Felix salió apresuradamente del baño de Omegas de la escuela y tiró en el primer bote de basura que encontró la cosa de plástico que lo tenía tan nervioso y asustado.

Sentía que podía vomitar de los nervios.

Aunque bueno, tal vez también quisiera vomitar por la otra cosa. Ya no lo sabía realmente.

Salió de la preparatoria y se sentó en una de las bancas que se encontraban esparcidas por todo el lugar y mandó un mensaje a su novio desde su celular.

Movía su pierna derecha de arriba a abajo rápidamente mientras mordía las uñas, pensando en que carajos iba a hacer ahora.

La había cagado, y grande.

El Omega de dieciséis años espero alrededor de siete minutos cuando la camioneta de su papá Jisung estacionó frente suyo para que subiera.

Subió, encontrándose a su padre Omega al volante y de copiloto estaba su hermano mayor de dieciocho años, Bangchan. Como siempre, hablando. Parecía una chachalaca, nunca se callaba.

—Entonces le dije, "No seas ridícula Valeria" y la tarada se cayó por las escaleras mientas trataba de correr. — Comentó el Alfa.

—¡Por dios, Bangchan! Por favor dime que no le pasó nada a la pobre chica.— Jisung miró a su hijo con los ojos bien abiertos.— No quiero pagar de nuevo el hospital porque uno de mis hijos lastimó a alguien.

—Descuida, solo se fracturó ambos brazos.— Hizo un movimiento con la mano quitándole importancia.— Está tan enamorada de mí que no me dijo nada.

—Por mi bien.— El Omega mayor se encogió de hombros y empezó a conducir de nuevo.— Felix, ¿Cómo te fue a ti?

El de cabellos azules casi se ahoga con su propia saliva al escuchar a su padre decir su nombre. Sentía que en cualquier momento podía tener un paro cardíaco.

—B-bien, saqué de nuevo un nueve en el examen de historia.

—Ese es mi Fefi. — Jisung sonrió.

Pasaron otros cinco minutos donde Chan nunca dejó de hablar, cuando pararon frente otra escuela. En seguida tres personas ruidosas entraron a la camioneta.

—¡Silencio!

Inmediatamente esos tres seres callaron y miraron al frente.

—Bien, Seungmin.

—Saqué un diez en mi proyecto de química y una Alfa de segundo año se me declaro en el receso. —Dijo el Omega con una gran sonrisa de catorce años.

—Hyunjin. — Continúo Han.

—Tengo que hacer un ensayo de un libro y yo espanté a la Alfa. — Sonrió mostrando los dientes el mellizo Alfa.

—Como que si no pasara todos los días. — Dijo Jisung —Jeongin.

—Tengo un reporte por tirar a Seungkwan de las escaleras. — Soltó Jeongin, un Alfa de doce años.

—¿Otra vez? Dios, ¿qué tienen ustedes con tirar a la gente por las escaleras? ¡No está bien!

Después de otros diez minutos de regaños de su padre llegaron a la casa Lee-Han. Al entrar a su hogar, cada uno se dispersó para hacer sus cosas.

El único que se quedó fue Felix.

—Pa, ¿puedo hablar contigo?

—Claro que si bebé, ¿Qué pasa? — Se sentaron en el sofá de la sala.— ¿Pasa algo con Changbin?

Felix negó y dijo

—No, todo está bien entre mi novio y yo.

—¿Entonces? — Frunció el ceño extrañado.

Felix tomó aire.

—Es que creo que estoy embarazado. — Y soltó la bomba.

Jisung abrió la boca y los ojos a todo lo que podían de la impresión, incluso jura que se le había bajado la presión.

Luego empezó a reír como desquiciado por al menos un minuto y paró de golpe para ver seriamente a su hijo.

—¿Te hiciste prueba de embarazo? — Felix asintió.—¿Sólo una?— Volvió a asentir.

El Omega mayor tomó de la mano a su segundo hijo y lo llevó al baño. Abrió un cajón y sacó tres pruebas de embarazo nuevas.

—Tienes que intentar con varias, suelen fallar. — Le pasó las cajas.

—¿Por qué tienes tantas pruebas de emb...—Felix fue interrumpido por un 'Shh'

—No preguntes y hazlo.

Tardaron veinte minutos para que los resultados estuvieran listos. Por obra del espíritu Santo todas salieron negativas.

—Ves, de seguro la que usaste estaba mal.

Felix le dio la razón a su padre y dejaron el tema olvidado.

Después de todo, su padre siempre tenía la razón.

—Te dije que comer tanto picante te iba a hacer mal Lee Felix. — Dijo Minho.

—Lo sé, pero realmente me encanta. — Felix hizo un puchero.

Se encontraban en un consultorio médico esperando los resultados de un análisis que le habían hecho al Omega.

Últimamente se sentía mal y por lo que habían leído en internet, eran síntomas de gastritis. Para confirmarlo Minho llevó a su hijo al doctor.

El médico Beta entró por la puerta y se sentó frente a los Lee, dedicándoles una sonrisa.

—¿Entonces, tiene gastritis? — Preguntó el Alfa mientras el doctor le pasaba la hoja con los análisis al adolescente.

—No, no es lo que usted piensa. — Hizo una pausa. — Felicidades señor Lee, va a ser abuelo. Su hijo tiene tres meses de embarazo.

Lo último que Minho recuerda de ese momento fue oscuridad.

Se había desmayado y caído de la silla donde había estado sentado.

Felix tenía una bendición en camino.

Ay, santa mierda.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