Durante el desayuno todo estaba muy callado, Pa nos llevó en el auto a la escuela, rara vez lo hacía.

Una vez que dejamos a mi hermano en la escuela llegamos a la mía, claro mi Pa no me dejó ir tan rápido.

—Tienes cita a las cuatro con la psicóloga —informó— llega a casa y nosotros te llevaremos.

Asentí cansado, tenía miedo de lo que me fuera a decir.

—Si te sientes mal o tienes otra crisis —señaló— nos llamas de acuerdo.

—Sinceramente no espero tener una hoy —asegure abrumado.

Él me dio una sonrisa para acariciar mi cabello.

—Sobre Percy...

—Es un idiota —me cruce de brazos.

—¿Qué hubieras hecho tu si hubiera sido al revés? —me pregunto.

—No causarle una crisis frente a sus padres claro está —gruñi cansado.

Mi papá suspiró para verme, me haría entrar en razón.

—¿Lo hubieras ayudado? —preguntó serio.

—Si —conteste cansado.

—¿Si supieras que está sufriendo no harías algo para ayudarlo? —prosiguió.

—Si —dije entre dientes.

—¿Es tu mejor amigo? —remató.

—En estos momentos no lo creo —me quejé.

Mi Pa negó con la cabeza.

—Jensen a veces los amigos hacen cosas que nos molestan, Percy lo hizo para ayudarte, no para lastimarte y no debes molestarte con él por quererte ayudar —me regaño.

Suspiré para asentir.

—Ya lo veremos —gruñi.

Salí del auto para entrar a la escuela, iba caminando cuando alguien me tomó del hombro para girarme.

<Escúchame idiota no me importa si ya no quieres ser mi amigo> —se adelantó— <Tan bien me vale verga si estás enojado, te quiero y no iba a permitir que pasaras por esto solo>

Le miré y entonces lo entendí, yo era el idiota.

Sin decir nada me acerqué para abrazarlo, apenas y le llegaba a la mitad del pecho, él me correspondió al abrazo.

—Perdón —me disculpé.

<Eres un idiota> —comunicó riendo.

Nos fuimos al salón, hoy era día de presentación, ya había pasado y después de mí nadie era mejor excepto Percy... gracias a mi.

—Percy Croff —llamó el profesor.

Me levante junto con mi compañero para traducir todo lo que el dijera.

<Bueno yo voy a exponer sobre este tema>

—Percy expondrá sobre la Histología de la recuperación de un hueso roto —termine.

<Bueno todo inicia cuando te partes la madre y te rompes el hueso, llegan unas cosas a comerse el hueso...

—Al haber una ruptura en el hueso los osteclastos desintegran el hueso....

Y así fue el idota diciendo todo lo que le venía a la mente y yo salvándole el culo como de costumbre.

—Es la última vez que te salvo, a la próxima solo traduzco —sentencie.

<Si tu lo dices> —se burlo, sabía que no era así.

Al terminar las clases me fui a casa de Cade, no había ido a la escuela y tenía que grabar un video.

—Por favor come —pidió Liam.

—No tengo hambre —me quejé.

Me sentía del asco y encima tenia quimio por la tarde, me dolía todo el cuerpo, hasta moverme lo hacía.

—Solo un poco —insistió— no has comido nada en todo el día.

Suspire, estaba cansado de que insistiera y probablemente lo seguiría haciendo.

—Bien —me quejé— prepárame algo de sopa.

Él sonrió triunfador, salió de la habitación dejando entrar a Jensen.

—Enanito —saludé.

—Idiota —contestó el pequeño soltando sus cosas en el suelo— te ves fatal.

Sonreí para levantarle el dedo medio.

Él se tiró en el puff para prender la cámara, le miré él tampoco se veía tan bien, como si no hubiera dormido.

—¿Cómo estás? —pregunté mirándole.

—Mejor que tú claro estás —se burló.

—Lo decía por tu episodio de ayer —me aventuré.

Él solo me miró de reojo para seguir con la cámara.

—¿Compraste la memoria que te pedí? —cambio de tema.

—Amm creo —dije no muy seguro— puedes revisar en el escritorio.

Él se levantó para buscar la memoria pues cuando compre la cámara tome la memoria más baja la cual me había acabado ya con los videos y un par de fotos.

Mientras rebuscaba entre mi desmadre encontró un folleto.

—Make a wish —leyó— te dieron un deseo de make a wish.

—Te los dan cuando estas grave o te vas a morir como yo —expliqué— aun así no lo aceptaré.

—Nadas en dinero, básicamente tus padres te pueden comprar lo que quieras —murmuro.

—Eso y que no tengo que pedir —me quejé— crees que pueda pedir los nude de Gal Gadot o el pack de Jensen Ackles.

Él negó divertido.

—También puedes pagar por eso —comentó.

Tenía razón, aún así prefería que ese deseo fuera para un Niño que no tuviera las mismas facilidades que yo.

—¿Tu que pedirías? —pregunté interesado.

Él se lo pensó por un momento.

—Anda cuéntame los sucios deseos que pedirías —me burlé.

Él me miró serio para tirase en el puff.

—Quisiera saber quién es mi madre —confió.

No sabía que decirle, no quería cagarla diciendo algo que le doliera.

—Amo a mis padres, ellos son quien me criaron y no necesito de una madre para crecer, ellos me dieron todo... pero yo solo quisiera saberlo, ella les cumplió el deseo a mis padres  —explicó.

—No está mal que quieras saberlo, ¿Se lo has preguntado a tus padres?  —me adelanté.

—No, estoy segura que eso los lastimaría —susurró— aún así creo que pediría mi auto.

—También es un buen deseo —asegure.

Él sonrió para cerrar la cámara.

—Bueno creo que no tenemos video para grabar —comentó.

—Se lo pediré a Jeff, tengo quimio así que creo que grabaremos haya —expliqué.

—Me gustaría acompañarte pero tengo algo que hacer —se negó.

—Una cita acaso —me burlé.

—Si, con la psicóloga —dijo levantándose— tuve otro ataque por la tarde y ahora me obligan a ir con una psicóloga.

—No es malo, yo iba con uno —recordé.

—No creo que te haya ayudado mucho —se burló.

—Créeme podría ser más idiota de no ser por él—asegure.

Él levantó los hombros, le tendí el puño el cual golpeó ligeramente como era nuestro saludo para después irse, mi hermano regresó con la sopa.

Le di una probada a la sopa, sabía horrible.

—¿La hiciste tu? —pregunté asqueado.

Él asintió orgulloso de su sopa de sobre con figuritas de dinosaurio.

—No te gustó —dijo preocupado.

—No te ofendas... la comida no es lo tuyo —traté de decir lo menos idiota.

Él la probó... para escupirla al plato.

—Me emocione con la sal —se disculpó— te prepararé otra cosa...

—No —exclame— solo quiero dormir antes de irme si.

Él suspiró pero asintió para acostarse a mi lado, caí en segundos.

Desgraciadamente me levantó tiempo después para irnos, yo solo quería dormir... al llegar me colocaron la quimio, Liam estaba frente a mi jugando con su anillo, tronándose los dedos.

—Te vas a quedar sin dedos —dijo la voz.

Ambos giramos para recaer en Dylan... estaba aquí.

—Dylan —exclamé confundido— tú... ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Quién te dijo?

—Tu amigo Jensen —contestó sonriendo.

Él se acercó para besar mi frente, le gustaba dar sorpresas y esta... era una que me gustó.

Liam se limitó a bajar la mirada y seguir tronándose los dedos.

—Desde que eras niño lo hacías —le miró— supongo que algunas cosas no cambian.

Liam alzó la mirada para verle con los ojos llorosos, ellos dos si habían tenido una gran relación de hermanos, por eso su pérdida lastimó mucho a Liam.

—Te extrañe Li —dijo cansado.

Mi hermano se levantó para abrazarle, sabía que le había extrañado mucho, se abrazaron con fuerza mientras Dyl lo calmaba.

Mi vomito les rompió el momento, estaba cansado y la boca me sabía a metal.

Li se acercó para darme algo de papel y una botella de agua.

—Está bien —me calmó acariciando mi mejilla.

Asentí cansado, él sacó la cobija para cubrirme... ya era todo un experto y tenía su maleta preparada, sacó un jugo con popote para dármelo y quitarme el mal sabor de boca.

Miré a Dyl quien solo me miraba con tristeza.

—Tal vez volviste pero yo soy su favorito ahora —dejé en claro.

