Yoongi y yo habíamos estado oficialmente saliendo durante 108 días. No sabía que nuestra amistad podía fortalecerse con sólo enamorarnos, pero de alguna manera lo hizo.

Cuando encuentras a alguien que puede hacer reír tu corazón cuando lo que querías en verdad era llorar, debes aferrarte. Ellos serán quienes cambiarán tu vida para mejor.

Estuve planeando una gran cantidad de cosas también. En tres semanas, me estaría yendo a vivir al departamento que conseguí; y aunque Yoongi todavía declinaba la idea de mudarse conmigo por ahora, al menos ya lo consideraba como un plan a futuro.

Estuve flotando en una nube desde hace semanas, y cuando llegué a casa del trabajo -del cual nadie tenía ni idea-, mamá ya se encontraba allí, lista para traerme de vuelta a la tierra sólida.

—¡Ji NaHee! —llamó justo cuando abrí la puerta. Arrojé mis zapatos en el descansillo, me detuve, y los recogí, colocándolos en el armario frontal.

—¡Ya los guardé!

—Ven —respondió desde su oficina. Caminando hacia el sonido de su voz, eché un vistazo a la habitación. Su atención se hallaba por completo en el computador, y sí, tenía un vaso con licor en su mano. —. Tu hermana traerá la cena, así que pon la mesa.

—De acuerdo.

—Ah. Y tu padre te escribió una carta.

Mis ojos se abrieron, una ráfaga de emoción me golpeó. —¿Qué?

—Te escribió una carta. Está en la encimera junto al florero negro.

¿Papá me escribió una carta?

<<¡Papá me escribió una carta!>>

Mi entusiasmo se acrecentó conforme regresaba al mueble del recibidor. Esperaba encontrarme con un sobre sellado de papel marmoleado, pero lo único que había era una postal de kiosco turístico.

Confundida, cogí el cartón para estudiar la fotografía monótona del río Han donde la leyenda "Visit Seoul" con letras troqueladas en tinta negra destacaba en la parte superior. Era un objeto tan fabricado en masa que debió haber sido un simbolismo del universo para decirme que yo no era para nada especial. Ni siquiera para mi padre.

Le di la vuelta, y empecé a leer.

Mi NaHee:

Bueno, ya era un comienzo prometedor.Mis ojos bailaron a través de las líneas de izquierda a derecha, tomando cada palabra, cada coma, sin desear nada más que un apartado donde mencionara lo mucho que me extrañaba, lo mucho que me amaba, lo mucho que le importaba.

Cuando mamá dijo que había una carta, supuse que tendría páginas enteras, una tras otra, llenas por delante y por detrás. En cambio, mi pecho ardió en llamas por el mísero puño de letras que encontré; letras que construían palabras, palabras que construían frases, frases que construían disculpas, disculpas que se sabría, se sentirían falsas.

No estaré cerca por un tiempo.

Tomé una respiración aguda.

Mis obras están despegando. Tendré mi propia sala en el museo nacional de arte contemporáneo. Y en un par de meses me llevarán con mi exposición a europa

Otra bocanada de aire.

Necesito enfocarme en mi carrera.

Espero puedas entenderlo; tú mejor que nadie debería hacerlo. Te veré cuando vuelva.

Lo lamento.

<<Increíble>>, pensé. Mi padre acababa de romper conmigo a través de cuatro líneas y medio párrafo.

Ni HanNa ni mamá dijeron nada al respecto, eso sólo me hizo darme cuenta de que fui la única que recibió una posta. Lo cual quiso decir que fui la única con la que papá rompió lazos oficialmente.

No supe cómo sentirme al respecto. Y de tanto pensarlo, terminé vomitando mis tripas.

No podía concebir el cómo una persona podía hacer algo tan descorazonado. Lo que es peor; escribió las palabras como si realmente tuvieran sentido para él.

Pasé el resto de la noche en el piso del baño, sudando frío, debatiendo conmigo misma qué hice mal, y preguntándome por qué mi padre me dejó de amar.

—¿Te dejó por medio de una carta? —preguntó Yoongi, conmocionado, dos días después cuando finalmente devolví sus llamadas sabiendo que enloquecería si no le daba señales de vida.

Me escuchó llorar e inmediatamente corrió a mi casa. Sentía vergüenza por sentirme tan patética y abandonada. Lo peor fue la postura de complacencia que mamá tomó al saber que papá me había defraudado -de nuevo-. Últimamente parecía disfrutar cuando yo sufría.

Me senté con Yoongi fuera de la tienda de conveniencia bebiendo nuestros americanos fríos.

—Técnicamente me abandonó a través de una postal de souvenir.—jugueteé con mi popote sin mirarlo a los ojos.

Sus fosas nasales flameando, su cara roja de ira. —Dámela. —ordenó. No sabía que se molestaría tanto por algo como esto, pero parecía al borde de romperse.

—¿Para qué?

—Dijiste que está en Seúl, que estará presentando sus obras en el museo de arte contemporáneo. Podemos ir a buscarlo antes de que se vaya a Europa. Podemos enfrentarlo, puedes decirle todo lo que sientes y mandarlo al diablo después..

—No había ninguna dirección. No es seguro que si nos aparecemos en el museo vayamos a encontrarlo.

Sus manos corrieron por su cara.

—¿Si vamos directo a las oficinas y hacemos que alguien nos diga dónde vive? .

—Dudo que nos den esa información.

Un suspiro pesado lo dejó.—Esto es una mierda.

—Está bien —Me encogí de hombros. —. Ya lo superé. —Mentira. La esperanza puede ser peligrosa cuando confías en personas poco fiables.

—¡Pues yo no! —gruñó, poniéndose de pie, caminando de un lado a otro—. No es justo. ¿Qué les hemos hecho a estas personas? Tus padres. Mis padres. ¿Qué se supone que hicimos mal?

No tenía una respuesta para él. Mucha gente probablemente no podía entender por qué Yoongi y yo nos conectamos. Éramos diferentes de muchas maneras, excepto por el mayor fuego que ardía en nuestro interior: ambos anhelábamos ser amados por aquellos que nos dieron la vida.

—No hay nada de malo contigo, NaHee, ¿me escuchas? Has hecho todo lo posible para ser una buena hija para él. Has hecho más de lo necesario por este idiota y entonces, ¡¿él ni siquiera tiene las pelotas para decirte aquello en persona?! Quiero decir, ¡maldición! ¡¿Quién abandona a su hija a través de una puta postal?! — gritó—. ¿Qué clase de padre se desentiende de su hijo en absoluto?

—Muchos, al parecer.

—Si no iban a aceptar la responsabilidad, si no querían ser padres, ¿por qué carajos fornicaron en primer lugar?

—¿Ves por qué te dije que rompieras con Il-hwa en persona, en lugar de un texto?—traté de bromear. No se rio—. Yoongi, vamos. Está bien.

—¿Sabes qué? Que se joda. Vas a hacer grandes cosas. Vas a cambiar el mundo sin él. Vas a tener éxito más allá de sus expectativas. No lo necesitas.

—¿Por qué estás tan enojado?

—Porque... ¿cómo pudo hacerte eso? ¿Cómo pudo darte la espalda a ti? A ti, NaHee, que eres la persona más bella, genuina y amable que he conocido. ¿Por qué? ¿Por un par de esculturas? ¿Por dinero? ¿Fama? Es una mierda, nada de eso lo vale —Se sentó a mi lado, su respiración todavía cargada de irritación—. Sólo estoy tratando de entender, eso es todo.

—¿Entender qué?

—Cómo alguien podría abandonarte.

Yoongi me acompañó a casa y se quedó conmigo por el resto de la tarde hasta que oscureció, abrazándome, consolando mis lágrimas y escuchando mis epifanías dispersas cuando finalmente entendí -o más bien acepté- que papá no iba a volver, que no quería ser parte de mi vida., y que yo no podía hacer nada para cambiarlo.

Se separó de mi madre, huyó de nuestra familia. Nos abandonó a mi hermana y a mí por lo que más amaba, lo cual era irónico, porque para mí, él era lo que yo más amaba.