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006: Comienzos.

- Arroz... listo, contenedores para kimchi, listo, mascarillas para la piel, listo... - susurró, tachando con su lapicero rosa todo lo que ya había tomado del supermercado, confirmando que ya terminó de tomar todo lo necesario - bueno, eso es todo.

Empujó demasiado lento el carrito por los pasillos, llegó hasta la caja más vacía, tratando de recargarse en el cochecito en tanto esperaba  por el cansancio. Al llegar, pagó cada una de las cosas y recibió las dos bolsas llenas de comida y de cosas que necesitaría en casa.

Y diablos, aunque fueran sólo dos bolsas, sus pies estaban matándolo y con cada paso que daba sosteniendo las compras, jadeaba bajito y se mordía los labios. Había sido una semana pesada, pronto haría una presentación y por eso había estado ensayando, tanto fue la práctica que sufría de ampollas en la planta de sus pies y en sus dedos, era ua molestía que no lo dejaba caminar tranquilo.

Hizo un puchero sin poder evitarlo, aunque sólo eran tres cuadras que debía caminar, se le hacía una tarea difícil de hacer. Pediría un taxi, pero estaba limitado de dinero en ese momento, así que no. Por lo que resignandose a lastimarse más, comenzó a caminar de manera lenta, deteniéndose por unos instantes, esperando que el invierno no hiciera de las suyas y comenzara a llover.

- ¡Yah, chico! - el llamado se escuchó a lo lejos, voz que Jimin pudo reconocer al instante. Girando sobre sus talones con dificultad, sonrió y esperó al chico que lo saludaba a lo lejos, mirando como se acercaba trotando hacia él, tardandose solo unos segundos hasta ya estar en frente de él  - ¿qué hace un chico tan bonito tomando bolsas tan pesadas?

- Tsss, exageras - respondió riendo, aceptando la ayuda del chico que tomó las bolsas por él - deberías irte, voy para mi apartamento y temo de que mi novio te vea.

- ¿Tu novio? ¿es aquel chico pálido guapo?- le preguntó, arqueando su ceja.

- No diría que guapo... pero bueno - encogió de hombros, riendo al recibir un ceño fruncido y un gruñido suave - Yah, Yoongi, sabes que es mentira. 

- Eso espero... - murmuró, frunciendo su nariz en fingida molestía- Pero bueno, ¿que haces por aquí?, cuando te llamé me dijiste que ibas a la casa, no que irías a comprar.

- Solo quise aprovechar el viaje, sabes que acabamos de mudarnos y nos faltan muchas cosas por comprar, no tenemos mucha comida - contestó, dejando un pequeño beso en los labios delgados - ¿tú ya ibas a casa?

- Gracias por hacer las compras... y sí, ya iba para nuestro apartamento. Vamos.

Comenzo a caminar, con ambas bolsas en cada mano, sin percatarse de que su pareja creaba muecas por el dolor en tanto tratando de alcanzarlo. Dio más de cinco pasos antes de girar su rostro y ver a su novio, sorprendiéndose al instante por como caminaba.

- ¡Oh! Jiminie... ¿Te encuentras bien?

- En realidad... no - confesó, quitándose sus zapatos sin soportarlos más - mis pies estan llenos de ampollas y eso me está matando.

- Oh no, bebé... - susurró, iba a decirle de que no se quitara los zapatos en medio de la calle porque podría enfermarse, pero verlo pucherear y sorber su nariz, fue suficiente como para no hostigarlo más - espera...

Se acercó de nuevo al menor, le dio la espalda y se arrodilló, dejando a disposición de Jimin, su espalda.

- Sube.

- Pero... ya llevas las bolsas y debes sentirte cansado.

- No importa, no dejaré que camines con dolor.

- Gracias, Yoongi hyung.

Sin esperar, recargó su peso sobre la tibia y ancha espalda, enrollando al instante sus piernas alrededor de la cadera y sus brazos sobre el cuello pálido cuando Yoongi se levantó. El mayor daba saltitos pequeños para acomodar mejor a Jimin, en tanto él sólo reía acomodando su mejilla en el hombro de Yoongi.

Con un poco de dificultad y lentitud, Yoongi seguía caminando, riendo nervioso al recibir suaves y húmedos besos sobre su nuca y cuello, causándole cosquillas que hacían que se fuera de lado, con riesgo de caerse.

El corto trayecto fue agotador para Yoongi, pero no se arrepintió de nada cuando recibió una dulce sonrisa y un lindo beso al llegar a casa... su casa.

Su casa solo era un pequeño apartamento que valía más de lo que debería, y sí, por suerte era lindo, pero si costaba demasiado, ambos debían conseguir un nuevo empleo para conseguir el dinero, podrían haberse quedado en cualquiera de los dos apartamentos dónde ya vivían, pero ninguna quedaba tan cerca de la universidad y eso era un problema que decidieron dejar de lidiar. Ahora, Su casa sólo estaba ocupada por una cama, una cocina con solo un sartén, dos platos, dos vasos y dos pares de palillos, con un escritorio que compartían para trabajar y un par de cosas viejas que les ayudaba a sobrevivir. Era poco, pero era su hogar y eso era lo que lo hacía especial.

Yoongi volvió a cargarlo hasta su diminuta sala, dejándolo sobre las mantas que por el momento les servían como sofá y corrió a traer el pequeño botiquín improvisado que habían hecho ambos.

Yoongi no dudo en prestarle atención a los pies de Jimin, para que el dolor disminuyera y pudiera descansar, y mientras lo hacía, el teléfono de Jimin inició a sonar, indicando una llamada.

- Es mamá... - murmuró, aceptando la llamada y poniéndola en altavoz - hola mamá.

- ¡Jimin! - se escuchó, sobresaltando a la pareja - ¿cómo estás, cariño?

- Muy bien, mamá - sonrió, para luego morder sus labios fuertemente al sentir el relajante masaje de pies que Yoongi había comenzado a hacerle - ¿Cómo están papá y tú?

- Estamos un poco tristes, porque no vienes a visitarnos, hijo.

- Sabes lo pesado que es la universidad, mamá... Aún me falta un mes para salir, espera un poco más, ¿si?

- Te extraño tanto... - un largo silencio invade la llamada, confundiendo a ambos chicos que sólo esperan pacientes - ya sé, iré a visitarte, este fin de semana llegaré a tu apartamento, llevaré un poco de comida para ti.

Jimin observó a su mayor con los ojos muy abiertos, ambos totalmente preocupados por las palabras de su mamá, Yoongi sigue con su masaje en tanto miraba fijamente a su novio.

- Y-yo... mamá, eh... no creo que sea buena idea - dijo, sin saber realmente que contestar- Yo estaré muy ocupado y ahhh Y-yoon...

El rubio soltó un suave gemido, disfrutando del toque de Yoongi sobre sus dedos, pronto se ruborizó al saber que su mamá había escuchado ese ruido, pegándole con poca fuerza a su novio en el brazo tratando de culparlo a él.

- Jimin... ¿estás con alguien más?

- N-no..., sólo me di un golpe...

- Tartamudeas, estás mintiendo. ¿Qué me estás ocultando? - le preguntó de manera tan sería que la piel de Jimin se erizó - ¿estás con tu novio? no, espera... ¿Tienes un novio?

Yoongi se tensó, habían acordado no hablar de su relación con sus familias, la familia del mayor no ayudaría de nada y la de Jimin era muy entrometida, no querían meterse en líos innecesarios, ya eran felices sin necesitar de ellos. 

- Dile la verdad... - musitó Yoongi, terminando de ponerle yodo a las ampollas de su novio luego de darle el masaje - en algún momento tenían que enterarse.

Jimin se limitó a asentir un poco inseguro, si Yoongi estaba de acuerdo, no se preocupaba tanto. Esperaba de que su madre no se pusiera tan intensa. 

- S-si... tengo novio. - confesó, sintiendo su pulso acelerarse al escuchar un fuerte suspiro del otro lado de la linea - así que... ummm, no se preocupen, yo los visitaré pronto.

- Oh no, no, no, Park Jimin. Ni creas que no llegaré a visitarte, iré a tu apartamento y luego pensaremos en reunirnos con tu novio, así que hazme un espacio en tu cama para cuando llegue.

Jimin sobó su sien, ese era otro problema, su familia no sabía que ahora vivía con Yoongi y que había dejado la comodidad de aquel amplio apartamento que sus padres le habían conseguido (más no pagado), sólo para vivir con el chico al cual amaba.

- Mamá... yo ya no vivo sólo... me mudé con Yoongi.

Otro incómodo silencio reina en la llamada.

- Así que se llama Yoongi, eh...

- S-sí. 

- Pues con más razón iré a visitarlos, quiero conocerlo y saber porque razón te gusta tanto como para ir a vivir con él.

Una pequeña risa salió de los gruesos labios, no es que la familia de Jimin fuera mala, simplemente lo cuidaban demasiado de los chicos, debido a las malas experiencias que tuvo con parejas anteriores, y aún les costaba asimiliar el hecho de que ya no podían verlo todos los días, ni podían verificar como se encontraba, era un sentimiento aterrador para ambos padres.

- Así que dile al tal Yoongi que se prepare... porque irá también tu padre.

Y Yoongi solo pudo congelarse en su puesto.

Oh no... 














Este es el apartamento de Jimin y Yoongi:

Cómo ven, es un apartamento chiquito pero lindo, ideal para ellos que van comenzando una vida juntos.

Cómo dato, en Corea del Sur, los apartamentos son muuuuy pequeños y la mayoría son costosos sin importar el tamaño, la gran mayoría de la población coreana vive en apartamentos. Las personas que tienen una casa, son consideradas como personas con dinero.

Bueno, espero que les haya gustado, por alguna razón, siento que la narración es una kk, pero bueno, no olviden de dejar sus bonitos comentarios. Gracias por todoooooo.

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