28. Fantasmas del pasado.
Tae volvía de su viaje, Yumi lo había recibido siendo nuevamente captado por la cámara de Dispatch.
El semblante de la chica mostraba una tristeza demasiado profunda debido a sus palabras noches atrás y la ausencia del menor.
— ¿Qué sucede? — ella sólo negó con su rostro aguantando sus ganas de llorar.
— Se lo llevaron para que no lo vuelva a ver — soltó un sollozo que mostraba lo rota que se sentía — y tú dijiste que jamás vivirías con una cuatro letras... ¿Enserio me consideras así?
— Yumi... Yo... Hablamos y te dije que no todo sería verdad — acarició su mejilla y ella apartó su mano.
— Tienes una novia... Falsa, pero, merece respeto — suspiro pesadamente — solo quería avisarte que me iré de tu casa — aviso antes de intentar marcharse, pero Tae se lo impidió abrazándola contra su pecho.
— No te dejaré ir. Solo estás confundida — acarició su rostro y ella negó.
SunHee se pegó a ambos y miró a la mujer junto a Tae. Entendía un poco porque Tae estaba tan interesado en aquella mujer de ojos azules, pero no se daría por vencida.
— Tu debes ser la nana de Yeontan — sonrió llena de satisfacción al engancharse al brazo de Tae cuando este separo sus manos del rostro de la mujer.
— ¿Qué? — la miró mal Dolly mientras sus lágrimas comenzaban a desaparecer y se transformaba en enojo.
— Tae dijo que tú eras la nana de Yeontan hace unos días. En la entrevista — sonrió como si no supiera de lo hablaba o lo que podría causar.
— ¿Así que soy la nana de tu perro? — arqueo una ceja y afianzó el agarre de su bolsa para marcharse — eres increíble Kim Taehyung.
Nayeon se acercaba y veía como se iba a marchar Yumi, intentó interceptarla, pero la castaña ni siquiera la observó.
— Yumi... — la castaña ignoro su presencia y paso de largo, extrañando con aquella actitud a Nayeon.
— ¿Qué pasó? — miró Nay a Tae y este señaló disimuladamente a la mujer a su lado — carajo.
Corrió en dirección a la castaña, pero ya solo la miró irse en un autobús.
Tae por su parte discutía con SunHee sobre su actitud — ¿por qué hiciste eso? ¿Con qué derecho?
— ¿Acaso ella te gusta? — rio SunHee sarcásticamente y negó chasqueando su lengua — esa chica solo está contigo por tu dinero — aseguró como si conociera a Dolly — créeme, conozco a las de su calaña.
Yumi veía por la ventanilla del bus como todo pasaba tan rápido y se sintió muy tonta. Creía que quizá todo lo que había pasado con Tae no era real y eso le dolía.
Una de las principales razones por las que se había atrevido a ir a buscar a Tae al aeropuerto era su desesperación por encontrar a su pequeño niño.
Fue a Bisandong de nuevo, las pistas sobre el paradero de Jungkook eran prácticamente inexistentes. Así que sólo tenía a dos personas a las cuáles podía recurrir luego de descartar a Tae, el padre de Jungkook y Namjoon y la reacción de ambos le causaba terror.
Luego de darse valor se atrevió a tocar la puerta del departamento, Hoseok le abrió la puerta con sorpresa mientras sonreía incrédulo.
— Im Young Mi está aquí. Vaya sorpresa — le dio una calada a su cigarrillo y está suspiro hondamente intentando no colapsar ante la presión.
— Necesito tu ayuda — aseguró un tanto insegura de que fuera lo correcto decirle a Hoseok.
— Pasa.
Ambos se adentraron al departamento donde Yumi tomó asiento en el viejo sillón y él la observaba recargado en la barra de la cocina.
— ¿Qué pasa? — dijo esperando respuesta y luego de exhalar profundamente la castaña comenzó a hablar.
— Hace años cuando tú te burlaste frente a Namjoon de mí y desapareciste yo...Yo estaba embarazada — suspiro de nuevo y el rostro de Jung se contrajo — de ese embarazo nació Jungkook el pequeño con el que siempre me veías — sus orbes picaron y Hoseok se acercó a ella. — Jamás te dije nada porque Namjoon creyó que murió cuando nació, pero no fue así... Yoongi y yo intercambiamos bebés cuando el bebé de Jeongyeon nació sin respirar. Ese fue el bebé que Namjoon cree que tuvimos, pero no fue así.
— ¿Por qué? — la tomó de los hombros levantándola y agitándola — yo merecía saber.
— Supuse que no te importaría. Dejaste en claro que una prostituta como yo jamás estaría dentro de tu plan de vida — aclaró reteniendo sus lágrimas.
