
Capítulo 12.
Aquél día no dejamos de grabar hasta las tres de la madrugada, por si se lo preguntaban. Llegamos tan cansados que no nos dio tiempo ni de cambiarnos; Corey y yo caímos rendidos en el sofá.
A la semana siguiente —faltando dos dias para que Corey se fuera a Vancouver— eran las sesiones fotográficas de The Rivens, por lo que con algo de pesar me levanté a las siete de la mañana, lavé mi rostro con agua congelada un millón de veces para reanimarme, tomé una ducha igualmente fría y luego desayuné cereal y una taza de café súper cargado.
Estaba cansada pues llevaba tres días enteros grabando el tema principal para la película. No pensé que llevara tanto tiempo, pero con las afinaciones, las repeticiones y la edición, se fueron tres días completos. Lo bueno del caso fue que al final, We are different había quedado estupenda; las voces de Froy, Zendaya y la mía sonaban muy bien juntas, y Lucas había dicho que de seguro estaría nominada en algún premio por mejor tema musical. Lo malo del caso: me había dejado agotada.
—Agh, odio el café negro —mascullé, dándole otro sorbo a mi café.
—¿Y entonces por qué lo sigues tomando? —preguntó Corey bostezando, llegando a la cocina.
Yo me encogí de hombros mientras me recargaba en la isla.
—Soy masoquista —dije, arrugando la nariz al sentir la asquerosa sustancia pasar por mi garganta nuevamente—. Además, me da energía, cosa que necesito para no desmayarme del cansancio en plena sesión.
—Te está pegando duro el ser actriz, ¿no? —él rio comiendo un poco de mi cereal.
Bufé. —Eso es lo que parece, y eso que ni siquiera he empezado bien la película. La vida era más fácil cuando hacia de la Virgen Maria en preescolar —suspiré dramatizando.
—Yo una vez hice de césped —mencionó Corey pensativo.
Yo lo mire con una perfecta cara poker para luego echarme a reír. Corey arrugó el entrecejo.
—¿Qué?
—Tú... de césped... —me limpié una lágrima pero fue en vano pues otras más salieron—. ¿Cuál fue tu mejor acto?, ¿echarte en el piso para ser pisoteado por los demás? ¿Ser verde y plano? ¿Parecer un gusano en vez de pasto? ¡Oh no, ya sé! ¡Ser más inútil que quienes hacen de árbol!
—¡Hey! Ser el césped me ayudó a iniciarme como actor. Si no fuera por ese humilde y honrado papel, ahora no estaría aquí siendo gordo contigo.
—No estas gordo.
—No lo digo literal, Sarcastichica. Pero no dudes que si seguimos comiendo así, si quedaremos como el de la tienda de cómics de los Simpson. O peor: como papá después del matrimonio —abrió los ojos y alzó las cejas, en una graciosa cara de trauma.
—Nada que no se arregle con deporte, idiota —reí—. Saldremos a correr luego al parque, en el césped, pisoteando a tus iguales.
—Agh, callate.
—¡Nunca lo superaré! —exclamé robándole un bocado de cereal para luego ir corriendo a su habitación.
—¡Oye! —lo oí quejarse.
No sé por qué se queja; al fin y al cabo le robé una cucharada de MI cereal.
Sobre la cama estaba mi celular, que tenía una luz titilando, notificando un mensaje. Era de Froy, quien me avisaba que me pasaría buscando en quince minutos pues estaba cerca del edificio y no quería llegar sólo al estudio. Rápidamente fui al baño a cambiarme (me puse una camiseta de Corey) y salí a la sala, donde mi lindo novio yacía viendo Gravity Falls.
—Wendy, yo también tengo un crush contigo —murmuró ido en su mundo.
Sonreí negando con la cabeza y le arrojé un cojín. —Deja de fantasear con caricaturas y preparate: hoy vienes conmigo a la sesión.
—¿Tengo que levantarme? ¡Estoy viendo Gravity Falls! —se quejó desparramándose en el sillón.
—Vamos, holgazán. Jamás haz ido conmigo al set. Seria un lindo detalle que me acompañaras y fueras parte de esta linda experiencia junto a mí antes de irte. ¿No lo crees? —le miré y pestañeé muchas veces, algo que sé que lo mataba.
Corey rodó los ojos y se levantó. Murmuró algo parecido a "mujeres y sus hechizos" y fue a su habitación para cambiarse. En el trayecto se quitó la camiseta y los zapatos, arrojándolos al piso. Yo suspiré y recogí aquello. Me compadecía por Shannon... Aunque bueno, si de desordenados se trata, yo me compadezco muchísimo por mi mamá.
