Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26.


Los diez minutos en los que sacaron a Froy del baño hacia una ambulancia y lo llevaron al hospital fueron de terror.

Verlo tirado en el suelo, luchando por poder respirar y luego perder la consciencia hasta el punto de creer que había muerto me hicieron pensar en lo mucho que quería a este tipo —el cual hace solo cinco meses que lo conozco— en mi vida. La noción de perderlo... ni siquiera podía soportar aquella idea.

Erick se fue con la ambulancia, mientras que nosotros pedimos un taxi rumbo al hospital. En todo el trayecto no dejé de temblar. Mamá me decía cosas reconfortantes, pero yo no escuchaba nada. Sentí el abrazo de Diego, tratando de aparentar fuerza cuando en realidad él tampoco podía controlar los temblores. Fue él quien encontró a Froy, él lo vio más tiempo agonizando, él se llevó la mayor impresión. Y él era quien me estaba consolando ahora.

Al llegar al hospital, nos encontramos con Erick sentado en la sala de espera, con las manos en la cabeza. Su preocupación solo hizo que mis temblores se incrementaran.

—¿Y Froy? —pregunté—. ¿Dónde está? ¿Dónde lo tienen?

—No lo sé —murmuró su padre—. ¡No sé siquiera si está respirando o...!

—No pienses eso, Erick —mamá tomó asiento a su lado y le acarició el cabello—. Froy es un chico fuerte. Se va a poner bien.

Él suspiró.

—Jamás había tenido un cuadro asmático de esta magnitud. Siempre eran tabicarías y un poco de agitación, pero nunca se había quedado completamente sin aire. Solo un toque del inhalador y ya.

—¿Froy es asmático? —inquirió Anto.

El preocupado padre de mi amigo asintió. Diego se pegó en la frente.

—¡Maldita sea! —exclamó—. Fue culpa mía. Si no le hubiese propuesto jugar fútbol...

—No fue tu culpa, Diego —le interrumpió Erick—. A Froy siempre le han gustado los deportes que llevan mucha actividad física; patinar, escalar, correr, fútbol... Su asma le tiene sin cuidado. A veces pienso que no sabe la magnitud de su enfermedad. Tengo que obligarlo a que lleve su inhalador a todos lados porque si es por él se...

La palabra que culminaba esa frase ni siquiera pudo decirla en voz alta.

Entre nosotros reinó el silencio hasta que alguien apareció ahí. Era Corey y no sabía cómo se había enterado hasta que me lo dijo.

—Anto me avisó —comentó y después de saludar a todos, se sentó a mi lado—. ¿Cómo está Froy?

—No lo sabemos —respondió Diego—. Los doctores aún no dicen nada, pero creemos que fue un ataque de asma grave.

—Fue un ataque de asma grave.

Todos giramos las cabezas casi sincronizadamente hacia el hombre con bata blanca que acababa de aparecer. No había que ser idiota para darse cuenta que era el doctor que vio a Froy; en sus manos traía una carpeta con todos los datos de Ganso.

—¿Cómo está, Doctor? —inquirió Erick.

—¿Yo? —preguntó—. Muy bien, gracias. Aunque me duele el cuello.

Todo el mundo lo miró con una pokerface que hubiese sido graciosa en otras circunstancias. Entonces le dije:

—Usted no; Froy.

El doctor asintió, casi desilusionado pues seguramente nadie le preguntaba cómo estaba y esta no había sido la excepción.

—Ah, si —respondió—. Ya logramos estabilizar al chico. Sigue respirando con cierta anormalidad, pero por lo menos ya no se está muriendo de forma agonizante —soltó una risita—. Tienen suerte de que lo encontraran a tiempo: de lo contrario, al pobre solo le faltaban las alas para convertirse literalmente en un ángel del cielo ¡y vaya forma más fea de morir! —y señaló con su bolígrafo el cielorraso del hospital.

No tengo idea sí quiso bromear con un poco de crueldad inofensiva o si su verdadera intención fue sonar así de duro, pero de todas formas causó que Erick rompiera en llanto. Mamá y Kathe corrieron inmediatamente hacia él para consolarlo, mientras que el resto (yo incluida) le dirigía miradas de odio al doctor.

