Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 51.


-¡Oh, vamos, Sarcastichica! ¡Sólo te estoy pidiendo un beso!

-¡Aléjate de mí!

-¡Pero si estoy completamente limpio...! ¡Y ya ha pasado una semana!

-¡Lo siento, pero te miro y lo único que recuerdo es a mi madre vomitándote!

-Perdón otra vez por eso, Corey -se disculpó ella, apenada.

Corey suspiró con resignación y dejó de seguirme por toda la sala. Agradecí eso, porque pensé que si corría un poco más caería desparramada del cansancio. Tengo que hacer más ejercicio, definitivamente.

Mi familia rió. Nos encontrábamos reunidos en la sala, haciendo una lista para organizar todo lo que pasaría en la boda; invitados, gastos, comida, lugar... todo esto era tema de discusión y las decisiones que se tomaran iban a ser escritas por mí en el cuaderno de organización, pues yo tenía la letra más bonita. Todo tenía que ser perfecto, pues es la primera y con suerte la única y mejor boda de mi madre. Claro que esto se vio brevemente pospuesto pues Corey había llegado con las repentinas ganas de darme un beso, cosa que yo no iba a hacer por muuucho tiempo.

Sacudí la cabeza, tomando de nuevo mi pluma y el cuaderno y lanzándome a la alfombra entre Diego y Froy. Mi novio, aún resentido, estaba en el sofá con los brazos cruzados y cara de pocos amigos... Pobrecito, pero más pobre soy yo, que cada vez que lo miro no puedo olvidar las...

Ew, imágenes.

-Bien, ¿en qué andábamos? -retomé, sacudiendo ligeramente esos pensamientos de mi cabeza.

-En que me dabas un beso.

-Ignorando el comentario de Honguitochico, ¿en qué andábamos?

-En el lugar -dijo Erick, mirando a mamá sentada en sus piernas-. ¿Dónde quieres que sea, Natty?

-Siempre quise casarme en una iglesia -mamá sonrió con aires de soñadora-. Con mi vestido blanco, el velo... siendo llevada de la mano de papá... Pero como papá siempre fue un hijo de puta, me va a llevar el señor Luis.

Asentí, anotando «Iglesia», «Vestido blanco y velo» y «Suplantar a papá hijo de puta por el señor Luis».

-¿Recepción?

-Eso elígelo tú, amor -dijo mamá.

Erick sonrió como un niño pequeño.

-¡En el castillo de la Bestia, por supuesto!

Anoté «Castillo de la Bestia» y observé a Corey por encima de mi hombro. Este no me miró, pero sonrió un poco.

-¿Por qué el castillo de la Bestia? -Diego frunció el ceño.

-Porque es la mejor película animada de las princesas de Disney, dah -dijo Erick, de manera obvia.

-Además de que papá cree que él se parece al príncipe Adam -añadió Froy.

-¿Quién mierda es el príncipe Adam?

Padre e hijo, al mismo tiempo, exhalaron dramáticamente y se llevaron una mano al pecho.

-¡¿Y así te di alojamiento en mi casa?! -exclamó mi futuro papá.

Diego lo observó como si fuese un desquiciado, más no dijo nada.

-Oigan, ahora que lo pienso -dijo Corey- el castillo de la Bestia es la mejor opción, porque tanto Erick como Nathalia se parecen al príncipe Adam y a Bella.

-Aww, Corey, esa es una linda comparación -mamá sonrió.

-Santas figuras de Mickey Mouse, Farkle, ¡eres un genio! -halagó Erick.

-Gracias y lo sé, me merezco un beso...

-Oh, lamento no poder dártelo, Farkle, estoy comprometido -abrazó un poco más a mi mami.

Corey puso cara de trauma. -No me refería a usted...

-Oh -Erick frunció el entrecejo-. ¿Y entonces a quién?

Me reí fuertemente cuando Honguitochico se apretó un cojín contra la cara. Le di un apretón a su muslo juguetonamente y subrayé «Castillo de la Bestia» para dejar en claro que sí o sí tenía que ser ahí la recepción.

-Oye, tranquilo, Corey -dijo Froy-. Cómete un Snicker... no, espera, no tenemos Snickers. ¿Te parece unas palomitas? Voy por las palomitas.

Se fue a la cocina y a los minutos volvió con dos recipientes de palomitas. Comí un poco y le pasé el bol a Corey, quien se lo quedó todo para él. Gruñón, ni Diego hace eso.

-Diego, pásame las palomitas -pidió Ganso.

-Jódete, ya son mías.

...

O tal vez sí.

-Bien, ¿para qué fecha sería todo esto? -pregunté.

-Bueno, no quiero casarme y que lo único que se vea en las fotografías sea la pelota de yoga que tenga por panza, ni tampoco que Condón Agujereado nazca fuera del matrimonio, así que si es más pronto, mejor.

-Sí, estoy de acuerdo con ella -Erick asintió.

-¿En serio lo llamaremos Condón Agujerado? -preguntó mi hermano mayor.

-Es solo un apodo hasta que encontremos el nombre adecuado -encogieron sus hombros.

-Que apodo tan hermoso -dije yo sarcásticamente. Luego sacudí la cabeza y busqué en el calendario una fecha al azar-. Digan un número.

-Dos.

-Nueve.

-¡Veintisiete!

-Dos.

-Un número.

-¡Corey!

-¿Acaso eso no fue lo que ordenaste, Sarcastichica? Dijiste, "digan un número", entonces yo dije un número. Si no te gusta hubieses rectificado tu pregunta -y se metió furiosamente un puñado de palomitas a la boca.

Rodé los ojos al tiempo en que mi familia se echaba a reír, con excepción de Diego, que le envió una mirada de «cuida el tonito, Fogelmanis».

Bufé. Si se pone así por un beso, reventará cuando le niegue otra cosa.

-Como sea, mamá y papá dijeron dos, así que será el dos del próximo mes -lo anoté-. Si Condón Agujereado crece un poco para esa fecha, entonces elegiremos un vestido que quede suelto al cuerpo para esconder la panza. ¿Te parece bien, mamá?

-Dios, _____, ¿de dónde aprendiste tú tantas cosas de moda?

-De la mamá más fabulosa y al estilo del mundo, claro.

-Ah, lo supuse. Tu madre es una experta -se echó el cabello hacia atrás egocéntricamente, y Erick terminó con pelo en su boca.

Después de acordar casi todo sobre la boda, vimos una película... o tratamos, ya que con cada cosa que pasaba alguien tenía que soltar algún comentario que nos hacía orinar de la risa... literalmente, mamá tuvo que correr como flash hacia el baño varias veces de tanto reír.

Corey, aunque se estaba riendo, seguía un poco molesto porque todavía me negaba a besarlo. No me dirigió la palabra hasta que la película terminó y todos decidieron irse a dormir. Justo cuando se cerró la puerta que llevaba al ático fue que se levantó y caminó hacia la entrada con las manos metidas en los bolsillos se su sudadera roja, una de mis favoritas.

-¿Te vas? -inquirí, siguiéndolo.

-No, sólo camino a la puerta para ver si puedo traspasarla.

-No uses el sarcasmo con la reina del mismo, Shain -corrí hasta él y tomé su mano-. No te vayas, es muy tarde ya.

-Llamaré a un taxi -contestó cortantemente, aunque no hizo nada para librarse de mi agarre.

Sonreí relamiendo mis labios.

-Pensé que podrías pasar la noche aquí... conmigo.

-Pensándolo mejor, los taxis están muy costosos hoy en día.

Fue como si le hubiese dicho a un perrito «¡Ven, tengo comida!».

Reí, jalándolo de la mano hacia mi habitación, donde apenas cerrar la puerta, me di la vuelta y abrazándolo por el cuello lo besé como si estuviese pagándole todos los besos que no le di desde... ew. No me separé solo porque besa condenadamente bien.

Lo sentí sonreír cuando caímos en la cama, él encima de mí. Abrí los ojos, encontrándome con su hermosa mirada azulada llena de cariño, diversión y quizás algo más.

-¿Ya no estás enojado? -pregunté divertida mientras él empezaba a dejar besos lentos y tiernos por mi cuello.

-Si tengo que enojarme contigo para que te pongas de esta manera conmigo entonces tendrás que empezar a llamarme gruñónchico.

Me separé, mirándolo. -Ese fue un pésimo chiste, Corey.

-Sí, lo sé. Mejor olvidémoslo y continuemos, ¿te parece?

Reí besándolo de nuevo. -Mis padres están durmiendo.

-Exactamente -asintió-. Es por eso que debemos ser silenciosos -fue bajando el tono hasta casi un susurro, y me sonrió-. No queremos que se despierten y tenga que salir corriendo por la ventana. Podría tropezar y romperme el cuello... o chocar contra el barandal y caer al suelo desde el segundo piso... O Diego podría perseguirme y meterme esa rama que tenía la otra vez por el...

Puse un dedo sobre sus labios.

-¿Podrías callarte y seguir besándome? -él asintió con los ojos bien abiertos. Sonreí y acariciándolo por la nuca lo atraje de nuevo hacia mí para seguir jugando con sus labios.

[...]

Al día siguiente, Rowan y Sabrina me llamaron para hacer una pijamada nosotras tres como los viejos tiempos, pero tuve que rechazar la oferta pues en unos días serían las audiciones de El Ladrón de Cunas, y no podía darme el lujo de no practicar el papel de Amanda todas las veces que pudiera.

De hecho, tuve que dejar un poco de lado la organización de la boda, a pesar de que con cada minuto perdido era menos tiempo el que quedaba, pero como he dicho antes, esta audición era demasiado importante para mí y sentía que si no practicaba, releía el libro un millón de veces y lo interpretaba como si fuese la bendita Biblia, no tendría oportunidad alguna. Digo, la película sería de Warner Bross, donde siempre eligen actores con un gran currículum lleno de antecedentes con papeles impresionantes (cof, cof, como FINNICK, DAENERYS TARGARYEN, NEVILLE LONGBOTTON, cof, cof), ¿y qué tenía yo? Pues un papel secundario en una serie de televisión que aunque era fenomenal, fue cancelada gracias a las limitaciones de una compañía dirigida al público infantil y extralimitado, unas cuantas apariciones especiales en otras de sus series y una película de la misma compañía que aunque fue exitosa, también era dirigida hacia un público infantil... Ah, y claro, un par de obras de teatro del colegio. No puedo olvidarme de eso.

Y sí, sé que tengo un positivismo que mueve montañas. De ese fue el tema de conversación cuando mi novio y yo nos despertamos...

Estábamos acostados en mi cama, él con un brazo rodeándome los hombros y yo con El Ladrón de Cunas en manos, murmurando en voz baja las líneas de su protagonista. Tenía ya casi una hora despierta, leyendo y repitiendo las líneas de Amanda en voz alta.

-¿No crees que ya has leído mucho? -preguntó él.

-Te dije que tengo que exigirme si en verdad quiero el papel, Corey -suspiré y continué leyendo.

Corey guardó silencio unos segundos... luego contestó:

-Ya te lo sabes de memoria, _____. Desde hace una semana, en realidad. ¿No deberías descansar un poco?

-Ya descansé mucho ayer -dije, mirándolo significativamente. Corey se sonrojó un poco.

-Sabes que no hablo de eso, además de que fue solo un momento. Me refería a que deberías aceptar ir hoy a la pijamada con Row y Sab. Relajarte un poquito, soltar este libro... -me lo quitó de las manos y se levantó.

-¡Hey! -me senté en la cama-. Dámelo, aún me falta pulir algunos detalles de...

-¿Pulir? -se rió-. Por favor, _____, no puedes pulir algo que ya está perfectamente perfecto.

-Eso lo dices porque no has visto a nadie más decir las mismas líneas...

-¿Y tú sí? -alzó una ceja interrogante.

Cerré la boca. Bien, ahí tenía un punto... Dios, no puedo formular una respuesta sensata con él sin camisa.

-Seguramente habrán actrices con más experiencia y talento que yo -solté justo cuando la idea llegó a mi mente. No obstante, una vez la dije en voz alta me sentí extraña. No es algo que yo suelo pensar. Por favor, si algo que me caracteriza es mi gran creencia de que soy la puta ama.

Corey seguramente pensaba lo mismo que yo, pues pareció que mi respuesta le extrañó tanto o incluso más.

-Si te vas a dejar opacar por otras actrices que han tenido mejores oportunidades que tú, entonces mejor no intentes nada -dijo mientras se ponía su sudadera. Se detuvo un segundo y me miró, seriamente-. No sé dónde está la Sarcastichica a la que no le da miedo nada ni nadie, pero si la ves, dile que necesita volver porque la chica que dejó en su ausencia la necesita con urgencia.

Dicho esto y aún con el libro en manos, se dio la vuelta dispuesto a irse.

-¡Un segundo!

Me observó por sobre su hombro.

-¿Te lo llevarás?

-No lo necesitas -encogió los hombros-. Pero si quieres que te lo regrese tienes que prometer que descansarás, te relajarás y no pensarás en las audiciones hasta que llegue el puto día.

-Pero...

-¡Hasta que llegue el puto día, dije! -Me señaló dramáticamente, haciendo que yo pegase un saltito-. Créeme, me lo agradecerás luego. Ah, y mira que va en serio que quiero que vayas con Rowan y Sab, de ser posible lo más pronto que puedas. Si lo ves de un modo, ellas seguro te ayudarán a terminar de encontrar a tu Amanda interior.

Bueno, ahí tenía otro muy buen punto. En realidad todo lo que había dicho eran muy buenos puntos. Yo tampoco sabía qué me estaba pasando, y sí, definitivamente mi Sarcastichica interior tenía que volver a relucir... y despejando mi mente con las locas perras que tengo por amigas quizás sea una buenísima opción.

-Como mande el jefe -asentí, levantándome y yendo al closet por ropa para salir.

-Jefe... me gusta como suena. ¿Te importaría llamarme así cuando...?

Le arrojé un almohadazo que esquivó a duras penas.

-¡Lárgate de mi habitación, pervertido! -reí y me metí al closet.

Honguitochico tiene un talento nato para cambiar de serio y maduro a su yo normal muy rápidamente, ¿lo he dicho ya?

Esperó a que estuviese lista y me acompañó al apartamento de Sabrina, donde habíamos quedado que sería la pijamada. Antes habíamos pasado por el supermercado y compramos botanas y sodas que él me ayudaba a llevar. Había insistido en quedarse con los Doritos, pero yo le dije que le haría daño a su salud, aunque la verdad era que los había comprado única y exclusivamente para mí, para dañar mi salud, y primero tendría que matarme antes de quitármelos.

Toqué la puerta del hogar de Sab. Un fuerte «¡ESPERENSE!» llegó desde el interior y varios sonidos apresurados se escucharon. Corey y yo nos observamos extrañados al tiempo en que la puerta se abría y se asomaba una Sabrina jadeando y con el cabello despeinado.

-¡Chicos! -chilló, sonriendo casi estáticamente-. No sabía que vendrías tan pronto, _____.

-Corey me obligó -señalé a este-. ¿Estás bien?

-¿Yo? ¿Bien? Uff, perfectamente -sonrió, pasándose una mano por el cabello. Fue gracioso porque estaba tan alborotado que la mano se le enredó con el mismo y tuvo que forcejear para zafarse. Volvió a sonreír inocentemente cuando lo consiguió y se recargó en el marco de la puerta-. Y... ¿qué cuentan?

-Creo que lo que nosotros contaremos será menos interesante de lo que tú tienes que contar -dijo Corey. Suspiré, al menos no fui yo la única que se dio cuenta.

-¿Podemos pasar? -pregunté, sonriendo.

Sabrina abrió los ojos y estiró los brazos de modo que nos bloqueaba el paso.

-Eh, no. No pueden.

-¿Por qué no?

-Yo... tengo un problema de ratas -dijo rápidamente-. Sí, eso. El exterminador viene en camino, ¿saben? Bob Mataplagas, los mejores en todo L.A.

-¿Qué ese no era la empresa del papá de los Duncan? -adivinó mi novio.

Sabrina abrió la boca en una expresión de estupidez digna de un meme. Le hubiese tomado una fotografía, pero tenía más curiosidad por saber qué nos estaba ocultando. Compartí una mirada cómplice con Corey y ambos tomamos a Sabrina de los brazos y la empujamos contra su voluntad hacia el interior de su departamento. Puso resistencia pero cuando mides 1,50 y pesas un poco más de cuarenta kilos, no hay mucho que puedas hacer.

El apartamento era casi igual que el del edificio de Disney Channel, con la diferencia de que los muebles de este se veían un poco desarreglados...

Ah, sí, y en su antiguo apartamento no había ningún Bradley Simpson intentando salir por la ventana.

-¿Y tú quien eres? -preguntó Corey.

-Eh... -Bradley Simpson tenía la misma expresión que Sabrina unos segundos. Lentamente bajó la pierna que estaba intentando pasar por la ventana y nos sonrió, sacudiendo su mano-. Bradley Simpson, un gusto.

Sabrina bajó la cabeza suspirando y lo señaló con resignación. -Chicos, él es Bradley Simpson, integrante de The Vamps. Simpson, ellos son dos de mis mejores amigos, Corey y ____.

-Hola, Bradley Simpson -sonreí re encantadísima, pues era muchísimo más guapo en persona que por videos... aunque también más pequeño-. Corey, él es el que canta Somebody to you, ¿no lo recuerdas?

Mi novio murmuró un «Aaaaaaaah» y asintió con una sonrisa amable.

-Un gusto -luego se giró hacia Sabrina, igual que yo, y la observamos con los ojos entrecerrados.

Mi amiguita rubia se pasó una mano por la cabeza, consciente de que la habíamos atrapado con las manos en la masa y que no la íbamos a dejar en paz hasta que nos contase qué demonios ocurría aquí.

-Simpson sólo vino a charlar conmigo, ¿bien? -bufó-. Y no más explicaciones, ¡adiós! -y jaló a mi novio y a Bradley Simpson (ashahs, es Bradley Simpson) hacia la puerta.

-¡Hey, no, yo quiero saber! -chilló Honguitochico.

-¿Te llamo luego? -dijo Bradley Simpson (ahsjhjjs) con aires de confusión.

Sabrina no le respondió a ninguno y les cerró la puerta justo en sus narices. Se giró, encontrándose con mi sonrisa la cual debió de parecerle extraña pues me miró con algo de miedo.

-¿Estás bien, ____?

-No, estaba conteniéndome porque tenía a Corey al lado -dicho esto, empecé a brincar, patalear y girar chillando como la gorda fangirl que soy-. ¡ERA BRADLEY SIMPSON, ¿LO VISTE?! ¡BRADLEY SIMPSON! ¡TAN BELLO, TAN HERMOSO, TAN PERFECTO CON SUS RULOS! ¡AAAAAAH! -y empecé a reírme como loca. Luego fruncí el ceño y la empujé-. ¡¿Por qué no me dejaste tomarme una foto con él?!

Sabrina se sobó el pecho, adolorida.

-¿Perdón? -dijo, confusa-. Es que... todo pasó demasiado rápido. ¡No supe que hacer!

-¿Qué pasó demasiado rápido? ¿Por qué no supiste qué hacer? ¿Qué pasó entre ustedes dos? ¡Dime, dime, dime!

Estaba que reventaba de la emoción. Demonios, y eso que Bradley Simpson no era mi integrante favorito de la banda. Si hubiese estado James McVey junto a él me hubiese valido mil hectáreas de mierda que Corey estuviese presente.

En el momento en que Sab iba a responder, se escucharon golpes en la puerta. Fuimos a ver con la intención de echar a Corey otra vez, pero resultó ser Rowan que venía con su mochila y algunas sábanas.

-¿Por qué vi salir a Corey junto a Bradley Simpson de aquí? ¡No me digas que vive en el mismo piso que tú, Sabrina!

-Mejor -dije yo-. ¡Parece que sale con Sabrina!

Rowan abrió su boca en una gran O y miró a la rubia con desaprobación. -¿No y que just me, myself and I?

-¡Es que no está saliendo conmigo! -chilló, lanzándose a uno de los sofás. Rowan y yo no tardamos en hacer lo mismo-. Vino hacia acá para...

-¡¡Espera!! -interrumpió Row. Sacó de su mochila las clásicas pantuflas de dinosaurio y se las colocó-. Ahora sí, habla.

Sabrina y yo sonreímos un momento, golpeadas por la nostalgia de los viejos tiempos. Después de que se nos pasara un poco, sacudió su cabeza y continuó.

-Vino hacia acá a hablarme sobre la gira que haremos la banda y yo el siguiente año -alzamos las cejas ante la información, sorprendidas-. Nuestros managers pensaron que sería una gran idea para promocionarnos mutuamente, así que firmamos el contrato y nos presentamos oficialmente hace como dos semanas. Por eso estuve tan ausente y no respondía sus mensajes, chicas, lo siento...

-Da igual, continúa, continúa.

Sab rió por nuestra desesperación.

-Pues como decía, vino para hablar sobre la gira. Ninguna cosa importante, en realidad. Lo invité a almorzar y él aceptó, comimos, luego nos sentamos aquí para seguir hablando, el tema de conversación cambió a cosas más personales, le serví una copa de jugo de naranja pues no tengo alcohol aquí, le hablé sobre Bradley, él estuvo de acuerdo conmigo en que era un idiota que no merecía llamarse Bradley, y luego ¡pom! Nos estábamos besándonos aquí mismo.

Junto con Rowan soltamos un gritico de emoción al viejo estilo del meme de Jonah Hill, que hizo a Sabrina reír.

-No se extasíen de esa manera, perras. Solo somos dos compañeros de trabajo con altos niveles de testosterona que sin razón alguna se dieron un beso.

-Un beso bien intenso, por como se ve -señalé su cabello, su ropa desarreglada y el sofá donde estaba sentada. Sabrina se sonrojó.

-Para qué decir que no, si sí -suspiró, para después recomponerse-. Pero no se hagan ilusiones, porque lo que pasó aquí no volverá a pasar nunca. Puedo asegurárselos.

-Ajá.

Observé a Rowan con una sonrisa que ella me devolvió. Juntas miramos a Sabrina, quien también sonreía. No lo hacíamos por Bradley Simpson ni otra cosa. Sonreíamos, en realidad, porque estábamos volviendo a sentir un sentimiento que habíamos dejado de sentir hace tiempo. Un sentimiento que extrañábamos, que nos hacía falta. Era el estar juntas, sólo las tres mosqueteras, las perritas con las que inicié mi gran aventura. Algo que no habíamos podido hacer desde hace tanto, por la finalización de Girl Meets World y las ocupaciones y problemas que cada una tenía. Pero aquí estábamos de nuevo, tiradas en la sala abrazando cojines, Rowan con sus pantuflas de dinosaurio al estilo del Rubius y contando chismes.

Sin decir nada nos arrojamos encima de Sabrina y empezamos a molerla a cojinazos. Ella no tardó en contraatacar, todas riendo a carcajadas y soltando maldiciones, como en los viejos tiempos.

Esto me ayudó a despejar mi mente y relajarme. Dejé de sentir agobio y presión, de pesar en practicar para mi audición, y sólo me dediqué a pasar tiempo con mis dos mejores amigas gringas.

Tengo que agradecérselo a Corey. Él dice que sin mi ayuda no puede encontrarse a sí mismo pero... ¿qué queda de mí sin mi Honguitochico?

N/A: Debo admitir que ayer no puse nota de autora porque estaba consumiendo mi droga habitual: Teen Wolf.

Lo bueno es que ya llegué a la temporada en la que aparece mi bebé hermoso Froy Gutierrez, y me he enamorado más de lo que estaba *---*

Pero bueno, aquí estamos con otro nuevo capítulo, y creo que vendría siendo como el antepenúltimo... Puta que sad.

¿Qué les ha parecido? Dejenlo en lo comentarios, please :3 A mí me gustó incluir a mi bebé Bradley, ya era hora de que apareciese una estrella invitada, que habían estado algo ausentes en esta temporada.

Y quien no haya shipeado a estos dos debe estar reconsiderando hacerlo, porque, Dios, sólo obsérvenlos:

Me be like:

Son. her. mo. sos. Punto.

Como sea, espero que les haya gustado. Aún no estoy segura, pero creo que no actualizaré hasta la próxima semana, pero si mañana escribo rápido el siguiente capítulo, lo publicaré... romperé mi pacto de las dos de la mañana, pero qué le puedo hacer.

Pregunta del día: ¿Cuál es tu personaje favorito y por qué?

Bueno, que pasen una hermosa noche, niñas bellas (y niños, si es que hay xd)

Se despide, xlexluthorx.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro