11. Meditar la respuesta.
Habían transcurrido dos semanas desde que Dolly le había dicho al de piel canela que pensaría su respuesta, justo antes de ir por el drogadicto de Hoseok — palabras de Tae.
La vez que Tae se marchó con Jimin para buscar a Hoseok, descubrieron que de nueva cuenta el chico esperanza de la nación estaba hundido en las drogas, aquellas en las que se hundió la primera vez que había dejado a la mujer que amaba.
Tae se encontraba ahora con Sunhee en una cafetería, donde sabían serían fotografiados por la pesadilla de cualquier artista, Dispatch.
— Oppa, ¿me das un beso? — sonrió con inocencia la castaña, como si no supiera cuánto le desagrada al más alto.
— No trates de aprovecharte de la situación, SunHee.
— Oppa, ¿por qué te desagrado tanto? — cuestiono curiosa — ¿eres gay?
— No me digas oppa y no, no soy gay. Te he dicho múltiples veces que no te soporto.
Su celular vibró, dejándole saber que alguien le estaba salvando de estar cerca de Sunhee.
— Si me disculpas, debo atender esto — ella sonrió asintiendo.
Se alejó de los presentes y miró su pantalla, una parte de él inevitablemente sonrió. Se trataba de nada más y nada menos que de Dolly.
— ¿Bueno? — fingió no saber de quién se trataba.
— Hola Tae, soy Dolly.
Estás dos semanas le habían ayudado a Young Mi a mejorar su avance vocal, aún su voz salía ronca, pero ya no le dolía tanto el hablar, inevitablemente había vuelto a trabajar con Namjoon, quien ahora controlaba ahora los clientes de Yumi el doble.
— Dime, ¿sucede algo?
— ¿Nos podemos reunir para hablar de lo que me propusiste?
— Por supuesto, ¿te veo en tu casa en la noche?
— ¿Puedes ahora? Es que en la noche estaré en el trabajo. Yeontan está aquí... de nuevo.
El trabajo, Kim no pudo evitar apretar el puño lleno de rabia. Odiaba que Dolly trabajara en ese sitio, odiaba lo que la castaña era.
— Iré ahora — respondió molesto, no espero nada más y colgó. Volvió con la más baja y la observó, esta tenía una sonrisa amplia.
— Oppa, pedí un postre. Sé que lo amaras y si te gusta... Tal vez en un futuro puedas amarme — le miro con ojitos de cachorro, pero Tae no cedió ni un poco.
— SunHee debo irme.
— Solo espera a que termine el postre, no me puedo quedar sola. Lo sabes.
— SunHee... yo...— no se pudo negar y terminó por aceptar. El mesero llegó con un delicioso pastel de plátano, mismo que al ser entregado SunHee le comenzó a repartir a Taehyung.
— ¿Por qué te sigues empeñando en esto? Sabes que no tenemos futuro — dijo el más alto lleno de desesperación, la actitud de la más baja le estresaba.
— Yo sé que algún día te fijaras en mí..., estoy segura. Y cuando eso suceda estaré lista para hacerte feliz — sonrió para meter una cucharada de postre en su cavidad bucal.
— Esperas demasiado de mí, yo no puedo amarte a ti, ni a nadie más— reconoció por primera vez, SunHee asintió sin tomarle importancia.
—Eso dices porque nunca te han amado de verdad — soltó una risilla nerviosa.
— SunHee...
—No, es enserio. Podríamos pasar la noche juntos y nos preguntamos qué somos cuando salga el sol... No me importa el agotamiento emocional. Te esperaré hasta que me ames, Taehyung oppa.
El postre se terminó y ambos se encaminaron al auto, Dispatch aprovecho para sacarles una fotografía. Tae fingió interés en SunHee y la abrazó algunas veces.
Se adentraron al vehículo, donde Tae se dispuso para llevar a la chica a su casa.
—¿Puedo acompañarte? — sonrió tomando su mano y él se negó. —¿por qué? —inició un juego de supuesta súplica y ternura que fastidio a Tae.
—¡No! ¡Ya te dije que no! — gritó asustando a la chica — vete.
—¿Irás con otra chica? ¿Es eso? — iba a comenzar a llorar y este le interrumpió.
— No voy con una chica — mentira, claro que iba con una mujer, pero no podía decirle aquello — y si así fuera a ti no te incumbe. Tú y yo, no somos nada, absolutamente nada.
Sun salió del auto bastante decaída, aunque parecía estar escondiéndose de las cámaras.
Una vez que Tae la miro entrar a su edificio, se marchó en busca de Dolly.
Dolly estaba acostada junto a Yeontan y Jungkook que acababa de volver de clases, los tres habían caído rendidos hace menos de media hora. Taennie era abrazado por Jungkook que a su vez era abrazado por Yumi.
El perrito había llegado durante la siesta de Dolly para reponer las horas de sueño gastadas durante la noche.
Taehyung entró a la casona dónde vivía la castaña de hebras doradas, al principio se alertó al ver la puerta abierta, pero al ver aquella escena donde el trío tierno dormía plácidamente, le resultaba difícil despertarlos.
Yeontan comenzó a levantarse, se emocionó tanto por ver a Tae que no soportó sus ganas de acercarse a recibir cariño, comenzando a ladrar. Siendo el can quien despertara a Yumi.
Tallo múltiples veces su rostro mientras un puchero se adueñaba de su rostro, se miraba tierna con ese gesto, con su cabello enmarañado y sus ojitos hinchados, cosa que sin percatarse le hizo sonreír a Tae.
—Oh, hola — hizo una media sonrisa la chica mientras se levantaba de la cama y se acercaba.
—Vine por Yeontan — señalo con aquella frialdad Kim, cosa que a Im no le sorprendió.
—Como pudiste ver él terminó aquí de nuevo, así que pensé en tu propuesta y mi respuesta es sí.
—¿¡Qué!? — la boca de Kim se secó al oírla, no esperaba esa respuesta, pero en el fondo le agradaba.
—Sí,acepto mudarme temporalmente contigo, en lo que Yeontan vuelve a acostumbrarse —hizo énfasis en la palabra mientras lo observaba. —Aunque para eso debemos tener algunas reglas.
— Dimelas y veré si estoy de acuerdo.
— Nada de contacto físico o insinuaciones. No me reproches mi hora de llegada, sabes la vida que llevo y no puedo cambiar aunque quiera mi horario, nos repartiremos los gastos... Y por último la tapa del baño... no la salpiques — enumeró.
—Estoy de acuerdo, ahora me toca — ella asintió con la cabeza y le observo — nada de hombres en mi casa.
—Mantente tranquilo, sé respetar las casas y más cuando son ajenas — admitió con una leve sonrisa.
—¿Y qué pasará con Kook?
—¿Podemos salir un momento? — este le siguió, no sin antes dejar a Yeontan junto al pequeño.
—Si acepto tu propuesta no es solo por Taennie — exhalo profundamente intentando retener sus lágrimas.—Vendrán familiares de los padres de Kook y como muchas veces me has dicho, soy una prostituta y aunque quiera no podré cambiarlo jamás — una lágrima se escapó de los orbes azules de Yumi, que rápidamente limpio. — El caso es que no soy del agrado de su familia y no quiero ocasionarles problemas, la vecina estará presente y no evitará tratar de exponerme de nuevo con ellos.
—Supongo que yo fui tu última opción — ella confirmó con la sien.
—Hobi y yo no podemos vernos por muchas razones y las chicas del trabajo viven bajo el techo de Namjoon y no puedo dormir cerca de él.
—¿Por qué pensaste en Hobi antes que en mí? —reclamo ganándose una mirada confusa de Young Mi.
—Tú lo sabes mejor que nadie, él y yo tuvimos historia y Hoseok fue una persona sumamente importante para mi durante años y él y yo... Y bueno tu siempre sueles decirme que me detestas, pero al recordar tu propuesta inevitablemente quise aceptar.
— ...
— Si no quieres, está bien... Buscaré otro sitio y... — este le interrumpió.
—Ve por tus cosas, me las llevaré.
—Gracias —sonrió.
No tardó casi nada, en menos de unos minutos salió con una maleta mediana y una bolsa casi del mismo tamaño.
—¿Te vas por dos días? — le cuestionó extrañado y ella negó con el ceño fruncido —llevas muy pocas cosas.
—Número 1, no soy millonaria para que todo me abunde, tengo lo necesario. Número 2 se cuáles son las principales cosas que necesito y número 3, no voy a abusar de tu hospitalidad.
—Llevaré esto a la camioneta. Vengo en un momento.
Tae camino un poco hacia la salida e introdujo las cosas en el vehículo, sabía que Dolly llevaba todas sus cosas, pero no entendía porque no lo aceptaba.
Si hace menos de dos meses alguien le hubiese dicho que viviría junto a una prostituta, jamás lo habría creído, pero por Yeontan siempre estaba dispuesto a arriesgarse.
Volvió a la vecindad y fue directo a casa de la castaña, que cargaba a Kook para llevarlo a casa.
Aún recordaba la primera vez que la vio junto a Jimin, el vago pensamiento de creer que Jungkook era su hijo, le invadió. Dolly era una chica que desde temprana edad había comenzado su vida sexual y no era tan descabellada la idea de pensar que el niño era su hijo, tenían la misma sonrisa brillante y a pesar de que sus orbes eran distintos, poseían la misma calidez.
— ¿Te ayudo?
—No, gracias. Yo puedo llevarlo.
La observó tocar la casa de los dueños del lugar, siendo recibida por la madre de Jungkook.
La mujer la dejó pasar, Tae iba junto a ella, tenía a su can en el brazo y no pudo evitar observar la escena de la morena junto al pequeño. Besaba su sien, le cobijaba y le daba una cálida sonrisa aunque él no pudiese verla.
—Yumi... Yo... —ella se giró a la mayor haciéndole señas de silencio, acarició levemente la mejilla y el cabello del pequeño para salir del sitio cerrando detrás de ella la puerta. —Young Mi, de verdad yo no... No deseo esto solo es temporal, pero por favor no le digas a Yoon.
—Jeongyeon no te preocupes, sé que lo haces por Kook y está bien. A ninguna familia le gustaría que el miembro más pequeño de su familia esté demasiado cerca de una mujer como yo... Y por Yoongi no te preocupes, le diré que es por Yeontan.
—¿Qué le diremos a Kook?
—Solo dile que me fui a trabajar fuera un tiempo, pero que cuando pueda vendré a verlo —sonrió.
— Gracias Yumi y de verdad lo siento.
Salió junto a Taehyung del lugar y subieron a su auto, pero una vez ahí no pudo retener sus lágrimas.
—¿Sucede algo? — ella asintió.
—Estoy abandonando a la persona que más amo y que me importa más que cualquier cosa en el mundo.
— ¿Hablas de el padre de Kook? — ella negó tragándose sus sollozos.
— Hablo de Jungkook.
Maratón 1/10.
Hola!
Decidí hacer maratón debido a que hoy casi termine de editar el libro y me sirvió para pasarlo acá. Ojalá les guste y puedan contarme su opinión.
Les quiero!💜
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