido de su teléfono, apago su alarma y bostezo notando que se había quedado dormido unos minutos apoyado contra otra persona, rápidamente el rastro del sueño se le fue y se enderezo con prisa para mirar a la persona y disculparse, grande fue su sorpresa al ver a su misterioso chico sentado a su lado completamente dormido, se sonrojo con fuerza ¡Había dormido apoyado en su hombro! En ese momento quería que la tierra de lo tragara, rápidamente saco de su mochila una nota adhesiva escribiendo un "Lo siento" para salir corriendo en cuanto se abrieron las puertas del tren, ya en la seguridad de su salón es que pudo meditar mejor las cosas y sentirse mal por él, después de todo sabía muy bien que siempre se bajaba dos estaciones antes ¡Ni siquiera lo había despertado! Negó con la cabeza, no queriendo pensar en cuantas estaciones se pudo haber pasado por su culpa, vaya manera de tener un contacto con su misterioso joven, dormido apoyado en su hombro y haciendo que se pasara su estación, ojalá no lo recordara el jueves que se volvieran a topar en el tren... Si es que tenía el valor de irse en ese tren.
—Soy patético... —se dijo Barcode el jueves mientras observaba el tren irse, al final no había tenido el valor de subirse a ese tren, así que tomo el siguiente más tranquilo, pero a la vez desanimado porque ese día no le vería y lo volvería a ver hasta el martes.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se fijó en quienes entraron en las demás paradas, así que no puso cuidado a la persona que se sentó justamente frente a él, la persona que rondaba sus pensamientos desde hacía un buen tiempo, a quien podía observar por largo rato y no se cansaría, suspiro y se regañó mentalmente por lo cobarde que estaba siendo hasta que por fin levanto la mirada después de un rato y vaya sorpresa que se llevó cuando lo hizo, su misterioso chico estaba sentado frente a él... Y le miraba.
Le sostuvo la mirada unos momentos, su misterioso joven suspiro a lo que Barcode cerro ojos debido a la vergüenza que la causo recordar lo del martes, para cuando se animó abrir los ojos de nuevo, el joven ya miraba por la ventana con completo desinterés, eso lo desanimo, pensó en sonreírle pero no tuvo el valor, así que solo le miro unos momentos antes de poner su atención en la ventana como si observaba el paisaje de afuera, volvió a poner su atención en el joven, descubriendo que este le miro de nuevo, pero cuando sus miradas se encontraron de nuevo el solo se limitó a suspirar y cerrar los ojos, no sabía si sentirse feliz porque el lo había mirada de alguna forma o sentirse patético por toda la penosa situación, además de que el no parecía realmente intrigado o afectado por ese cruce de miradas, seguramente solo le miraba desinteresado. Se sentía tan absurdo, un chico enamorado de otro chico, del cual no sabía ni su nombre.
La misma historia de cada semana, dos veces por semana verlo en silencio, ya su rutina personal, solo observarlo, admirarlo, contemplarlo, adorarlo y si durante el trayecto sus miradas se encontraban, solo se mirarían unos segundos antes de que cada quien apartara la mirada como sin nada...
Unas pocas semanas antes del final de sus clases, con su graduación en puerta es que Barcode decidió darle fin a todo eso, era mejor así, no podía seguir con ello, porque sabía que lloraría a mas no poder cuando dejara de verlo de golpe, así que tenía que alejarse ahora que sentía que aun podía hacerlo, debía hacer algo para cambiar todo eso, para terminarlo, era mejor ahora por su misma voluntad que por otras cosas que sabía que iban a venir, era jueves y el vagón de tren estaba lleno de gente, así que fue algo complicado notar cuando se subió, por fortuna pudo ver el estuche de la guitarra, lentamente se fue acercando al joven lo más disimulado que pudo, él estaba recargado en un barandal cerca de la puerta, se quedó quieto un momento antes de seguir acortando la distancia entre ellos, no iba a acobardarse en ese momento, ya había sido muy cobarde todo ese tiempo.
Tomo aire para llenarse de valor y espero a que el tren llegará a la penúltima estación, muchas personas se bajaron para su fortuna, el joven se sentó y lo noto acercarse, hizo un pequeño gesto para que se sentara a su lado, pero Barcode se negó, llevo su mano a un bolsillo de su suéter, saco una pequeña caja de regalo, apretó los labios formando una línea rectan. Espero a que se cerraran las puertas, y volviera avanzar el tren para toser levemente llamando su atención, cuando tuvo su mirada en su persona todo su cuerpo tembló, tomo un gran respiro, con los nervios de punta, era ahora o nunca.
—Ten —murmuro extendiéndole la cajita, el joven le miro extrañado —Para ti —agrego en un susurro, pero fue lo suficientemente alto para que el otro le escuchara.
—Gracias —respondió el mayor antes de regalarle una sonrisa que detuvo el corazón de Barcode y provoco que sus mejillas se pusieran completamente rojas.
—De nada —dijo el menor desviando la mirada, el tren comenzó a detenerse, ya iba a llegar a su estación —Adiós —agrego antes de salir literalmente corriendo una vez que abrieron las puertas del vagón.
No solo por la vergüenza sino también porque sus ojos comenzaron a picar por las lágrimas que se comenzaron a acumular, ese quizás sería el ultimo día que lo iba a ver, llego a su casa que por fortuna estaba sola en ese momento, así que pudo ir directamente a su habitación y desahogarse como él quisiera, al fin que no había nadie para preguntar el motivo de sus lágrimas. Se sentía como un tonto, no solo tonto, también muy patético... Suspiro tristemente ¿Qué podía pasar ahora? Pronto se graduaría y entraría a la Universidad, sería un nuevo comienzo, una nueva etapa en su vida, cambiaria de ambiente, sabía que le tomaría un poco de tiempo el acostumbrarse, pero solo necesitaba eso, algo de tiempo y todo estaría bien.
Cambio las horas para tomar el tren, así que esa semana no lo vio y aunque su corazón dolió, supo que había sido lo mejor, llego martes y tampoco lo miro, parecía que todo estaría bien con el tiempo, seguro con dejar de verlo y borrar todo lo que podía recordarle a él y con un poco esfuerzo todo pasaría, ahora tenía que dedicarse en su graduación y el ingreso a la Universidad, nada más eso importaba en ese momento, la semana siguió su curso de forma tranquilo, dio jueves y Barcode busco como estar ocupado para no tener tiempo de pensar en ese joven y vaya que le funciono, paso otra semana común y corriente, pero solo en apariencia porque se notaba que algo lo mantenía triste y ausente, aunque él lo negara, todo iba bien según él, hasta que llego jueves, se quedó con sus amigos un largo rato, para después regresar a su casa, como normalmente hace subió al tren y tomo asiento en silencio, lo que no espero fue verlo entrar a él también y menos que él se acercara a donde Barcode estaba sentado, además de que se sentó a su lado, el menor estaba en shock ¿Qué hacía en esa estación? Se supone que se subía dos estaciones después y él desde hace mucho debía haber tomado el tren.
Barcode sintió como su misterioso joven le miraba en silencio y el solo se quedó esperando, esperando que se fuera, que llegara a su estación, que solo fuera obra de su imaginación, que se despertaría de una vez si es que estaba soñando, en la siguiente estación el vagón casi que queda vacío, aparte de ellos solo habían 3 personas, pero estaban en el otro extremo, así que no iban a prestarles realmente atención, el menor sentía su corazón palpitar rápidamente al tenerlo tan cerca y con esa mirada sobre su persona.
—Hola —hablo por fin su acompañante, su corazón comenzó a latir con fuerza ¿Le estaba hablando?
—Mm... —murmuro suavemente, aun sin atreverse a levantar la mirada.
—Es lindo. —volvió a hablar el joven, su voz era suave pero segura, melodiosa algo que lo hizo ruborizarse.
— ¿Eh?
—Tu regalo, me gusto—aclaro amablemente, por el tono de voz Barcode casi podía asegurar que había sonreído.
—Oh —murmuro sonriendo levemente.
—Pero... No entiendo... —dijo algo confundido.
— ¿Qué?
— ¿Por qué me evitas ahora? —cuestiono el joven sin quitar su mirada del menor, aunque este aún no se hubiera atrevido a mirarlo.
—Yo no...
—Lo haces —le interrumpió antes de tomar su mentón con su mano para que Barcode lo mirara a los ojos, sintió toda su piel erizarse con solo ese pequeño contacto, su mano era cálida —Y creo que merezco una explicación.
— ...
—Realmente pensé que por fin sabría tu nombre —comenzó a decir el joven soltando su rostro, pero sin dejar de mirarlo fijamente. — ¿Al menos puedo saber eso?
—Barcode —murmuro el menor tímidamente —Barcode Tinnasit...
—Barcode —dijo el joven sonriendo mientras saboreaba el nombre con gusto, el mencionado solo pudo sentir sus mejillas tibias, que bien sonaba su nombre siendo pronunciando por esa boca, sin poder evitarlo ambos se sonrieron.
— ¿Y tú? —se animó a preguntar el menor, el mayor le contemplo unos segundos, encantado con el color rosado de sus mejillas.
—Jeff —respondió dulcemente —Soy Jeff Satur.
—Jeff —murmuro Barcode sin poder quitar la sonrisa de su rostro, después de tanto tiempo por fin sabia el nombre de su misterioso chico, volvió a bajar la mirada, no sabía que decir o que hacer, jamás pensó estar en esa situación.
—Toma —dijo Jeff mientras le daba una caja de color negro, era un poco mas grande que la que Barcode le había dado —Es para ti.
— ¿Para mí? —pregunto antes de tomarla y abrirla, encontrando pulsera plateada, la miro algo sorprendido.
—Me disté un regalo, pensé en devolver el gesto —explico el joven haciendo mención del regalo que Barcode le dio el otro día.
Semanas atrás Barcode había visto en una tienda un dije con forma de guitarra, le había recordado tanto a su misterioso chico que no dudo en comprarlo, aunque no tuviera el valor para dárselo jamás, claro que después había elegido darse como un recuerdo, algo para que ese chico supiera que ellos se habían encontrado, un pequeño recuerdo de que el por uno tiempo había formando parte de su vida, una idea algo tonta, pero al menos Barcode quería que ese chico supiera de él, claramente no pensó que ese acto de valor lo pondría en una situación en la que estaba ahora.
—Gracias —pudo decir después de un rato en silencio, para después alzar la mirada para verlo.
—Quería que tuvieras algo para recordarme —dijo Jeff mientras mostraba una cadena donde estaba el dije de guitarra que el menor le había dando, el menor se ruborizo antes sus palabras, pero sonrió al ver que usaba su regalo. —Por un momento creí que no podría dártelo...
—Lo siento.
— ¿Me dirás por qué?
— ¿Por qué, ¿qué?
— ¿Por qué me evitas?
—...
—¿Sabes? Tu eres la única razón por la que tomo el tren dos veces por semana —Jeff antes de alzar su mano para acomodar su cabello suavemente.
— ¿Enserio? —pregunto sorprendido.
—Si... tenia mi auto en el taller, así que comencé a tomar el tren, realmente no me gusta debido a la cantidad de gente que se junta algunos días —comenzó a contar el mayor con una suave sonrisa en sus labios —Después de vi y ya no era tan malo...
—Quieres decir...
—Viajo en tren dos veces por semana solo para verte —aseguro Jeff antes de tomar una de sus manos —Ni siquiera se bien quién eres, pero te extrañé la semana que no te vi.
—Yo también —confeso Barcode con una sonrisa, sintiendo sus ojos nublarse —Te extrañe mucho...
—Ya pronto será hora de dejarte ir... —dijo Jeff mientras acariciaba su mejilla suavemente.
—Si... —dijo Barcode mientras notaba que ya iba a llegar a la estación donde bajaba.
Junto antes de que el tren se detuviera, se inclino hacia Jeff y presiono sus labios en su mejilla, lo que no espero es que el mayor se volteara y ahora el presionara sus labios contra los suyos, fue un beso muy suave, algo muy leve pero que lleno de calidez todo su cuerpo, sus labios hormiguearon y sus mejillas se tiñeron de rojo, para su desgracia el tren se detuvo, Jeff lo ayudo a ponerse en pie y con un beso en el dorso de su mano fue que se bajó del vagón, se miraron unos segundos por la ventana con la promesa de volver a verse, se despidió con un gesto de su mano y se quedó de pie mirando como el tren se iba.
Ya quería que fuera martes. Observo el regalo de nueva cuenta, notando un pequeño papel bien doblado dentro, con curiosidad lo tomo y sonrió ampliamente al ver su contenido, bueno, tal vez no tenia que esperar hasta el próximo martes para volver a verlo, es mas puede que ya no sean solo 2 veces por semana, con sus ánimos renovados se fue a su casa, y justo al llegar fue que saco su celular para mandar un mensaje.
Ya estoy en casa... Gracias por la pulsera, es hermosa.
Que bueno que te gusto. Espero verte pronto.
.
.
.
.
.
No pense que saldria, lo pense mucho para animarme a escribir algo de ellos, pero es que Jeff y Barcode tiene tanto potencial, realmente queria hacer mi aportacion de ellos, asi que aqui esta.
Gracias por leer.
Rose Shirogan.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro