18
- Feliz cumpleaños, cariño.
Lo oí a unos centímetros. Me levanté precipitadamente y acorralé su cuerpo en la cama.
- ¿Cómo entraste?
- Tu hermana me dejó pasar y se fue.
- Espera... no se despidió.
- Dijo que ya lo había hecho. - Retiró los mechones de cabello de mi frente.
- Esa pequeña...
- Puedes llamarla.
- Sí, lo haré.
- Chanyeol...
- ¿Sí? - Me incliné y besé varias veces sus labios.
- Tienes que levantarte a desayunar.
- Aún hay tiempo.
- Eh... - Se escurrió entre mis brazos y salió de la cama. - Vamos, el desayuno se enfría.
- Voy... - Respondí mientras mordía la almohada.
Bajé en pijamas y, como siempre, no llevaba ropa interior. Sehun me conoce de todas las formas posibles y yo... a él. ¿Qué tanto sé sobre él? Lo amo, eso es lo que sé.
- Te hubieras vestido, hoy es tu cumpleaños.
- Bueno, es mi cumpleaños y mi día libre. Aunque si quieres me puedo vestir me con lo que tu elijas o puedo...
- No, así está bien... ¿Qué sucede?
- ¿Desde cuándo te gusta la botánica?
- Desde que tengo cinco años, solo que no sabía que se llamaba así.
- Bien, suena muy bien.
- ¿Qué más quieres saber? Es obvio que te estás conteniendo. - Dijo bebiendo de su té.
- Solo... quiero saber más sobre ti.
- Bueno. - Tomó una galleta, comió un poco y suspiró. - No tengo madre, es decir, nací de un doncel muy dulce y amable que se prostituía por diversión. - Sonrió al ver mi cara. - Para él el dinero era accesorio. Soy hijo de uno de sus "clientes"; cuando supo de mi existencia dejó de hacer esas cosas arriesgadas y me crió con mucho amor, el me decía que yo era su fortuna. Nunca me ocultó y jamás me creó una historia paralela sobre mi nacimiento. Él es muy humano; me enseñó y me lo contó todo. Nos gusta vernos bien. Cuando estaba en la secundaria todos mis profesores intentaban ser amables solo para verlo; los pobres no conocían a ese ser.
- ¿Tu padre?
- Sí, el sabe de lo nuestro, dijo que quiere conocerte, pero tal vez sea en un tiempo... Ahora está viajando mucho, tal vez venga para mí cumpleaños.
- ¿De verdad?
- Sí, tienes que comer. - Señaló mi plato. - No te preocupes, todo saldrá bien, yo soy una fiel copia de él.
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