꒰ ⌗ De ropa desaparecida y nidos ! ꒱
-Mamá, ¿has visto mi suéter rojo? - Gritó Minho desde su habitación.
- ¡No, pero búscalo bien! - Se escuchó la voz de su madre desde algún lugar de la casa.
- ¡Ya lo busqué bien y no está!
- ¿SI LA ENCUENTRO QUE TE HAGO LEE MINHO? - El mencionado tembló en su lugar, para luego entrar en pánico al escuchar los pasos de su madre dirigiéndose a su cuarto. Cerró la puerta e inmediatamente se acercó de nuevo al clóset a buscar el maldito suéter.
No quería morir tan joven.
Brincó del susto cuando la puerta fue abierta de un golpe, dejando ver a su queridísima madre con cara de odiar haber tenido hijos.
-A ver. - Minho se quitó, dejándole todo el espacio a su progenitora, no queriéndole estorbar en ningún momento.- No es posible que no puedas buscar bien, ya vas a ser padre y no sabes buscar bien un mugroso suéter.
Pasaron alrededor de dos minutos cuando su madre frunció el ceño y dejó de buscar, sin haber encontrado nada.
-Qué raro, y yo no la he lavado. ¿Cuándo fue la última vez que le la pusiste?
-Cuando acompañe a Jisung al obstetra.
- ¿Hace cuatro días? - Se preguntó para sí misma mientras caminaba fuera de la habitación.- Ayer lave ropa y no la vi por ningún lado.
- ¿De casualidad no estaba ahí la camiseta de Anpanman? Tampoco la encuentro por ningún lado.
- ¿Es la del mono ese superhéroe que tiene la cabezota y una mega nariz roja? - Minho asintió. - No, esa tampoco la he visto.
Su madre salió de la habitación y se dirigió a las escaleras para bajar al primer piso, detrás de ella Minho. Era como un patito siguiendo a su mamá pata.
-Me falta ropa últimamente. - Hizo un puchero.
-Ha de haber un duende de la ropa rondando por la casa. - Dijo en broma la dueña de la casa.
El alfa paró de golpe al escuchar a su mamá, recordando inmediatamente el mito que había investigado para la tarea de "Mitos y Leyendas" en la secundaria.
El mito decía que los duendes se podían enamoraban de una persona, te visitaban por las noches a observarte. Si se enteraban que alguien estaba enamorado de la persona o viceversa, se enojaban y te rasguñaban el cuerpo en forma de marcar territorio.
Por eso a veces uno tenía rasguños en el cuerpo que no tenían ni idea de cómo se lo hicieron.
De seguro un duende estaba enamorado de él y se llevaba su ropa.
Sacudió su cabeza para quitarse esas ideas y entró a la cocina, el lugar donde había visto a su mami entrar.
- ¿Jisung va a venir hoy? - Sacó una charola de carne del congelador y la puso debajo del chorro del agua, para que se le fuera quitando lo congelado. El Lee menor negó.
-No, hoy iré yo a su casa, ya no quiero que se sobre esfuerce. - Se apoyó en un gabinete.
-Si, es verdad. Ya no es momento que esté de un lado para otro.- Sacó la tabla de picar.- Llévale de mi parte algunas de las galletas que compramos ayer por que sé que le va a gustar.
-El doctor dijo que no puede comer demasiadas chucherías, según él, si lo sigue hacie... -Se calló al ver a su mamá fulminándolo con la mirada. - Bueno, espero que le gusten las galletas.
La señora sonrió satisfecha y siguió haciendo lo suyo.
A veces Minho pensaba que la mujer estaba loca.
-Oh, Minho, que bueno verte.-La mamá Alfa de Jisung le saludó.- Pasa pasa, Jisung está arriba. No ha salido de su habitación desde anoche.
El joven Alfa frunció el ceño, completamente extrañado por lo que había dicho su suegra.
- ¿No?
-Nop, pero no te preocupes, de seguro ha estado durmiendo, el embarazo lo cansa mucho. Puedes subir a verlo, yo iré al super a comprar algunas cosas para la cena. Por favor avísale a mi hijo.
Asintió y vio como la alfa salía por la puerta principal de la casa, dejó la caja de las galletas en la mesa del comedor para dárselas a su novio más tarde y subió las escaleras rumbo al cuarto del Omega.
Como la madre del embarazado había dicho que estaba dormido, le tomó por sorpresa ver al Omega saliendo de la habitación de éste.
- ¿Sungie? ¿Pasó algo? Creí que estabas dormido. - El menor negó.
-No, te olí desde que llegaste.
-Oh, en verdad que tienes desarrollado muy bien el olfato. - Sonrió y caminó para entra a la habitación del contrario.
Pero no se esperaba que éste le tapara el paso, poniéndose delante de la puerta.
-No puedes entrar. - Minho lo analizó.
La cara de Jisung se había hecho gordita con el pasar de los meses, sus cachetes eran más esponjosos y sus muslos también se habían hecho un poquito más grandes y ni hablar de su adorable barriga de seis meses de gestación.
Minho estaba sintiendo a su lobo moviendo su cola de un lado a otro demostrando su felicidad ante la vista.
- ¿Por qué?
-Por que no.
- ¿Por qué no? - Volvió a insistir.
-No quiero que veas algo.
-Ay, vamos Sungie, ¿Estás escondiendo un cadáver?
- ¡No!
- ¿A un amante? ¿Ya no me quieres? - Dijo en forma de broma.
- ¡Claro que te quiero! Pero... no quiero que veas algo, no quiero que te rías.
-Prometo que no lo voy a hacer. - Puso la mano en su pecho.
- ¿Seguro?- El de cabellos negros recibo un Si por parte del alfa.- Está bien, pero si te ríes te juro que aseguraré que el cachorro no tenga hermanos, si es que me entiendes.
Abrió la puerta y entró, detrás de él, Minho.
El de cabellos grises al entrar detecto en el aire el fuerte olor característico del Omega, aparte también pudo detectar su olor combinado con el de su pareja.
Estuvo buscando por toda la habitación la cosa que Jisung no quería que viera, pero no encontraba algo raro.
Hasta que lo vio.
En medio de la cama, había un montón de ropa acomodada sin orden alguno, podía ver alguna que otra camiseta que ver usar el Omega y...
-Oye, ese es mi suéter rojo y mi camiseta de Anpanman, aparte de toda la ropa que pensaba que había perdido. - Se acercó para tocar la ropa.
- ¡No lo toques!- Gritó con desesperación el de cachetes rechonchos.- ¡Vas a arruinarlo!
Ahí fue cuando el alfa de dio cuenta.
Un nido, eso era un nido.
Un nido es un como viene al nombre, como el que hacen los pajaritos, pero este era hecho por los omegas con la ropa propia y la del alfa con su olor. Los omegas en cinta lo hacen por instinto, para sentirse protegidos y también proteger al cachorro una vez éste ya haya nacido.
Los nidos eran muy íntimos, no podían ser tocados por alguna persona ajena ya que mezclan su olor. Solo el alfa del Omega podía y eso dependía del Omega.
-Está bien, no toco, ya entendí.
Jisung se subió a la cama y se metió dentro del nido, viendo a Minho receloso.
-No he dejado que mis padres entren por miedo a que lo muevan y vienes tú como si nada a tocar todo.
-Perdón. - Lo miró con ojos de perrito atropellado.
El pelinegro miró por unos dos minutos y soltó un suspiro.
-Está bien, puedes subir, pero solo poquito eh. - Feliz, el alfa entró al nido y se acostó junto a su novio.
- ¿Cuándo tomaste mi ropa?
-Cada que voy a tu casa me llevo una o dos prendas, eres muy distraído ¿sabes?
Minho rio y lo abrazó dejándole un beso rápido en los labios.
-Lo sé.
-Oigan chicos, ¿quieren comer alg...? -Dijo la madre de Jisung, mientras abría la puerta.
Se calló al ver a su hijo y a Minho dormir plácidamente en forma de cuchara.
El mayor abrazaba por detrás al Omega con un brazo y con el otro abrazando de forma protectora su estómago hinchado.
Sonrió enternecida y salió de la habitación.
Dejaría dormir un poco más a la linda pareja.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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