
Capítulo 22 {Parte 2}.
N/A: Al momento del baile, les recomiendo descargar Neverland de Zendaya y ponerla, para que se sientan como nos sentimos Sarcastichica y yo al bailar(?
Mi capítulo favorito hasta ahora, solo por esa escena.
Las dejo para que lean, se despide x_girlmeetslove_x.
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—¡Escena treinta y ocho, toma uno! —gritó Lucas, desde el asiento del director—. Luces, cámara... ¡Acción!
Y así empieza la escena:
La música suena, una tranquila que los extras bailan en pareja. Zendaya y yo estamos detrás de unas puertas similares a las que hay en canchas techadas. La cámara nos enfoca a ambas, pero hay dos más a cada lado de ésta, para captar los rostros de cada una por separado.
El libreto, el cual nos aprendimos al inicio de la semana, indica que debemos aparentar estar nerviosas. River más que Raven, porque la primera sufre un poco de inseguridad y las cosas empeoran cuando Jacob, el chico por el que había desarrollado una atracción gracias a la aventura que tuvieron al escapar de los ladrones de pintura y descubrir en el trayecto su segunda identidad, la había invitado al baile y ella (o sea, mi sensual persona) no tiene idea de cómo son estas cosas.
Suelto un suspiro y me cubro la cara.
—Me siento una princesita.
Zendaya ríe, toma mis manos y las baja, yo alzo la cara, encontrándome con una sonrisa.
—El curso si fue efectivo, entonces.
—No es gracioso, Raven —me suelto de su agarre y ella ríe más fuerte—. Te burlas porque a ti no te obligaron a usar éstas —me alzo el vestido y muestro las sandalias de tacón plateadas que se supone que la abuela de River le dijo que usara.
—Se te ven bonitas —ladea un poco la cabeza, pensativa, y yo bufo, soltando de golpe la falda—. Pero, ¿sabes lo útiles que resultan ser estos estúpidos bolsitos? —muestra un bolso color dorado y sin permitimer replicar, saca un par de tenis rayados y rasgados, extendiéndolos—. De nada.
—¡Raven, pero...! ¿Como...?
—Ahorrate los halagos y póntelos, River. Ya sé que soy la mejor hermana del mundo.
Yo río y me saco las sandalias (con algo de dificultad), tirándolas a otro lado y de una me pongo los tenis, para luego abrazar a Zen.
—¡Te amo!
—Eso también lo sé.
Ambas reímos y un silencio en el cual solo nos miramos perdura unos segundos, hasta que yo vuelvo la vista hacia la puerta y repito el suspiro, ahora con un toque de pánico. Zendaya lo nota y me aprieta las manos, haciendo que la observe.
—River... te ves hermosa. Y cuando él te vea —señala con los ojos la puerta, refiriéndose a Jacob—, también pensará lo mismo. Además, después de todo lo que pasamos y que casi morimos comidos por unos pitbulls, ¿no crees que te mereces un poco de diversión? ¡Callate y ve a bailar con ese... ese...! ¿Como es que era?
Un quejido colectivo se escuchó.
—Doble cara —Antonella rodó los ojos—. ¡Y eso que en el camerino te lo sabías!
—La presión, ¿okay?
—Zendaya, no importa —dijo George—. Ustedes solo repitan desde... —revisó lo que llevabamos grabado—. Desde cuando Raven le da las zapatillas. _____, trata de que no se te enreden los dedos esta vez, ¿oiste?
—Si, mi capitán —hice un saludo militar.
—Perfecto. ¿Terminaron de retocarlas, chicas? —Clara y Flor asintieron—. Bien, las Rivens a posiciones. ¡Escena treinta y ocho, toma dos! Cámara... ¡Acción!
—Se te olvidó el "luces."
—¡Froy!
—Okay, okay. Ahora uno no puede dar críticas constructivas aquí.
—¡Vuelve a tu lugar!
—Ya voy, ya voy.
Esperamos a que Froy se fuese hasta detrás y ahí fue cuando Lucas gritó acción (haciendo énfasis en el "luces" ahora).
Volvemos a repetir la escena, esta vez no me enredé tanto con las zapatillas y Zendaya dijo bien su dialogo:
—River... te ves hermosa. Y cuando él te vea, también pensará lo mismo. Además, después de todo lo que pasamos y que casi morimos comidos por unos pitbulls, ¿no crees que te mereces un poco de diversión? ¡Callate y ve a bailar con ése doble cara!
—Pero yo no estoy diciendo...
—¡Que te calles y vayas a bailar! —y me empuja, haciendo que choque contra las puertas, estas se abran y ella y yo caigamos directo al salón de baile.
Ahora otras cámaras están enfocándonos, igual que la luz. Nosotras abrimos los ojos como platos al ver que toda la gente nos observa, pero la mayoría encoge los hombros porque las Rivens no son ellas si no hacen una entrada especial como esta, y ya están acostumbrados, por lo que no le prestan mucha atención. Yo me levanto y ayudo a Zendaya en el momento justo donde aparece Ginna, que interpreta a la directora del curso de modales. Le sonreímos con inocencia e hipocresía, ya que ella no le cae bien a las Rivens. Ginna nos repasa con la mirada y luego de unos segundos, asiente.
—Adecuada vestimenta, señoritas Rivens. Buenas noches y disfruten el baile.
—Buenas noches, Miss Pi... Hoggins, y gracias —respondemos casi monótonamente. Ella asiente de nuevo y se va—. Puerquita rosa —mascullamos.
En ese preciso instante una cámara enfoca a Froy, que habla con Bradley hasta que nos ve (o me ve). Le indica a Bradley nuestra llegada con un movimiento de cabeza y los dos asienten, caminando hacia nosotras. Yo le aprieto la mano a Zen, que me lo devuelve.
—Relajate.
—Eso intento.
—Pues ponle más empeño.
—Es difícil cuando Jacob... o Jake, quien sea, me está mirando.
—No puedo sacarle los ojos, River, me arrestarían. Y después de lo de anoche, no quiero que me arresten. Además, recuerda lo que dijo Miss Peggi: el contacto visual durante el baile es de vital importancia —imita el acento británico de Ginna y yo rio—. Aquí viene. Ya sabes qué hacer. Voy por comida ¡Suerte!
—¿Qué...? ¡Raven, Raven, Ra...! Oh, ¡hola, chicos! —río nerviosamente.
Bradley y Froy hacen una reverencia.
—Lady Rivens —dice Bradley.
Froy no pronuncia palabra, simplemente se queda mirándome a través de sus lentes de montura negra. Yo lo observo con la misma intensidad. Una cámara nos enfoca a ambos y Bradley intercambia la vista entre uno y otro, para finalizar suspirando.
—¿Saben? Yo voy a... El ponche, si... A nadie le importa —da media vuelta y se va.
No le prestamos atención. Nuestros ojos aún unidos por bastante tiempo. Hago un esfuerzo increíble por no ponerlos bizcos, ya que no quiero arruinar la toma que tan bien nos está quedando. Froy rompe el silencio cuando la música cambia. Una suave y mágica. La conocemos. Es Neverland, de Zendaya. Aquí es cuando Jacob extiende su mano.
—¿Me concede este baile, Lady Maryver?
Maryver es el nombre verdadero de River, pero a ella no le gusta que la llamen así porque suena muy sofisticado. Nadie lo conoce, a excepción de su familia y Jacob, el último porque en una parte de la película, cuando lo encuentra haciendo vandalismo en la urbanización, River le dice su secreto para que él le tenga confianza, lo cual funciona y Jacob revela su verdadera identidad; Jake, el nombre con el que firmaba todos sus grafitis, en realidad era él.
Yo sonrío y cruzo los brazos, mirándolo con una ceja alzada. Los nervios desaparecen.
—¿A quien le concedo el baile? —pregunto—. ¿Al señorito Jacob o al señorito Jake?
Froy encoge los hombros.
—¿Quién quieres que sea? —inquiere.
—¿Tú quién crees que eres?
Él repite el gesto anterior.
—Todavía no estoy seguro, lady Maryver. Lo que me hace diferente no es mi nombre.
Me río. "Lo que me hace diferente no es mi nombre" es lo que River le grita a Kaia cuando ésta le critica acerca de que su nombre es causante de la personalidad tan "incordia" de la chica.
Camino los pocos pasos que nos separan, lo observo un momento y con delicadeza, como si me diese miedo tocarlo, le quito lentamente los lentes (son falsos, pues Jacob puede ver perfectamente sin ellos) y los lanzo por sobre mi hombro (anteriormente grabaron la escena de los lentes cayendo en el vaso de Kaia). Froy sigue con los ojos los lentes voladores y luego baja su mirada a la mía. Acaricio lentamente su mejilla.
—Los lentes tampoco, Jacob —y tomando su mano, lo llevo a la pista de baile.
—¡Corte y queda! —gritó Lucas, dando por terminada esa toma—. Bien, retoquen a los chicos para que pasemos a la escena del baile. Espero que no me decepcionen, ¿eh?
—¿Cuando lo hemos hecho, Luke? —dijo Froy mientras lo peinaban y atajó antes de que Lucas siquiera hablara—: ¡Y la vez de los waffles no cuenta!
Lucas encogió los hombros y volvió a sentarse en su silla de director. George le daba indicaciones a los extras mientras nosotros volvíamos a la posición de antes, tomados de manos.
—Procura no pisarme los pies, Ganso —reí.
—No son pies; son patas. Y claro que no voy a pisarte nada. Soy un excelente bailarín.
—¿Disculpa? —gritó Zendaya desde la mesa de comidas—. ¿Quién fue el que tardó todo un día en saber cómo darle la vuelta a su pareja?
—Zendaya Colleman, tus comentarios son como una pestaña en el ojo; no deseados y sumamente irritantes.
Mi amiga morena le sacó el dedo.
—Ya dejen de pelear ustedes dos —regañó George—. Y ustedes dos —ahora nos señaló a Froy y a mí—. Haganlo bien. Sobre todo tú —apuntó al rubio.
Éste hizo un sonidito parecido al que hacen los caballos, poniendo ojos bizcos, y me tomó la mano nuevamente.
—Andando.
—¡Todos a sus puestos! —gritó Lucas—. ¡Escena del baile, toma única! (o al menos eso es lo que esperamos) Cámara... Luces... ¡Acción!
Nerverland vuelve sonar a partir de donde la dejaron. Los extras en la pista nos abren paso y yo llevo a Froy de la mano hasta el centro. Pongo una mano en su hombro y él en mi cintura, comenzando a bailar al ritmo de la melodía mágica de la canción.
Somewhere I could run to
Just across the milky way...
Primero pasos lentos, cortos. Adelante y hacía atrás, sin perder el contacto visual con mi amigo.
If you like I could take you
It's just a light year and a day...
We can sail away tonight
On a sea of pure moonlight
We can navigate the stars
Bring us back home...
El coro es en donde ponemos en práctica todo el tiempo (cinco horas) que estuvimos ensayando. Froy me hace girar sobre mis tenis y luego me pega a su pecho, su nariz tocando la mía.
In a place so far away
We'll be young, that's how we'll stay
Every wish is a command...
Vamos hacia la izquierda, una vuelta, hacia la derecha, otra vuelta. Un poco mas rápido que en la primera estrofa, pero no lo suficiente.
When we find ourselves in Never...
Me deja caer, mi pelo tocando el piso
Neverland
Y sube nuevamente, pengado pecho con pecho.
Through all my make-believe
There's some reality
In your reflection
There's much more than you see
Como en la segunda estrofa es donde empieza a ponerse intensa la melodía, los pasos los hacemos más fluidos, con más emoción. Sosteniendo en alto nuestras manos, nos movemos con sutileza.
All that you hope for
You hope for today
Is the love someone gives you
In an unconditional way
Antes de empezar el coro, hago dar una vuelta a Froy, quien ríe y yo también.
We can sail away tonight
On a sea of pure moonlight
We can navigate the stars
To bring us back home
Los mismos pasos se repiten, la misma trayectoria, solo que con más intensidad. De verdad estoy disfrutando esto. Él lo hace mejor de lo que pensaba.
In a place so far away
We'll be young, that's how we'll stay
Every wish is a command
When we find ourselves in Never...
Neverland
Picture a land you never have seen
Life is eternal
And evergreen
Esta parte de la canción es mi favorita. La coreografía pasa de ser solo giros y vueltas en un solos sitio a recorrer la pista solo nosotros dos. Solo él y yo. La música se adhiere a Corey y a mí de una manera que no pienso en otra cosa que no sea bailar y dejar que nuestros pies sean libres.
Que sigan las estrellas.
Future of happiness all in your hands
All in this place I created
That I call Neverland
Él me da vueltas en un solo lugar, la falda de mi vestido formando un circulo a mi alrededor.
We can sail away tonight
On a sea of pure moonlight
We can navigate the stars
To bring us back home
Ya no sé si estoy siguiendo la coreografía o no. No sé si siquiera han dejado de grabar. Siento que la voz de Zendaya recorre mis venas como adrenalina y me pierdo totalmente en la melodía, me dejo llevar por Corey, dejo que nuestros pasos se vayan con el viento...
Que zarpemos hacia un mar de luz de luna.
In a place so far away
We'll be young, that's how we'll stay
And with your hand in my hand
I am closer now to finding
Neverland
Hacia un lugar donde podamos ser jóvenes siempre.
Siento que me alza. Sus manos en mi cintura aferrándose fuertemente para no dejarme caer. Y luego me baja, nuestras frentes juntas. Mis manos se mueven sin recibir órdenes hacia su rostro. Lo toco, acaricio sus mejillas, repaso sus labios, finos y rosados, y miro aquellos ojos azules que siempre quise sacarle para meterlos en un fraco y tenerlos conmigo siempre.
Corey sonríe. Me sonríe.
And with your hand in my hand
I am closer now to finding
Neverland...
Ahora estoy mas cerca de encontrar sus labios.
No, me equivoco: los encontré.
Y espero no tener que separarme nunca de ellos.
Nunca jamás.
—¡Y corte! ¡Queda, chicos! ¡QUEDA! ¡Fue hermoso! ¡Simplemente hermoso! Dios, voy a llorar. ¡Voy a llorar!
Los aplausos me sacaron de mi ensimismamiento. Pesteñeé, como si hubiese estado en un sueño y entonces comprendí que en parte era cierto. La realidad cayó ante mí cuando, al separarme, los ojos que me miraban seguían siendo azules, pero no precisamente el azul me gusta.
El rostro de Corey se había esfumado por completo. En vez de él, Froy tenia en su cara una expresión de sorpresa, como yo en estos momentos. Casi de susto. E ignorando las felicitaciones de los demás, me hizo dar media vuelta y se impulsó, empujándome por la espalda, hasta el armario de utilería. Abrió la puerta con una mano y nos metió ahí, encendiendo la luz de golpe. Yo no sabía qué era lo que hacia y tampoco me importaba. Aún no sacaba la imagen de mi cabeza; Corey y yo bailando en la pista, solo nosotros dos, sus ojos posados en los míos, su sonrisa... y luego el beso...
Había sido todo tan real.
—Bien —Froy suspiró. Su pie daba toquesitos nerviosos contra el piso—. Bien —Tenía la mirada en el suelo, como si no supiera qué decir, yo solo esperé, pues tampoco podía formular palabra alguna—. Iré al grano —entonces se detuvo y subió la cabeza, sus ojos penetrando los míos como si quisiese ver a través o algo así—. _____, quiero que seas sincera conmigo... Esto... ¿Sientes algo por mí?
Su pregunta me atajó de sorpresa. Abrí los ojos de par en par y con una mueca, negué.
—Más que una amistad, no.
El suspiro que soltó fue tan exagerado que casi casi me sentí ofendida.
—¡Gracias a los dioses! —exclamó, pasándose una mano por el pelo—. Por Mickey Mouse, pensé que... el beso... Espera —entrecerró los ojos hacia mí, señalándome vagamente—. ¿No estabas pensando en Corey, o sí?
—Eh... komo lo zupo.
—Ya todo está claro —dedujo, cruzándose de brazos—. Eso explica todo. ¿Y sabes qué, Pato? Me has quitado un gran peso de encima. Por un momento pensé que en verdad seria el tercero. Ya sabes, el que llega de la nada a quitarle la chica al protagonista. ¡Como odio a esos tipos!
—¿De verdad pensaste eso?