—¿He dicho algo malo? —preguntó éste, confundido.

—No, claro que no —exclamé—. Tan solo ha dicho que Froy pudo haber muerto de manera agonizante y horrible. ¡Erick solo llora porque le dio sentimiento el tacto que usted tuvo al decirnos eso!

Honguitochico tuvo que sujetarme para que no me le fuese encima. El doctor, mientras tanto, observó a Erick un momento (seguía llorando a mares) y luego a nosotros.

—Yo no utilicé la palabra «horrible» —puntualizó.

—¡Lo que sea! —Dijo Antonella—. ¿Podemos verlo o no?

—Solo familiares, señorita. ¿Dónde está la familia del chico? No creo que sean todos, ¿o sí?

—Hay familias bastante grandes —mencionó Corey de pasada—. ¿Acaso no ha visto Más Barato Por Docena?

—Oh, sí. Es una película bastante buena.

—¿A que sí?

Y se enfrascaron en una charla acerca de películas clásicas que no pudo haber visto fin sino es que yo le doy un zape a Corey. Fue entonces cuando Erick se levantó y, secándose las lágrimas, le dijo al doctor:

—Yo soy su padre —luego, nos miró a mamá, a Diego y a mí—. Y ella su madre. Y ellos sus hermanos.

—Erick, no tienes que hacerlo —habló mamá—. Nosotros podemos...

—¿No escuchaste? —Replicó él, sonriendo un poco—. Tú su madre, ellos sus hermanos. Una familia. Andando —se dio media vuelta y empezó a caminar.

—Señor Gutierrez —dijo el Doctor.

—¿Si?

—Es para el otro lado.

—¡Ah, gracias, Doc! —y dando media vuelta de nuevo, siguió caminando pero en dirección contraria—. ¿Y bien, familia? ¿Vienen?

Sip, sin duda alguna este personaje es el padre Sólo Froy.

Le di un beso a Corey y lo dejé hablando con el Doc para irme tras Diego. La habitación de Froy se encontraba unos pisos más arriba, era la número ciento quince. Estábamos a punto de pasar, pero justo en ese mismo momento, mamá tomó el antebrazo de Erick, quien lideraba la marcha, haciéndolo detenerse a él y a los de atrás, o sea, mi hermano y yo. Todos observamos a mamá con confusión y ella, a su vez, miraba a Erick con expresión cautivada.

—Fue un lindo gesto de tu parte decir que somos su familia, gracias —dijo.

Erick sonrió, mostrando los mismos atractivos hoyuelos que se le hacían a su hijo.

—No hay que agradecer —encogió de hombros—. Total, si sigues comportándote tan linda con nosotros, tal vez hasta te haga su madre.

Y guiñando un ojo, entró a la habitación, dejando a mamá y a nosotros con la boca abierta hasta el piso.

—Fuertes declaraciones de Erick Gutiérrez —suspiró Diego.

Cuando pasamos, la primera impresión que tuve de mi amigo es que parecía uno de esos animales marinos que tienen antenas que parecen bigotes. Luego me di cuenta que se trataban de tubos que le suministraban oxígeno, seguramente porque no podía respirar bien por su cuenta. Sorprendentemente, estaba despierto. Ni siquiera se dio cuenta de nuestra presencia, ya que estaba concentrado viendo...

—¡Zorro, no te lo lleves!

A Erick casi se le va el alma, pero no por ver a su hijo vivo.

—¡Traidor! —exclamó—. ¡Viendo Nick! ¡Traidor! ¡No te eduqué para esto! ¡Traidor!

—Pero, papá... es Dora la exploradora. No puedo evitar ver Dora la Exploradora.

—¡Sí que puedes! ¡Solo cambia a canales que si valen la pena de ver! ¡Disney Channel, por ejemplo!

—¡Papá, no quites a Do...! Gracias por quitarme a Dora, pa... ¡Oh, Henry en Monstruito! ¡Qué bien! —Froy aplaudió alegremente y luego se giró hacia mí—. ¡Pato, Diego, mamá Nathalia! ¿Cómo andan?

—Esa pregunta te la hacemos nosotros a ti, Froy —dije, sentándome a orillas de la camilla—. ¿Cómo andas? ¿Respiras mejor? ¿Cómo te sientes?

Mi amigo encogió los hombros.

—Me siento como una persona normal.

—¿Sana?

—No, sentada —y se rió de tal manera que hizo que se agitara un poco.

Rápidamente Erick olvidó su discusión sobre canales de televisión y corrió para socorrer a su hijo, Nada grave pasó, su respiración se estabilizó de nuevo.

—No... vuelvas... a reírte —pidió Diego, se veía verdaderamente asustado.

Y Froy se rió como idiota.

—Mejor pide que no vuelva a respirar —bromeé, logrado que la gente me mirase mal—. ¿Qué?

—Deja tus chistes crueles, hermanita —dijo Diego, empujándome hacia afuera.

—No eran chistes crueles... ¡Hey, ¿adónde me llevas, hombre?!

—Ya tuvimos nuestros dos de tres minutos de visita —respondió—. El resto déjaselos a Erick, ¿no crees?

Mamá a mi lado asintió.

—Pero... ¡Froy!

—¡Hasta la próxima, Pato! ¡Fue un placer tener un breve intercambio de palabras con ustedes! —Exclamó, sacudiendo su mano—. ¡Gracias por no dejarme morir, chicos! ¡Los amo!

Mi hermano y madre me llevaron a rastras hasta la recepción, donde mis amigas y novio seguían ahí, las dos primeras con sus celulares y Corey, que gracias a Dios había dejado de interactuar con el doctor, leía una revista. Al vernos, levantaron la cabeza.

—¿Cómo sigue Froy? —preguntó Kathe.

—Hizo un chiste estúpido y le dio risa —respondió mi hermano.

Los tres soltaron un "ah" a coro.

—Un clásico —dijo Corey, levantándose—. El doctor me dijo que lo darían de alta dependiendo de cómo se sienta mañana.

—Ojalá se sienta bien —comentó Anto—. Digo, necesito una pareja para bailar el día de la premier de The Rivens.

—¿Qué pasa con Jonny? —inquirió mamá.

—Froy baila mejor —le restó importancia.

Diego hizo una mueca.

—Así de mal bailará...

En realidad, si los comparamos, Jonny baila mejor que Froy. Todos bailan mejor que Froy. Froy no baila. Triste, pero cierto. La única vez que lo he visto bailar bien fue en la escena del vals. Y digo "visto" hipotéticamente, porque fue más el tiempo que tuve fantaseando con Honguitohico que lo que le presté atención al baile. Pero a juzgar por mis pies ilesos y al hecho de que nadie le hizo bullying (ni siquiera Anto, que molestar a quienes no saben bailar es su especialidad), supongo que estuvo bien.

Pero en fin, no sabe bailar y punto.

Sin embargo no dije nada, porque sabía que la desgraciada de mi mejor amiga se traía algo entre manos y no debo interferir hasta saber qué es. Ya estoy harta de misterios con ella, pero con Antonella todo es eso: un misterio dramático que tendrá un fin dramático. Porque hechos los tontos, ella es una dramaqueen.

Cuando Erick regresó, nos dijo que podíamos irnos. Él se quedaría con Froy mientras nosotros vamos a descansar. A mí me pareció bien, pues estaba bastante cansada. Con lo de Katherin y demás se me había hecho el día largo. Quería llegar a mi casa y dormir encima de mi novio, o en su defecto, Rowan. Si lee esto me mata ¡Te quiero, almohada de repues...! ¡Perdón, amiga mía!

Como sea, después de despedirnos, cada quien se regresó por donde vino: mamá y Diego a la casa, Katherine con su tía, Anto donde Sabrina y nosotros estábamos a punto de entrar en el apartamento cuando un cuerpo se nos lanzó encima, derribándonos.

—Auch —dije.

—¿Por qué siento que se está haciendo una tradición lanzarse encima de mí? —chilló Corey.

—¡Amigos! —exclamó mi Almohada de Repuesto.

Nos ayudó a levantar y, adoloridos, la seguimos hasta nuestro piso. Mi amiga se lanzó al sillón más cercano y nos sonrió como una niña que acaba de hacer una travesura.

—¿Qué pasa, Row? —pregunté.

—Jejejejejeje —ella se frotó las manos—. ¿Se enteraron de que será la premier de tu película, ____? ¡Espera! Obvio lo sabes, es tu película. ¡Pero no importa! ¡Yo me enteré de algo fantástico! Adivinen qué es

Corey encogió los hombros y caminó a la cocina por un poco de agua.

—No lo sé ni me impor... —un cojín voló por los aires y se escuchó el sonido de un vaso rompiéndose—. ¡Auch! ¡Rowan!

—¡Soy tu mejor amiga, Fogelmanis! —chilló la mencionada—. ¡Debería importarte, sobre todo esto!

—¡Está fría el agua!

—¡Como tus sentimientos, estúpido insensible idiota!

—¿Qué pasa, Row? —repetí, antes de que estos dos empezaran a gritarse sin retorno.

Mi amiga sonrió a mis palabras y se tranquilizó. Volvió a adoptar pose de niña y pestañeó un par de veces, inocente.

—Bueno —y luego dijo de manera muy, muy rápida—: resultaqueSabrinamedijoqueMelanieledijoqueAmirlehabíacomentadoBradley escuchóqueNestoryPeytonhablaronyquePeytonledijoaNestorquemeinvitaríaamíalapremier.

Y tras tomar una bocanada de aire masiva, puso los ojos en blanco y se dejó caer en el sillón, suspirando como enamorada. Aunque bueno, se trata de Peyton; Rowan lo adora.

—Lo mínimo que logré escuchar fue —Corey se acercaba a nosotros con otro vaso de agua, esta vez de plástico— es que, ¿Peyton va a invitarte a la premier?

—¡Exactamente! —Se rió Rowan—. ¿Acaso no es fantástico?

Corey y yo nos mirábamos. Ambos pensábamos lo mismo: ya la perdimos entre las enredaderas del amor.

—No sabía que teníamos que invitar a la gente —mencionó mi novio.

—Se supone que después de la premier habrá una fiesta. Y es en pareja —dije, y puse un dedo en su pecho—. Y usted, señorito, debe buscar ya su cita. ¿No lo cree?

Corey me miró divertidamente. Apartó mi dedo con una mano y con la otra tomó mi cintura, dio un tirón y me pegó a su pecho.

—No lo sé, tal vez invite a Sophie. ¿Te parece bien, Sarcastichica?

Rodeé con mis brazos su cuello y le di la mirada más dulcemente asesina que me salió

— Me parece perfecto. Pero hay un problema en ese plan —me acerqué hasta el punto en que rozábamos labios.

—¿Qué problema?

—Sophie no puede ir contigo si tú apareces asesinado misteriosamente un día de estos —y le di un besito.

Corey sonrió negando con la cabeza.

—¿Vamos los dos, Sarcastichica? —peguntó.

—Si a Froy ya lo apartó Anto, ¿qué más me queda?

—Eres malvada.

—Te gusta que sea malvada.

—Te ves sexy siendo malvada.

—Tú te ves sexy todo el tiempo.

—¿Y crees que tú no?

—Tú...

—¡Aaaaaaaw! —chilló Rowan.

Okay, se me había olvidado que seguía ahí convulsionando.

—¡Son tan tiernos y yo estoy tan feliz que no me importaría si fornican aquí mismo! —aplaudió alegremente—. Adelante, háganlo. Con total confianza. Por cierto, ¿Cómo sigue Froy? No había preguntado por él, qué mala soy, Dios. ¡Bueno, no importa! ¡Forniquen, forniquen! ¡En nombre de Froy!

Volví a compartir miradas con mi novio y si, estábamos pensando lo mismo otra vez: las enredaderas del amor, en fin. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro