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Capítulo #20: "Lazos".

SHIKAMARU.

一Las nubes se ven preciosas esta noche, ¿no crees?一 Shikamaru se encontraba sobre la rama de un árbol, y al pie de este estaba Shikaku Nara, patriarca del clan Nara, y su padre.一 Gracias por hacerme este favor, hijo.

一Gracias por captar la indirecta, papá.一 Su padre se cruzó de brazos y sonrió, pudo notarlo incluso desde su posición.

Ellos no se habían visto en muchos años. Shikamaru sabía que era la primera vez que veía a su padre después de perder la memoria, memoria que aún no había recuperado. Y Shikaku parecía tomar con calma todo.

一¿Estás seguro que ella querrá verme?一 preguntó Shikamaru llevándose un cigarrillo sin encender a la boca.

一¿Que madre no quiere ver a su hijo? Ha esperado mucho años para verte, Shikamaru.一 dijo Shikaku cerrando los ojos en busca de una profunda meditación.一 Las mujeres son fuertes, y aman a sus hijos hasta los huesos, pero siempre buscarán hacer lo correcto por ellos, aunque eso las perjudique.

一Son un tanto complicadas.一 confesó el azabache.一  Es fastidioso y problemático, las mujeres lo son, y todo lo que tenga que ver con ella también, a veces no las entiendo.

Shikaku sonrió y miró hacia el cielo nocturno.

一Esa chica...Temari.一 comentó Shikaku captando toda la atención de Shikamaru.一 Es una mujer simpática y muy hermosa, ¿no lo crees?

El Nara no tardó en hundir las cejas, mirar hacia otro lado y sonrojarse. Era cierto, la primera vez que vio a Temari le pareció una mujer peligrosa, y además de eso, admitió internamente lo hermosa que era, ella desprendía una belleza extranjera distinta a otras.

Pero, ¿simpática?

一Es hermosa, sí, ¿pero simpática? Lo dudo一 admitió. Shikaku no tardó en reírse. El azabache suspiró.一 ¿Qué es tan gracioso?

一Las mujeres son increíbles, Shikamaru.一 comentó su padre mientras sacaba un cigarrillo, para luego prenderle fuego a este con un encendedor. Le ofreció a Shikamaru.一 ¿Quieres?

一Me hicieron prometer que no fumara hasta nuevo aviso, y es un fastidio.一 dijo Shikamaru cruzándose de brazos. Shikaku asintió.一 Las mujeres son tan problemáticas.

Shikaku volvió a reír, y el azabache sólo se dignó a observar a su padre con cansancio.

一Escucha, Shikamaru.一 dijo Shikaku recostando su espalda contra el tronco de aquel árbol.一 Sin las mujeres, no seríamos nada, sin las mujeres, no podríamos nacer. No importa que tan vil y fuerte sea una mujer, porque hasta la más fuerte no teme ser amable con el hombre que ama y respeta.

Y entonces Shikaku volteó su mirada hacia una casa. Shikamaru entendió que era del clan, su clan, el clan Nara. No pudo evitar sentir como su pecho se comprimía al reconocerla en recuerdos.

一Una vez hubo un incendio en nuestra casa, eras muy pequeño.一 dijo Shikaku.一 Ningún ninja fue capaz de rescatarte, ni siquiera yo, me sentí tan impotente por no poder protegerte.一 dijo inhalando el cigarrillo.一 Me sentí estúpido, inútil... pero tu madre... 一sonrió nostálgico.一  Tu madre sí tuvo las agallas suficientes para subir, y sacarte de allí, y regresar con vida.

Shikamaru abrió los ojos con sorpresa, ahora recordaba. Ese día que salvó a los dos niños, tuvo un recuerdo, de una mujer gritando su nombre en medio del fuego. No pudo evitar bajar la mirada.

一El amor de madre es increíble.一 dijo finalmente Shikaku.一 Y estoy muy agradecido de que ella sea mi mujer. Yoshino me ha enseñado muchas cosas, y me hizo darme cuenta de eso, es por eso que la amo. Aunque reniegue, siempre muestra una sonrisa.

Si bien sonó un poco cursi, por su mente pasó la rubia de Sunagakure. Sacudió la cabeza, intentando que todo pensamiento ridículo se asomara por su mente.

一Es hora.

Shikamaru bajó del árbol, y se colocó al lado de su padre. No llevaba el traje de ANBU estaba vestido con la ropa casual que solía usar para descanso o caminar por la aldea de noche.

一Tienes razón.一 dijo Shikaku, miró a su hijo una última vez antes de darle la espalda.一 Es el momento.一 exhaló algo de tabaco.一 Y estoy más que orgulloso de ti.

一¿Orgulloso de haber matado a gente?

一No, hijo.一 dijo Shikaku.一 Estoy orgulloso que sigas en pie, y no te hayas rendido ante las ganas de morir.

Shikamaru mordió su labio inferior, ¿Qué había sido eso?

一¿Qué...?

一Los gestos, dicen mucho de las personas.一 justificó.一 No eres la excepción, Shikamaru.一 El Nara bajó la mirada.一 Estoy orgulloso de ser tu padre.

Shikamaru sintió que le quemaba el rostro.

Últimamente estaba recibiendo muestras de afecto, y de qlo una forma, eso afectaba a su pequeño corazón.

一Suerte.

Tras decir aquello, Shikaku desapareció.

Shikamaru miró con nostalgia a la casa, se llevó las manos a los bolsillos y caminó hacia ella a pasos lentos, pero seguros. Subió las pequeñas escaleras que daban hacia la entrada, y terminó frente a la puerta principal.

Pudo ver desde su posición la silueta de una mujer por la ventana. Su mirada se mantuvo neutral, aunque su corazón no hiciera lo mismo, era claro que sentía nervios, pero a la vez, no quería sentirlos.

Todo se estaba haciendo a espaldas de Danzou.

Dio tres golpes suaves a la puerta.

La silueta de la mujer se quedó estática unos segundos, pero luego desapareció de su vista, dando a entender que pronto abriría. Yoshino no sabía de quien se trataba, y no estaba al tanto de nada.

Entonces, todo pasó.

La puerta se abrió. Yoshino se quedó mirando a la persona que estaba frente a ella. Él había crecido, se veía un poco descuidado, pero era él.

Su pequeño.

一Hola, mamá.

Shikamaru pudo percibir cómo de los ojos de aquella mujer comenzaban comenzaban a caer lágrimas. La miró unos segundos más, y pudo notar que ambos tenían los mismos ojos, la misma tonalidad café.

Las manos temblorosas de la mujer comenzaron a dirigirse hacia el rostro del Nara, finalmente, la cálida mano de su madre deslizó la yema de sus dedos por ambas mejillas, las acarició mientras lo seguía examinando.

一Eres igual a tu padre cuando era joven.一 dijo ella mirándolo con dulzura.一 De verdad eres tú, Shikamaru.

一Ya no tienes por qué dudarlo.一 recordó que Temari también le había tocado las mejillas. Colocó su mano por encima de la de ella.一 Sólo será un par de minutos.

Yoshino entendió, su instinto de madre le hizo entender lo que estaba sucediendo en un instante. Sonrió, y asintió.

一Bienvenido a casa.

Shikamaru no pudo evitar sonreír de vuelta.

一Estoy en casa.

Ambos tenían la misma sonrisa, y él lo notó al instante. Su madre lo abrazó al segundo, y le correspondió el tierno abrazo. Por primera vez sintió una calidez inexplicable, era distinta a otras, acogedora.

¿Era así porque la quien lo abrazaba era su madre?

Sí...

Debía ser eso.

TEMARI.

"A casa, ¿eh?", sonrió. Temari estaba feliz, él finalmente vería a su madre. Shikamaru estaba evolucionando para mejor, y eso la alentaba a seguir ayudándolo a seguir adelante.

Miró al techo de su habitación, desde que ella se mudó con él podía percibir que todo estaba más impecable que de costumbre, y le divertía la idea de fastidiar a Shikamaru con eso.

一Temari.

De la ventana apareció Sai, vestía el traje de shinobi por ahora parte del equipo siete. Suspiró, ese chico aparecía de la nada cuando menos se lo esperaba, y siempre era para hablar de Ino y Shikamaru, era algo curioso, y les divertía a ambos.

一Hola, Sai.一 dijo con una sonrisa.一 ¿A qué has venido? Te veo algo distinto, ¿sucedió algo interesante?

一Creo que se podría decir que sí.一 al oír aquello, Temari se cruzó de piernas y le echó una mirada emocionada al pelinegro, y comenzó a hacerle un ademán para que se sentara ademán a su lado.

一¡Cuéntamelo todo!

Sai se sentó como ella se lo había pedido y comenzó a sentir como sus mejillas ardían ante algún recuerdo. Temari lo miró emocionada, era increíble que Sai también comenzara a sentir un par de cosas hacia alguien...

Cómo desearía que Shikamaru la mirara de la misma manera con la que Sai miraba a Ino.

SHIKAMARU.

El lugar era acogedor, la casa no era ni pequeña, ni grande. Comenzó a caminar por los alrededores ya que Yoshino le dio la autorización mientras preparaba la cena. Shikamaru comenzó a caminar hacia un lugar en específico, un lugar que había visto en sus recuerdos. La fría madera que hacia contacto con sus pies comenzó a volverse acogedora, y se volvió más acogedor cuando llegó al lugar.

El patio trasero.

Había un tablero de shogi, y un pequeño asiento al lado. Recordó que su padre hacia sus papeleos ahí mientras fumaba, así que se colocó al lado de shogi y se sentó a observarlo. Deslizó la yema de sus dedos por el tablero. Al parecer no habían rastros de polvo, lo que significaba que su padre jugaba frecuentemente.

Los grillos comenzaron a emitir su característico sonido nocturno, y Shikamaru cerró los ojos. Ese lugar era increíble para pensar, meditar.

No pudo evitar visualizar la imagen de Temari, esa mujer había metido las narices en su vida privada, pero de algún modo, agradecía internamente esa acción. Nadie antes se había atrevido a hacerlo, a excepción de Sai.

Pronto abrió los ojos, no estaba solo.

Frente a él se acercaba algo, tenía grandes cuernos, y caminaba sobre cuatro patas, no tardó en saber qué era.

Un ciervo.

Se levantó, caminó, y sus pies comenzaron tocar el pasto del patio trasero. Se detuvo, y dejó que el majestuoso animal se acercara.

Grande fue su sorpresa cuando el ciervo se colocó delante de él y se inclinó. Cuando el cérvido volvió a su posición original, Shikamaru extendió su mano hacia él con la intención de tocarlo.

Sintió una especie de conexión.

一Rikumaru, ¿eh?一 tras decir aquello, el animal dejó que el Nara lo tocara. Shikamaru pudo sentir el pelaje suave del animal, era hermoso, y majestuoso.一 Me pareció oírte decirlo.

Fue una especie de telepatía.

Ha pasado un tiempo, Shikamaru Nara.

Shikamaru sonrió.

一¡Shikamaru!¡¿Qué haces afuera?!一 El Nara volteó, su madre estaba en la entrada del patio trasero.一 Cariño, te resfriarás. Entra, la cena ya está lista.

一Está bien, ya voy.一 dijo volviendo su mirar hacia el cérvido, pero este ya no estaba. Suspiró, y entró nuevamente a la casa.

TEMARI.

一Sai, te estás enamorando de ella.一 dijo la rubia con una sonrisa.一 ¡Eso es lo que pasa!¡Es amor!

El pálido comenzó a sudar frío, si bien se sentía muy bien, también sabía que estaba fracasando como ANBU, los ANBU no tienen sentimientos, los ANBU no deberían tenerlos.

一Sai, soy ANBU.一 dijo la rubia sonriendo.一 Y estoy enamorada de Shikamaru, ¿No lo has tado?一 Sai la miró con desconcierto.一 Estoy interesada en él, y no necesito dejar de ser ANBU para sentirlo.

一¿Cómo?

一Hey.一 dijo ella.一 Los ANBU también tenemos sentimientos, y aunque quieran quitarnoslo, ya es algo innato en nosotros. Lloramos cuando estamos tristes, sonreímos si estamos felices, e incluso, hacemos hasta lo imposible cuando nos enamoramos.

Sai parecía sorprendido, y rápidamente se sonrojó.

一No sé nada del amor, en realidad.一 dijo el pelinegro mientras miraba hacia la ventana.一 Lo único que hago es leer libros para saber cómo tratar a las personas, y no me ha ido muy bien.

一Quizás ella te pueda enseñar.

一¿Y tú le enseñarás a Shikamaru?

Ella mordió su labio inferior, y empezó a jugar con sus manos, pensó en Shikamaru, ¿qué estaría haciendo ahora?¿Estaría bien?¿Reconocería su hogar?

¿Llegaría a amar a alguien como ella?

一Fui capaz de decirle que puedo darle amor...

一¿Hablas del afecto emocional o del placer físico?

Sai no tardó en recibir un golpe y una deformación en su sonrisa.

SHIKAMARU.

Terminaron de comer.

Estaba satisfecho, jamás había probado algo así en años, jamás pensó que algún día comería en una mesa, con un familiar, y bajó el mismo techo.

Estaban sentados en los futones de la sala, cerca a la chimenea.

一La cena...一 dijo él.一 Gracias.

一No hay de qué, Shikamaru.一 respondió Yoshino con una sonrisa.一 Me alegra mucho que podamos conversar un poco, antes de que vuelvas a Raíz.

一¿Cómo sabes que yo...?

Yoshino acarició su mejilla.

一Porque, soy tu madre.

Shikamaru no sabía cómo responder ante aquello. Así que la miró, ella estaba por seguir hablando.

一Son los lazos.

一¿Lazos?

一Uh-hum.一 dijo ella sonriendo, sin retirar su mano de la mejilla de su hijo.一 Son los lazos que nos unen, somos familia, y aunque por mucho que te alejes, siempre lo seremos. Sangre o no, seguirás siendo mi pequeño hijo. Quiero que entiendas eso.

一He matado a muchas personas...一 respondió él sin entenderlo.一 A todas y cada una de ellas, las mate sin piedad. No entiendo cómo puedes decir eso.

Yoshino retiró la más de su mejilla, y lo miró fijamente, esta vez con el ceño fruncido.

一Ya te he dicho que eres mi hijo.一 dijo ella alzando la voz. Shikamaru se asustó un opoco por el cambio de humor.一 ¡Te he parido, y eso hace que yo sepa lo que estás pensando!

"Qué fastidio...".

Qué fastidio, ¿eh? Lo pensaste, ¿verdad?

一¡¿Cómo...?!

一¡Lazos maternales, cariño!¡Soy tu madre!

Shikamaru suspiró, y Yoshino lo hizo también.

一Sé perfectamente que has matado ha muchas personas.一 apretó los puños.一 "Asesino de las sombras ataca de nuevo", me dolía ver esos titulares la mayoría del tiempo, que mi hijo apareciera allí. Tu padre intentó ocultarmelo, pero no fue lo suficiente bueno para eso... me dolía mucho.

Shikamaru bajó la mirada.

一Pero, entendí lo que estabas haciendo.一 Shikamaru volvió a mirarla.一 Mi pequeño estaba siendo manipulado, sabía que algo te había pasado, por eso hablé con tu padre, y terminó diciéndome que habías perdido la memoria, y que por eso no habías vuelto.

一Lo siento...

Yoshino miró a su hijo algo conmovida. El parecía intranquilo, estaba nervioso, con miedo, se le veía claramente en la mirada. Su amor de madre se lo decía.

一Ven, aquí.一 dijo palmeando sus piernas. Shikamaru hundió las cejas, y la miró con confusión.一 Recuéstate.

一¿Eh?

一Estás cansado, ¿verdad?一 adivinó ella.一 Descansa un poco.

Aunque estaba algo  avergonzado, obedeció. Comenzó a sentir algo de incomodidad, pero de un momento a otro, esa incomodidad se fue de imprevisto al sentir ligeros cosquilleos en su cabello.

Se le formó un nudo en la garganta ante algo que había recordado también no hace mucho.

Las yemas de los dedos de su madre lo acariciaban, dándole roces suaves, lentos y serenos. Eso lo relajó, tal y cómo en el recuerdo. Cerró los ojos unos minutos y disfrutó de la sensación.

一Te amo.

Oyó de los labios de su madre, mordió su labio inferior, y apretó los puños mientras las lágrimas amenazaban con salir. Ella estaba siendo comprensiva, y eso el le dolía.

Ella lo estaba perdonando.

¿Eso hacían los lazos?

¿Los tendría con Temari también?

Un momento, ¿por qué se preguntaba eso?

No pude evitar derramar una lágrima, una pequeña, pero con mucho significado. Suspiró, ella lo amaba, era su madre, y lo estaba demostrando, así que miró hacia el fuego de la chimenea y contestó:

一Gracias, mamá.

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