¿Sabes lo que se siente abrir los ojos y darte cuenta de lo que haces, justo cuando no hay vuelta atrás? Yo debía decir que lo amaría, respetaría, estaría en la riqueza y pobreza, salud y enfermedad, pero...ninguna de esas palabras salieron de mi boca. Eso fue porque me dí cuenta que no debía hacer esa promesa a la persona equivocada. Lo sorprendente es que aún recuerdo decir cosas sabiendo que no las iba a cumplir del todo. Pero era bonito después de todo y me sentía especial, ¿cómo decir que no cuando sientes que el mundo es solo tuyo?

Es el sueño de toda princesa interior sentirse el centro y pararse en una altar delante de ese hombre del que pones en manos tu corazón.

No usé el vestido blanco de mis sueños, ni siquiera las rosas rojas que quería sostener en mis manos. Habían testigos de lo que ocurría y solo una persona sabía lo que dolía, era yo.

Entonces, no fue la casa que diseñaba en mi mente de niña. Solo un apartamento pequeño donde yo era "la agregada" en la casa de la madre de mi actual esposo.

Familia cristiana, pero, ¿lo era?, no sé, parecía falso. No veía esos frutos que escuchaba que tendría una persona al tener una relación con el Espíritu Santo.

No tenía planes, no tenía pensamientos en los que nos veíamos juntos toda la vida. Mas bien estaba preparada para estar con él por más tiempo pero no lista para darlo todo de mi.

En las madrugadas me levantaba por un vaso de agua y mi pecho se sentía apretado, lloraba sin saber por qué. Recibía llamadas de alguien desconocido y a pesar de insistir en un, "hola, ¿quien es?". Nunca supe quién llamaba.

Juro que no lo esperaba, dos meses después de mi boda, estaba embarazada. No. No quiero. Hay muchas cosas que quiero hacer. Ni siquiera he terminado mis estudios y ya faltaba tan poco.

No quería tener hijos. Fuí atacada y mal vista por tener un bebé a temprana edad, pero tampoco apoyaban el aborto.

Mi esposo me apoya y decía estar a mi lado. ¿Sabes qué? No me importa nada, no me importa nadie. Es una vida creciendo dentro de mi y ahora es más mía que de alguien más. Solo pienso en que voy a ser mamá.