꒰ ⌗ De universidades y bebés en fuga (Parte 2) ! ꒱
Bangchan miró atentamente como su papá se alejaba para ir a hablar con una señora.
El infante frunció el ceño al pensar que la señora era extraña.
Escuchó movimiento en la carriola e inmediatamente puso su atención en ella, encontrándose a un Felix despierto, con cara enojada y sus cabellos negros parados apuntando en todas las direcciones posibles.
—¿Pas? —Balbuceó el menor de los dos.
—Papá Minho ta comprando gugo y papá Jiung no ta. —Bangchan se cruzó de brazos.— Extraño a papá Jiuu.
Estuvo unos minutos pensando mientras movía de al frente hacia atrás sus piernas cortas, cuando se le ocurrió según él, la idea más increíble de la vida.
Cuidadosamente bajó de la silla, tentando con su pie el piso y cuando logró bajar fue junto a Felix, desabrochó el cinturón que retenía al bebé y con una fuerza extraña que no debería tener un infante de tres años, lo cargó sacándolo del móvil.
Aunque prácticamente la fuerza duró nada ya que Felix soltó un pequeño grito en forma de queja por como lo estaba cargando.
Pues no era muy cómodo que lo tomaran de la cintura y presionara contra el cuerpo de su hermano. Le estaba aplastando el estómago.
Cuando los pies de Felix tocaron el suelo, Bangchan lo soltó.
Por suerte, el menor de la familia había aprendido a caminar un poco antes de cumplir su primer año de vida, por lo que quedarse de pie ya no era un problema.
—Vamos Fefi, a buscar a papá Jiung.
Bangchan le había prometido a su papá que iba a cuidar a su hermano menor y es lo que estaba haciendo, llevándoselo con él para no dejarlo solito.
El mayor abrió la pañalera y de ella sacó un chupón color rojo con puntitos negros y se lo ofreció al pequeño. Éste solo abrió su boquita y Bangchan entendió la señal, poniéndole el chupete en la boca.
Chan tomó la manita de Felix y lo jaló sin fuerza para que empezara a caminar junto a él. Pero a los segundos el de un año tropezó.
Felix había aprendido a caminar, pero quien dijo que lo hacía bien.
Después del pequeño susto, ambos hermanos salieron de la cafetería y empezaron su aventura de encontrar a su padre en un lugar desconocido.
Milagrosamente Bangchan no había heredado la mala orientación de sus progenitores, más bien, éste tenía una orientación muy buena. Mientras caminaba con su papá Minho, memorizo el camino sin darse cuenta.
Por eso, después de treinta minutos —por los pequeños y lentos pasos de Felix—, de miradas sorprendidas de adultos jóvenes al ver a dos bebés vagando por los pasillos de la universidad y distracciones tentadoras a ojos de infantes, llegaron a la puerta del aula donde Bangchan había visto entrar a su papi.
Ahora solo faltaba esperar a que saliera.
Minho estuvo en un trance por unos largos minutos al ver que ninguno de sus hijos estaba donde los había dejado anteriormente.
Cuando reaccionó, rápidamente tomó la pañalera que se encontraba tirada en el piso y la puso en la carriola, tomó fuerza y sin pensarlo dos veces empezó su búsqueda.
Empezó por la cafetería, pero al no ver rastros de sus cachorros salió de ella y buscó por toda la universidad.
Entró a aulas vacías, los laboratorios de ciencias y computación, la biblioteca, incluso salió a las canchas deportivas y al patio de la universidad.
Ya cuando se dio cuenta las dos horas estaban a punto de terminar y Jisung saldría de clase. Se consideraba hombre muerto.
Su lobo y él estaban realmente preocupados, ¿Y si les había pasado algo? ¿Alguien se los llevó?
Realmente no se lo perdonaría, eran sus hijos por dios.
Se dirigió al aula donde Jisung tomaba clases, pensando en cómo decirle que había perdido a sus dos hijos en menos de diez minutos.
Cuando llegó, iba tan concentrado en sus pensamientos que tardó en darse cuenta de la presencia de dos pequeños seres sentados apoyándose en la puerta del aula, hasta que escucho una vocecita muy familiar para él, llamándolo.
—¡Paaaa!
Inmediatamente volteó a la dirección de la voz, viendo a Felix, quien lo había llamado. Junto a él también se encontraba Bangchan.
Los ojos de Minho se llenaron de lágrimas al ver a sus cachorros sanos y salvos.
Corrió y en unos segundos ya tenía a Felix en un brazo mientras que con el otro abrazaba fuertemente a Bangchan.
—Dios, me asustaron tanto.
La campana para el cambio de hora sonó haciendo que los tres dieran un saltito por el susto.
La puerta fue abierta y poco a poco personas empezaron a salir de ella, pasando de largo al trío.
No tardó mucho para que Jisung también saliera por la dichosa puerta.
—Awww, ¿decidieron venir a por mí? Son muy hermosos, mis tres bebés. — Dijo y tomó en brazos a Felix para dejarle un beso en su regordeta mejilla.
Minho nervioso cargó a su otro retoño y besó los labios de Jisung.
—Claro que sí.
—Los amo chicos. — Comentó el de cachetes de ardillas, mostrando su sonrisa.
El Lee tenía que sobornar a sus hijos para que no dijeran nada de lo sucedido a su padre.
No quería morir tan joven.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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