[Proximos 3 capitulos de poco contenido, leer aviso del final.]

Era una madrugada gris, de tormenta, en Nueva York. En la alcantarilla no habia mas que silencio, solo se oían las gotas de agua caer en la superficie y la estática del televisor.

Se abrieron las puertas del laboratorio, del cual salió Donatello con su taza de cafe, posiblemente ya vacía. Se dirigió a la cocina, encontrando a Leonardo tomando un te.

-Buenos días hermanito.- Saludo el mayor.

Leonardo tenia amplias ojeras, su bandana en los hombros. Sus nudillos estaban colorados y cortados, sus ojos colorados.

-¿Dormiste bien?- Se atrevió a preguntar, pensando en la respuesta mas obvia.

-No.- Ding Ding Ding. -No pude dormir en toda la noche. Busque aqui en la cocina alguna pastilla para el sueño pero no encontre nada.

Fruncio en ceño con preocupación y torcio los labios con disgusto. -Me hubieras pedido a mi.

-No sabia si estabas en tu habitacion o en el laboratorio.- Lo mira a los ojos. -No queria molestarte.

-No habria sido molestia. Sabes que me gusta ayudarles

-Hm..- Dio un sorbo en su te caliente, mostrando algo de incomodidad.

Donatello desvio la vista y se dirigió a preparar otro café.

-Si quieres..- Habló ganandose la mirada del mayor. -Puedo darte los somniferos para que duermas, duerme hasta tarde para recobrar energías, hasta la hora que precises, los chicos entenderán que estás agotado.

-No. Debo entrenarlos.

-Leonardo, estar sin dormir te hará mal a tu salud.- Se sonroja mientras observa el agua mezcarse con el cafe en polvo. -Y no quisiera perder a otro ser querido.

Continuará..

Hola! De verdad siento mucho mi ausencia. Estuve algo deprimida y sin imaginación; aunque cabe destacar que sigo igual. Intentaré actualizar mas seguido y con mayor contenido en los capitulos. Se que entenderán.

Gracias.

Midny~.