Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. Sí, pero no.

—Cinco mil wones por lo que sea que estás pensando. —dijo NaHee segundos después de que tomara el hisopo con el ungüento antiinflamatorio y comenzara a aplicarlo en todo mi labio.

La noche había enfriado, y aunque me ofrecí a darle mi chaqueta, ella se negó tanto como me obligó a salir del auto cuando aparcó frente a la primera farmacia que encontró luego de que insistentemente argumentara conmigo que las heridas hechas por mi padre podrían infectarse.

El cabello chocolate le caía por el costado izquierdo de la cara, sus ojos inocentes atentos a cada corte, y sus pequeños labios conteniendo el aliento formando una apretada O.

Si a los veinte ya comenzaba a parecerme atractiva, a los veintidós estaba seguro de que era la mujer más hermosa que había conocido jamás.

—¿Yoongi?—Su voz me hizo parpadear, inmediatamente después encontré a sus insistentes ojos retando a los míos.

—¿Qué?

—¿En qué estás pensando?

—En nada. —Eché la cabeza hacia atrás cuando su mano volvió hacia mí con más pomada. NaHee, por parte, cogió mi nuca con su mano y me obligó a quedarme quieto.

—No parecía ser simplemente nada. —mordió su labio apenas, como si eso le ayudara a una mejor ejecución. Por un breve instante, sus ojos de nuevo se toparon con los míos —Dime.

—Eres una entrometida.

—Sí, ya me lo has dicho. ¿Entonces?

Fue solo hasta que quise tomar aire que me di cuenta que la bocanada iba a ser dolorosa. —Pensaba en algo de hace dos años. En el día de mi graduación.

—¿Qué sobre eso?

Como que esperaba una reacción de ella, y digamos que me decepcionó que no fuera así. Estaba tan enfrascada en limpiar y curar cada centímetro de mi maltratado rostro que sabiendo que no me prestaba atención, me permití observarla a mi antojo.

—Creo que es un lindo recuerdo.

—Tienes razón, tenemos buenos recuerdos —luego pareció pensarlo—. Unos mejores que otros, pero todos hermosos a su manera.

—Puff—puse los ojos en blanco—. ¿Por qué crees que son hermosos?

—Porque lo son.

Le di una risa burlona. —Ustedes los artista; pasan la vida buscando la belleza en donde no la hay.

—El concepto de belleza es algo relativo para unos y subjetivo para otros. Si creemos que algo es hermoso para nosotros, entonces lo es y punto. No tenemos siempre que estar de acuerdo en ello para que lo sea.

—Entonces, señorita El arte es subjetivo, ¿dices que nuestros recuerdos juntos son hermosos? ¿en serio? ¿cada uno de ellos?

No sé por qué me dió la impresión de que la tomé por sorpresa, quizá se debió al hecho de que sólo después de hacer esa pregunta ella detuvo su tarea y me miró de verdad, dándome toda su atención; y creo, un poco de su angustia.

—Por supuesto. A pesar de todo—afirmó en un hilo de voz—...lo son.

NaHee agachó el rostro ocultándose tras una cortina de cabello. Diablos. Tenía unas ganas enormes de acercarla y hundir mi cara en su cuello, así de simple. Sin ningún otro propósito más que el de sentir su pulso.

En vez de cometer ese acto suicida seguí dándole rienda a la conversación.

—¿Qué más crees que es hermoso?

—La música, las estrellas, la risa de un bebé—desplegó la gasa fuera del paquete y con ayuda de cinta adhesiva, cubrió el puente de mi nariz—. ¿Qué hay de ti?

—Los atardeceres.—<<Y tú.>>

Sonrió apenas, como si me hubiese escuchado.

—Esto es hermoso también.

—¿Qué cosa?

—La forma en que me miras cuando piensas que no estoy viendo.

Mi corazón saltó.

—¿D-de qué hablas? —¿Acaso me descubrió mirándola?

—Oye, está bien-—dijo sospechosamente tranquila -y evasiva- .— . Yo también lo hago a veces.

—¿Tú también me miras?

Asintió lentamente viendo a través del parabrisas. —Claro. Lo hago todo el tiempo. Y luego, cuando no estamos juntos, cierro los ojos para poder verte en mi mente. Así me siento menos sola.

<<NaHee. Estoy enamorado de ti.>>

El incómodo silencio se asentó y se mantuvo hasta que NaHee ayudó a disiparlo.

—No me has dicho todavía qué opinas sobre mi propuesta.

—Opino que es una estupidez.

—¡Oye! —me arrojó el papel envoltorio de la gasa hecho bola.

—No me digas que tú tampoco lo has pensado. A tu madre le daría un paro cardiaco, tu hermana se escandalizaría y eso posiblemente ponga en riesgo su relación con mi hermano. Mamá me necesita; además, no gano lo suficiente para solventar dos rentas.

—Investigué. Hay un programa de apoyo a mujeres víctimas de violencia. Es una especie de albergue; una fundación que les brinda asistencia médica y les da terapia y...y...y también les ofrece un espacio donde vivir por seis meses. Estaría con otras mujeres, pero el propósito es ayudarlas a que encuentren trabajo o cosas así para que terminado ese período, sean independientes y autónomas.

—Yo...—de pronto me sentí mareado.—N-no creo que sea tan fácil. Mamá es una mujer complicada, ni siquiera Geumjae podría convencerla de dejar esa casa.

—¿Te vas a dar por vencido entonces? ¿Así como así? Yoongi, ¿qué hay de ti, de tu propia vida? No estás atado a ella, puedes irte de allí, tener tu espacio, forjar un futuro.—apretó sus rosados labios y tragó— ¿No recuerdas nuestros planes? ¿Qué hay de esos sueños?

—Teníamos veinte años, no sabíamos nada de la vida.

—¿Y qué? Todavía podríamos consegurilo.

—NaHee, todas esas cosas no van a pasar solo porque nos vayamos a vivir juntos.

—¡Lo sé! Pero podría ser un inicio.

No respondí.

Porque a pesar de haber imaginado un sin fin de veces el día en que finalmente pudiera arrojar las drogas y el alcohol por el retrete, tomar mis cosas y dejar esta miseria, el no estar seguro de qué sería de mí me aterraba hasta los huesos. El no saber si seré capaz de enfrentarme a la dura realidad.

Sé muy bien a dónde pertenece la escoria. Ambiciones, orgullo y tranquilidad son cosas con las que alguien como yo jamás debería atreverse a soñar.

Odiaba esta vida. Odiaba este lugar. Estas calles. Esta gente.

Y a veces odiaba a Ji NaHee por hacerme creer que había esperanza para alguien olvidado por Dios como yo.

—Detente. Sé lo que estás pensando.—reprimió, con su voz más firme que angustiada.

—No. No lo sabes.

—Sí, lo sé—me miró seria—. Crees que no vales la pena y que jamás serás capaz de lograr nada, y eso es porque alguien te convenció de que es así. Pues quien quiera que sea se equivoca. Quizá las cosas no salgan bien a la primera y habrá demasiado tropiezos, pero nunca lo sabrás si no lo intentas. —Cuando su respiración se agitó, mi labio tembló.—Mereces una buena vida, jamás me cansaré de repetírtelo. Pero las cosas no suceden solas. y lo sabes.

—Ya hemos hablado de esto, yo no puedo...

—No me des la mirada de: "deja de mantener tus esperanzas, NaHee". Aunque papá y tú siempre me hacen sentir...

—No me jodas, NaHee. Sabes que odio que me compares con tu padre. —Espeté, sintiendo la ira correr por los músculos de mi cara.

—¿Dices que ya debería darme por vencida con ambos? Si no lo he hecho con él, ¿qué te hace pensar que lo haré contigo?

Maldición. Sus ojos, y todos los rasgos de su cara se contrajeron en una expresión de enojo, dolor y decepción. No quería esa expresión en su rostro. Pero lo siento, no pude parar.

