Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26. Como si el corazón se me saliera del pecho.

Young Mi volvió al departamento que compartía con el idol castaño, este aún no llegaba, así que prefirió cocinarle algo simple para que pudiese comer algo simple antes de descansar.

Yeontan la miraba suplicando un poco de la comida que había preparado para su dueño — sólo una probada — sonrió la de cabellos dorados y le tiró un trozo de carne al can. — que lindo perro eres — hablo con una voz dulce.

Termino de preparar la cena y le coloco la correa a Yeontan para salir a caminar al pobre can que posiblemente no había realizado sus necesidades desde la mañana.

Iba tan ensimismada en sus pensamientos sobre lo que comenzaba a sentir por Kim, que ni siquiera se percató como uno de los fotógrafos de la casa de chismes más grande de Corea se daba vida fotografiándola.

Volvió al departamento, se dio una ducha y se dispuso a secar su cabello, no sin antes recordar como su día al lado de Tae, Yumi y el pequeño Kook representaba un sueño de cuando era niña.

Se miró al espejo, mientras secaba su cabello — por fin tengo una familia — soltó con mucha nostalgia —gracias por abandonarme mamá, conseguí mi propia familia y estoy segura de que ellos jamás me van a abandonar — sonrió al espejo creando una imagen de su madre detrás de ella — gracias a ti, tengo razones para vivir.

Cuando Yumi terminó de alistarse, fue a la recamara de Tae, acomodó su cama a la forma que sabía que a él le gustaba dormir.

Mientras arreglaba todo al gusto del más alto sonrió al ver una foto de Tae y Yeontan sobre el buró junto a la cama.

Se sentó un momento a contemplar el portarretrato y de un momento a otro sus orbes comenzaron a pesar, dando como resultado que se durmiera sobre la cama del chico que le gustaba.

Tae llegó pasadas las 2 de la madrugada, se encontraba cansado y con hambre; un delicioso olor a carne y especias llegó a su nariz, camino a la cocina encontrándose con un poco de Japchae y carne de cerdo.

Observó la nota con la linda y chueca caligrafía de Yumi pidiéndole que comiera un poco antes de dormir.

— Dios — sonrió guardando la nota mientras la buscaba con la mirada — es imposible que no me guste, si hace estas cosas.

Se sirvió un poco y mientras se deleitaba con el sazón un poco salado de la peli dorada sonrió inevitablemente — sigue teniendo problemas con la sal — soltó una pequeña risa negando.

Yeontan llegó a su encuentro suplicando un poco de la comida de su dueño, pero este negó — estoy seguro que Dolly te dio probaditas ¿o no? — arqueo una ceja viendo al can que se sentaba a su lado y dejaba de pedirle comida — lo sabía. Ella no se resiste a ti — aseguró llevando otro trozo de carne y un poco de fideos a su boca.

Levantó los utensilios que utilizó y camino a su recámara en busca de su pijama para darse una ducha, pero al encontrarse a Yumi dormida sobre su cama un centenar de cosas se cruzaron por su cabeza. Acostarse junto a ella y abrazarla era una de ellas.

Se acercó a la chica y movió unos cuantos mechones sobre su rostro, estaban tan cerca que si se acercaba un centímetro más podría tocar sus labios.

Cuando estaba decidido a hacerlo, a besarla se alejó un poco, notó su rostro tan sereno que le fue imposible no percatarse de aquellas líneas de expresión junto a sus ojos, marcas de algunos granitos, pero que no le quitaban en lo absoluto su belleza y la suavidad de su piel.

Su corazón comenzó a latir con mucha fuerza, exigiendo no separarse de aquella mujer. Sus brazos se encontraban situados a los lados del cuerpo de la joven, que dormía plácidamente sin ninguna preocupación. No la pudo besar debido al calor desesperado que emano su cuerpo ante tanta cercanía que terminó tirándose a su lado.

Como si el cielo escuchara las súplicas de Tae, Young Mi se removió a su lado, girando hacia donde él se encontraba viendo directamente su rostro.

Las expresiones son tan extrañas. A través de las expresiones se pueden ver los... sentimientos, pensamientos y corazón de una persona, como si se viera un espejo. Tae lo sabía, estaba seguro que todo lo que el rostro de Dolly le dejaba ver era su esencia.

Ella era mucho más que una prostituta o una simple mujer.

Dolly, Yumi, Im Young Mi, era extraordinaria en cualquier sentido.

Y ahora luego de meses de compartir tiempo juntos lo entendía, sabía la razón por la que podía estar cerca de ella sin sentirse agobiado.

Ambos habían sufrido los estragos de tener malas madres, ambos habían luchado a lo largo de su vida contra los fantasmas de un tormentoso pasado. El lidiaba con el fantasma de su horrible madre, mientras ella evitaba a toda costa sufrir por un hombre como su madre lo había hecho por su papá.

Si, probablemente él no conocía la historia completa de aquella castaña y quizá si lo hiciera le darían ganas de vomitar, pero lo que ella le había mostrado era suficiente para saber que la admiraba, por su valentía y persistencia ante lo trágico de su pasado.

Por eso le gustaba, Young Mi lo había enganchado por su perseverancia, no negaba que era hermosa, aunque para Tae su físico solo le dejaba ver la portada del libro, el prefería su contenido...aquel que lo tenía cautivado hasta los huesos.

Por la mañana siguiente, Yumi se despertó debido a una presión contra su espalda baja, abrió los ojos y se topó con un brazo alrededor de ella, observó la habitación y se percató que era la recámara de Tae.

Intentó moverse pero la presión de aquella parte del cuerpo del castaño se clavó más contra su cuerpo.

— Una erección mañanera, dios ¿qué hago? — soltó un suspiro nerviosa y comenzó a llamar al chico — Tae...Tae — repitió nuevamente, se removió un poco hasta que se giró quedando frente a frente, Tae afianzó su agarre dejando sus labios rozar. Los orbes de Young Mi se sobresaltaron, estaba nerviosa, para ella era normal el contacto con un hombre, pero, Tae no era cualquiera. — Taehyung — volvió a llamarlo y solo recibió un quejido por parte del castaño que la apretó más contra su cuerpo, aquella presión de antes contra su espalda baja, ahora estaba en su vientre. No quiso mirar hacia abajo, así que solo movió una de sus manos tratando de empujar el saludo mañanero de Tae a otra parte y su mano libre empujaba el torso del castaño.

Kim sintió aquel tacto sobre su pelvis que se despertó de golpe, sobresaltando a Yumi que cuando la soltó solo quiso salir corriendo, este la tomó de la muñeca y la miró — ¿te divertías? — sonrió somnoliento, mientras el pánico y la vergüenza estaban plasmados en el rostro de la chica.

— Yo~oo...tuuu...mmm — soltó un suspiro profundo y se atrevió a hablar. — tu erección me estaba molestando — soltó sin más y Tae bajó la mirada a su pantalón y se cubrió.

Yumi corrió a su habitación y se encerró mirando su sonrojo en el espejo. Mientras Tae se dejaba caer de nuevo en el colchón.

— Carajo — dijeron al mismo tiempo mientras tallaban sus rostros frustrados, pero Dolly al recordar dónde había estado su mano momentos antes se arrepintió.

Luego de mucho rato ambos se atrevieron a salir de la habitación en busca de comida, decidieron calentar la cena, pero ninguno le dirigió la palabra al otro.

El único sonido presente era el de los palillos y cubiertos contra los platos. Sus rostros tenían un color carmesí debido a la vergüenza de tiempo atrás.

Cansados de tanto silencio, ambos decidieron romperlo.

— Yo...— dijeron al unísono pero Tae le cedió la palabra a Yumi — lamento haberte tocado, no era mi intención, pero...de verdad que me sentía algo incómoda — confeso y bebió un poco de agua.

— Bueno, si sirve de algo, no me molesto tu tacto, tienes buenas manos, solo me sobresalte debido a la sorpresa —agregó sin pensar, con solo escucharlo la castaña casi se ahoga con su vaso de agua — lo siento, no debí decir eso.

— Gracias...por lo de ayer — sonrió Dolly tratando de aligerar el ambiente — te agradezco que me ayudaras a ver a Kook.

— No fue nada, solo quería que ambos fueran felices y...sé me ocurrió invitar de último momento a MiYeon , lamento no consultarlo antes — le dio una sonrisa apenada y esta acarició su mano.

— Por mi no hay problema, MiYeon es como una pequeña hermana para mí — aseguró contagiando a Tae de su felicidad.

— Creí que solo yo sentía eso por MiYeon — soltó una pequeña risa nerviosa y ella negó.

— Tenemos otra cosa en común.

— Estuviste increíble ayer — soltó de repente el hombre y ella le observó atento — si...digo...sabía lo mucho que adoras a Kook, pero no tenía idea de que tanto hasta ayer.

— Cuándo era adolescente jamás me vi como una amante de los niños, no hasta que vi a Jungkook por primera vez. Era tan pequeño, que sentí la necesidad de protegerlo de cualquier cosa la primera vez que lo conocí — confesó llena de nostalgia y con una sonrisa mientras recordaba, Tae por su parte recargo su rostro en la palma de su mano mientras la veía — cuando lo sostuve en mis brazos por primera vez, mi mundo se detuvo, me emocionó, era pequeño, cálido, suave. Me resultaba increíble como un pequeño ser podría traer tanta felicidad consigo y cuando abrió sus ojos y su pequeña mano se aferró a mi dedo...Entendí que Jungkook era mi razón de vivir.

— Estoy seguro que cuando naciste trajiste felicidad también — acarició su muñeca y ella asintió.

— Estoy segura que tú también.

Tae y Yumi se despedían en el aeropuerto en la sala VIP esa misma tarde, Tae le había dicho a Dolly que necesitaba ir a un desfile y ella lo aceptó, no sentía que ella podría diferir ante aquello.

Sostuvo el rostro de la castaña entre sus manos mientras miraba sus ojos azules como el mar con un brillo especial, su corazón quería salirse de su pecho y gritarle a esa mujer cuánto la quería y le importaba.

— Prometo que en unas semanas estaré aquí, contigo — acarició su cabello y ella asintió — te llamare por la tarde y enviaré a Jimin a pagar por ti para que no trabajes — acomodó un mechón de sus dorados cabellos y se quito por un momento el barbijo para besarla — no importa lo que escuches, lo que veas o lo que digan. Nada de eso es real. Esto — se señaló a ambos — nosotros somos reales ¿de acuerdo?

— De acuerdo — sonrió con un poco de tristeza mientras volvía a abrazar al chico por última vez — cuidaré de Yeontan, lo prometo.

Yumi miro a Tae marcharse, pero ninguno volvió a percatarse, ni siquiera el staff de que el mismo reportero de siempre les tomaba fotografías.

Y aunque el corazón de ambos palpitaba con fuerza y desespero, su felicidad sería momentánea. Ninguno de los dos contaba con la tormenta que se les avecinaba. Aunque siempre después de la tormenta viene la calma ¿no?

Hola!

Sé que tenía mucho sin publicar aquí, aún tengo capítulos para resumir, pero por un momento lo había olvidado.

Ojalá les guste y puedan contarme su opinión,  una disculpa por tardar tanto en resubir los capítulos.

Les quiero!✨️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro