¿Cómo se ve la muerte? Realmente como la mierda.

Habían pasado tres semanas desde que mi amigo me dijo que ya no había nada que hacer... lo sabía, cada día empeoraba más, cada día me recordaba que no se iba a curar mágicamente, que realmente esto era el fin.

Como siempre al llegar me acosté en su cama junto a él, la verdad es que si acaso había hablado con él tres horas no seguidas desde el día que nos tatuamos, ahora requería oxígeno, se tenía que alimentar por el martirio de sonda, lo mantenían con tanta droga que no sabía si estaba consciente de lo que pasaba cuando estaba despierto.

—¿Qué haces aquí? —me preguntó sacándome de mi trance.

—Vine a ver a Dee obviamente —murmuré.

El chico suspiró casado para extender su mano y chocarla.

—Ve a casa Jens —ordenó, sus ojos hundidos y cristalinos me miraban con seriedad.

—Tu no me mandas cabron —gruñi cruzándome de brazos.

—Si mal no me equivoco y sabes que nunca lo hago no has dormido en varios días y probablemente no has comido —suspiró— y sabes como lo sé porque te ves igual que yo.

¿Acaso importaba yo cuando él era el que moría frente a mi?

—Déjame tranquilo si —asegure— además traje a Jake, al parecer Dean lo invitó a su partido, pero ahora están jugando videojuegos.

—Deja a la bestia de tu hermano y ve a casa de acuerdo —pidió— duerme un poco, come algo y regresas, te necesito bien enanito.

Negué cansado, parte de mi quería irse pero la otra me decía que me quedara.

—No me iré de acuerdo —me aseguro lo que en verdad me temía— pero tú necesitas descansar, si no lo haces por ti hazlo por mí.

Suspiré, el chico me jaló hacia él para besar mi frente y abrazarme, no me gustaba esta fase de Cade cariñoso, pero no era tan cabron para no aceptarlo.

—Estaremos...

—Bien —interrumpí agotado— si, si ya lo dijiste.

Él sonrió para extender la mano y chocar el puño a lo que contesté con el ligero empujón.

—Te quiero enano estupido —dijo mientras me iba.

—Lo sé quien no —agregué lo obvio— acaso no me has visto soy adorable.

Negó cansado para despedirse con la mano.

Me fui a casa porque tenía razón, estaba cansado, no recordaba la última vez que comí algo más que mis barritas por la mañana, y la verdad me sentía mal...

Llegué a casa para tirarme en el sofá poniendo mi teléfono frente a mi.

—Si suena me despiertas —pedí a mi padre.

Papá asintió para besar mi frente.

—Te hará bien dormir un poco —me calmó.

Eso esperaba.

Me iba a morir, lo había aceptado ya.

Después de que se fue mi enanito el cual lucia como la mierda llegó Li, otro que se veía igual.

Mi hermano se acostó a mi lado para abrazarme, mire sus muñeca las cuales estaban llenas de moretones.

—Deja de hacer esto —regañe molesto— sigue así y te colocare guantes como cuando eras pequeño.

Me dió una liguera sonrisa triste.

—Aún ahora me vas a regañar —bufó divertido, muchas veces por su actitud me toco ser el hermano mayor con él.

Asentí para besar su frente, una lágrima brotó de sus ojitos la cual seque.

—Te amo Li, pero si empiezas a llorar otra vez te voy a golpear para tener razones —amenacé.

Él asintió para besar mi mejilla.

—Te amo hermanito —aseguró.

—Yo más Li, nunca lo olvides —bese su manita.

Me recargue en él por un rato, recordando cuando éramos pequeños y se la pasaba pegado a mi, protegiéndome de todo sin razón.

—¿Puedes ir por Dee? —pedí.

Mi hermano asintió para ir por él y traerlo, entró con sus chinos hechos un desmadre, se acercó con sus ojitos tristes.

—Ve a cambiarte Dee Dee —ordené.

Él me miró extrañado, negando de inmediato.

—Quiero que vayas a tu partido, si te vas a hora aún llegas —asegure.

—No iré a ese estupido partido —señaló sentándose en el borde de la cama— quiero estar aquí.

Tomé su manita, aún con sus doce añito tenía manitas pequeñas.

—Te esforzaste mucho para llegar a la final, ademas invitaste a Jake y es un compromiso que debes cumplir —le recordé.

—Al carajo el partido, a Jake ya lo alimenté y esta jugando videojuegos... yo me quedo aquí, contigo —explicó desesperado.

Lo atraje hasta mi para abrazarle, me abrazo con fuerza a nada de llorar.

—Quiero que vayas al partido y metas muchos goles por mí de acuerdo —pedí— quiero que te la pases bien un día y te olvides de todo, puedes hacerlo por mi Dee Dee.

Me miró para asentir, sus ojitos azules brillaban por las lágrimas que reprimía.

—Te amo tanto Dean eso nunca lo olvides, quiero que sepas que si algún día tienes problemas y sientas que la situación sobre pasa a Li recurras a Jens, todo lo que te diga harás lo contrario —aconsejé— será otro hermano para ti.

El chico asintió a punto de llorar.

—¿Por qué me dices eso? —preguntó aterrado.

—No sé si te lo pueda decir después así que aprovecho —sonreí limpiando su lágrima traicionera— anda ve, y de paso mándame a Jake tengo que hablar con él.

Mi hermanito asintió besando mi mejilla, pegando su frente con la mía.

—Te amo —dijo tan sincero y con tanto amor como era él.

—Yo más, más que a nada en este mundo —le aseguré— serás un buen hermano mayor, pero no olvides que siempre serás mi bebé.

Mi hermano se quedó abrazándome por un largo rato hasta que tomó valor.

—No regañes a Jake, se defiende y muerde duro —aconsejó sincero, mi niño salió para cambiarse.

Jake entró a mi habitación, con toda la pinta de rudo y la altura de su hermano, joder ese niño tenía un carácter más duro que el de su hermano, pero al ver como mi hermano me hablaba de él era imposible no notar esa parte cariñosa que no demuestra seguido.

—Jake Blue —lo llamé.

—Cade Hope —murmuró para cruzarse de brazos— ¿Qué quieres?

—Aún no te caigo bien por lo que veo —señalé lo evidente.

Él negó para acercarse, tenia unos hermosos ojos castaños con la misma intensidad que los de su hermano.

—Te tolero solo por Dee y mi hermano —aceptó, yo sabía que no.

Negué divertido para verle serio.

—¿Te puedo pedir algo? —me atreví, este niño podía mandarme a la fregado en cualquier momento.

—Si pagas el precio claro —me recordó sacándome una sonrisa.

—Cuida de mi hermano, necesitará un buen amigo cuando no esté —pedí— sabes como es.

—Un bebé llorón —aseguró asintiendo— pero si, yo cuido de mi chico.

Extendí el puño para cerrar el trato, el chico correspondió pegando de la misma manera.

—Y jode a tu hermano por mi —agregué.

—Eso lo haré gratis por ti —sonrió riendo.

Asentí divertido.

—No eres tan idiota como pensé —confesé.

—Tu si —se defendió— no sé porque mi hermano te quiere tanto.

—Soy un encanto —aseguré guiñando.

Negó para acercarse a la puerta.

—Tranquilo, yo cuidaré de ellos no te preocupes—prometió.

—Gracias Jake —expresé feliz.

Convencí a mi hermano de ir a su juego, no lo quería aquí sintiéndose triste.

Jeff subió para cuidarme por petición de mi hermano pues no quería dejarme solo.

—Joven Hope —saludó.

—Es Cade Jeff —insistí dándole una sonrisa.

El hombre asintió para sentarse a mi lado.

—Estoy cansado Jeff —asegure, estaba realmente cansado.

—Debería descansar joven Cade —animó.

Le mire para sonreírle y asentir, aquel hombre me vió crecer.

—Gracias... por cuidar de mi siempre —confesé.

—Gracias a usted por permitírmelo, sabe que siempre será como un hijo para mi —expresó con un nudo en la garganta.

El hombre se acercó para abrazarme a lo que correspondí de la misma manera.

Me acomodé para dormir... o tal vez ya era tiempo de dejar este mundo.

Desperté por el ruido de mi teléfono, mi corazón se detuvo al verlo.

Varios mensajes y llamadas del celular de Cade, abrí los mensajes para leerlos.

Me levanté angustiado, empezaba a faltarme la respiración.

—¡Pa... Papá! —grité desesperado.

Ambos bajaron corriendo para verme.

—¿Qué ocurre Jensen? —Preguntó papá angustiado.

—Es... Cade, está en el hospital... yo debo ir... yo...

—Jensen —me detuvo tomándome de los hombros— cálmate de acuerdo, respira, nosotros te llevamos.

Asentí para iniciar los ejercicios de respiración para no caer en un ataque, lo que menos quería.

Llegamos al hospital rápido donde ya me esperaba Grant, el dolor de cabeza de Cade.

Me llevo hasta su habitación con mis padres tras de mi, al abrir la puerta ahí estaba él acostado en cama, vivo aún...

—Falsa alarma enanito —sonrió cansado.

Respire por fin, me acerqué para subirme a la cama.

—Casi me provocas un infarto —regañe.

Negó la cabeza divertido, pero evidentemente débil.

—Nos dejan a solas por favor—pidió viendo al doc y Jeff.

Ellos salieron para dejarnos solo.

Nos quedamos en silencio por un minuto.

—¿Tienes todo listo verdad? —me preguntó serio.

Asentí cansado.

—Están envueltos, las guías listas y ya solo falta enviarlos —murmure.

—Que eficiente, ahora que te dejo sin empleo tal vez puedas solicitar empleo con Santa Claus, te queda el rojo y el verde —se burló.

—Lo consideraré —murmuré asintiendo.

El chico tomó mi mano para verme.

—Es tiempo Jens —susurro.

Negué cansado, dolido... enojado.

—No, aún no —dije quitando mi mano— prometiste que esperarías...

—Jensen —interrumpió cansado.

—Aún no carajo, aún no puedo... —expresé— no puedo.

Me baje de la cama para salir de su habitación sin importar que me llamara, mi Pa me miró al salir.

—Jensen —me llamó abordándome.

—Él se va a morir y yo no puedo Pa... no puedo perderle —remarqué.

Estaba entrando en un ataque de pánico.

—Yo se que es difícil cariño, pero tu amigo te necesita con él, ahora en este momento —susurro mientras me abrazaba con fuerza para tranquilizarme— calma hijo, calma.

Diez minutos después logré salir de mi ataque de pánico, estaba terriblemente cansado pero ese nudo en mi garganta no cesaba.

—Estamos aquí si nos necesitas —apoyo Papá.

Asentí, respire profundamente para volver.

Al abrir la puerta me miró con cierta tristeza, le mire con cierta molestia de mi parte.

—Este era tu plan no, tu último movimiento para joderme... hacerte mi amigo para después dejarme —ataqué frustrando dejándolo salir.

—Jensen no... no quiero pelear contigo, no quiero irme así —me detuvo mirándome.

—Pero así inició esto no —le recordé— una estupida pelea por una galleta.

El chico asintió cansado viéndome con sus ojos que reflejaban el dolor de la enfermedad.

—Ven por favor —pidió, pues seguía parado en la puerta aún sin poderme mover.

Me senté en el borde de la cama para verle.

—Perdón —murmure, empezaba a sentir agua en mis ojos.

—No te disculpes enanito, si estuviera en tu lugar ya me hubiera ido —mencionó calmándome.

Negué para tomar su mano.

—Eres un buen amigo, uno de los mejores —acepte— y yo... te quiero mucho —solté por fin.

Empecé a llorar, Cade me permitió hacerlo... me permitió no ahogarme en mis sentimientos como siempre.

—Me amas cabron —sonrió feliz, el pálido reflejo de su piel y las ojeras eran evidentes.

—Mira quien lo dice —murmure calmándome.

—Como no amar a mi enanito favorito —aseguró sonriéndome— mi mejor amigo.

Suspiré para tranquilizarme otra vez.

—Jens quiero pedirte otra cosa —mencionó— tienes que ser tu el que le diga a mi rubia.

—¿Yo? —pregunté inseguro.

—Mis padres sólo harán una estupida llamada, no lo aguantará así —aseguró— por favor, tienes que ser tu, solo confío en ti.

Asentí, sabía a lo que se refería.

—Gracias, por estar aquí... por ser mi mejor amigo —murmuro, una lágrima rodó por su mejilla.

Cerré los ojos con fuerza evitando llorar más.

—Jensen no quiero morir —confesó nervioso— no quiero dejar a mi familia, a Sam, Nico... a ti.

Me giré para abrazarlo y calmarle, el chico se incorporó sentándose para abrazarme con fuerza aferrándose a mi, con su cabeza en mi hombro.

—Hay tantas cosas que quiero hacer aún, tantas razones porque vivir... tengo miedo de estar solo y no quiero amigo, no quiero morir... —rogó dolido.

—Tranquilo, estaremos bien —dije mientras lo abrazaba para calmarme— estaremos bien —susurré— estaré bien —afirmé lo que necesitaba escuchar.

Solo éramos  dos chicos que se odiaron la mayor parte de su vida, pero en ese momento... éramos dos amigos despidiéndose.

Me abrazo aferrándose a mi, me aferre a él hasta que esa fuerza sobre mí cedió acompañada de un pitido a mi alrededor.

—Cade... —lo llamé— Cade...

No quise moverme, aún mantenía a mi amigo en mis brazos.

Grant entró de inmediato para vernos.

—Ayúdalo —pedí desesperado— ¡Ayúdalo! —le grite.

Él se acercó para separar a mi amigo de mis brazos, lo recostó para mirarle, parecía dormido con una sonrisa en rostro... se puso su estetoscopio para escuchar su corazón y asentir, terminó por apagar el monitor.

—Lo siento Jensen —informó poniendo su mano en mi hombro— ya está descansado.

—¡Haga algo! —le grité desesperado, pero no hizo nada.

Negué para iniciar con el RCP a mi amigo.

—Jensen para...

—Él no quiere morir, no quiere y si usted no hará nada yo si, no perderé a mi amigo —le grité siguiendo.

—Jensen para —pidió tranquilo— para.

Continué sin importar que, sentí las manos del hombre sombre mi separándome del cuerpo muerto de mi amigo, me revolví un poco pero el hombre era fuerte.

—Escúchame —dijo poniéndose a mi altura— lo siento pero Cade ya se ha ido Jens, no alarguemos su sufrimiento de acuerdo.

Era verdad... lo había perdido y no había nada más que hacer.

—Anda te llevaré con tus padres —dijo abrazándome.

—No, no lo dejare solo —aseguré quedándome a su lado.

Él suspiró para asentir, sus padres estaban fuera de la ciudad y en cuanto se puso mal Jeff llamó a Dyl y Liam, Uno a ocho horas de aquí y otro a dos.

—Está bien —me permitió inseguro.

Me senté a un lado de Cade para tomar su mano.

Me quedé en silencio observando a mi amigo muerto, ya estaba en paz, ya no le dolía pero para mí sentía como si me hubiera arrancado la vida y llevándosela con él.

Me quedé solo por lo que fueron tal vez media hora, Grant regreso para verme.

—Ya llegaron —mencionó tranquilo.

Asentí cansado, me levanté para besar su frente despidiéndome, estaba frío.

—Te amo idiota —susurré.

Salí de la habitación para encontrarme con la mirada de Liam y Dean.

—Jens —llamó Li— él...

Negué ligeramente para bajar la mirada, anunciando su muerte la reacción de Dean fue lo que me termino por quebrarme, el chico se derrumbó al llanto cayendo de rodillas en el suelo, fue mi hermano quien se sentó a su lado para calmarle, Liam... simplemente se quedó en blanco.

Llegué hasta donde estaban mis padres.

—Está bien cariño —dijo Pa para calmarme.

Pero no lo estaba... yo no lo estaba.

Todo se puso negro a mi alrededor terminado por caer en los brazos de mi Pa.

Así es... había muerto.

Mis últimos momentos trate de aferrarme a mi enanito, a lo que ese pequeño ser representaba para mi... vivir, me aferre tan fuerte a la vida como pude hasta que de un momento a otro ya no estaba en ella.

Me dolió... no, aquel pequeño ser me dió calor en mis últimos momentos, estupido o no pero fue como si me quitara el dolor.

Ahora estaba del otro lado, el gran después, y claro que no te voy a Spoilear de que es lo que sigue, eso lo averiguarás a tu tiempo... podría decírtelo si pero la verdad es que no quiero.

Inicie preguntando ¿Quién era yo? Ahora puedo contestar.

Ese fui yo, si ese idiota sin causa sólo de profesión, ese chico que adoró ser un idiota hasta la muerte... pero mejor aún soy el chico que logró redimirse antes de morir.

El chico que logró darse cuenta lo que estaba  mal y arreglarlo antes de que fuera tarde, ese quien logró resolver su relación con su hermano.

Quien cumplió sus caprichos hasta el último momento y mejor aún se consiguió el mejor amigo que se puede tener... porque Jens fue lo mejor que pude sacar de mi, la única cosa buena que el cáncer me dió... mi umpa lumpa personal.

Un amigo, un hermano, tu pesadilla o persona inalcanzable... así fui y así seré recordado.

¿Quién es Jensen Blue? Una persona maravillosa.

Más importante.

¿Quiénes somos? Fuimos, somos y seremos una extraña y auténtica amistad.

Y ahí estaré, verle crecer mentalmente porque físicamente imposible.

Después de todo, ahí estaré... una parte de mi en él para joderle hasta que nos volvamos a ver.

Una parte de mi en todo aquel que supo de mi.

Y eso somos... una partecita de Cade.

Se vale chillar, odiarnos por matarles al mamón mas mamón de todos... por romper esta amistad.

Pero aún no termina nuestra historia.

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