Beso
AMOR.
—Tía, acéptelo, hice algo horrible —me lamenté, hecho una vergüenza inmunda para la sociedad. No podía olvidarlo, nada de esa noche.
—Cariño, no voy a negar que tus acciones fueron las equivocadas, pero tampoco puedes estar lamentándote de por vida.
—¿Entonces qué hago? —inquiero elevando la voz, incorporándome de mi pupitre— ¿Finjo que nunca pasó y me coso una sonrisa? ¡Por Dios!
Me aferró a la cabeza frenéticamente con las manos, el sentimiento de culpa trajo voces que gritan en mi interior, me golpean sin piedad. Leidy se acerca a mí y trata de tranquilizarme, pero nada de lo que hiciera serviría. Golpeo la mesa donde segundos antes me encontraba sentado y posteriormente regreso a mi asiento, intentando descansar de mis impulsos suicidas. Requiero un gran bocado de aire antes de darle explicaciones razonables a Leidy por mi comportamiento.
—Perdón —fue lo único que se me ocurrió decir.
Ella hizo una mueca desagradable, acción que disminuyó todavía más mis ánimos, si es posible.
—Bryan, tu intensión no era acostarte con él y después dejarlo ahí botado como dices —Leidy aprieta mi hombro derecho con cariño—. Estoy segura que Freddy tampoco planeaba aceptar.
Baje la mirada, avergonzado, y mis mejillas adquiriendo un color rojo.
—Lo hicimos de todos modos... y Freddy ya nunca querrá hablarme.
—¿Por qué piensas así, cariño? Fue decisión de ambos. No sólo tú lo hiciste.
—Pero Freddy no siente nada por mí, no me quiere como yo lo quiero a él, ¿qué tal si sólo aceptó por lastima o lo hizo porque está acostumbrado? Freddy siempre tiene sexo, por no decir que todos los días.
—Entonces no tienes nada de qué preocuparte. Sí lo hizo por lástima o por costumbre, no debe estar odiándote. De seguro hoy viene a clases y las cosas estarán como si nunca hubieran pasado.
Una lágrima recorre sigilosamente mi mejilla. Oí a mi tía afligirse, entonces me abraza.
—Ay, cariño. Realmente te gusta, Freddy.
Le correspondo el abrazo con un poco más de fuerza.
—Lo quiero demasiado.
Cuando conocí a Freddy sentí que mi mundo cobraba un sentido diferente, uno mucho más importante y bonito, me asosegaba el hecho de verme completo de forma interna. Los días que él me acompañaba en mi soledad, regalándome una de sus más preciosas sonrisas y platicándome sus más profundos secretos, fueron tesoros que conserve con tanto amor. Los mejores momentos de mi vida fueron a su lado. Comenzando con una pequeña amistad, está se fortaleció de sobremanera, explicándome detalladamente que mi corazón no latía por la emoción, sino por el sentido de mi vida que ahora Freddy me entregaba. Conocí a grandes personas, Elenha, Jos, Alan y Alonso, pero ninguno como lo es Freddy Leyva. Este chico me tenía colgando de un ala.
—¿Bryan?
Jos entró al aula donde me hallaba con mi tía Leidy charlando sobre lo sucedió ayer con Freddy. Me hizo entrega de un globo blanco y una nota, después sólo se fue de aquí dejando en mis manos aquellos extraños objetos. Miré a mi tía, quien se encoge de hombros sin entender nada como yo.
—¿Qué esperas? ¡Ve lo que contiene! —me presiona.
Abro la nota y con lo que me encuentro es mi propia caligrafía.
"Daremos un paseo por el mundo de los recuerdos, ¿te animas? Toma el globo y ve al campo de tenis."
—¿Qué dice, Bryan?
—Es...
Leí la nota un par de veces más sin entenderlo todavía, hasta que mis neuronas chocan entre sí y me ponen de pie rápidamente, mandándole una señal a mis piernas para moverse, yendo al lugar solicitado.
Cuando entró al los campos de tenis, justo en la red donde Freddy y yo compartimos un amistoso partido, se hallaba otro globo con la siguiente nota:
"¡Buen partido! Ahora ve al salón de sociales, necesitan tú ayuda para un proyecto."
Tomé el globo en mis manos y corrí de regreso a los edificios. Subí al tercer piso y a dos puertas mano izquierda, encontré la siguiente pista. Que días, nuestra primera exposición juntos como equipo.
"Gran exposición, has acreditado la materia. Acompáñame a la cafetería, quiero que conozcas a alguien."
Cuando llegue, la mesa con la mejor vista al exterior, un globo blanco relucía. Lo recuerdo bien, aquí me presentó con Alan, Jos, Alonso y Elenha; ahora son mis mejores amigos.
"Ahora eres parte de nosotros. Pero ahora necesitas pasar tu examen de cálculo, ¿recuerdas en que salón es?"
