Drama
GRACIAS POR ACEPTAR.
—¡Alfredo Leyva! ¡Ponga atención!
La voz gruñona de Leidy Conde cercas de mi oreja gritándome a los cuatros vientos abrió estrepitosamente mis parpados. Observe la situación, el espacio y tiempo donde me encontraba, completamente desorientado. Las personas me veían con gracia, burlándose, mientras que otras –la mayoría mujeres– sonreían dulcemente a mi dirección.
¿Me quedé dormido? ¿Enserio lo hice?
Nunca me había pasado algo así, aunque tampoco sería raro, las clases no son de mi mayor interés; por lo que no me sorprendería tanto haber sido seducido con facilidad por los encantos de Morfeo...
Morfeo... Mo... Mouque.
—No estoy para tolerar esa clase de comportamiento, señor Leyva —posa una mano sobre su frente, expresando dramáticamente su cansancio—. ¿Por qué tiene que perder el tiempo con alguien como usted?
—¿Disculpe?
Creo que a Leidy ya le hizo daño el trabajo. ¿Quién pierde el tiempo conmigo? Soy lo mejor que alguien pueda conocer.
—¡Fuera de mi clase! —apunta la puerta.
—P-Pero...
—¡Fuera he dicho!
Resignado, tomé cada uno de mis útiles y los metí a la mochila para posteriormente colocarla sobre mis hombros y sacar mi trasero de aquella clase de pacotilla. De todos modos la biología no es mi materia favorita.
Una vez que cerré la puerta me conduje hacia la cafetería del instituto. Muero de hambre, no comí en la mañana y esperar tres horas para ingerir cualquier alimento me estaba pareciendo un suicidio. Por suerte a Leidy se le ablando el corazón, aja. Esa mujer es una ogra, con razón su prometido no se presentó en el altar. No pregunten como lo sé, aquí soy amigo de todo el instituto.
Solté un desvergonzado bostezo.
—Que pereza venir en las mañanas.
Pero está bien, iré a comer algo rico para que mi estomago este feliz y luego regresaré a mis clases con un nuevo ánimo. Tal vez aproveché este tiempo libre para ir con mis amigos, hace una semana que no hablamos. Sé que no están molestos conmigo por rechazar a Bryan una tercera vez, había sido un trato entre nosotros y los resultados me favorecieron afortunadamente, sería estúpido odiarme cuando era obvio el veredicto final. Tampoco he hablado con Bryan desde entonces, y a decir verdad, decaído no se encuentra, pero tampoco parece estar en las mejores condiciones. Escuché en uno de esos chismes escolares que Bryan había reprobado su examen final, situación que no me sorprendería si fuésemos Jos o yo, ¿pero Bryan?
No diré que yo estoy de maravilla, eso es mentir, puedo evadir este sentimiento de culpa en mi pecho pero no logró desaparecerlo. De algún modo me duele que Bryan ya no sea el mismo chico que todos conocemos, y he sido yo quien lo ha provocado. La única solución que me queda es hablar con él, pero cómo lo haría si cada que lo tengo de frente mis ojos se desvían a sus malditos labios y de pronto el recuerdo de nuestra cita hace eco en mi cabeza.
No me gusta pensar en ese día, fue vergonzoso y me irrita la piel.
La sensación de sus labios puestos sobre los míos permanece hasta el día de hoy. Me molesta tanto su constante presencia pero no consigo nada para evitarlo, sé que es duro borrar lo que fue esa sacudida emocional. Detesto aceptármelo, pero me gusto.
Bryan, desaparece de mi interior.
No sé qué me pasa, ha estado rondando cada segundo en mi memoria, inconscientemente siendo relacionado con cualquier estupidez. Una necesidad por él se vuelve cada vez más intensa, precisa ante el llamado, pero todo el tiempo retengo mis anhelos. Ha estado siguiéndome de cualquier forma y eso es como la migraña. Quisiera acabar con lo que siento. Bryan despertó un sentimiento que ni yo mismo sabía que existía en lo que soy.
Bryan, aléjate por favor.
Cuando al fin llegue a la cafetería escolar, intenté acercarme a la cooperativa y pedir un par de sándwiches; de sólo imaginarme a mí mismo devorando aquel emparedado ya siento la saliva escurriéndome por la barbilla. Pero mis necesidades fisiológicas se vieron interrumpidas a medio camino cuando percate la presencia de un grupo de chicas devorando con la mirada e insinuándosele a Bryan sin pudor justo a dos mesas del recinto.
Bryan está repleto de chicas hasta el cuello y no parece incomodarle. No lo parece. Y esas son muchas chicas. Demasiadas. Un número desconsiderable de mujeres rodean a Bryan. Lo rodean, y tocan. Maldita sea, son demasiado atractivas...
Extrañamente hice mis manos puño y un calor invadió mis orejas. Pensamientos homicidas me abarcaron la cabeza como hormigas delante de un cubo de azúcar. Esas chicas se verían mejor de rojo recorriéndoles el cuerpo...
¡Un segundo! ¿Qué acabo de pensar?
Debo estar volviéndome loco. ¿Eso fue una masacre en mi mente?
Señor del cielo, dime que esto no son celos. No lo pueden ser.
—¡Ay, Bryan, deberías pasar más tiempo con nosotras! —chilla una del grupo, abrazando al castaño.
¿Cómo se atreve a tocarlo? ¡Joder! Esto me enferma... ¡¿Por qué cojones todavía no se aparta de él?! ¡Agh!
—¡Suéltalo! —grité.
Me llevé las manos a la boca cuando me di cuenta de lo que hice. La expresión confundida de Bryan e indignado del resto del grupo me dio un escalofrío en la zona frontal de mi cuerpo.
¿Por qué, señor Jesús? Sólo tenía hambre... ¡¿He pecado por un bocado de tu sagrado alimento?!
Di media vuelta y huí inmediatamente de la cafetería. Díganme cobarde o gallina, lo permitiré, prefiero correr lo más lejos posible que darles explicaciones al grupo; ni siquiera yo sé que me ocurrió.
En mi intento como atleta, llevando más o menos casi la mitad de la escuela recorrida, un muchacho aparece justo en mi camino ocasionando que choque con él y ambos acabar en el suelo con un dolor insoportable en la cabeza. Trate de incorporarme sin aumentar mi lesión reciente. Sacudí la cabeza y espere a que mi visión volviese a la normalidad. Solté un pequeño grito y cubrí mi rostro con ambos brazos al darme cuenta que el chico que taclee es Jos.
Joder, estoy muerto.
Oí al de cabello oscuro bufar y la presencia de su cuerpo a un costado mío desaparecer. Retiré el bloqueo físico de mi rostro y lo miré atentamente; era evidente su disgusto, aquellos brazos cruzados lo remarcaban, además de que fruncía el ceño.
Esperé un golpe de su parte o alguna clase de reclamo –últimamente es a lo que se dedica–, pero nada de eso, de su parte tuve su brazo extendió hacia mí. Acepte la ayuda un poco extrañado.
—Gracias —le dije una vez que estuve de pie.
—¿Por qué corrías de esa manera?
—¿Ah? Pues... ¡Ejercicio! —mentí y comencé a trotar para darle más credibilidad a mi engaño— ¿Quieres acompañarme? Ya sólo me falta una vuelta más para completar los diez kilómetros.
—No gracias, estoy en forma.
—¿De verdad? –fingí que limpiaba una gota de sudor sobre mi frente— ¡Uf!, es muy efectivo, ya baje dos...
—¡Por favor, Leyva! —espeta frustrado— Como si no te conociera de al derecho y al revés. Te cansas con el primer metro. Dime lo que verdaderamente te pasa.
Detuve mis movimientos porque ya comenzaba agotarme, y Jos me descubrió. También sólo a mí se me ocurre mentirle al de ojos grandes. ¿Cómo explicarle que me puse celoso de Bryan? Ya de por sí me parece estúpido, ahora ¿tener que aceptarlo? Estaría tragándome mis propias palabras y no puedo permitirlo. ¡No me interesa Bryan Mouque!
Eche un suspiro afligido y de pronto su mano se hallaba apretando mi hombro, viéndome con angustia.
—¿Qué te pasa, Freddy?
Vi al sujeto de manera extrañada. Es cierto, me parece muy sospechoso que estuviese preocupado por mí de cualquier manera. Somos muy buenos amigos, pero Jos es de esa clase de personas que no practica la solidaridad sin tener nada a cambio. Llevé una mano a su frente, verificando su temperatura.
—¿Estas divagando?
—¡Agh! —exclama dándome un manotazo— Estoy hablando en serio.
—No tenías que golpearme —hice un puchero, sobándome la mano. Me rindo cuando la inquisidora mirada de Jos intenta persuadirme—. No, amigo, no estoy bien. Acabo de cavar mi propia tumba.
Jos levanta una ceja, interesando. Deshace el cruce de sus brazos y adopta una posé relajada.
—¿Por qué lo dices?
¿Se lo digo o no se lo digo? No puedo llevarme esto hasta la muerte, ¡estoy agonizando!, necesito desahogarme lo antes posible. Si lo mantengo en secreto tal vez explote, pero si le doy mayor importancia posiblemente suceda algo peor que haber quedado en ridículo frente a Bryan.
¿Por qué eres así, Alfredo?
—Am... ¿Freddy? ¿Está todo bien dentro de tu cerebro de ardilla?
—Primero prométeme que nada de lo que te revelare se lo dirás a los chicos, ¡por favor!
—Sí está bien. Cuenta con mi discreción.
—Bueno —tomó un gran bocado de aire. Los nervios intentaron controlarme pero fui más inteligente que ellos—. Es que... vi a Bryan con unas chicas, muchas chicas; y ellas estaban de coquetas con él, pero muy coquetas; y entonces una lo abraza restregándole los pechos mientras que otra le acaricia la pierna hasta subir su mano y...
—¿Recuerdas que Bryan es homosexual? —interrumpe mi importantísima declaración con algo tan acertado como eso— Estoy seguro que todo es inventó tuyo, Freddy.
—No, no, no... Tal vez lo de la segunda chica sí, pero te juro que la primera chica sí hizo lo que dije que hizo.
—De acuerdo. Supongamos que es cierto. ¿Qué hay con eso?
—Celos —confesé muy a penas con valor.
Estoy perdiendo el equilibrio de mi alma muy en el fondo. Me arrepiento de haberlo dicho en voz alta. Ahora quiero morirme, y yo siempre he amado mi vida.
¿Por qué a mí? ¿Por qué tuvo que pasarme esto a mí?
—Celos —repite con cautela, procesando la palabra.
—Celos, muchos celos, tenía celos por Bryan.
Jos abre muy bien sus parpados tras mi declaración. Da un paso atrás y sonríe.
—¿Me estas jodiendo?
Mis mejillas se pusieron completamente rojas.
—¡No te rías! ¡Esto es importante!
—Perdón pero... es que no me lo puedo creer. Tú habías dicho que no sentías nada por Bryan.
—Y no lo siento.
—¿Entonces por qué estabas celoso?
—Yo...
Cerré mi boca. Esa era la clase de cuestionamientos que estaba evitando cuando salí huyendo de la cafetería. Ni yo estaba seguro del porqué, había salido por impulso, igual que el beso en la pista de patinaje. Todo es un mal entendido. Lo es.
Me enfade bastante al recordarlo, y con un responsable delante de mí no estaba ayudándome en nada. Aquella escena de nosotros sobre el suelo de la pista de patinaje besándonos viene a ponerme aprueba y de pronto me siento tan avergonzado que quiero esconderme debajo de una roca.
—¿Qué te pasa, Fred?
Mi mirada se encontraba perdida en el suelo, reproduciendo el suceso en mi memoria.
—Bryan me besó... y-y yo le respondí. Pasó en la cita.
Es tan humillante, una escoria. Me siento realmente mal y no sé si es porque jamás voy aceptar lo que temó o porque quiero a Bryan lejos de mi vida por la razón anterior. ¿Por qué tuvo que sucederme algo así?
¿Por qué me elegiste a mí, Bryan? ¿Por qué? Habiendo tantos hombres iguales o mejores que yo, dispuestos a darlo todo y enfrentar hasta dragones por ti, ¿por qué aceptaste entregarme tu corazón de esa forma tan arriesgada, como si supieras que jamás voy dejarlo caer? ¿A caso creerías que iba amarte, o por lo menos quererte? ¿De dónde rayos creció aquella esperanza? ¿Qué hice para que me amaras? Te he lastimado, tres veces ya y aún no te rindes. Rondas en mi cabeza repitiéndome cuando me quieres de día y apareces en mis sueños besándome de noche; por la tarde eres una constante presencia hecha de carne y hueso. Con sólo mirarte a los ojos me doblegas, quiero gritarlo también y besarte una vez más.
Pero no debo...
—Freddy...
Sentí la mano de Jos pasar suavemente por una de mis mejillas, limpiando los residuos de agua que salían de mis ojos de forma abundante y amarga. Aleje sus manos y negué levemente con la cabeza, retrocediendo.
—No quiero acercarme a Bryan. Me hace sentir extraño.
—Esa sensación se llama enamoramiento.
—¡No! ¡Bryan, no me gusta, Jos! –grite, negado a creerlo– Fue un error, ¿sí? Recuerda que la cita era un trato entre nosotros para que me dejaran tranquilo. No acepté ninguna oportunidad entre nosotros.
—Entonces... todo fue un compromiso. Yo nunca te interesé.
Giré sobre mis talones y encontré al dueño de la tercera voz salir de unos arbustos del jardín. Podría describir todo el perfeccionismo que tiene aquel sujeto, pero únicamente hablare de su rostro y de la gran decepción que representaba hacía mí, la cual no quería presenciar...
No quería verlo con su labio inferior temblando, no quería que sus mejillas adquirieran un color rojo de impotencia, no quería que sus cejas se fruncieran con confusión, ni mucho menos quería que sus ojos temblasen y de ellos desprendieran lágrimas. Era un panorama horrible, tan devastador, roba mis fuerzas y mi orgullo.
Intenté acercarme a Bryan. Di el primer paso y él retrocedió otro. Lo miré a los ojos, me advertía con ellos. Su bello color marrón es mucho más oscuro y penetrante, casi atravesándome el pecho.
Trate de decir algo, lo que fuera, una clase de disculpa o tal vez una explicación, pero incontrolables balbuceos salían de mi boca y no me daban otra opción más que callar. Callarme por completo.
Era inevitable romper nuestro contacto visual, me tenía hundido con él. Entré más escusas me inventaba, más sufría Bryan al verme intentarlo, así que renuncie.
Lo mejor que puedo hacer es decir la verdad. La cruda, despiadada y miserable verdad... pero mi realidad ya es otra.
Negué levemente con la cabeza y baje mi mirada avergonzado, no teniendo nada para decirle.
—Gracias... Por ser un maldito imbécil.
Y entonces huyó lejos de mí con lágrimas en sus ojos marrones. Se fue.
¿Por qué siento un gran vació al verlo partir?
..
¡Hola, hola!
Lo sé, lo sé 8( Estamos haciendo sufrir demasiado a nuestro Bryan querido, y él siendo un amor con Freddy que ni lo pela :'c ¡Ya no la friegues, Bryan, vete con Jos! lml
Oh, y no olvidemos a la mente maestra detrás de un drama tan profundo como éste... ¡Mr. Drama!
Ya, callen sus aplausos, me dejan sordo.
Como siempre, un amor. Ya me conocen, y quienes no, pues vayan haciéndolo, babotas.Deja de estar insultando a mis FLS.
¿Qué les pareció el nuevo capítulo? ¿Sufrieron? ¿Lloraron? ¿Odiaron mucho a alguien? ¿Creen que Freddy algún día entenderá que lo que siente es amor por Bryan o seguirá de estúpido como siempre? ¿Terminaran juntos o jamás habrá un final feliz? :00000000
Les advierto que ahora estoy al mando y la cosa se pondrá tensa en estos últimos tres capítulos. Muajajajaja...
Deja de asustarlos, Mr. Drama...
Esperamos que les haya gustado mucho y que continúen divirtiéndose con nuestra #BreddyWeek :D
Recuerden darle mucho amor a otras #BreddyWeek's, cuento con su apoyo <3
Les mando muchos besos y abrazos.
Mr. Drama sólo odio.
Nos leemos mañana.
-Cinaferonte6<3
-Mr.Drama9</3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro