Una Navidad Perfecta
Los personajes de Bolt, Grandes Héroes, La familia del Futuro y Los increíbles no me pertenecen.
Debo aclarar que por muy estúpido que parezca me inspiré en la canción Navidad Perfecta de la película con el mismo nombre de Barbie.
Se que es un poco tarde para publicarlo, pero aún es época navideña. Sin más, disfruten :3
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Una Navidad Perfecta
-Algo me dice que no te encuentras bien -Baymax afirmó acercándose a Hiro.
El joven se encontraba recostado en su cama. Suspiró pesadamente mirando hacia la ventana. Había comenzado a nevar.
-Estoy bien es sólo que... estoy algo cansado.
-Según recuerdo no hiciste alguna actividad que exigiera un esfuerzo físico muy grande desde hace dos semanas, e igualmente no has asistido a la universidad por las vacaciones -la voz robótica pero cálida de Baymax mostraba preocupación.
-Hey, estoy bien, de verdad... -insistió el joven.
Su computadora emitió un sonido y se apresuró a checar. Al parecer tenía una videollamada en grupo.
Respiro hondo y contestó.
-Hola Hiro -saludó Penny con entusiasmo.
El pelinegro sonrió ligeramente.
-Hola.
Notó que Violeta alegaba con Wilbur, como siempre.
-Pero los duendes son esenciales en estas fechas -decía el joven Robinson.
-Entiende Wil, no vamos a disfrazarnos de duendes en Navidad -declaró la chica invisible.
La mirada de Hiro se oscureció mientras ellos seguían con su discusión.
La dueña de Bolt le miró preocupada.
- ¿Todo bien, Hiro?
Violeta y Wilbur dejaron de hablar algo apenados.
-Sí es sólo que estoy cansado... ¿Hablamos más tarde? -respondió el joven Hamada. El resto asintió- Gracias -se despidió y cortó la comunicación.
- ¿Qué le picó? -soltó de repente el hijo único de Cornelius.
-Parecía... -comenzó a hablar la mayor de los Parr.
-Triste -afirmó Penny con preocupación.
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- ¡Que alegría verlos, pequeños! -La tía Cass abrazó con fuerza a los tres jóvenes-. ¿Gustan un panecillo?
-Yo sí -aceptó gustoso Wilbur recibiendo un codazo por parte de la joven Forrester.
-En realidad... venimos por Hiro - comenzó a hablar la chica azabache.
-Lo hemos notado algo desanimado -explicó Penny-. Queríamos saber si sabe algún motivo que lo tenga así.
La tía Cass suspiró con tristeza e invitó a los jóvenes a sentarse.
-Ésta será la primera Navidad que estaremos sin Tadashi -dijo la mujer mirando sus manos- Era su época favorita -limpió disimuladamente las lágrimas que amenazaban con salir.
Los tres restantes se miraron entre ellos sin expresión.
-Supongo que Hiro no quiere oír nada de ella porque le recuerda mucho a Tadashi... -miró a los amigos de su sobrino-. Quizá olvidó lo mágico que se siente celebrarla.
Penny tomó la mano de tía Cass
-Le prometo que Hiro recordará las razones para amar la Navidad nuevamente -declaró la Forrester decidida.
A su lado Wilbur y Violeta asintieron con una ligera sonrisa.
La tía Cass les sonrió con ternura mientras una lágrima bajaba por su mejilla.
-Gracias pequeña -la mujer acarició su mano-. Significaría mucho para mi... y para él.
Los tres jóvenes salieron del establecimiento.
-Lamento preguntar esto pero... ¿Cómo rayos lograremos cambiar de parecer a Hiro? -preguntó Wilbur un poco preocupado -. Digo, Navidad está prácticamente a la vuelta de la esquina.
-Aún no lo sé... -confesó Penny-. Deberíamos pensar en todo lo bueno que nos trae Navidad.
- ¿Una fiesta? -sugirió Violeta- Ahí juntaríamos todo lo bueno de la Navidad, ponche, pastel de frutas, galletas, regalos... -comenzó a enlistar y sonrió pícaramente hacia la castaña-. Muerdago...
Penny supo a lo que se refería y no pudo evitar sonrojarse.
Wilbur rio.
-Estoy de acuerdo con Vi -dijo el joven Robinson-. Es una buena oportunidad para aclararle tu sentimientos a Hiro.
-Creo que lo primordial será animarle -Penny ignoró el comentario.
-Okay, okay. Necesitamos crear una lista para conseguir todo lo necesario -Wilbur sacó un pequeño bloc y comenzó a anotar.
-Igual necesitamos un lugar para la fiesta -añadió Violeta.
-Creo que ya sé dónde -dijo Penny corriendo hacia la dirección opuesta a donde venían.
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- ¡Perfecto! La tía Cass accedió a realizar la fiesta de Navidad en el café -exclamó la castaña alegremente.
Wilbur y Violeta sonrieron.
-Deberías ir de compras con Hiro -sugirió el joven Robinson-. Estoy seguro de que no se negará si se lo pides... puede que así se anime más.
Penny suspiró.
-Bien... Sólo lo hago por él -la joven actriz se alejó en dirección a la casa de los Hamada.
- ¡Mucha suerte! -gritó Violeta con una sonrisa.
- ¿Y nosotros que haremos?
-Debemos comenzar a adornar el sitio.
-Bien, manos a la obra.
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-Aquí vamos -sonrió Penny lanzando una bola de nieve hacia la ventana de Hiro.
El joven genio se asomó.
- ¿Penny? -preguntó sorprendido
-Hola Hiro... Pasaba por aquí y me preguntaba si quisieras acompañarme a hacer algunas compras.
- ¿Por qué?
-Porque me agrada tu compañía -contestó Penny como si fuese lo más normal.
Un leve sonrojo iluminó las mejillas de Hiro.
Miró a Baymax quién jugueteaba con el gato de la tía Cass. El robot asintió.
-Está bien -el menor de los Hamada respondió dedicándole una sonrisa a Penny y después de colocarse una chamarra lo suficientemente caliente salió de su casa.
-Vamos -dijo Penny con entusiasmo tomando la mano de Hiro.
Ambos adolescentes corrían a través de la multitud.
Hiro miraba todo con cierta desilusión.
Todos los lugares estaban adornados y eso le hizo recordar cuando él y Tadashi decoraban el café de la tía Cass.
Como si no fuese suficiente, el aroma a pastel de frutas le encogió el estómago de hambre y de tristeza.
La joven Forrester apretó su mano y le sonrió con comprensión.
- ¿Sabes? Me alegra pasar tiempo en éstas fechas contigo -confesó la castaña a su amigo sin dejar de caminar-. Debo decir que te admiro mucho.
Hiro le miró confundido.
- ¿Por qué?
Penny rio.
-Eres un genio, haces cosas maravillosas por las personas, como tus amigos o tu tía... -comenzó a explicar la joven-. Haces mucho por las personas que mereces que hagan mucho por ti.
Hiro sonrió levemente conmovido mientras Penny proseguía con las compras.
Deseaba mucho volver a pasar la Navidad con su hermano y su amiga notó que su idea no estaba funcionando.
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-Ponlo más a la derecha... -ordenaba Violeta-. No. Mejor más a la izquierda.
- ¡Vi, esto pesa! -exclamó Wilbur quien cargaba el árbol de navidad cómo podía.
-Creo que ahí está bien -sonrío la hija mayor de los Parr-. La tía Cass dijo que se encargaría de preparar la cena.
-Genial -el joven Robinson tomó una serie de luces, comenzando a colocarla alrededor del árbol.
La supérheroina tomó otra por su parte e igual comenzó a colocarla del lado contrario.
Tan ocupados estaban los dos que no se dieron cuenta que habían enredado los pies del otro.
Cuando Wilbur trató de moverse perdió el equilibrio, tirando así el árbol y cayendo sobre Violeta, de una manera muy peculiar.
Los labios de ambos se habían unido en un improvisado beso. Wilbur se ruborizó al instante mientras que la joven pelinegra se había vuelto invisible de la vergüenza.
Wilbur intentó separarse enseguida pero con lo enredados que estaban no le fue posible.
Penny entró en ese momento con una expresión de derrota que cambió a una de sorpresa.
- ¡¿Qué están haciendo?! -exclamó la castaña.
- ¡No es lo que parece! -se apresuró a explicar Violeta tratando de alejarse de Wilbur.
Penny se dejó caer con expresión de derrota en una silla.
- ¿Qué sucede? -preguntó Wilbur después de zafarse.
-No fue buena idea la de llevarlo de compras.
-Oh -Violeta le miró con tristeza tratando de levantar el árbol caído.
Penny miró hacia la nada y apretó su puño.
- ¡Pero aún no es momento de rendirse! -miró a sus amigos-. Ustedes dos dejen de coquetear y apuremonos, aún falta mucho por hacer...
Los dos jovenes se sonrojaron.
- ¡Fue un accidente! -respondió Wilbur con las orejas ardiendo.
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-Bien, muchas gracias Gogo, te esperamos -Penny colgó el teléfono.
-Ya invitamos a Wasabi, Gogo y Honey. Falta Fred -apuntó Violeta.
-Por supuesto -la Forrester comenzó a marcar el número de teléfono.
-Bien, empezaré a preparar el pastel de fruta a la Robinson -el joven cabello peinado en punta sonrió dirigiéndose a la cocina.
-Sé cuidadoso Wil -pidió Violeta mientras preparaba una ensalada rusa.
-Tranquila, dejaré todo limpio.
-Entendido Fred, pero no vayas a llegar ni un minuto tarde, ¡Gracias! -Penny colgó nuevamente el teléfono y sonrió-. Listo, todos los amigos de Hiro están invitados.
-Y la cena va en camino -sonrió Violeta.
- ¿Por qué no terminas de adornar, Penny? -dijo el hijo de Cornelius desde la cocina de la cafetería-. Un poco de muerdago no caería mal.
Esto último lo dijo con picardía.
-Puede ser el pretexto perfecto para darle un beso -concordó la mayor de los Parr.
El estómago le cosquilleaba.
-No estoy segura de que eso sea buena idea.
-Intentarlo no hará que pierdas algo -opinó Wilbur.
-No suelo decir esto, pero él tiene razón -dijo la pelinegra con una sonrisa.
Penny tomó algunos adornos a regañadientes y salió.
La idea de Hiro y ella besándose no le incomodaba del todo pero le aceleraba el ritmo cardíaco. ¿Y si él se negaba?
Bien, que fuese lo que Dios quisiera.
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Realmente dudaba de recordar la receta con precisión, pero ahora que veía el resultado se lamentaba el hecho de no poner atención cuando la abuela preparaba la cena.
-Oh, naves estropeadas -el joven Robinson suspiró derrotado al ver como su pastel de fruta se desinflaba.
Se apresuró a esconder nuevamente el fracaso de postre al oir unos pasos.
-Wil, ¿no quieres algo de ayuda? -preguntó Violeta- Ya terminé con la ensalada.
-No, no, no, no, no -dijo el joven con una sonrisa nerviosa-. Creo que Penny necesita más ayuda.
- ¿Estás seguro?
-Segurísimo. No te preocupes por mi, Vi.
La supérheroina le miró con desconfianza.
-Okay... -la joven se alejó lentamente en dirección a la castaña-. Wil actúa muy raro.
Penny le miró divertida.
-Es obvio que esté nervioso después de ese beso... -habló la Forrester con intención de molestar.
Violeta se ruborizó enseguida.
- ¡Sólo fue un accidente!
-Eso no quita el hecho de que deseabas que ocurriera-dijo Penny.
Violeta suspiró avergonzada.
-No era de la forma que yo esperaba.
-Bueno, lo inesperado igual es bueno.
Ambas callaron al ver como el menor de los Hamada ingresaba a la cafetería. Observó su alrededor ciertamente con sorpresa.
-Es ahora o nunca -susurró Violeta.
-No estoy lista... -respondió Penny con las manos sudando.
-¿Qué es todo esto? -preguntó Hiro con asombro.
-Es la decoración navideña para alegrar la cafetería, ¿qué te parece? -la castaña sonrió un poco nerviosa. Sabía lo que vendría continuación.
-Luce... Bien, creo -Hiro trató de buscar una palabra para describir lo que pensaba.
-Miren nada más, ¿Eso es muerdago?-interrumpió Violeta con una sonrisa maliciosa.
Hiro y Penny se ruborizaron al ver el muerdago que prendia del techo.
-Vamos, sólo uno pequeño -pidió Violeta.
Ambos asistieron.
-Es la tradición -Penny sonrió encogiendose de hombros.
-Sí, después de todo lo es... -admitió el joven acercándose poco a poco hacia la castaña.
Violeta preparó su cámara. Ese día era sería digno de recordarse.
-Wil... -la pelinegra susurró hacia el Robinson-. Ven o te lo perderás...
- ¿Perder? -el hijo de Cornelius salió disparado, con tan mala suerte que tropezó con el cable de las luces.
Lo que pasó a continuación sucedió en cámara lenta. O eso pensó Violeta, quien había preparado la cámara para realizar varias tomas.
El joven Robinson al tropezar empujó a Penny hacia el lado derecho.
Entonces los labios de Hiro que esperaban impacientes los de Penny habían chocado con los de Wilbur.
Violeta estaba atónita. Penny ruborizada y los dos chicos restantes se separaron entre muecas de asco y vergüenza.
Hiro salió corriendo hacia su habitación.
-Así que lo inesperado igual es bueno...-dijo Violeta viendo las fotografías del beso Hilbur-. Wil...
-Creo que necesito un momento a solas -declaró el mencionado dirigiéndose al sanitario.
-Esto no podría ser peor -susurró la castaña para sí misma.
Baymax entró en el recinto.
-Por favor, ¿alguno de ustedes sabe por que Hiro está molesto?
Penny dejó caer su cabeza en una de las mesas del café.
-Todo es nuestra culpa.
Violeta se acercó tratando de reconfortarla.
De repente Penny se alteró.
- ¿Baymax, dónde dejaste a Mochi?
-En el patio, ¿por qué la pregunta? -respondió el robot con su típico tono tranquilo.
- ¡Bolt está ahí! -la castaña corrió en dirección al patio para encontrarse a un temeroso Mochi que escapaba de los ladridos de Bolt.
Ambas mascotas corrieron en dirección al café. La Forrester palideció.
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- ¡Bolt, quieto por favor! -pedía Violeta tratando de detener al perro de su amiga.
Mochi colgaba de los ardonos. Brincaba de uno a otro cuando se caían.
- ¡No Mochi! -pidió la mayor de los Parr tratando de bajar al gato.
La mascota de la tía Cass saltó hacia el árbol y Bolt lo siguió.
Wilbur, quien ya había salido de su depresión post-beso, llegó con la cena preparada y la colocó en la barra al ver el caos.
- ¡No te quedes ahí parado, ayúdame!
-pidió Violeta.
Ante el delicioso olor del pavo Mochi saltó en dirección a la barra junto con Bolt.
El árbol cayó en el proceso y Wilbur hizo a un lado a Violeta para que no la aplastara.
Penny entró corriendo y tropezó con el árbol. En su intento por levantarse hizo que el fracaso de pastel hecho por Wilbur saliera volando.
Con un poco de suerte el menor de los Hamada, quien había entrado al oír tanto alboroto, esquivó el postre antes de que se impactara contra su rostro.
- ¿Qué demonios pasó aquí? -preguntó Hiro alterado.
Wilbur miró hacia abajo con vergüenza. Aún no superaba lo de hace unos momentos.
Violeta dirigió su vista hacia los únicos ardonos que aún adornaban la cafetería de la tía Cass. El resto se hallaban en el suelo, como el árbol de navidad y la cena.
Penny trató de buscar las palabras correctas. Sentía un nudo en la garganta. Nunca creyó que el plan no funcionaría. Le estaba fallando a él, le estaba fallando a Hiro.
Suspiró.
-Sólo queríamos darte una Navidad perfecta -confesó la Forrester con cierta tristeza.
Hubo un momento de silencio.
Y ocurrió lo impensable. Hiro abrazó a sus tres amigos con fuerza y soltó una risa acompañada de un par de lágrimas.
-Gracias... -murmuró con sinceridad.
Ver el esfuerzo que sus amigos habían hecho por él, ver como trataban de hacerle sentir bien, le conmovió el corazón.
Los otros tres seguían sin creer lo que pasaba.
- ¿No estás molesto? -preguntó Violeta.
Hiro negó con la cabeza
-Mira todo lo que ocasionamos -añadió Wilbur.
-Es un desastre -dijo Penny con la mirada hacia abajo.
El joven Hamada rio.