Dyl sonrió para negar con la cabeza.

—Que dices, Dee es mi favorito —dejo en claro.

—El mío igual —acepté.

Dylan sonrió para vernos con cierta nostalgia.

—Debe ser un buen chico —murmuró.

—El mejor —sonreí— lo amaras al conocerlo.

El asintió no muy seguro, Dee era solo un bebé cuando él se fue.

—Y él te amará, ese niño derrocha amor  —lo calmó Liam.

Mientras ellos se ponían al día me quedé dormido, tal vez me había desmayado, solo sé que había despertado en mi cama en casa.

—¿Ahora me teletransporto? —pregunté adolorido.

—Yo te traje —contestó Dylan sentado en el borde de la cama.

—No te quemas por estar aquí —me burlé.

—Solo cuando llegue el diablo —sonrió.

Liam estaba acostado a mi lado, también se había quedado dormido, no lo culpo, un chico de dieciocho no debería llevar la carga de cuidar a su hermano moribundo porque sus padres no quieren.

La puerta se abrió dando paso a mi hermanito entrando corriendo, dejando sus cosas en el suelo.

—Cade mira lo que me enseñó Jake —se apresuró Dee.

Él se detuvo al ver a Dylan, bajo la cabeza tímido como siempre.

—Dee —le miré, me acomode un poco en la cama lo cual me dolió.

Miré a Dylan para que le dijera algo.

—Soy tu hermano Dean —le sonrió.

—¿Dylan? —preguntó no muy seguro.

Dyl se levantó de la cama para bajarse a su altura y mirarle fijamente.

—Vaya que has crecido —sonrió— pero aún tienes esos ojos de bebé.

Dean sonrió para abrazar a Dylan, él había crecido sabiendo que tenían un hermano pero nunca lo conoció, sabía que deseaba hacerlo pues siempre preguntaba por él.

—Y entonces me mostrarás lo que te enseño Jake —dije algo celoso.

Mi hermano se separó del abrazo para mirarme sonriendo y mostrarme el truco con su cubo Rubik.

Por primera vez en años estábamos juntos sin pelear, me alegraba por tener estos momentos con ellos, uno que se terminó cuando entró mi padre sonriendo con una caja de donas en sus manos... la sonrisa se terminó de inmediato.

Se estaba por encender el infierno.

Camino al consultorio estaba nervioso, mi hermano estaría en el club pues no lo querían corriendo por ahí.

Mis padres manejaban platicando sobre su día hasta que llegamos, nos sentamos a esperar hasta que me pidió pasar.

La psicóloga era una joven, no pasaría de los treinta y se veía bastante amable.

—Hola Jensen —saludó— soy Sunshine Jones.

Sonreí ante su peculiar nombre.

—Puedes decirme Suns —me sonrió— pero dime que te hizo venir aquí.

—Mis padres —suspiré.

—Yo creo que tus padres te dieron el empujón —comentó— pero porque no me cuentas en realidad porque estás aquí.

—Bueno... tuve un par de ataques de pánico —susurré.

—¿Desde hace cuánto? —preguntó.

Tenia una sonrisa que me provocaba cierta paz.

—Los ataques comenzaron después de que me asaltaron, fue un evento traumático lo que desencadenó los episodios de pánico —concluí.

—¿Tu sabes que es un ataque de pánico? —me preguntó interesada.

—Es un episodio repentino de miedo acompañado de una sintomatología desencadenada —contesté.

—Tus padres me dijeron que eres muy listo pero ya veo que eres más de lo que me esperaba —alago— así que dime estos episodios a que se relacionan.

—Al estrés —concluí— ansiedad.

—Llegar a un ataque de pánico debiste iniciar por una ansiedad que claramente no controlas, esta ansiedad apareció desde el asalto o puedes identificar sentirla mucho antes —quería que llegara al punto.

—No... creo que toda la vida lo he sentido, desde pequeño por la escuela, ser el hijo perfecto, pero después del diagnóstico... creo que fue cuando fueron más frecuentes...

Entonces al empezar hablar con ella sentí un ligero peso irse de mi espalda.

Al parecer tenía un trastorno de ansiedad generalizado.

Me había preocupado por tantos años de mi salud física que había descuidado mi salud mental... una que no debí descuidar.

Pequeño meme para este día 😂