Tenía el corazón roto
Abuelo era alguien problemático, siempre se peleaba a golpes con esa mujer cuyo hijo era de mis mejores amigos. Que vergüenza, pero eso no cambió nada en mi relación tan cercana con ellos. Mi mamá si lo odiaba, y me ordenaba a mantenerme alejada de ese alcohólico.
***
Mientras, yo tenía otras cosas en las que pensaba, un novio que me ama y es perfecto.
No. No todo lo que brilla es oro, por muy joya que sea siempre tiene un defecto y el peor en este caso. Siendo un chico tan guapo llamaba mucho la atención de las chicas, no sé de cuántas o las veces, pero terminó siendo tentado y una tarde, de la nada, ya él estaba con otra. ¿A si como así? Umju, si. Simplemente no supe que habíamos terminado, solo le ví con otra y sin decir una palabra ahí acabó todo. ¿Acabó?
Pero dolió, eso si, demasiado. Lloré, hasta que en momentos la ira me controlaba y sin darme cuenta había golpeado un espejo, mismo que cortó en mis nudillos y apenas sentí ese dolor porque había otro más grande, en otro lugar de mi.
Cada palabra de confesión quedó en el aire. Mis besos fueron reemplazados. Y su cuerpo ya no estaría unido al mío. Tuve que forzarme a decirle adiós sin obtener respuesta. ¿Sabes lo que se siente?
Era extraño, tocarle la mejilla para saludarle con un beso de amigos. Pero no solo fue aquella chica, sino que otra y otra y otra, era un complemento mujeriego delante de mis ojos y cada una de ellas se acerca a nosotros con buenas intenciones. Las veía mejor que yo, me sentía fea, interior. Soporté ver cómo ellas lo besaban dónde mimo yo lo hacía, lo abrazaban y lo miraban de cerca. Dolió como daga sin filo en mi pecho cuando se tatuó junto a una de ellas, y al final no duró más de cinco meses.
Había una prostituta. Si, dije antes que era mujeriego. Él la buscaba casi todas las noches y quedaban en una casa al doblar la siguiente calle. Supe que él se burlaba de mi, de como era yo cada vez que estábamos en la cama, claro que lo supe por esa mujer y no de su boca. Ya en ese entonces él tenía dieciseis años y yo quince. A veces nos mirábamos, apenas nos hablabamos por estar con nuestros amigos del barrio.
Yo tenía una amiga, no era la mejor pero si la más cercana. ¿Adivinen qué? Llego un día en que él se veía en secreto con ella. Todos esos amigos de los que estaba rodeada, eran cómplices y ninguno me dijo al respecto.
Mi corazón estaba lastimado por pensar que alguien como él sería bueno para mí. ¿Por qué cuando estábamos juntos todo era perfecto? Fui humillada en público por los más cercanos a mi. Muchos en el barrio sabía de lo que sentía por él y de la forma en que él cuidaba de esos sentimientos, más bien los pisoteaba y yo solo callaba, lloraba cuando nadie me veía.
De repente, aparecieron unos ojos azules como el cielo en la mañana, cabello rizo como el oro, alto y sobre todo, era su amigo más cercano. A él apunté....
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¿Qué aconsejas a nuestra prota?
¿Crees que él actuó bien o mal?
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