Ay, Dios. Cuánto extraño sus gritos.
Honguitochico volvió portando unas bermudas, un suéter de algodón color gris y sus tenis. Pasando primero por mi celular, ambos dejamos su piso para luego bajar el ascensor. Había recibido otro mensaje de Froy, que decía en letras mayúsculas que me apresurara pues una viejita con su perro chihuahua lo estaba mirando raro. En efecto, cuando salimos al estacionamiento, mi amigo rubio estaba escondido detrás de unos contenedores de basura, aunque no había señales de ninguna viejita acosadora ni ningún chihuahua.
—Hey, Gutierrez —llamó Corey, haciéndo sobresaltar a Froy.
—Ah, hola —salió con algo de temor de ahí y caminó hacia nosotros—. Pato, Fogelmanis.
Corey y Froy habían cogido la costumbre de llamarse por apellidos. No lo sé, ellos son raros (habla la chica de los apodos locos).
Después de asegurarse al cien por ciento de que la viejita se había ido, Froy se animó a pedir un taxi y pagándolo entre los dos chicos (se habían peleado por ver quien lo hacia; al final yo les di un zape a cada uno y llegaron a la conclusión antes dicha), nos llevó al estudio.
Ya estando ahí fuimos directamente al estudio programado para la sesión de fotos. Era básicamente un gran set blanco con un montón de cámaras y luces enfrente. George estaba revisando unas cámaras cuando nos vio, sonriente como siempre. Nos saludó al rubio y a mí, y yo le presenté a Corey.
—Por fin conozco al famoso Honguitochico —comentó sonriendo—. Pero oye, ¿por qué te dice así? Yo no te veo lo de hongo por ninguna parte.
—El niño quería un cambio de look pues ya es “maduro” —rodé los ojos mientras hacia comillas.
Corey imitó mi acción con sus ojos y me pasó una mano por los hombros.
—Pero la niña no se opuso, ¿no es así? —me miró.
Hay que admitir que si, pero tampoco me molestaba el cabello al estilo de Honguitochico. Aun así, se ve lindo de ésta manera y le agradezco a Mich por recomendarle el corte.
¡Gracias, Mich!
—Como sea —me limité a decir y ellos rieron.
George nos indicó a Ganso y a mí que fuésemos a los camerinos. Los demás del elenco tenían los suyos aparte. Con Corey fui al mío y ahí nos esperaban las chicas del maquillaje, peinado y vestuario, quienes me arreglaron apenas llegar.
El primer vestuario de River para las fotografías consistía de unos jeans claros enrollados hasta los tobillos y rotos en las rodillas; una chaqueta de preparatoria negra y blanca encima de una franelilla rosa; y para finalizar, tenis blancos con diversos garabatos a marcador. River no es de peinarse mucho, por lo que Clara (mi peluquera) hizo una trenza espiga y la desordenó toda. Como maquillaje llevaba uno simple que no se notaba mucho, pues se supone que River odia todo aquello.
—Bella como una camella —dijo Flor, mi vestuarista, sonriendo de lado.
Agradecí a sus comentarios y me giré hacia Corey, que rápidamente y como lo esperaba tomó su teléfono y me hizo una fotografía.
—Corey, se supone que la sesión fotográfica es afuera.
—Lo sé, pero me quería llevar un recuerdo de cómo se ve mi novia como su personaje antes de irme —encogió sus hombros al tiempo que salíamos.
En el set ya estaban Bradley, Zendaya y Froy, hechos Cole, Raven y Jacob.
El primero vestía como todo un niño rico: pantalones beige, camiseta de rayas metida dentro del pantalón, y zapatos de vestir cafés. Tenía una corbata de color azul y su cabello estaba muy bien peinado de lado. Ni un pelo afuera. Cole era un genio con todo lo que tiene que ver con la tecnología, por lo que en su oreja llevaba algo parecido a un prototipo de micrófono avanzado.
Mi querida Zendaya estaba igual de informal que yo: jeans oscuros un poco olgados con estampillas por todos lados; una fanela sin mangas blanca, con una camiseta a cuadros de colores amarrada a su cintura y por último unas botas rasgadas. Su cabello se amarraba en un moño desordenado. Estaba hermosa.
Y por último pero no menos importante estaba el amor de la vida de mi personaje: Jacob Stevens, quien vestía de un jean muy formal negro, con una camiseta roja con el primer botón del cuello abierto en una forma un poquito rebelde. No tenia corbata y sus zapatos eran como los de Bradley pero un poco rasgados intencionalmemte a los costados. Su cabello estaba un poquito desordenado, como si el viento se lo hubiese alborotado no mucho. Llevaba unos lentes negros, que le daba apariencia de nerd MUY guapo.
—Oh, por los bigotes de Mickey Mouse ¡Te ves muy bien! —exclamó Froy al verme, Corey y yo reímos.
—Siempre —dijo mi novio con la mano en mi cintura.
—Ustedes también se ven muy bien —halagué.
—Ven aquí, hermana mía. Necesito una foto contigo —Zendaya corrió hacia mí y posé para la selfie que tomaba.
—¡Muy bien, gente! —George llegaba con nosotros—. ¿Ya todos están aquí?
—Falta Brec —dijo Bradley.
—Que ni venga —murmuré.
—¡Aquí estoy, aquí estoy!
Maldición.
Brec venia contorneando las caderas con su vestimenta ya puesta; falda, chaleco y zapatillas, como una chica que asiste a un internado para damas. Su cabello rubio estaba amarrado en una coleta baja de lado. Meh.
Abracé a Corey más fuerte cuando llegó con nosotros. Brec le dedicó una sonrisita que hizo que mi novio rodara los ojos. Así se hace, Honguitochico. Así se hace.
—¿Cómo estas, Corey? —preguntó ella.
—Bien.
—¿Viniste a acompañar a... tu noviecita?
—Sep.
—Oh... ¿y como va tu película?
—Bien.
—Me alegro.
—Si.
Disimuladamente sonreí con malicia. ¿Ya dije que lo amo?
—Ya todos estamos listos, por fin —suspiró George—. Bien, entonces comenzamos fotografiando individualmente. Andando.
Primero le hicieron la sesión de fotos a Bradley y le cambiaban el vestuario de acorde pasaba el tiempo. Lo mismo hicieron con los demás. Brec, Froy, Zendaya y yo. Foto, tras fotos y fotos y más fotos. Luego, vinieron las de grupos; los tres hijos de ricos, las Rivens y todos juntos. En este momento estaban en las últimas fotos de Brec, Cole y Froy, quienes acataban las ordenes de George de como posar y todo eso. Al final, mi productor nos llamó a Ganso y a mí.
—Las últimas fotografías que faltan son las de ustedes dos —explicó mientras nos maquillaban—. Ya saben como tienen que hacerlo, ¿no?
—Cariño, _____ y yo somos unos profesionales.
—Si, por favor, amor, nos ofendes.
Ambos llevamos las manos a nuestros pechos en plan divazas. Weasley rodó los ojos riendo.
—Mil disculpas, majestades —hizo una reverencia sarcástica—. En fin, a lo que terminen con el maquillaje los quiero allá, ¿entendido?
—Si, plebeyo.
—Idiotas —murmuró dándose la vuelta.
—¡TE ESCUCHAMOS! —grité.
—¡CORTENLE LA CABEZA!
—Ganso, tú no eres la reina de Alicia en el País de las Maravillas; soy yo.
—¡Cómo osas decir eso! ¡CORTENLE LA CABEZA A ELLA TAMBIÉN! Qué bazofia. QUE ALGUIEN ME TRAIGA UN CHANCHO.
El set explotó en carcajadas. Terminaron de arreglarnos, le dije a Froy que se adelantara y corrí hacia donde estaba Corey, con su teléfono en mano listo para hacer parte de la sesión por cuenta propia, aunque se veía un poco nervioso.
—Brec te mira mucho.
—¿Por qué crees que estoy así? —chilló por lo bajo—. No ha dejado de acosarme en todo lo que va del día. ¿Acaso no se cansa?
—Esta buscando el momento perfecto para venir a hablarte, y tengo el presentimiento de que será cuando vaya con Froy, así que mejor ponte donde yo te vea, ¿vale?
Corey sonrió de lado con ternura, me abrazó por la cintura y me dio un beso en la frente.
—Adoro tu lado celoso, Sarcastichica.
—No creo que adores mi puño en tu ojo si no haces lo que digo, Honguitochico —declaré y me di la vuelta porque George ya me estaba llamando—. ¡Zendaya, te encargo a mi hermoso novio!
—¡Lo que tú digas, _____! —gritó ella—. ¡Corey, aquí! Te dejaron conmigo con todo y nalgas, así que no dudes que te daré con la sandalia si te escapas de mí. ¿Entendido?
—¡Señora, si, señora!
Sonreí y fui con mi amigo, que me esperaba sentado en un sillón blanco listo para las fotos del shipp #Jiver.
[...]
—¿Ves? Te lo dije: le coquetería cuando estuviese aquí contigo.
—¡Perfecto, así! Sonrían... un poco mas... ¡Ya lo tienen! Ahora, cambio.
Puse una mano en el hombro de Froy, mientras él me tomaba de la cintura. Ambos miramos a un costado de la cámara.
—Tal vez no le esté coqueteando —Ganso sonrió cuando el falsh brilló—. Tan sólo le esté hablando.
—¡Hermoso! ¡Cambio!
Ahora me subí de caballito a mi amigo e hicimos como si rieramos. Los clics de las cámaras volvieron a sonar.
—Es una perra, Froy —le murmuré en el oído, sin borrar la sonrisa—. ¿Crees que las perras sólo conversan?
—No, las perras ladran —reflexionó bajándome, para abrazarme por detrás. Yo hice una mueca obvia—. Pero Corey está con Zen. ¿Crees que ella permita que Brec le ladre a tu novio?
—Eso es lo que está haciendo, Froy.
—¡Vamos, sonrían!
—Zendaya no es tonta. Sabe cómo proteger a la damisela que tienes por novio —le codeé el estómago, él profirió un chillido—. A mí parecer aquí la perra eres tú —murmuró con un hilo de voz.
—¡Ahora quiero otra pose! Alejense, brazos cruzados y retense con la mirada.
Hicimos lo que George nos dijo y el fotógrafo hizo su trabajo.
—Así es. De nuevo, abrazados, pero cambien de roles: _____, abraza tú a Froy.
Me subí en el sillón y abracé por la espalda a mi compañero, poniéndole mi mentón en su hombro.
—¿Soy perra por golpearte?
—Seh.
—Entonces seré más perra que Umbridge cuando le pateé el trasero a esa maldita.
—Tienes que confiar en Corey, Pato. ¿Él se dejaría besar por otra persona? No lo creo —Ganso pegó sus labios a mi mejilla cuando George lo indicó, luego giró su cara al frente—. Él te quiere mucho.
—Lo sé —ahora era yo quien le daba un beso en la mejilla. Tomaron la foto—. Pero nadie quita que ella no sea una regalada y le robe un beso. Además —sonreí de nuevo para la otra foto—, lo hizo una primera vez con mi mejor amiga. No dudo en que lo haga otra. Y claro que confío en Corey... en la que no confío es en Brec, alias 'una hora a dos centavos', Bassinger.
Froy rio mientras rodaba los ojos.
—Eres única.
—Dime algo que no sepa.
—Ahora cambio, si. Perfecto. La ultima y nos vamos. Froy, cargala como recién casados.
—¡¿Quieres que me rompa la espalda?!
—¿Qué insinuas, Gutierrez? —levanté una ceja divertida.
—Que pesas.
—¡¿Me estas llamando gorda?!
—No; te estoy llamando pesada, que es un sinónimo, mas no la palabra en sí. Así que, prácticamente, no te estoy llamando gorda.
Todos lo observamos con una pokerface. Bradley, que comía cheetos, se llevó una mano a la frente, dejándola de color amarillo.
—Es lo mismo, hombre —mofó, y luego se miró los dedos—. Tengo la frente amarilla, ¿verdad?
—Sep.
—Maldición.
—Froy —pidió George, sobandose las sienes—. Froy, por favor.
—Agh, okay —él me extendió los brazos—. Ven, esposa mía.
—¡Ya quisieras! —le gritó Corey, que estaba pegado como garrapata a Zendaya, pues Brec lo estaba acosando—. ¡Ella es mía, Troy Bolton versión 2.0!
Los del set rieron, claro, a excepción de Brec. Me lancé a los fuertes brazos de mi amigo y sonreímos con una muy muy grande sonrisa. Después de diez fotos más (si, aquella no era la última), por fin habíamos terminado.
—Chicos —empezó George cuando todos estábamos por irnos—, quiero agradecerles. De verdad hicimos un buen trabajo hoy y las fotografías quedaron muy lindas. Les enviaré un correo avisando cuándo ensayaremos, ¿bien? Estoy satisfecho con lo de hoy. Gracias nuevamente y largense que quiero comer y no compartir. Adiós.
Y por esas razones no es mi productor favorito... Aunque bueno, Mich también nos bota a patadas cuando tiene hambre, pero... Igual.
Después de despedirme de los chicos, con Corey salimos del set. Afuera estaba anocheciendo, pero conseguimos un taxi rápidamente.
—¿Te gustó la sesión? —le pregunté a mi novio cuando cruzábamos una esquina.
—Digamos que si. Lo único que no me pareció fue...
—Las fotos con Froy —rodé los ojos—. Si, lo supuse. A mí no me gustó tampoco cómo Brec se te insinuaba.
—Ay, ni que lo digas. ¡Parecia que me iba a violar con la mirada! ¿Que no entiende el rechazo?
—Al parecer no —reí y pagamos el taxi cuando llegamos al edificio.
Subimos el ascensor a toda marcha porque Corey se estaba haciendo pipí. Corrimos por el pasillo de Girl Meets World y entramos a su piso, algo que ya se me hacia costumbre pues estaba durmiendo con él desde varios días (si, tengo a mi Row abandonada). Corey no esperó ni dos segundos cuando ya estaba corriendo al baño gritando:
—¡Me hago pipí, me hago pipí, me hago pipí!
—Vaya con Dios, vejiga floja —reí tomando agua de la jarra (a consecuencia, me mojé toda)—. Maldición.
—¡ESO TE PASA POR HACERME BULLYING! —gritó desde el baño.
Ignorándolo, me limpié con un trapo en la isla hasta que quedé mas o menos seca. Dejé el trapo en su lugar y estaba dispuesta a irme a la habitación cuando el celular de Corey, el cual estaba sobre la isla, sonó con WILD de Troye Silvan y Alessia Cara como tono. Lo tomé y en la pantalla había una fotografía de la persona de la me había olvidado que existía hasta ahora.
Llamada entrante: Soph:3
Soph, qué apodo tan poco original.
Veamos, ¿contesto o no contesto?
Hum...
Vamo' a contesta'.
—¿Hola?
—¿Cor?, ¿eres tú?
¿Cir?, ¿iris ti?
Sorry, los celos me vuelven un poquiiiito inmadura.
Aclaré mi garganta.
—Eh, no, Sophie. Soy yo, _____. ¿Como estas?
La amable, ya saben, para no perder la humildad.
Al otro lado de la línea se escuchó un débil gruñido. Ay, si, yo también me alegro de escuchar tu hermosa y chillona voz, Soph.
—¿Y tú eres...? —dejó la palabra en el aire, como si no supiera.
—Oh, soy Sarcastichica, ¿no me recuerdas?
Silencio corto. Luego habló:
—Ah, si. La novia de Cor. Jeje, yo estoy bien, ¿y tú?
—Sentada —reí—. Pero ya, basta de idioteces. ¿Buscas a Honguitochico? Es obvio porque si llamas a si teléfono es porque quieres hablar con él, duh. ¿Te lo paso?
—Eh... Si, claro.
—Okay —me bajé del taburete para ir corriendo al baño y tocar la puerta—. Honguitochico, te llama Sophie.
—¿Sophie? ¿Para qué?
—¿Para qué se llaman a las personas, idiota?
—Pues para muchos motivos, en realidad.
Bueno, tenia razón.
—Sophie —le hablé al teléfono—. ¿Lo escuchaste?
—Uh, si. ¿Podrias pasárselo?
—Corey, quiere hablar exclusivamente contigo.
—SOPHIE, ¡HOLA! NO ES QUE NO QUIERA HABLAR PERSONALMEMTE CONTIGO, PERO RESULTA QUE MI NÚMERO UNO, RESULTÓ SER UN NÚMERO DOS Y... POS ESTOY OCUPADO.
—Ya lo oíste, Sophie: está haciendo del numero dos. Así que, o llamas mas tarde, o me dices lo que ibas a decirle a él.
—IGUAL YO SE LO IBA A CONTAR A ELLA, SOPH.
Tan bello mi novio. Lo besaría pero por el bien de mi nariz es mejor no entrar ahí por lo menos dentro de una semana.
—Eh... —Sophie titubeó—. Bueno, está bien. Corey, ¿te enteraste?
—¿ENTERARME DE QUÉ?
—Bueno...
Por su tono, supe que estaba sonriendo con malicia. Y si lo que estaba por decir la hace sonreír así, a mí no me va a gustar.
—Se cambió la fecha de partida —dijo, y esperó unos segundos más. Luego, soltando una ligera risita, habló—: Mañana a medio día nos vamos a Vancouver.
Si, tenía razón.
N/A: Este cap va dedicado a AmbarDominguez4 porque se lo prometí :3 ¡AHORA PERDONEMEEEE! *sufre internamente*
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