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25. Como una superestrella.

Tal como lo había prometido a primera hora Taehyung había emprendido su viaje a Bisandong en busca de Jungkook, sus indicaciones sobre esperar a Young Mi en el parque de diversiones habían sido dejadas en un papel que aquella chica al ver la nota no dudo en seguirlas al pie de la letra.

Jungkook era arreglado por sus padres, ninguno se sentía feliz, pero sabían que su hijo prefería pasar su cumpleaños junto a Dolly a verlos ellos.

- ¿Seguro que no quieres quedarte? - sonrió su madre dándole caricias en su mejilla. - puedo preparar hot cakes, carne, lo que desees... - el pequeño negó con una sonrisa en su rostro.

- Quiero estar junto a Yumi hoy.

Min por su parte guardó silencio, no había manera de que Jungkook cambiará de opinión y eso no le agradaba, quería a Yumi, pero sabía que el constante rechazo de Jungkook a su madre se estaba volviendo doloroso para ella. Para ambos.

- Jungkook, tu mamá y yo nos pondremos tristes si te vas - aseguro Yoongi, intentando apelar ante los deseos de su pequeño.

- Ustedes terminarán peleando y Yumi se pondrá triste sí no la veo, ella y yo siempre estamos juntos en mi cumpleaños.

- Jungkook... - trataron de persuadirlo una última vez, no podían imponerse ante él y su relación con Yumi, lo sabían de antemano.

El claxon del auto de Kim sonó y Jungkook corrió a la puerta - ¡debieron de haber llegado por mí, veré a mi Noona y comeremos helado! - gritó emocionado.

En el portón de la casona se encontraba Kim Taehyung con un barbijo, listo para llevar a la persona más importante en la vida de Yumi.

- Hyung, ¿y mi noona? - sonrió lleno de emoción.

- Nos espera en el parque de diversiones.

- ¡Vámonos! - exigió tratando de abrir la reja metálica y al no lograrlo llamó a sus padres.

Ambos lo veían desde la entrada de su casa y Tae les veía a ellos, no estaba seguro de lo que pensaban, pero se daba una idea.

- No lo hagan más difícil - pidió seriamente.

- Tú no sabes nada... Dolly no se atrevería a decirte nada - aseguró Jeongyeon.

- No necesito decirme nada, solo lo intuí... Es muy obvio - aseguró.

- ¿Qué es obvio? - cuestiono Min.

- Están celosos del amor que su hijo le tiene a esa increíble mujer, eso los asusta, perderlo - aseguró.

- Abran la puerta, ya me quiero ir - chilló el pequeño y sin más remedio su madre le abrió antes de darle un fuerte abrazo.

- Te amo Jungkook y nadie te va a amar más que nosotros, recuérdalo siempre - aseguró.

El pequeño salió y abrazó a Tae emocionado - ¡Feliz cumpleaños campeón!

- Gracias, ya soy un niño grande - aseguró.

- Estoy seguro que si.

Ambos subieron al auto, Tae de piloto y Jungkook en la parte trasera.

- ¿Te parece si invitamos a una amiga? - él asintió - nos divertiremos los cuatro.

- Sí, sí, sí, sólo hay que darnos prisa, mi noona nos espera.

Taehyung asintió y pasaron por MiYeon que gustosa aceptó ir y durante todo el trayecto al parque de diversiones no paró de preguntar cosas del pequeño Kook. Era casi como si estuviese observando a YuMi hablar con el menor, pero su corazón no saltaba como lo hacía con Dolly.

Al llegar al lugar, luego de estacionar el auto, Tae le llamó a Yumi, quién los esperaba en la entrada del parque, llevaba puesta un suéter blanco y una falda de mezclilla del mismo color que se acentuaba a sus caderas y le daba una vista voluptuosa a su cuerpo, sus pantorrillas llevaban unas calcetas largas que estaban dentro de unos muy bonitos botines. Su cabello estaba semi agarrado en una media coleta y cada que los rayos del sol daban a este, parecía oro.

Sin batallar la ubicaron, era imposible para Kim confundirla, no solo por su aspecto distinto a las coreanas comunes, sino porque ese era el efecto que tenía sobre él; sus ojos se conectaron al verse y Tae deseo con fervor abalanzarse a sus labios y decirle lo hermosa que se veía.

Para él, ella parecía tan hermosa, tan seductora, tan diferente de la gente común que no podía entender porque nadie estaba tan perturbado como él. Im Young Mi tenía el poder de volver su mundo de cabeza con solo mirarlo y ahora más que nunca se sentía en paz, aquellos fantasmas del pasado no estaban ahí, no lo perturban...quizá siempre estuvo destinado a él.

Young Mi se acercó a ellos en cuanto ubico a su pequeño, una amplia sonrisa adornaba su rostro y la felicidad que su interior emanaba, no se podía ocultar. Tae prácticamente colapsó internamente al escuchar el chasquido de los tacones de la castaña sobre los adoquines, su presencia no se podía ignorar Yumi se llevaba la atención de quien pasara a su lado porque el corazón de nadie más era tan salvaje como la brisa agitada.

No pudo entender por qué alguien no se enamoraría de ella.

- Jungkook - sonrió Yumi llena de alegría, besando las mejillas de su pequeño, quien se aferró a su cuello, donde ocultó su carita para permitirse escuchar los latidos del corazón de su mayor, regocijándose en su interior por saber que su mayor lo quería tanto como él a ella.

- Noona, la extrañe- susurro, mientras ella acariciaba su cabello compartiendo el sentimiento.

Fue como si el mundo se detuviera y solo existieran ellos dos, Tae y MiYeon observaban a quienes se abrazaban y una idea se instaló en sus mentes, pero la desecharon al instante. Young Mi separó al pequeño de su cuerpo y sostuvo su rostro entre sus manos y admiró cada detalle, su suave piel casi apiñonada, sus lindos ojos que mostraban una galaxia en su interior.

- Dime que quieres y haré hasta lo imposible por cumplirlo - comentó con una linda sonrisa, Tae se acercó a ella y le ayudó a levantarse, sacudiendo sus rodillas, Yumi le observó y este le dijo: que se lastimaría de seguir en esa posición.

- Jungkook, ¿Qué deseas hacer? - despeinó su cabello Tae, obteniendo la mirada de Im que se sentía agradecida por sus atenciones a su niño.

- Hoy...quiero ser una superestrella como hyung - señaló a Kim, MiYeon se acercó a ellos recibiendo una cálida sonrisa por parte de la mayor, quien por mirar y enfocarse en Jungkook no la había notado.

- ¿Y qué hace una superestrella pequeño, Kook? - cuestionó la menor de los mayores.

- Cantar, quiero cantar con mi Noona - sonrió.

El cambio de planes de ir al parque de diversiones por conseguir una sala de karaoke fue una travesía que Nayeon tuvo que atravesar para que Tae no tuviese inconvenientes, y ahí en la sala oscura llena de luces, Jungkook trataba de darles un mini concierto y se divertía junto a MiYeon, Dolly por su parte lo observaba orgullosa y con mucha nostalgia.

- Noona, canta por favor - hizo un pucherito el pequeño, al cual la conquista de Tae no se pudo negar, no tenía una buena voz, de eso estaba segura, pero tampoco era tan mala como para no poder cantar para su niño. Llena de nervios se colocó frente a su público, pero se dedicó a mirar al pequeño Min, mientras ella era observada por los tres espectadores.

La melodía de la canción era sumamente relajada, movida y expresaba lo que ella sentía por el pequeño, comenzó a cantar, obteniendo la atención completa del pequeño pelinegro.

- Tú, tú eres mi universo y solo quiero ponerte a ti primero y tú, tú eres mi universo

Sus orbes comenzaron a picar, pidiéndole llorar debido a todos los recuerdos que tenía desde la llegada de Jungkook a su vida.

-Y yo en la noche me acuesto y te miro cuando llega la mañana, miro tus ojos hay un paraíso que no podría capturar ese infinito brillante dentro de tus ojos

Eso era Jungkook para ella... su universo y no importaba contra quien o contra que tuviese que luchar, protegería a ese niño a cualquier costa con tal de que fuese feliz.

Al atardecer, siendo las 7 de la tarde, Tae comenzó a recibir llamadas de SunHee y de su jefe, ambos le exigían ir a la empresa, quería ignorarlos...pero la llamada de Jimin y Nayeon no le dejó otra opción.

- Debo irme - le anunció a los menores y a Yumi quienes asintieron, se acercó a Yumi, tomó sus mejillas y le dio un beso que ambos sintieron como el cielo. - te veo en casa - sonrió luego de separarse y beso su frente mientras ella asentía.

- Yo acompañare a los chicos, no te preocupes - aseguró antes de que el castaño pudiese objetar- ve es importante.

Tae salió hacia el edificio de la agencia mientras Yumi caminaba con los dos menores hacia la parada del autobús.

- Yumi, ¿ya tienes algo con Tae? - cuestiono curiosa y solo recibió un levantamiento de hombros - cuenta, por favor.

- No sé que tenemos la verdad...solo sé que ambos sentimos algo por el otro.

- Noona, tengo sueño - tallo uno de sus ojitos Koo, Dolly se agacho casi a su altura para tomarlo entre sus brazos y cargarlo. Kook enredo sus bracitos detrás del cuello de su noona mientras ella y MiYeon esperaban un taxi o un autobús que los llevará al hogar de los menores.

- Bueno, quizá deberían esclarecer que son...el hecho de que Tae sea un idol complica las cosas y no me refiero al hecho de que seas prostituta, el problema se centra en sus fans y su amor unilateral y a veces obsesivo o en las shipers tóxicas, créeme lo odiaras.

- Tranquila MiYeon, lo que sea que hay entre Tae y yo creo que resultará bien, el es el primer hombre que desea tener algo conmigo enserio - sonrió feliz y escucho la respiración de Jungkook quien se había dormido, acto que ensanchó su sonrisa - por fin tengo una familia, la que siempre soñé, te tengo a ti, a Kook a Yeontan y a Tae.

- Bueno, pues escucha lo que te digo, no te lo digo como MiYeon la niña a la que sueles cuidar, sino como una hermana.

Subieron al camión cuando este paso y ninguna volvió a decir palabra alguna hasta que llegaron a Bisandong, primero pasó a dejar a MiYeon y una vez que esta llegó a la entrada se volvió con Jungkook en brazos a casa de los Min, Jeongyeon la recibió con una mala mirada casi arrebatándole al pequeño.

Min se acercó a la que por mucho tiempo considero su hermana y esta le entregó las cosas del niño - ¿se divirtió? - preguntó curioso y ella asintió - me alegra. Espero disfrutaras pasar este día con Jungkook, estoy seguro que él también lo hizo.

- Bueno él dijo que quería ser una superestrella hoy - rió bastante alegre.

- Me contó de ese deseo, gracias por cumplirlo.

- No sé porque deseo eso, para mi Jungkook es una super estrella, la estrella más bonita que existe - aseguro con un tono dulce y lleno de amor, para despedirse y marcharse sin notar como los Min estaban recolectando sus cosas para mudarse.

4/4.

Hola!

Bueno, damos por finalizado el mini maratón, ojalá les gustara y si pueden contarme su opinión, se los agradecería mucho.

Les quiero!♥

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