—¡Claro que sí! —me miró como si se hubiese indignado—. Oye, supe desde el primer momento en que te vi (o te atropellé) que alguien como tú ya debía estar apartada. Por eso no quise formar conexiones contigo. ¡Por eso no tengo amigos! Porque cada vez que intento ser amable con una mujer, el novio se pone celoso y entonces se arma la tercera guerra mundial solo porque le digo "hola" y a la chica ya se le mojan las pantaletas... Tus pantaletas no se mojaron, ¿verdad?
—No —arrugué la nariz—. Estaban bien secas.
—Perfecto. Maravillosamente perfecto —luego, de la nada, me abrazó—. Ay, Pato, como te quiero. De verdad bendigo el día en que nos encontramos. Gracias por ser mi amiga. Mi solo y únicamente amiga. ¡Dios bendiga a Corey por estar de parásito en tu cerebro todo el tiempo!
Reír se me hizo inevitable. Luego de un rato abrazados ambos salimos del armario, llevándonos la gran sorpresa de que todos estaban esperándonos fuera. No obstante, ninguno cuestionó lo que hicimos o hablamos ahí porque en realidad a nadie le importaba. El baile de Jacob y River había sido la escena que todo el mundo quería grabar y había salido tan bien que George la repitió en la pantalla de la cámara hasta que Lucas dio un orden a Brec, Zendaya y Jason para que fueran al set, pues se grabaría ahora sí la última escena, donde Raven tendría un encuentro con Dereck, su galán, y los dos le volcarían "accidentalmente" el ponche a Kaia encima, por puta.
—Chicos, quedó bastante bien —nos felicitó Bradley cuando fuimos a sentarnos a su lado, lejos de las cámaras.
Si, así es. Estaba tan pasmada todavía que ni siquiera me quedé para ver como bañaban con ponche a Brecputa.
—Gracias, Gordis —respondí.
—Pero la pregunta aquí fue —habló Froy—. ¿A quién de los dos les gustó más mi beso?
Bradley rodó los ojos, riendo.
—_____ evidentemente no estaba pensando en ti, sino más bien en alguien que empieza con "C" y termina en "orey" y nuestro beso solo duró una milésima de segundo, por lo que no puedo opinar nada.
—¿Cómo sabes que no pensaba en Froy? —pregunté, interesada.
—Puedo besarte de nuevo si quieres, Perry.
—No gracias, me gustan las rubias —hizo énfasis en las as y luego me observó—. _____, no hay que ser un experto para saber lo que sientes por Froy; es obvio que no es tu tipo.
—Percy, ¿por qué no nos podemos solamente parecer en lo sassy? —inquirió mi amigo mirando la botella de agua que sostenía.
Semidioses entenderán.
—Tienes razón —concebí, ignorando al rubio, y Bradley extendió los brazos como diciendo «¿lo ves?».
Un chillido proveniente de algún lado nos llamó la atención.
—¡Marica, marica, maricaaaaa!
Antonella venía corriendo hacía nosotros con un teléfono en mano. Mi teléfono en mano. Me levanté, asustada por la urgencia en su voz. Ella jadeaba cuando llegó a mi lado, pero no se hizo esperar; me arrojó el teléfono y por poco no lo atrapo, cosa que no ayudó mucho al paro cardiaco que estaba a punto de darme.
—¿Qué pasa, Anto? —preguntó Bradley.
Mi amiga parecía conmocionada.
—El... el condón... con patas... —tartamudeó.
Me congelé.
—¿El condón? ¿y con patas? —mofó Froy—. ¿Es en serio, Miss Perver? ¿No te bastó suficiente con el pe...?
—No, idiota, no está hablando de... lo que sea que pienses tú —Bradley sacudió la cabeza, poniendo ojos en blanco—. Ella llama condón con patas solo a una persona.
Miró el teléfono con la boca abierta.
—¿Y el dichoso es...?
—Corey.
No sé cuando hablé, ni tampoco en qué momento me llevé el teléfono a mi oído, ni siquiera tengo idea de cómo fue que supo que era yo quien estaba a ese lado de la línea cuando ni había dicho mi nombre.
Pero él si.
—Sarcastichica.
Casi se me cae el teléfono (para que vean lo intenso de la situación).
—¿Honguitochico?
Lo oí exhalar alividamente. Yo hice lo mismo. El nudo en la garganta que tenía se aflojó un poco.
—Te necesito, _____.
Y volvió más fuerte todavía.
—Yo también, Corey.
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