
Capítulo 5.
—¿Vas a terminar conmigo o qué? —pregunté divertidamente mientras dejaba las llaves y mi abrigo en la isla.
Corey estaba sentado en el sofá de la sala viendo una caricatura de Nick. Cuando me vio entrar apagó el televisor, se levantó y caminó hasta mí para besarme. Sentí alivio cuando su boca chocó con la mía y luego se separaron para tomar aire. Me sonrió como él solo lo sabe hacer y yo le devolví la sonrisa algo mareada por el beso. Seguro parezco retrasada.
—Jamás lo haría —susurró y besó mi mejilla—. Pero si tenemos que hablar de algo y... —su sonrisa se fue convirtiendo en una mueca— dudo que vaya a gustarte.
Frunci el ceño mientras lo seguía hasta sentarnos en el sofá.
—¿De qué hablas, Honguitochico?
Él se relamió los labios, y frotaba las manos contra su pantalón, clara señal de que no sabía como empezar un tema. El alivio que sentía hace unos segundos ya se estaba esfumando y miraba con curiosidad, preocupación e insistencia a mi novio.
—Yo... —se miró las manos—. No sé como decirlo, pero...
—No me digas que estas embarazado.
Corey me miró. —¿Qué?
—Oh, mi dios ¡estas embarazado! ¿Pero como...? —abrí mi boca en una gran "o" y empecé a pegarle en el pecho—. ¡Me montaste cuernos, hijo de tu madre! ¿Como te atreviste? ¡Y no me digas que fue por obra del Espíritu Santo porque te aviento por la ventana, estúpido! ¡Te aviento!
—¿Que...? ¿Como...? ¡No! ¡Para, para! —me tomó de las muñecas y mantuvo mis brazos en alto sin ningún esfuerzo.
Ahg, odio cuando hace eso. Siento que me presume que su esquelético cuerpo es mas fuerte que el mío.
Corey se reía mientras yo trataba de zafarme, sabiendo que era imposible. Bufé con fastidio y decidí que quedarme tranquila y admirándolo mientras se le pasaba el ataque de epilepsia era la mejor opción. Ahora que lo pienso, Froy no parece tan guapo al lado de Corey. Si, es lindo, pero mi novio es... él. Podrían ponerme a elegir entre Dylan O'brien o Corey y siempre terminaría eligiendo a Dylan O'brien.
Pero obviamente después está Corey... No, aguarden, después de Dylan vendría Josh Hutcherson, Ansel Ergort, Thomas Brodie-Sangter, James McVey, Emma Watson y luego ahí si vendría Corey. Pero no, esperen, ¿y donde queda Jennifer Lawrence?
Creo que necesito ordenar mis prioridades...
El punto está en que Corey es muchísimo más guapo que Froy. Punto. Él es el chico al que yo amo y así esté sucio y cubierto de mierda de caballo yo lo seguiré viendo hermoso... Aunque primero lo mandaría a tomar una ducha, que asco.
Cuando terminó de reír, Corey me suelta las muñecas con cautela y, al ver que no hago nada que atente contra su cuerpo, suspira y continua.
—A ver, no. No estoy embarazado porque 1. No sé si te diste cuenta pero soy HOM-BRE —recalcó la palabra— y 2. También soy VIR-GEN —y me miró como si yo fuese la culpable de eso.
En realidad no fui yo, ¡fue Sabrina! ¿Quien la manda a andar irrumpiendo en pisos ajenos y matar momentos medio calenturientos? Pero claro, como yo soy la única en esta habitación con la cual Corey quiere preparar Hot Dogs ¡echemosle la culpa a _____!
—Si, si, ya. Lo siento, lamento no poder cunplirte ese sueño frustrado —puse los ojos en blanco y Corey rio—. En fin, ¿que decías antes de mi interrupción?
—Si... a eso iba —volvió a hacer una mueca—. Mira, lo siento por no contarte casi nada acerca de mi película, pero quería estar seguro de ciertas cosas antes de comentártelo.
—Y esas cosas eran...
—Primero vamos desde el principio —adelantó—. La película es de suspenso y "terror" —hizo comillas con sus manos y yo reí porque sabia que si era una película de Disney, lo menos que daría seria miedo—, llamada Mostly Ghostly: one nigth in Doom House...
—Oh, si. Creo que vi una de esas películas de Mostly Ghostly cuando era pequeña ¡Muy terroríficas! —dije sarcásticamente.
Corey asintió haciendo una mueca.
—Si, lo sé. Yo opino lo mismo —movió la mano en un gesto de indiferencia—. En fin, ya sabes el resto; chistes sin humor, bichos feos que no asustan ni a mi abuela, fantasmas que comenten travesuras a niños frikis creyentes de lo sobrenatural y una hora y media calandote esa mierda solo para verme a mí en otro papel que no sea Farkle.
—Oye, no seas tan duro contigo —le acaricié la mano—. Esas películas no dan miedo pero tampoco son malas.
Corey rodó los ojos.
—Si, como digas, Sarcastichica —suspiró y me miró—. Ahora, esa no es la parte que quería decirte —relamió sus labios—. Las grabaciones no se harán aquí...
—¿Eh?
—Si, aguarda, hay más —cerró sus ojos por unos segundos—. No será aquí ni en ninguna otra parte de Estados Unidos... Se llevarán a cabo en Vancouver, Canadá.
Y en este momento mi cerebro se pone a cantar canciones de Justin Bieber.
—Doble ¿eh? —fue lo único que logré decir.
Corey me sonrió sin mostrar dientes mientras sobaba mis manos. Yo me obligaba mentalmente a comprender lo que pasaba.
—¿Y cuanto tiempo duran las grabaciones? —pregunté.
—Tres meses.
—Triple ¿eh? —salté y Corey lo hizo conmigo—. ¿Como que tres meses? ¿Tres meses en vancouver?
—S-si, tres meses. Tal vez más.
—¡¿Tal vez más?! —Corey asintió sin saber donde mirar.
Yo trataba de no perder la calma y analizar las cosas con detenimiento... Pero no era fácil.
—Bueno... no importa. Yo iré contigo, ¿verdad? —reí nerviosamente—. Como cuando la obra de teatro, ¿cierto?
Mi novio me sostuvo la mirada por unos segundos para luego sacudir la cabeza de lado a lado. Sentí como si Antonella me hubiese dado con un lampazo en la cara... de nuevo. Pestañé varias veces, analizando todo lo que me había dicho.
—¿Por qué no? —pregunté, tal vez más brusco de lo que quería.
—Pues porque tú tienes una película que grabar aquí. Una película que promete. No dejaré que vengas conmigo y retrases las grabaciones solo porque quieres seguirme a donde quiera que vaya.
Por cuarta vez consecutiva; ¿Eh?
—¿Disculpa? —separé nuestras manos y me llevé una al pecho—. Aquí quien quiere saber mi paradero cada hora del día eres tú, Corey.
—¿Que? ¡Eso no es cierto!
—¿Ah, no? Pues los ciento noventa y ocho mensajes, cincuenta y tres llamadas perdidas y cinco mensajes de voz no dicen lo mismo —lo miré obvia.
Corey quedó con la boca abierta idiotamente.
—Bueno, tal vez si sea un poquito cierto —admitió—. ¡Pero yo no me iba a poner con berrinches cuando te fueras a Washington!
Por quinta vez en la noche; ¿eh?
—¿Berrinches? ¿Crees que lo que tengo son berrinches? —exclamé—. ¡Oh, disculpa por querer hacerle compañía a mi novio en su viaje a Canadá! Pero descuida, me voy y me llevo mis "berrinches" conmigo. Gracias por preguntarme sobre como me fue hoy, ¿eh? De verdad —le di una sonrisa cargada de sarcasmo y falsedad mientras me daba la vuelta.
Ojala lo atropelle un alce.
No sé por qué toda esa rabia y tristeza que sentí este día y que ya creí haber olvidado me bajó de golpe. Lo que si sabia era que me había molestado y lo único que quería era irme a mí departamento y desahogarme hablando con Rowan.
Cogí las llaves y mi abrigo y caminé dando grandes zancadas hasta la puerta. Antes de poder girar el pestillo, me di la vuelta y le miré. Estaba solo a unos metros de mí y supe de inmediato que quería arreglarlo todo con un beso y un lo siento. No obstante, estaba tan molesta como para girar mi cara justo cuando se proponía a besarme. Se detuvo a medio camino y me miró... dolido.
Ahora que lo pienso, no sé por qué lo hice (tienen todo el derecho a llamarme bipolar).
—¿Cuando te irás? —pregunté obligándome a no mirarlo.
Corey, aún en estado de shock, respondió:
—En dos semanas.
Cerré mis ojos con fuerza. Genial, lo que me faltaba. Me mordí la legua para no preguntarle a gritos la razón por la que no me lo había dicho antes (aunque ya me lo dijo pero bueh). En cambio, murmuré un «Okay» y giré el pestillo dispuesta a salir.
—¡Espera! —me detuvo—. Quería ver si el viernes me acompañabas a reunirme con los de la película, así podría presentártelos y... eso.
Asenti sin mirarlo. —Si, lo que quieras. Te espero ese día en el ascensor.
—Si... Okay.
—Adios.
—Adios... Te... —y le cerré la puerta en la cara.
Debo parecer una completa hija de mi madre, pero entiendanme, ¿algunas veces no han tenido un día de perros y lo único que quieren es llegar a tu casa y que la persona que quieres te reciba con una sonrisa, te pregunte si estas bien y que te dé buenas noticias? Entonces ya saben que ese ni fue mi caso. Y si, estoy al consciente de que desquitar mi frustración con Corey no fue una de mis mejores ideas pero ya saben que por uno pagan todos.
Cerré la puerta con llave al pasar a mi piso y, antes de poder hacer movimiento alguno, Sabrina y Rowan me saltan encima invadiendome de preguntas acerca de la audición. Me tocó darle a una la mala noticia y a otra la bueba, lo que fue un poco incomodo porque Sabrina se puso a dar brincos de alegría porque su novio había conseguido el papel mientras que Rowan estaba algo triste porque su no-novio no lo había logrado.
—Hey, no te pongas así; Peyton se lo tomó muy bien —aseguré.
—Tiene razón —Sabrina dejó de saltar en un solo pie y le puso una mano en el hombro a Row—. Ya sabes que Peyton es un sol que deslumbra optimismo y pensamientos positivos por todos lados ¡Amor y paz, hermano! —e hizo el símbolo de paz con sus manos.
Rowan y yo la observamos raramente. Sabrina retomó sus saltitos. La castaña se levantó del sofá y caminó a la cocina, al tiempo en que yo entraba al baño para rápida una ducha rápida, secándome al salir y poniéndome mi pijama de pandicornios.
Cuando estuve lista salí y encontré a Sabrina en el sofá ya más calmada viendo Pretty little liars y Rowan saliendo de la cocina con una arepa en la mano.
—Hey, Sab, pasame un cojín... —fui interrumpida por el tono de llamada de mi teléfono.
—¿Quien es? —inquirió Rowan tragando un mordisco de la arepa.
Me levanté del suelo para recoger mi celular y ver la pantalla.
—Es Antonella.
—¡Pues contesta! —exclamaron las dos pegando un brinco y corriendo a donde estaba, sacudiéndome y pidiendo a gritos que contestará.
No sé por qué el apuro si hablamos con ella esta mañana por Skype.
—¡Ya voy, ya voy, necias! ¡Relajense! —grité y ellas, sorprendentemente, se calmaron.
Rodé los ojos y deslice mi dedo en la pantalla, descolgando la llamada.
—Hablame.
—Dime quien es el chico rubio al lado de Peyton en su foto de instagram. Cuento tres y llevo cuatro.
—¿No es "cuento tres y llevo dos"? —la corrigió Rowan y me reí porque Antonella la mando a comer... pizza, si, pizza, en español—. ¿Que dijiste?
—Que te ama —se escuchó la voz de Katherine—. Ahora, _____. ¡Hola! Bien, ahora dinos quien es el chico rubio al lado de Peyton. Cuento cinco y llevo seis.
—¡Siete! —contó Antonella—. Ocho... nueve... ¡diez! ¡TIEMPO!
Negué con la cabeza mientras reía.
—Si me dejaran hablar, les diría quien es Froy.
—¿Froy?
—Tiene nombre de marca de helado —todas guardamos silencio con una pokerface al oír el comentario de Katherine—. Si, lo siento. Tengo hambre, ¿okay?
Las tres aquí y me imagino que también Antonella, negamos con la cabeza.
—Así que se llama Froy, ¿eh? —la rubia al otro lado de la línea preguntó—. Admito que esta bello.
Katherine suspiró.
—¿Bello? ¡Ese hombre es un dios!
—Si, tienen razón —concordó Sabrina sonriendo.
Yo las miré (hipotéticamente, claro, ya que hablamos por teléfono), e hice un gesto de decepción.
—Les recuerdo, por si se les olvido, todas ustedes tienen novios.
—Yo no —se adelantó a decir Rowan. Yo la miré—. ¡Ya dejame, ¿quieres?!
Reí y volví al teléfono para cuando Antonella estaba contradiciendome como lo hace casi siempre.
—Tú estas igual que nosotras, mujer —decía—. Y por la manera en la que miras a Froy, cualquiera diría que... te atrae.
Por sexta vez en lo que lleva de la noche, ¡¿eh?!
¡Claro que no! Si analizamos la foto, la cual nos tomamos al salir de la cafetería, estaba Peyton tomándola y Froy y yo detrás ¡pero no lo miraba de esa manera! La razón por la cual lo estaba viendo es porque descubrí que tenía una ligera cortadura en el labio superior y estaba por preguntarle si de chiquito se había intentado comer una grapadora (semidiosas veteranas me entenderán). Por supuesto que no me atrae. Digo, si es lindo, ya lo dije, pero estoy más que conforme con Corey.
—Estas tardando mucho en contestar —canturreó Anto sacándome de mi debate mental.
—Si, _____. ¿Por qué tardate tanto? ¿Piensas que tengo razón, no es así? Marica, yo siempre la tengo.
—¡Claro que no la tienen! A mí no me atrae Froy. No sé por qué lo dices. Es mas, callense. Me dio sueño, voy a dormir. Adiós. Las odio, pero las amo, pero las odio —le arrojé el teléfono a Sabrina que, por suerte y gracias al ángel de la guarda que me acompaña siempre, lo cogió en el aire—. ¡PAZ!
Y me encerré en la habitación, con una oreja pegada a la puerta.
—Esto me preocupa —escuché decir a Rowan—. Ay, quiero más arepas.
—Si... Si, yo tampoco la juzgo; Froy está de infarto —decía Sabrina—. Si, aja, no, no creo que esté. De ser así ya nos hubiera dicho.
—Ademas, las cosas entre ella y Corey van bien, ¿no? —preguntó Rowan—. Eso es sólo una atracción pasajera y nada más. Yo lo sé, la conozco.
Es estúpido pero, en aquel entonces, yo creía que las palabras de Rowan eran ciertas...
Me equivoqué.
Nos equivocamos.
N/A: Bueno, bueno, actualice temprano, esto es... raro.
Que más da, disfruten tanto como yo lo hago :)))) Tuvieron la primera pelea, ¿que les pareció? Y ahora, pregunto nuevamente; ¿que les pareció el final? ¿Extrañaron a Anto y a Kathe? ¿Lo que dijo Rowan? ¿Que sentirá Sarcastichica?
Esto y más en el próximo capitulo, mis niñas. Solo por Wattpad.
¡De verdad, y aunque no lo parezca ahora, las amo!
Sin mas que decir, se despide x_girlmeetslove_x
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