31. Lazos rotos
En un barrio de Daegu, Min JungKook miraba por la ventana hacia la calle en espera que su Noona lo visitara.
Los últimos días había estado decaído y se sentía bastante triste por la ausencia de la misma, la relación con sus padres sin quererlo se había fracturado, puesto que se la vivía escuchando gritos por parte de su madre y cada noche sin falta un objeto de su nueva casa se rompía igual que el lazo que algún momento tuvo con su madre.
Para ser alguien demasiado pequeño, JungKook era muy inteligente y aunque los demás no le dijeran sabía que había algo más. Algo malo estaba sucediendo.
— Mi amor, ven acá — sonrió Jeongyeon tratando de animar a su hijo, pero el pequeño no le prestó atención— JungKook— repitió de nueva cuenta con algo de molestia.
— No quiero, estoy esperando a Yumi — anuncio recargando su cabecita en el respaldo del sillón.
— Min JungKook ven acá — ordenó la mayor y este la ignoró de nueva cuenta — ¡JungKook! — exclamó eufórica tomando al pequeño de los hombros y tirándolo a su dirección — esa mujer no vendrá. ¡Te odia! — mintió viendo como los orbes del niño se llenaban de lágrimas al escuchar a quien consideraba su mamá decir aquello — Dolly no volverá a buscarte, ella no te quiere mi amor — juró mirándolo a sus bellos ojos cristalinos.
— Yumi me quiere, lo sé — aseguró tratando de zafarse del agarre de su mamá — y yo... yo solo la quiero a ella.
—¿¡Cómo qué la quieres solo a ella!? — cuestionó encolerizada, el interior de la mujer estaba a punto de explotar y eso no daba para una buena señal.
—Quiero que Yumi sea mi mamá — confesó lleno de culpa, recibiendo un golpe por parte de Jeongyeon en la mejilla.
El pequeño universo de Dolly lloraba desconsolado, se sentía sumamente lastimado, su mejilla ardía y su interior dolía. Su madre lo había golpeado por primera vez, por expresar sus emociones y creyó que expresarlas estaba mal.
— Kookie...yo...— el pequeño pelinegro salió corriendo a su habitación y se encerró en su armario junto a sus dinosaurios, mientras escuchaba como una JeongYeon furiosa entraba a su habitación junto a un cinturón.
— Noona — suplico en llanto y con voz susurrante— ven por mí.
En Bisandong, Dolly estaba junto a MiYeon y Namjoon en la oficina del moreno. Kim NamJoon observaba a la hermana de TaeHyung junto a su tormento de ojos aquamarina mientras daba vueltas en el despacho.
— ¿Vas a decirnos para qué nos citaste o nos podemos ir? — NamJoon soltó una risa rasposa e intentó acercarse a MiYeon con intención de reprenderle, pero Young Mi se entrometió.
— Teníamos un trato. Dijiste que no la molestarías.
— No lo recuerdo — ríe divertido y se inclina hacia ella — ¿cuál fue nuestro trato?
— ¿De qué trato habla NamJoon? — la observó confundida su hermana menor.
— ¡Oh! ¡Lo recuerdo! — sonrió y sacudió su cabeza — no puedo creer que lo hicieras.
— ¿Qué hizo Yumi?
— Nada — respondió tajante la castaña hacía la menor — ¿tienes noticias?
— No me cambies el tema.
— MiYeon, por favor... no es momento — pidió su hermana mayor y miró a Nam con un atisbo de esperanza, desesperada.
— Solo dime el puto trato que hiciste con esta escoria — señalo a NamJoon y se posó frente a la mayor observando sus orbes azules.
—Tu hermana terminó de venderle su alma al diablo — soltó NamJoon divertido de la situación — SeokJin intervino un poco por tu relación con ese idol, el hecho de que fueses su hermana solo nos traería problemas... pero quien se llevó la peor parte del trato fue tu her-ma-ni-ta— sonrió con la completa atención de la más baja mientras encendía un cigarrillo.
— Nam...no — suplico Im tratando de detenerlo — MiYeon vete — soltó de manera tajante y al ser ignorada tomó a la menor del antebrazo y la llevó a rastras a la puerta.
— Tu hermana firmó un contrato de por vida aquí, con tal de que te liberará y encontrará a JungKook — sonrió Kim después de soltar la bomba, la menor miró a su hermana mayor y se molestó.
— No debiste hacerlo — reclamó — yo podía salir sola de esto — reclamó e Im permaneció en silencio — mejor admite que te gusta este mundo — soltó sin pensar lastimando el interior de la ojiazul — te gusta que los clientes te la claven profundo contra el colchón. Mi padre me lo dijo, tú eres una prostituta y tarde o temprano te terminaría gustando esta vida — la mayor no soporto más y le brindó una cachetada, haciéndola volver a la realidad y recapacitando sus palabras.
— Vete.
—Yumi...yo... yo enserio... — la más alta la interrumpió y le dio una mirada indiferente, aunque se estuviese quebrando por dentro.
— Vete. Busca a tu perfecto hermano y no te vuelvas a aparecer por aquí — la sacó del despacho y cerró la habitación quedando sola con Nam.
— Que intenso... ni siquiera aprecia tu sacrificio.
— ¿Sabes algo de mi hijo o no? — reclamó y Nam asintió, se acercó a su escritorio y tomó un papel entregándoselo.
— Es un hospital en Daegu, unos amigos encontraron un rastro de él ahí. Al parecer la loca esposa de Min le zafó el brazo mientras lo golpeaba — fue como si la sangre se le subiera a la cabeza e hirviera.
No espero ninguna palabra más, simplemente llamó a Hoseok y le dio el lugar en donde se encontrarían, tomando el primer autobús a Daegu, en espera que la razón de su existencia estuviese bien y dispuesta a matar a esa mujer que había jurado jamás maltratar al niño.
Al llegar al lugar Dolly se entrometió en busca de la habitación de su pequeño, JeongYeon se encontraba dentro de la habitación del niño y sin importarle nada se adentró en la misma tomándola del antebrazo y estrellándola contra la pared.
— ¿Te atreviste a tocar a mi hijo? — cuestiono mientras su antebrazo estaba sobre la clavícula, casi el cuello de la mujer.
— No lo llames así, no es tu hijo — reclamó posesivamente la esposa de Min.
— Claro que lo es y mejor que nadie lo sabes... así que no me salgas ahora con eso.
— Fue un accidente yo... — el pequeño interrumpió a la más grande y la atención de Im fue en contra de su hijo.
— Ella me golpeó... porque le dije que deseaba que fueras mi mamá.
— Él es mi hijo...no puede desear que una prostituta como tú sea su madre — Hoseok y Yoongi llegaban al lugar, el más alto se acercó a Jungkook y lo cargó, aún con todo el caos de alrededor le hacía feliz saber que su hijo estaba bien.
— Noona — lloró Jungkook al no poder zafarse de Hoseok.
— Jungkook ¿sabes a lo que realmente se dedica tu "Noona"? Tu "Noona" no es más que... — Yumi le soltó una cachetada callándola en el acto.
— No te atrevas a hablarle a mi hijo mal de mí — reclamo y miró al padre de su pequeño mundo — Hoseok sácalo de aquí, por favor. JungKook, Noona irá en un momento contigo, ve con él — y sin oponerse más el pequeño se marchó en los brazos del más alto.
— No pueden llevárselo — intervino Yoongi por primera vez — él es nuestro hijo.
— JungKook es mi hijo y nadie podrá separarme de él...para poder hacerlo primero me tienen que matar.
— Eres una malagradecida — soltó la esposa de Min llena de odio.
— Y tú una puta traidora mentirosa, quisiste alejarme de mi hijo — escupió de la misma manera las palabras.
— No te compares conmigo, no somos iguales.
— Lo somos ¿sabes por qué? — sonrió con su antebrazo sobre el cuello de la esposa de Min — ambas somos mentirosas, le mentimos a Jungkook y nos mentimos a nosotras mismas sobre la realidad. La única diferencia es que yo acepto lo que soy a diferencia de ti.
— Young Mi — la separo Yoongi del cuerpo de su esposa — por favor...perdónanos — pidió lastimado el hombre y ella negó.
— Te amé como mi hermano, te ayudé cada que lo necesitaste y te confié a mi hijo y... Me traicionaste — lo observó con dolor mientras este trataba de abrazarla — eras mi hermano y me lastimaste por el simple hecho de que no tenemos la misma sangre, aún cuando llevábamos años juntos.
— Yoongi, ella trata de llevarse a nuestro hijo — lloró desconsolada Jeongyeon y Min perdió la razón — no puedes dejar que ella destruya nuestra familia. Ella debe desaparecer.
— ¿Qué mierda dices Jeongyeon? — la miró mal la castaña antes de que Yoongi se abalanzara contra ella.
Las manos de Min estaban sobre el cuello de la castaña ejerciendo mayor fuerza a cada segundo, Yumi lo miró directamente a los ojos mientras sus pulmones reclamaban aire, lloraba adolorida mientras el que alguna vez había considerado como su hermano la ahorcaba.
Yoongi no quería perder a su familia, él no quería que Jungkook creciera como él, Min no quería perder a su esposa y ese deseo desesperado por conservar todo, lo estaba llevando al peor de los pecados.
Sus orbes se conectaron y fue como si ambos se sumergieran en el pasado con solo verse a los ojos, estaban de vuelta a la noche donde se habían conocido, donde Yoongi estaba a punto de suicidarse.
— Mírame, esto no vale la pena... Eres joven y tienes un futuro que te espera — señalaba la menor mientras él negaba — no sé lo que te ocurre, pero si necesitas ayuda cuenta conmigo — ofreció.
— Mi mamá se está muriendo — soltó un sollozo e intento lanzarse, pero está lo sostuvo del antebrazo con la poca fuerza que tenía.
—No sé cómo, pero te ayudaré... Solo por favor ayúdame a subirte — suplico adolorida.
— ¿Por qué me ayudarías? Ni siquiera me conoces.
— Todos merecen ser ayudados y escuchados cuando más lo necesitan — la adolescente sostuvo a Yoongi mientras trataba de ayudarlo a subir.
— Yoongi... — suplico Yumi ahogándose por la presión ejercida y la falta de aire.
Jeongyeon observaba la escena con fascinación, puesto que creía que con Dolly muerta sus problemas se arreglarían.
La vida de Im se iba entre los dedos de Min y la desesperación por sobrevivir estaba instalada en el interior de la chica. Para buena o mala suerte la madre de Yoongi entraba a la habitación encontrándose a sus hijos en aquella posición.
— ¡Yoongi! — llamó fuertemente mientras lo alejaba de la menor, hasta que un atisbo de cordura observo a su hermana menor casi sin vida y la soltó.
Im comenzó a toser desesperada tratando de recuperar fuerzas mientras tallaba su cuello recargada en el suelo, miró a Yoongi con dolor y terror mientras sus bellos ojos azules lloraban.
— Yumi... — intento acercarse, pero ella retrocedió como pudo aún en el piso.
— Hija — la llamó la madre de Min preocupada, pero esta solo se puso de pie y se marchó con rapidez.
Sentía sus pulmones desfallecer, sin embargo, consideraba más importante largarse de ahí.
La señora Min observo a su hijo llena de dolor y decepción y luego miro a su nuera.
— Ibas a matar a tu hermana — hablo decepcionada mientras su corazón parecía salirse de su pecho — y tú lo ibas a permitir — observo ahora a la de cabello corto.
— Esa prostituta no es hermana de Yoongi, ni su hija — señalo la esposa de Min molesta.
— Ella es mi hija.
— ¿Y si era su hija por qué la lastimó? Usted nos ayudó a sacar a Jungkook de Bisandong.
Dolly quien había vuelto por su bolso se quedó en shock al escuchar a Yoo.
— ¿Qué? ¿Usted los ayudo a llevarse a mi hijo? — sus lágrimas se intensificaron y soltó un sollozo llena de angustia y dolor.
— Yumi yo... — la chica le interrumpió.
— Ustedes jamás me consideraron parte de su familia... la familia nunca traiciona y menos como lo hicieron ambos conmigo — sin decir más salió del sitio rota, llena de pesar debido a su decepción.
Llamó a Tae sin pensar mientras lloraba.
— ¡Yumi! — habló este preocupado mientras ella lloraba sin decir nada — ¡Dolly dime algo!
— Tae te necesito...
Hola!
Sé que he tardado mucho en actualizar a pesar de que varios capítulos ya los tenía, pero emocionalmente no me he encontrado tan bien y apenas estoy saliendo de esa situación.
Espero este capítulo sea de su agrado. Les guste y puedan contarme su opinión, me ayudaría bastante.
Les quiero.
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