—Eso es porque eres una inmadura aprensiva de mierda que no soporta que las cosas no sucedan como quiere.

—Y tú un don nadie acomplejado que se niega a ser ayudado.

—¡Hasta que por fin nos entendemos. princesa!

—No me digas así.—masculló entre dientes.

—Deja de pretender entonces que eres la heroína del puto cuento. Regresa a tu vida de lujos, ve y juega con tu arcilla, pretende que eres alguien en la vida. No nos molestes con tus anhelos utópicos, no todas las personas queremos ser salvadas como tú.

En medio de la tensión un sonido hueco nos tomó por sorpresa. Pensé que había sido el estruendo de nuestros corazones cayendo al piso, pero sólo se trató de una gota, seguida por cientos de otras, golpeando la carrocería.

—Sal de mi auto.—ordenó, tan fría y furiosa.

Gran momento para empezar a llover.

—Como usted mande, princesa.

—¡Yoongi!—gritó en reprimenda cuando abrí la puerta y en efecto salí. De inmediato me volví a ella sin importar que el agua mojara mi espalda ni las vestiduras del auto.

—¡Sí, estoy siendo un imbécil, ¿y qué?! —el tono que usé la hizo estremecer de verdad—Así soy yo, pensé que lo sabías. Por eso la gente me detesta, por eso ni mi propia madre me quiere.

Echó a andar los limpiaparabrisas y encendió el motor. —Me estoy cansando de que pagues tus días de mierda conmigo cuando lo único que quiero es ayudarte.

—Te tengo una noticia, NaHee: Las personas no somos personajes de ficción a los que puedes arreglarles la vida. Ninguno de nosotros está a tu disposición. Ni tu maldito padre, ni yo.

Azoté la puerta y empecé a andar calle arriba con las manos en los bolsillos. El auto arrancó dos segundos después chirriando las llantas.

—¡Mierdad!—grité, inmediatamente arrepentido de dejar que NaHee se marchara así. Era peligroso que condujera con lluvia estando alterada. <<Por favor, que llegue bien a casa.>> <<Por favor, que sea prudente.>>

Estaba a punto de doblar la esquina cuando el automóvil gris se orillo cerca de la acera bloqueándome el paso. El vidrio del copiloto se desplegó hacia abajo y una femenina cabecilla se asomó desde el otro extremo. Dijo:

—No quiero verte el viernes en la exhibición. Voy a bloquear tu número, así que no me llames.

Mi respuesta fue dar un resoplido y rodear su auto para seguir avanzando. Pero ella también lo hizo, solo unos pocos centímetros y volvió a frenar de golpe. Entonces gritó:

—Y sólo para que lo sepas: A la mierda con tu madre. Eres querido, Min Yoongi. Eres muy querido. Lo juro.— Subió el vidrio de la ventana, pero incluso entre la lluvia alcancé a escuchar como me llamaba "Imbécil" mientras que en esta ocasión, se marchaba de verdad.

"Eres querido, Min Yoongi."

A pesar de que mi garganta se sintió áspera y apretada, tragué. Y pretendí no notar que mi corazón se exaltó también por su tono abismalmente compungido.

"Eres querido"

Aún sintiendo su voz calar mis huesos, me quedé de pie bajo el torrente viendo los faros del auto desaparecer por la calle.

<<Lo siento, NaHee>>

<<No sé por qué siempre termino haciéndote daño.>>

<<De una u otra manera, siempre lo hago. Temo que un día de estos la oscuridad que yace en mí realmente termine jodiéndolo todo.>>

"ERES QUERIDO, MIN YOONGI"

<<NaHee, si justo ahora, te dijera que te amo... ¿me creerías?>>


Yo creo que no.

¿Hay alguien aquí con vida?

Si es así, Gracias por tanto. Perdón por tan poco  :(

(Estoy trabajando en los nuevos capítulos)


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro