Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 53.

-¡Que no es una película porno!

-¿Entonces por qué no te dijeron para qué audicionarias?

-¡Yo qué sé! ¿Para generar suspenso?

-O porque es una película porno. Una porno gay.

Froy miró a mi novio y a mi hermano con la cara roja de la frustración.

-¡¡QUE NO LO ES!! -respirando con pausa para no morir ahogado, retomó-: Y si lo fuera (que no), ¿no creen que me hubiesen mandado a quitarme la camiseta?

-¿Lo hicieron? -inquirió Anto.

-Si -Froy bajó la cabeza.

Reprimí una carcajada al escuchar a Corey y Diego gritar "¡Ajá!" a mis espaldas.

Me preocupaba la conexión que estaban teniendo estos dos, pero eso no importa ahora.

-¿Y te la quitaste?

-No, me da pena que vean mi cuerpecito.

Antonella y yo nos miramos con el ceño fruncido. Luego ella avanzó hacia él y sin ningún miramiento le alzó la camiseta mostrando su abdomen demasiado bien marcado para el deleite de nuestros ojos.

El gusto por los deportes sirve para algo, lástima que a mí me guste más la comida... y mi novio degaldito.

-Es casi un pecado que te de pena -dijo Anto en tono amable, logrando que él se sonrojase y no por el enojo.

-Gracias... ¡pero no era una porno, ni gay ni heterosexual! -apuntó a Corey y Diego.

Ellos siguieron retomando su peleita estúpida, pero Anto y yo nos fuimos por un pasillo que supuestamente llevaba a la oficina del gerente del Castillo de la Bestia para terminar de cuadrar las cosas para la boda de mis padres. El lugar era demasiado grande y nosotras de demasiado pendejas, no me sorprendería que hubiéramos entendido mal la dirección que nos dio una empleada y terminemos en, no sé, ¿Narnia?

Ah, tampoco me molestaría.

-¿Y entonces, marica? ¿Cómo le va con mi hermano? -pregunté para matar el silencio, pero ella ni bolas paró, así que recurrí al modo violento y la sacudí como a un batido-. ¡Mujer, pare pelotas!

-Las parara si las tuviera, pero no -Anto hizo un puchero-. Pero, ¿por qué me sacudía así?

-Estabas en pleno limbo -me encogí con inocencia-. ¿En qué pensabas?

-Si te digo seguro y te burlas.

-¿Tú crees que lo haría? Mija, llevamos más de una década siendo amigas. He escuchado las más estúpidas cosas salir de tu boca y no me he reído... bueno, sí, ¡pero siempre contigo!

-Lo sé, y por eso te amo -ella sonrió, llevándose un mechón de cabello rubio tras la oreja. Lucía demasiado pensativa y poco hiperactiva para mi gusto, y admito que me asusté por lo que estuviese a punto de decir, porque cuando Antonella Morales se pone de ese modo es que va a soltar algo serio, y lo serio en ella no todo el tiempo es bueno. Te digo, en unos arranques de esos me dijo que se iba del país y aquello fue horrible para mí-. Estoy algo melancólica hoy. De ese días en los que te despiertas reflexionando y pensando en todo, ¿me entiendes?

Asentí, guardando silencio. Entrelacé mi brazo con el de ella, como lo hacíamos siempre en la escuela.

-Pienso en todo lo que ha pasado, y el poco tiempo en el que ha pasado, ¿sabes? O sea, míranos, ¿en qué puto momento íbamos a imaginar nosotras que estaríamos en el maldito Castillo de la Bestia en Disneyland. Hace un poquito más de un año ni siquiera sabía que existía un Castillo y mucho menos que en realidad era un restaurante. ¿Sabes a dónde quiero llegar?

-Si, supongo que piensas que si nos hubiesen dicho allá en Colombia que íbamos a ser las protagonistas de una estúpida comedia adolescente, nos hubiésemos reído en esas caras estúpidas.

-Exacto, marica -de repente, soltó una risita-. Tú, novia de Corey Fogelmanis y yo, tu mejor amiga, novia de tu sexy hermano... ¡Marica, nos convertimos en una fanfic de Wattpad! ¡Que miedo!

Y soltamos una fuerte carcajada, que se prolongó por buen rato. El pasillo, demasiado largo, estaba solitario y la risa formaba ecos que resonaban por todo el lugar. Me sentí bastante alegre en ese momento, pero melancólica y curiosa al mismo tiempo. Creo que por primera vez en mi vida me pregunté qué hubiera pasado si yo no me hubiese dejado convencer de mis primos para usar esos patines del infierno. ¿Adónde estaría? ¿Que habría sido de mi vida Corey, sin mis chicos de GMW, sin Froy y su papá, sin Diego?

¡¿Sin Corey?!

No lo sé, y tampoco quiero saberlo.

-Lo bueno de todo esto es que, si eso es verdad, estás clara de que seríamos una fanfic nada cliché y bien loca.

-Totalmente -rió de nuevo, pero más calmada-. Somos unas chicas bien suertudas, ¿Eh? Si no fuera yo, me tendría envidia.

-Pero eres tú, la chica suertuda.

-Tú eres la suertuda en realidad, yo solo me beneficio de tu suerte como la sanguijuela chupa-suerte que soy.

Eso me hizo reír más fuerte. No hacía falta resaltar que estaba bromeando. Ella estaba consciente de toda la suerte que había tenido, no por mí, sino por la fabulosa chica que era y la marvillosa mujer loca en la que se estaba convirtiendo.

La amo demasiado.

Luego de casi dos minutos caminando por el pasillo (no, no tenía fin) gracias a Dios encontramos la oficina del gerente, que nos recibió con una sonrisa y una taza de té para cada una. Tenía acento francés, pero era fingido. Al parecer es una política del restaurante o algo así, Erick me explicó esa teoría de que Disney obligaba a los que trabajaban aquí a ambientizarse seriamente con su trabajo, y ya que la película de la Bella y la Bestia fue ambientada en Francia, sus trabajadores tenían acento francés.

Tan pesado ese Disney, ¿no?

En fin, lo que hablamos con el gerente no tenía es muy relevante. En resumen, solo terminamos de organizar las cosas para el matrimonio y recepción de la boda; que si las mesas doradas, las flores azules y amarillas, la comida, la banda que tocaría las canciones... Faltaban solo un par de días para el evento, y todo avanzaba viento en popa gracias a Mitchell y Victoria, la organizadora de eventos, que estaba resentida conmigo por no dejarla organizar la fiesta de cumpleaños de Honguitochico y yo, pero se ablando un poco cuando la contraté para la boda de mi madre.

Bueno, decir que se ablandó fue mucho. Seguía super resentida pero al menos ya no me hablaba como si estuviese regañándome. Y había traído algunas de las veces a su hermano menor, Carter. Él no hablaba mucho. No hablaba nada, la verdad. Pero a veces lograbas sacarle una conversación y cuando eso pasaba era todo un encanto. Aunque a Anto no le cayó bien, ni idea de por qué.

Luego de terminar la rápida reunión y el té, regresamos al gran comedor donde mis amigos estaban. Parecía que ya no peleaban, en su lugar se habían puesto a tomarse fotos frente a la fuente de la Bella y la Bestia.

-¿Ustedes no tienen algo mejor que hacer? -preguntó Anto.

-Shhh, cállate, por fin encontré un buen ángulo -Corey, con su cámara en manos, estaba tirado en el suelo apuntando a mis hermanos que posaban como los machos pechos con dos pelos que son.

-Vuelveme a callar y te la corto, Condón usado -y se atravesó justo cuando Corey tomó la foto, lo que le sacó un chillido agudo que, al ver que todos lo observaban, repitió pero mucho más grave, y volvió a tomar la foto.

Me reí, y volví a preguntarme qué putas habría sido de mi vida sin él.

Pedimos un taxi de regreso a la casa. Corey volvió a quejarse de que necesitaba un auto pues los taxis lo dejarían pobre y yo le dije que no fuese un drama king pues quien había pagado el viaje había sido yo. Froy estaba leyendo un libro desde el puesto de copiloto y Anto y Diego se comían mutuamente otra vez a nuestro lado pero la costumbre logró que no nos diera tanto asco.

Estábamos cruzando una de las calles de Los Ángeles cuando Corey vio algo.

-Detengase aquí, por favor -pidió, y se bajó del auto antes de que se detuviera por completo.

-¡¡Shain!! -exclamé, siguiéndolo a toda prisa y exaltada-. ¡¿Es que acaso usted no se acuerda del buen golpe que se llevó por andar jugando en la carretera, mijo?!

-Si me acuerdo -dijo, entendiendome a medias-. Pero, mira lo que encontré.

Se dio la vuelta. Llevaba algo en los brazos y mi corazón dio un vuelco al ver que ese algo se trataba de un cachorrito, indiscutiblemente callejero, sucio, delgado y asustado. El susto que Honguitochico me había pegado se desapareció en ese instante y me acerqué con prisa para mirarlo más de cerca. Bajo el sucio se ve su pelaje blanco, y sus ojitos son negros como el corazón de Anto antes de enamorarse de mi hermano.

-Dios mío, si es un bebé -murmuré mirando a Corey, que no dejaba de sonreirle al perrito.

-Casi no lo veo, trataba de salir de esa caja de allá. Estaba solo -subió la vista hacia mí, y no hace falta que me diga lo que piensa, yo lo veo perfectamente en el brillo de sus ojos.

-No tiene mamá.

-Ni papá.

-Tu podrías ser el padre.

-Y tú la madre.

-Nunca he tenido un perro en mi vida, Corey.

-Para todo hay una primera vez, Sarcastichica. ¿O olvidas esa vez cuando...?

-No digas cosas como esas frente al niño, Shain -bufé con diversión.

-No te vas a arrepentir -animó-. Un perro es uno de los amores más sinceros y puros que hay. Te lo digo yo, que paso temporadas enormes sin ver a Sunshine y cuando lo hago me recibe como si fuese la mejor persona del mundo...

Que lo es.

-... Te lo juro, Sarcastichica, te va a amar tanto como yo a ti. Sólo observa cómo te mira.

En efecto, el perrito no había dejado de mirarme en todo este tiempo. Sus ojitos negros estaban brillando igual o más que los de Corey, y yo no pude evitar quitárselo de las manos con cuidado. Estaba sucio y el cabello lo tenía pegajoso, pero no me importó una mierda. Yo lo veía hermoso ya, imagínate tú cuando le empezemos a dar el amor que se merece.

-Bien, nos lo llevamos, Honguitochico -sonreí.

-¡YAS! -Corey aplaudió alegre y me abrazó con cuidado de no aplastar al perrito, que percibió la alegría y comenzó a ladrar.

-Ajá, expliquenme ¿por qué salieron del auto de esa forma e interrumpieron mi beso? -inquirió Anto caminando en nuestra dirección, pero al verme se detuvo con una mueca-. _____, ¿que haces con un perro en manos?

-¡Sarcastichica y yo lo adoptamos! -chilló mi novio.

La cara de Antonella pasó de él, al perrito, del perrito a mí, de nuevo a Corey y luego viceversa. Al final se encogió de hombros.

-No sabía que me harían tía tan joven, pero mejor que sea de un perro que de otra cosa por ahora -suspiró-. ORTIZ, FELICIDADES, ERES TÍO.

-¡¿QUE QUÉ?!

Y entonces Diego se acercó dando zancadas. No dudé en que venía con intenciones de meterle un puñetazo a Corey, pero por suerte vio al perrito primero y su gesto se relajó notablemente.

-Ah, es una rata.

-No es una rata, animal, es un perrito. Y un perrito muy lindo, ¿a qué sí? -Froy se acercó con una enorme sonrisa y empezó a hacerle mimos que el perrito correspondía feliz-. ¿Cómo van a llamarlo?

Miré a Corey.

-Firulais.

-No voy a llamar a mi perro Firulais, Sarcastichica.

-¡Oh, vamos! ¡Siempre quise un perro que se llamara así!

-No voy a condenar a mí hijo a vivir con un nombre como ese. Los demás perros van a burlarse de él.

-Envidiosos esos perros porque de seguro no tienen un nombre tan fantástico como Firulais. Seguro se llaman Fido o Destructor. Que nombres tan comunes -rodé los ojos.

-No voy a llamarlo Firulais y es mi veredicto final.

Cruzó los brazos como el infantil inmaduro que es. Mis tres amigos nos miraban como si fuésemos los bichos más raros del mundo.

-¿Pero si quiera sabes si es macho? -dijo Diego.

-Eso se resuelve fácil, Diego Go -Froy avanzó y le levantó la pata al perrito-. Sip, definitivamente es ma... cho.

Hubo una explosión de carcajadas cuando Firulais roció con sus jugos la cara de dios griego de mi hermano. ¿Lo mejor? Tenía la boca abierta.

Creo que Antonella hasta grabó un vídeo y todo.

-¡Ese es mi hijo! ¡Cobrándose todo lo que ese idiota hizo pasar a su padre! -festejó mi novio. Froy lo miró adolorido.

-¡No fue mi intención que sintieras celos de mí!

-Me vale, Gutiérrez. ¡Ese es mi hijo, si!

El taxista empezó a sonar la bocina y ahí fue cuando recordamos que somos pobres y no tenemos carro propio, así que regresamos al auto. El chófer preguntó qué carajos olía a orine de perro y Froy se encogió más en su asiento. Por mi parte, estaba súper encantada con el perrito, que en ningún momento se había separado de mí ni de Corey. Era demasiado adorable y esos ojos negros y expresivos me tenían embelesada. Seguía preguntándome cómo íbamos a llamarlo, porque claro que no le iba a nombrar Firulais. Era solo para joder a Corey, porque saben que es mi trabajo favorito.

Al llegar a la casa encontramos a mamá en el sofá viendo un programa sobre bodas, su hobbie favorito desde que Erick le pidió matrimonio. Cuando vio al perrito, frunció el entrecejo.

-Sólo por curiosidad, ¿ese perrito se quedará en la casa?

-Sip.

-¿Y el que yo o Erick les hayamos dado permiso o no, no afectará ese hecho?

-Nop.

-Es totalmente irrelevante para nosotros.

-Aunque no te preocupes, Nathalia, yo me lo llevaré a mi apartamento una semana sí y una no hasta que dejes que tu hija y yo nos mudemos solos a un apartamento -mi novio sonrió.

-Espera a que cumpla 18 y ven a ver si lo reconcideré -miró con ternura al perrito-. ¿Cómo lo llamaron?

-Aún no sabemos.

-Lindo nombre.

-No, es que en realidad no... -Corey bufó al darse cuenta de la risa de mi madre-. Me estás jodiendo.

-Y tú tan lento que ni lo notas -le sacó la lengua.

Mi madre es una diosa, sorry not sorry.

-¿Y papá? -preguntó Froy.

-En el supermercado.

-Genial, voy a llamarlo para que traiga comida para perros y champú -le entregué el perrito a Corey-. Te vamos a poner super lindo, cariño.

-¡Suerte con eso! -exclamó Diego, subiendo las escaleras con Anto de la mano.

Rodé los ojos y caminé hacia la cocina para lavar mis manos. Luego envié el mensaje a Eric y revisé el buzón con las esperanzas de hallar un mensaje o una llamada perdida de la compañía que promocionaba las audiciones de El Ladrón de Cunas.

Nada.

Semanas han pasado, y nada todavía.

-Te van a llamar, Sarcastichica, ten paciencia -habló Corey tras seguirme.

-¿Tú lo crees?

-Já, estoy seguro. Además, si aún no anunciaron el rostro de Amanda es porque todavía no la han elegido. Y cuando lo hagan, verás que eres tú.

Suspiré. Estaba nerviosa, porque desde que hice las audiciones me di cuenta de que en serio quería este papel. En serio quería interpretar a Amanda y en serio quería formar parte de esa producción. Era un gran proyecto, de gran exigencia. Un gran reto, uno que estaba decidida a abordar.

Pero todo dependía de que si me elegían o no. Mi familia, amigos y Corey me animaban, pero la inseguridad seguía ahí.

Sentí sus manos rodear mi cintura y su cálido cuerpo contra el mío. Posó el mentón sobre mi hombro y besó con delicadeza mi mejilla, sacándome un suspiro. Dios, se siente tan bien que haga eso.

-No seas una Drama Queen, Sarcastichica -murmuró-. Todo se te va a dar bien.

-¿Qué hiciste con Firulais?

-Uno, deja de llamarlo así, y dos, lo dejé en la sala con tu mamá. Se encariñó con él más rápido que conmigo.

-Es más adorables que tú -bromeé.

-Si, se parece a ti.

No pude evitar sonreír. Y así mismo, de nuevo, no pude evitar preguntarme qué coño hubiese sido de mí sin mi chico con cabello de hongo que ya no tiene el cabello de hongo.

-¿Cómo lo llamaremos, entonces?

-Estaba pensado en Shine.

-¿Shain?

-No, Shine. Shine, de brillar. Por cómo brillaron sus ojos cuando nos vio, ¿recuerdas?

-No, no lo voy a recordar porque pasó hace años -dije con sarcasmo, haciendo rodar sus ojos-. Bueno, bien, Shine me gusta. Shine Firulais Fogelmanis Córdoba, ¿eso te gusta? -lo miré por encima de mi hombro.

Estaba sonriendo.

-El Firulais no termina de convencerme, pero me gusta cómo suena nuestros apellidos juntos. ¿No te gustaría llamarte así algún día? -me observó.

Un ligero rubor cubrió mis mejillas, pero sonreí con diversión.

-¿Estás proponiéndome matrimonio, Shain? Porque todavía estoy muy joven.

-Si crees eso, entonces tómalo como una promesa de que algún día lo haré. Probablemente cuando dejemos de reírnos de cualquier babosada y superemos nuestros crushes con caricaturas de la televisión.

-En ese caso no me lo pedirás nunca, Honguitochico -reí.

-Tienes razón, me corrijo: lo haré simplemente cuando sea el momento, porque está obvio que nunca dejaremos de reírnos de cualquier mierda y nunca superaremos nuestros crushes con Jack Frost y Wendy.

-Mejor no lo pude haber dicho yo -le regalé una sonrisa llena de cariño que él correspondió.

Entonces me besó, y yo le seguí el beso, y solo nos separamos porque Erick entró con un escándalo todo emocionado por ver a nuestro perrito.

N/A: Buenas buenaaaaas.

Solo dejo esta notita aquí para avisar que las amo y que este es el penúltimo capítulo (jejeejejej, sorry).

LAS FUCKING AMO.

Se despide, xlexluthorx.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro