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¿Novios?

Nos quedamos unos segundos en la puerta, esperando a que tomara valor.

—Vamos a entrar o que —me cuestionó.

—Si —dije— solo espera un momento.

Abrí la puerta, ahí estaban ellos terminando de cenar.

—Jens llegas temprano —dijo Pa.

—Estuvo un poco aburrida la fiesta —mentí— así que decidí venir con un amigo.

—Claro sabes que Percy puede venir cuando quiera —me recordó papá.

—En realidad es Cade —sonreí haciéndolo pasar.

El chico entró viendo el lugar.

—Buenas noches —saludo.

Mis padres tardaron un par de segundos en seguirme la corriente.

—Cade —dijo Pa— también eres bienvenido.

—Gracias señor Blue —contestó.

—¿Quieren cenar? —pregunto papá.

—No tengo hambre —murmuré.

—Jens cariño  tu nunca tienes hambre —me recordó papá— venga a cenar.

Ambos nos sentamos en la mesa, mi cuerpo temblaba de que él o mis padres dijeran algo de la enfermedad de Cade o Cade algo de mi pequeño ataque.

Aún no había tomado la medicina pero si se enteraban lo más probable es que me obligaran.

—Jensen cenas un emparedado y Cade quieres lo mismo o también tenemos cereal —ofreció Papá.

—Cereal está bien —aceptó.

—Bien —sonrió— me ayudas en la cocina Jens.

Asentí, probablemente me regañarían.

Una vez en la cocina ya estaba Pa esperándome para la intervención.

—¿Todo bien? —preguntó Pa.

—Problemas en casa —comenté— puede pasar la noche aquí.

Ellos se vieron inseguros.

—Sabes que ese chico no nos agrada Jens, desde lo que pasó...

—Lo que paso ya pasó papá, es mi amigo —confesé con sabor amargo.

—Jensen...

—Tuve un ataque a media fiesta —confesé— de los más fuertes y él me ayudo a salir... se quedó conmigo.

Mi Pa suspiró para sacar un plato y darme el cereal con la leche.

—Hablaremos de eso después de acuerdo —mencionó, claro que no me dejaría ir así de fácil.

Salí para servirle el cereal.

El pequeño se fue tras su padre, seguramente preguntando porque el chico que se la pasa jodiendole la vida a su hijo estaba en su casa.

No los culpó por odiarme, no me enorgullece la persona que fui en especial con Jensen.

Mientras esperaba el veredicto observé cada detalle de la casa, un verdadero hogar, no era ni tan grande ni tan pequeño... probablemente enorme para el tamaño de Jens.

Su casa estaba llena de fotos y a pesar de la mía si tenía esa ambiente.

Jens salió con el cereal para servirme, sinceramente no tenía hambre y empezaba a tener algo de náuseas pero no podía negarme.

—Entonces me quedo —susurré.

—¿Por qué no lo harías? —preguntó.

Le mire, no había necesidad de decirlo en voz alta.

—Solo come —gruñó.

Sus padres salieron para darle el emparedado de queso y sentarse a la mesa, el pequeño lo miró inseguro.

—¿Puedo cenar cereal? —preguntó asqueado, no era el único.

—Claro —dijo uno de ellos.

—Después de acabarte el emparedado —terminó su otro padre.

—Nadie me respeta en esta casa —bufo dándole una mordida al emparedado.

Sus padres sonrieron, empecé a comer para no darles más razones de odiarme.

—Creo que no nos han presentado correctamente —dijo uno de sus padres viendo a Jens.

Tantos años juntos y yo solo los conocía como los señores Blue.

El pequeño sonrió torpe.

—Mi Pa Damian —señaló a su padre quien tenía una porte duro, una barba corta y el cabello un poco largo además de un color de piel ligeramente moreno — y mi papá Jonathan.

Su otro padre era bastante parecido a mi padre, alto, blanco y con el cabello castaño salvo que el papá de Jensen no tenía cara de culo como el mío.

—Este idiota ya lo conocen es Cade —me presentó.

Sus padres le miraron para regañarle, la cena fue bastante agradable, sus padres eran buena onda y Jens no era tan grinch.

Al terminar la cena subimos a su habitación, era un desastre de libros tirados por todos lados pero claramente no era su desastre.

—Adivino tu duermes en la cama de Batman —sonreí.

—Jake inundó su habitación y lo he tenido como huésped los últimos meses —explicó— ahora entiendes porque me estreso.

Señaló ante el desmadre del pequeño.

Me senté en su cama para mirar las pastillas, era las mismas que tomaba para las náuseas curiosamente.

—¿Puedo? —pregunté.

—Date gusto —accedió mientras se cambiaba de ropa.

Tome una pues las náuseas eran insoportables.

El chico me lanzó algo de ropa a la cara.

—Con suerte y te queda —sonrío.

Me puse una sudadera que apenas y me quedo junto con unos shorts, nos tiramos en su cama para ver un poco de televisión.

—¿Que ocurrió entre tú y Percy? —pregunté.

El chico solo me miró triste.

—Me vio besándome con Vic's —contó.

—Así que por fin se atrevió —bufé riendo.

—Espera tú sabías...

No pude evitar reírme.

—De las personas más listas que conozco y no te habías dado cuenta —ataqué.

—Es mi mejor amiga —bufo.

Asentí, no era difícil de comprender ella estaba enamorada de él y su amigo de Vic's.

—No es tu culpa Jens —asegure.

—Aún así me siento mal por Percy —suspiró.

—Pues claro es horrible no ser correspondido, peor si al que aman es a tu mejor amigo —murmure.

— No ayudas —se quejó.

—Lo sé, pero es que quien se podría resistir a ti —me burlé presionando sus cachetes— eres muy tierno.

—Suéltame o duermes en el suelo cabron —gruñó.

—Bien —murmure.

Él me pegó en el hombro para gruñir.

Seguimos viendo la serie hasta que el pequeño se terminó durmiendo en mi hombro.

Joder nunca pensé que terminaría así.

Nunca pensé que Cade podía ser más insoportable hasta que lo conocí dormido, el chico pateaba, roncaba y lo peor abrazaba.

Desperté en el suelo envuelto en cobijas.

—Buenos días solecito —dijo Cade desde mi cama.

—Te odio —gruñi.

El chico negó con la cabeza, un toque en la puerta se escuchó... probablemente era mi padre.

Me levanté del suelo en calzoncillos para ir abrir la puerta, ahí estaba ella frente a mi, era Vic's.

—Jens —me llamó.

—Vic's —dije mirando a Cade.

Cerré la puerta en su cara, joder que hacía...

—Jensen podemos hablar —pidió.

—Yo... estoy en calzoncillos —dije nervioso.

Mire a Cade, el chico solo salió corriendo al baño para vomitar.

—¿Estas con alguien? —preguntó.

—No... yo... no es buen momento por favor vete —pedí.

—Jensen yo...

—Por favor vete —interrumpí.

Escuche los pasos alegarse por el pasillo.

Me quedé un momento en la puerta, alterado hasta que recordé que Cade seguía en mi habitación.

Fui al baño para verle recargado en la pared.

—¿Ya se fue? —preguntó.

—Eso creo —suspiré.

Tome la medicina de mi buró para darle una, el chico la tomó estaba un poco pálido.

—¿Quieres que llame a tu hermano? —pregunté.

El chico negó para lanzarme las pastillas.

—Tómate una —dijo viéndolas.

—No quiero tomar medicina —murmure.

—¿Por qué? —preguntó— pensaran mal de ti por tener un trastorno de ansiedad.

Baje la cabeza un poco, como le decía que me avergonzaba.

—Hey —me llamó— lo tienes y eso no te hace débil, no tomar la medicina te hace un pendejo —aclaró.

Le mire indeciso de lo que decía.

—Escucha esto te hará sentir mejor, dudo mucho que quieras seguir teniendo esos ataques porque si para mí es aterrador verte así no me imagino como a de ser para ti —comentó.