-Tadashi me dijo una vez que la Navidad no depende de un árbol, de una media, de una cena o de los regalos... Mientras estés en compañía de tus seres queridos y agradezcas por ellos es suficiente -habló Hiro con calidez-. Y créanme, que en verdad siento la ausencia de Tadashi... pero agradezco más el tenerlos ahora.
Penny derramó una lágrima y se abalanzó sobre Hiro, abrazandolo con una sonrisa.
-Les dije que no llegaría tarde -habló Fred con una sonrisa que se borró en el instante que pisó el café-. ¡Por el martillo de Thor! ¡¿Qué pasó aquí?!
-Es una larga historia -dijo Wilbur ciertamente avergonzado al igual que Violeta y Penny.
-Creo que debemos limpiar un poco... -dijo la Forrester riendo un poco-. Lamento haberte hecho llegar temprano Fred...
-Yo lamento este desastre -respondió el mencionado-. Olvidenlo, esto no estará limpio para la cena. Síganme...
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- ¡Muchísimas gracias Fred! -exclamó Wilbur abrazando al joven con fuerza.
El rubio sonrió.
-Ni lo menciones viejo, uno hace lo que sea por los amigos.
Fred había preparado el enorme jardín de su casa para que la cena se realizara ahí.
Hiro estaba con la tía Cass. Ella lo abrazaba fuertemente.
-Me alegra verte así -dijo la mujer castaña.
-Estoy a lado de las personas que quiero, ¿por qué no habría de estarlo? -respondió el joven con una sonrisa.
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-Honey, Gogo, ¡muchas gracias por aceptar! -dijo Violeta con una sonrisa.
-Ni lo digas -dijo Gogo correspondiendo el gesto.
-Por Hiro haríamos lo que sea -añadió la rubia del mismo modo-. Penny, ¿ya estás lista?
-Sí, o eso creo... -respondió la castaña desde el vestidor.
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Fred invitó a pasar a los invitados a unos asientos en frente de una plataforma colocada ahí.
Wasabi apareció con un micrófono en mano.
-Muy buenas noches damas y caballeros, e incluso robots presentes a continuación escucharemos una hermosa melodía interpretada por estas hermosas señoritas...
Los aplausos no se hicieron esperar y detrás de él aparecieron Penny, Violeta, Gogo y Honey vestidas espectacularmente. Cada un tenía un instrumento a excepción de Penny.
Wasabi le cedió el micrófono a la castaña y ella agradeció.
- ¡Buenas noches! -la joven Forrester saludó- Espero que todos estén bien... Antes que nada debo decir que esta canción es para alguien muy especial... -sonrió mirando hacia Hiro-. Espero les guste.
Entonces Violeta comenzó a tocar la guitarra, Honey el teclado y Gogo la batería.
Penny respiró hondo y comenzó a cantar:
-Un año esperando... Que fuera el día soñado... y he aprendido que no todo es como en el plan...
Violeta sonrió hacia su amiga sin dejar de tocar.
-Quise volar en sólo... deseando estar en SoHo... Pensé que esto no iba a resultar...
Penny miró con una sonrisa a Hiro.
-Pero aquí estoy...
La castaña continuó ante la ovación de los invitados.
-Tal vez me has visto bajo el árbol revisando así... Y hoy me doy cuenta de que hay un regalo para mi...
Hiro la miró con muchísima atención, le agradaba verla con entusiasmo.
-Navidad perfecta... Navidad perfecta... Navidad perfecta... ¡Contigo estoy!
Penny señaló a Hiro y le dedicó una tierna sonrisa.
Wilbur codeó a manera de burla al menor de y éste se ruborizó.
La castaña siguió:
-Decoración que tiembla...
No pudo evitar recordar el caos ocasionado por Bolt y Mochi.
-Alguien robó mi media... Y creo que nos tarjetas fueron a reciclaje...
Suspiró.
-Los cables enredados...
Violeta recordó como Wilbur y ella habían terminado en el suelo por las luces de Navidad.
-El muerdago estropeado...
La mayor de los Parr rio al recordar el improvisado beso entre sus dos amigos.
Los chicos rieron avergonzados .
-Y aunque estoy muy nerviosa me siento muy feliz...
La tía Cass abrazó con fuerza a Hiro.
-Ahora entiendo el gozo que ésta época nos trae...
Wilbur les miró con alegría.