— ¿Por qué le mentiste a Namjoon?
—Namjoon quería quitarme al bebé para dárselo a alguien más, pero yo simplemente no estaba dispuesta a que él sufriera lo que yo sufrí a causa de mi madre. Y tú lo sabes bien, conoces mi historia mejor que nadie — sollozo liberando la carga que tenía en su interior.
— Debiste decirme cuando te volví a buscar — reclamo y ella negó — ¿por qué no? ¿Por qué tenías que darle a MI hijo a Min?
— Quería que mi hijo creciera en una familia... Que no sufriera burlas porque su madre es una prostituta, porque su padre no estaba a su lado. No quería que él viviera lo que yo viví el poco tiempo que fui a la escuela — alzó la voz mientras se desplomaba en aquel sillón — te conté muchas veces como los niños se burlaban de mi porque mi madre era una drogadicta que se acostaba con cualquiera por conseguir esa porquería, mi padre me abandonó y por esa razón me trataron como si yo no valiera nada.
—» Sabes que cuando era pequeña y mi madre me dejo con Namjoon esperaba por mi papá, esperaba que él volviera por mí y me rescatará de aquel infierno y cuando no sucedió me di por vencida creyendo que quizá un príncipe me salvaría de aquel tormentoso castillo donde estaba. Y cuando te conocí... — hizo una larga pausa dando a entender lo mucho que le costaba hablar sobre eso —Joder. En verdad creí que podrías liberarme de la vida tan horrible que llevaba — Hoseok permaneció en silencio, claro que sabía todo lo que había sufrido aquella chica y sabía que parte de su sufrimiento también había sido su culpa — cuando se hizo público que yo era la prostituta con la que te veías me trasladaron al Burdel a ser bailarina y a complacerá a más personas, ahí descubrí que estaba embarazada, porque en mi primer noche un hombre casi me mata por cumplir sus fantasías de sadismo y cuando supe que Jungkook venía en camino decidí que él no viviría lo que yo.
— Young Mi... — intento abrazarla, pero ella se lo impidió.
— Decidí aquella vez que no dejaría que ningún príncipe, ni nadie viniera en mi rescate, yo lo haría sola. Lucharía por mi libertad, aunque me costará mi propia vida — aclaro mirándolo con más seguridad — si vine aquí no fue para seguir lamentando mi pasado, sino porque necesito que me ayudes a recuperar a Jungkook.
— ¿Dónde está él?
— Se lo llevaron los Min. Al parecer Jeongyeon está enloqueciendo porque Jungkook no logra verla como su madre y yo... Yo en parte soy culpable de ello.
— Es imposible que Jungkook no te amé, aunque él no lo sepa eres su madre. Tienen un lazo inquebrantable y su conexión es especial...distinta a la de otras personas que conozco— confesó mientras rasca a su nuca algo incómodo. — me di cuenta de eso cuando los volví a ver juntos.
— Ellos se llevaron a Jungkook a no sé qué lugar y no me quieren decir y sé que si voy con Namjoon o me mata a mi o matará a los Min y no me puedo permitir que a Jungkook le pase nada.
— ¿Y por qué jamás le dijiste la verdad? — esa pregunta le carcomía el interior.
— Porque ellos prometieron jamás alejarlo de mí, sí yo no le decía la verdad. Y les creí.
— No sé cómo, pero te ayudaré a encontrar a nuestro hijo.
Por la tarde Taehyung estaba en casa junto a Yeontan, esperando que Yumi volviera, pero parecía que eso no pasaría o al menos no por ahora. Yeontan se encontraba a su lado, se acurrucaba en su regazo en espera de recibir mimos o consolar a su amo, pero no parecía funcionar el intentar distraerlo.
— Debí cuidar más mis palabras — tallo su rostro y aventó su cabeza hacia atrás. — Soy un idiota.
La puerta comenzó a ser tocada y el corrió hacia esta, abrió y su quijada quiso caer, estaba frente a la mujer que más daño le había causado.
Su madre.
Los años habían pasado con gracia para esa mujer y no había rastro de la que sufría junto a su padre. Tae supuso que el hombre con el que se había marchado le había dado una mejor vida, pero ¿a qué costo? Lo abandonó cuando más la necesitaba.
— Taehyung, necesito tu ayuda.
Dolly se dirigía a su trabajo, aún seguía intranquila, pero necesitaba apaciguar las aguas con su jefe para que la ayudara. Cuando llegó se encontró con él de primera instancia, la miraba mal. Había faltado los últimos dos días al trabajo y había disminuido la entrada y salida de dinero por la muñeca Barbie como la apodaban algunos.
— Ve a arreglarte y luego vas a mi despacho — ordenó y está asintió.
Fue al cuarto dónde solían estar las menores y tomó un vestido color verde pegado, un poco escotado de tirantes que le llegaba al muslo; acomodó su cabello en una coleta y se maquillo tratando de esconder sus ojos hinchados.
— Yumi, ¿estás bien? — se acercó MiYeon a ella y la mayor negó — ¿deseas contarme? — repitió su acción y la más pequeña se acercó y la abrazo — aquí estaré para apoyarte cuando te sientas lista, te quiero — beso su mejilla y la dejo sola, permitiendo que tuviera un espacio para ella.
Young Mi miro a través del espejo el reflejo de su madre tras ella fumando un cigarrillo — ¿enserio creíste qué podrías tener un felices por siempre? — sonrió ladina para caminar en su dirección — una cuatro letras como dijo Tae sobre ti, no tiene derecho a nada.
—¡Cállate! — las lágrimas amenazaban con salir, la de piel dorada llevo sus manos alrededor de sus oídos tratando de reprimir los sonidos de la mala jugada de su imaginación.
Yumi terminó de alistarse y fue a la oficina de Namjoon, este la esperaba con una expresión seria recargado en su escritorio, mientras bebía su típico trago de whisky; sabía que no le esperaba nada bueno.
— ¿Me necesitabas? — el asintió dejando el vaso en la mesa y dedicándole una mirada.
— Tienes dos segundos para explicarme por qué Min Yoongi se llevó a tu hijo y tú no habías venido por mí ayuda — soltó sin más y está permaneció en silencio con la boca entreabierta — ¿creíste que no sabía?
— Yo... — terminó callándose al sentirlo tan cerca de ella.
— Jungkook es la única razón por la que no te maté cuando casi cierran el negocio — camino de vuelta a su lugar y rasco el puente de su nariz. — no soy imbécil Young Mi. Cuando Jungkook nació me suplicaste poder vivir con los Min.
— ¿Cómo lo supiste? — este negó riendo.
—Dios, eres un caso —hizo una larga pausa antes de volver a verla — Jungkook tiene el mismo brillo que tú en los ojos, el cabello de Jung y su tono de piel, tiene tu dulzura e inocencia. Aparte Jennie me lo dijo.
— Por eso tu interés en que trajera a Jungkook por lo menos una vez al año aquí — el asintió con una sonrisa.
— Jungkook me recordaba a mi yo chiquito, sin una madre, creciendo en lugares como estos y tenía la esperanza de que el viviera aquí...con nosotros — sonrió siendo sincero por primera vez.
— ¿Por qué harías eso?
— Jennie me lo había pedido y conforme lo conocimos todos lo amamos. Era imposible que nosotros no amáramos al niño, uno siente cuando alguien es de su camada y aunque ese niño creciera con los Min se sentía parte de nosotros.
Cada que Yumi lo escuchaba sentía que estaba frente a un desconocido, Namjoon se portaba como jamás lo había creído, pero algo de ella le decía que no podía confiar en él.
— ¿Cómo supiste qué se llevaron a JungKook? — cuestiono a punto de volver a llorar.
— La señora Min vino a decirme que no te ayudará, le pregunte el por qué y no me dio muchos detalles — le dio un trago a su bebida y miro a la chica — le dije que hiciera un trato conmigo y me respondió que ella jamás haría tratos con el diablo — soltó una pequeña carcajada y volvió a ver a Dolly. — ¿Y tú Young Mi? ¿Estás dispuesta a hacer tratos con el diablo?
— Vivo en el infierno, así que ya no tengo miedo de ti. Solo quiero que traigan a Jungkook de vuelta — confeso y suspiro hondamente — sin escándalos y sin herir a nadie.
— Bueno, evitare escándalos, pero no prometo no herir a nadie — sonrió ampliamente y la espalda baja de Yumi sintió escalofríos. — Ahora ve a trabajar.
La chica salió confundida del despacho, pero solo siguió indicaciones.
Se dirigió a la entrada con las demás chicas, pero no encontró a MiYeon, supuso que la menor ya había sido adquirida y mejor espero junto a Sehun.
Luego de un rato de platicar, SeungKwan le pidió que se fuera con un hombre y estaba lista para hacerlo, pero cuando lo vio quedo helada.
Era su padre.
— Yumi — dijo con los ojos cristalinos el hombre al darse cuenta en lo que se había convertido su hija.
A veces cuando más deseamos esconder o dejar el pasado atrás, ciertos fantasmas regresan para dejarnos en claro que el pasado jamás nos abandona y si lo hace es momentáneamente.
Maratón 2/4.
Ojalá puedan contarme su opinión, les quiero!✨️
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