Asentí cansado, para tomar las pastillas y mirarlas.

—Si no siempre podemos fumar juntos...

—Eso no  —regañe.

Ambos nos levantamos para terminar de arreglarnos, le preste algo de ropa pues la otra apestaba alcohol.

Después de una ducha bajamos a desayunar obligatoriamente, mi hermano no estaba para mi suerte si no era capaz de hablar.

—Jensen acábatelo —gruñó papá.

Mire el plato de Cade quien apenas y había comido.

—A él no le dices nada —bufé.

—Él tiene la capacidad de saber si está lleno o no dado a que tu no, te acabas el desayuno —apoyo Pa.

Terminé esa asquerosa avena, papá nos llevo a la escuela, cada sábado de fin de mes era obligatorio ir por la asamblea.

—Seguro que no quieres que llame a Liam —me aventure.

—Tengo medicina en mi casillero —me calmo.

Asentí cansado, estábamos por tomar caminos separados cuando la chica se interpuso entre los dos.

—Lo seguirán ocultando o ya pueden ser honestos —atacó ella.

Ambos nos miramos, nos habían descubierto,

—Vic's no es lo que tú crees... —me adelante.

—Jens no tienes que decirme nada lo sé —interrumpió.

—¿Lo sabes? —preguntó Cade nervioso.

—Por favor más obvios no pueden ser, sus encuentros en los baños, desaparecen junto y esta mañana Cade estaba en tu habitación —explicó.

—¿Como lo sabes? —pregunté cayendo.

—Jeff estaba ahí —murmuró— escuchen esta bien si son pareja nadie los va a juzgar...

—¡Qué! —exclamé.

—Eres muy lista prima —le siguió el juego.

Ella solo suspiró para verme.

—¿Por qué no me dijiste? —preguntó dolida.

—Yo... no quiero que la gente diga que soy gay por culpa de mis padres —mentí— no quería caer en eso así que decidimos mantenerlo en secreto.

Esta vez me salió bien pues se la creyó.

—Está bien... solo creo que pudiste conseguir algo mejor.

—Oh solo estás celosa de que escogió al Hope correcto —sonrió Cade pasando su brazo por mi hombro.

Ella le miró para levantar el dedo medio.

—Me dejas hablar con Jensen por favor —pidió ella.

—Claro —sonrió— adiós cariño.

El chico me dió un beso en los labios para irse riendo, estaba decidido lo iba matar yo y no el cáncer.

—Jens —me llamo— lo qué pasó anoche...

—Está bien —me adelanté.

—No lo está y yo lo siento....

—Hey —la detuve— no te disculpes por sentir lo que sientes, solo pasó y ya está sigamos.

Ella asintió para abrazarme.

—Percy...

—Es un gran chico —le recordé— y te ama.

—Yo lo amo pero... —se detuvo— no lo sé.

—Eso es algo que deben hablar ustedes dos — sonreí.

En estos momentos yo también tenía que hablar con él.

Deje a Jens hirviendo en ira, joder tenía que hacerlo.

Me acerqué a mi casillero para buscar mi medicamento, al cerrar la puerta lo noté.

—Hey mi rubia —salude— qué tal la resaca.

El chico me miró para cerrar su puerta y darse vuelta.

—Sam — lo llame— ¿Ocurre algo?

—No se tu dímelo —gruñó— me dejaste.

—Perdón Sammy tenía que hacer algo...

—Te dije lo que sentía, te pedí... que no te fueras y me dejaste —ataco con un dejo de dolor.

—De verdad lo siento pero era algo importante...

—Ese es el problema —me detuvo— no soy una prioridad para ti, yo no soy el problema eres tú.

—Sam por favor... —pedí— no hagas esto ahora.

—Yo no lo estoy haciendo —me miró serio— lo estás haciendo tú —aclaro con tristeza para apartarse.

Sin darme cuenta había apartado a mi mejor amigo, lo había apartado tanto que probablemente pasaría los últimos momentos de mi vida sin él.

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