-Pastel de frutas como... Aunque de hace un año es...
Los invitados se movían la ritmo de la voz de Penny.
-Navidad perfecta... Navidad perfecta... Navidad pefecta... ¡Contigo estoy!
La Forrester volvió a señalar al menor de los Hamada e invitó a los invitados a levantarse.
Las chicas ayudaron con los ánimos:
- ¡Hey, Hey, Hey!
Los invitados saltaron al compás de las voces. Penny sonrió y continuó:
-Alza las manos así...
Alzó el puño pegando unos cuantos saltitos.
Las chicas le miraron satisfechas y siguieron ayudando.
- ¡Ho, Ho, Ho!
Penny siguió.
- ¡Santa no escucha!
Violeta, Gogo y Honey siguieron con el coro:
- ¡Ahí voy!
Hiro veía fascinado como Penny se desenvolvía en el escenario.
-Ésta magia a esparcir...
- ¡Hey, Ho!
- ¡Vamos todos griten ya!
Penny alzó una mano moviendola suavemente de un lado a otro. Los invitados la imitaron. Otros aplaudían al compás de la canción.
- Navidad perfecta... Navidad perfecta... Navidad perfecta... ¡Contigo estoy!
Violeta se acercó a su amiga sin dejar de tocar la guitarra eléctrica. Penny señaló agradecida a la mayor de los Parr.
- ¡Contigo estoy!
La castaña señaló a Bolt.
- ¡Contigo estoy!
Después señaló a Wilbur divertida.
- ¡Contigo estoy!
Suspiró y miró tiernamente señalando a Hiro.
-Contigo estoy...
Los aplausos no se hicieron esperar y todos felicitaron a las chicas por su grandioso trabajo.
El mayordomo de Fred anunció que la cena estaba servida y todos se dirigieron a la mesa.
- ¡Penny! -Hiro detuvo a la Forrester tomándola del brazo-. Quería decirte algo...
La joven le miró con una sonrisa.- ¿Qué sucede?
Hiro se ruborizó. De verdad se veía preciosa.
-Muchas gracias, por todo, la fiesta, la canción....
Penny acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.
-No fue nada, quería darte algo especial.
-De verdad gracias -el menor de los Hamada sonrió.
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Wilbur y Violeta veían desde lejos con una sonrisa.
-Parece que todo salió bien -dijo Wilbur.
-Sí -afirmó Violeta con dulzura.
Un pequeño silencio se formó entre los dos.
-Vi, sobre el beso...
La pelinegra suspiró.
-Wil, no necesitas decir na...
-Es que... Creo que me gustó...
El joven Robinson tenía la mirada hacia abajo con el rostro ruborizado. Violeta le miró atonita y después aclaró su garganta:
-Creo que a mi también me gustó -una leve sonrisa se dibujó en los labios de la chica invisible.
Wilbur le miró sorprendido y sonrió tontamente hacia la chica.
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-Tú lo habrías hecho por cualquiera -dijo Penny con una sonrisa.
-Pero lo que hiciste tú fue maravilloso -Hiro tomó las manos de la castaña-. Tú, Wil y Vi me ayudaron ahora.
Fred llegó con aire picarón hacia los dos con una caña de pescar y un muérdago prendado de él.
-Creo que ya saben que significa -dijo el rubio con un tono sugerente ante el sonrojo de los dos jóvenes.
-Sólo espero que nadie arruine esta ocasión -confesó Hiro rascando su cabeza nerviosamente.
-No creo que alguien lo haga... -habló Penny acercando sus labios lentamente hacia los de Hiro para finalmente unirlos, justamente cuando el reloj dio las doce.
Ese se convertía en el primer beso de ambos.
El joven Hamada suspiró disfrutando de los pequeños y dulces labios de la castaña, al igual que ella disfrutaba los suyos.
Se separaron sonriendo y caminaron en dirección a la mesa.
Por un momento Hiro creyó ver algo en el cielo y al bajar la vista vio cuatro regalos juntos.
Sonrió al notar que eran para él y sus amigos.
Definitivamente la Navidad tenía magia que era inexplicable para la ciencia. Tomó la mano de Penny sonriendo y ambos se sentaron junto a sus familiares y amigos para disfrutar de la alegría de la Navidad.
¿Fin?
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