Llegue y la nota estaba ahí. Freddy me había dicho que era el mejor tutor que pudieron haberle asignado para su extraordinario.
"Olvidaste poner tu nombre en el examen, afortunadamente el maestro Rafael te lo recordó antes de irte. Oye, ¿hoy no es el partido de basquetbol?"
Anímanos con todo nuestro corazón a Jos por el campeonato. Después de ganar sólo nosotros seis nos fuimos a festejar. Freddy se había puesto muy borracho, y dijo cosas que él jamás recordará.
"¡Ganamos! ¡A festejar! Se te antoja... ¿un picnic en las gradas?"
Somos tan originales, siempre te gustó ver a las porristas ensayando para los partidos. No podía negarme, me gustaba verte sonreír y pasar todo el día contigo.
"Linda coreografía, pero no como tu sonrisa. Creo que alguien está llorando debajo del gran tronco torcido."
Mis padres me obligaron a dejar el patinaje sobre hielo y me apartaron de mis padres adoptivos. Fue una tortura. Al menos estuviste ahí para abrazarme y siempre hacerme reír con tus ocurrencias.
"Lindo gesto el tuyo, ahora se siente mucho mejor. Oh, oh, nos brincamos una clase... ¡A detención!"
Dijiste que no pasaba nada y tuvimos que pasar dos horas callados frente al profesor Humberto. No vuelvo a intentar escaparme de la escuela.
"Ya puedes irte, se terminó el tiempo. Ve al casillero #8238."
Estuve buscándote por toda la escuela y te encontré besándote con Melanie, recuerdo haber memorizado su casillero. Ese día aprendí que tú me dolerías hasta en lo más hondo de mi corazón, y nada iba a detenerlo.
"¿Encontraste lo que buscabas? El laboratorio de química se supo las consecuencias."
Alan me enseñó a crear un explosivo con distintas sustancias. Chantaje el experimento de Melanie y perdió las pestañas y cejas hasta que le crecieron de nuevo. No pude contener mi carcajada, Alonso y tú también rieron, me sentí mejor al saber que no te importaba aquella chica.
"No juegues con químicos, mejor visitamos la enfermería para ayudar. ¿Estás conservando cada globo? ¡Por favor no los olvides!"
Te torciste el pie al intentar seguirme el paso. Eres imposible, Freddy, jamás creí que fueras alérgico al ejercicio. Debía haber algún desperfecto en ti, pero todavía me pareces hermoso.
"No fue nada grave, podemos continuar el recorrido. Necesito a alguien que pueda ahuyentar un bravucón, ¿me ayudas?"
Me defendiste de Darían, quien por dos terribles semestres estuvo abusando de mí, exigiéndome dinero y hacerle las tareas a cambio de un cuerpo sano y sin huesos rotos. No me gustó verte golpearlo hasta que sangre brotara de su rostro, pero no me dejaste entrometerme, estabas completamente furioso.
"Te suspendieron un mes completo, pero te has vuelto en un héroe para todos. Te damos la bienvenida en el club de natación."
Hicimos una pequeña fiesta por tu regreso. Alberca, juegos, comida, música. Realmente nos divertimos.
"¡Prff! ¡Qué frío! Ve por una toalla para cubrirte, no te pegues un resfriado."
Me abrazaste por el gran detalle que te hice. Al oído, susurrando, dijiste que me querías demasiado. Sonreí como idiota. Me hiciste el hombre más feliz del planeta con tu declaración.
"También te quiero... con buena salud. ¿Ya viste los tulipanes que sembramos para la clase de biología? Están preciosos."
La maestra Angélica nos pidió sembrar flores de cualquier tipo para la nueva área verde de la escuela. Tú me dijiste que tulipanes ya que te recordaban a tu difunta madre. Cuando las vimos crecer sonreíste de una manera que jamás podre describir, estabas tan contento que comenzaste a llorar y me confesaste que cuando ibas a su tumba le hablabas de mí, y desde el más allá, ella te pidió sembrar los tulipanes conmigo. Ambos lloramos y nos burlamos del otro por lo tan absurdo que nos veíamos.
"Son las flores más hermosas honestamente. Hoy nos retaron a un partido de futbol y necesitamos un portero. Ve y ayúdanos."
Tus reflejos parecen estar mejor desarrollados que los de un gato. Ganamos gracias a ti, no pudieron meter ningún gol, ahora veremos al equipo contrario usar falda por todo el instituto.
"¡Goooooooooool! Luego de tanta adrenalina es hora de un descanso, vayamos a la cooperativa por unas sodas"
Cualquier momento era especial entre nosotros, esa vez no fue la excepción. Me contaste lo que fue perder a tu madre, lo que sentiste al ver a tu padre casarse de nuevo y lo difícil que fue para ti adaptarte a los nuevos miembros de la familia. También te conté mi historia, porqué mis padres biológicos buscaron padres adoptivos para cuidarme y enseñarme lo que es la vida, sobre mi afición por el patinaje.
"Gracias por contarme tus secretos. ¿Quieres ver una película en el audiovisual?"
Te odie tanto. Sabías que las películas de terror no eran mis géneros favoritos. Estuviste correteándome con un muñeco de Chucky tamaño real por toda la sala. Yo no quería abrazar a ese horrible juguete.
"Graciosito, horrible película la que vimos. Mi turno, veamos las nubes desde el tejado, vence tu miedo a las alturas."
Ese día tuvimos una charla, fue incomoda y a la vez sentimental. Te dije que me gustabas, pero tú no me veías de esa forma. Reprimí el llanto que requería hacer mención, no volví a ver tus lindos ojos porque sabía que ellos no brillaban al ver los míos, las piernas me temblaron como mis manos lo hacían. Me sujetaste fuerte entre tus brazos y pediste disculpas; después sólo te fuiste.
"Yo no quiero ser tu amigo. Necesito que leas la última nota. Ve al salón de matemáticas."
Me mantuve quieto frente a la puerta. El cuerpo me temblaba. Veinte globos blancos estaban bajo mi poder y la misma cantidad de tarjetas venían en mi bolsillo derecho. No entendía muy bien que estaba pasando. ¿Por qué mis notas estaban esparcidas otra vez en toda la escuela? ¿Por qué Jos me entregó la primera? ¿Qué significa?
¿Y si es Alfredo quien ha hecho todo esto por mí?
Con aquel pensamiento acelerándome el corazón, abrí la puerta. No había nada dentro, salvo un hermoso recuerdo que perdurara en mi memoria toda la vida: Aquí fue donde conocí a Freddy Leyva, en clase de matemáticas. Necesitaba un sacapuntas y él amablemente me prestó el suyo. Nunca había visto unos ojos tan bonitos como los de él. Su color me parecía misterioso, eran encantadores, hipnotizantes, y fácilmente lograba perderme en ellos. Su hermosa sonrisa encantó a la mía y reí levemente, aceptando el útil. Desde ese día quise saber más de Freddy, conocer a Freddy, ser amigo de Freddy. Y ahora soy de nuevo un desconocido para Freddy.
Busque la última nota que hice para Freddy cuando pensaba declarármele con un mejor estilo. La encontré en el mismo lugar donde la había puesto yo: La pizarra. Avance hasta ella y esperé leer mi propia declaración, pero no fue así.
—Bryan... me gustas —dijeron a mis espaldas.
Gire sobre mis talones, encontrándome con Freddy agarrándose del brazo y mordiendo su labio inferior con un gran rubor en sus mejillas.
—¿Qué?
Se acercó un poco más a mí y bajo la cabeza.
—Me gustas. Realmente me gustas.
Parpadee muchas veces, unas mil diría, tratando de asimilar sus palabras.
—¿Qué?
—¡No voy a repetirlo, Bryan! —gruñe con el ceño fruncido y una mueca en su boca, está vez mirándome directamente a los ojos.
Sentí la garganta reseca, mis sudor bajar como cubos de hielo y casi pierdo el equilibro con éstas piernas que parecen hechas de papel. Miró impactado a Freddy, creyendo que mis orejas me traicionan, pero al ver su brazo extendido hacia mí con una rosa en mano supe que no estaba soñando. Todo era real.
Mierda, mierda, mierda.
—Yo... gracias —dije, aceptando la rosa—. P-Pero... ¿por qué haces esto?
Freddy me mira todavía más furioso que antes.
—¡Porque me gustas, carajo! ¡¿Qué acaso estas sordo?!
Mi corazón dio un gran salto.
—¿Te gusto?
Rueda los ojos y se sube al escritorio de un solo brinco; jala de mi camisa y me acerca a él, al punto donde nuestras frentes se unen y puedo respirar el mismo aire que el expulsa. No me he desmayado todavía porque enserio he esperado tanto esté momento que no quiero arruinarlo por mi mediocridad.
—No sólo eso. Me enamoré de ti.
Abro mis ojos abruptamente.
—Freddy...
—No sé cuándo, no sé cómo, no sé dónde... pero lo hice.
Sus labios se adueñaron de los míos, me hicieron perder la noción del tiempo, olvide mi nombre, el lugar donde nos hallábamos. Cerré mis ojos de apoco, dejándome llevar. Su boca se movía tan bien entre la mía, en perfecta sincronía, como si estuviesen hechas para estar juntas. Encajaba conmigo. Acune su rostro entre mis manos, acercándolo todavía más a mí, mis dedos acariciaban con ternura sus acaloradas mejillas. Toco con mi lengua el borde de sus labios y estos se abren dándome acceso a todo su interior; lo saboreo con paciencia, recorriendo cada parte de él y cautelosamente lo memorizo; me maravillo con su sabor y el escalofrió que me recorre de pies a cabeza. Freddy suspira entre mi boca y me besa todavía con más pasión, me muerde los labios y tira de ellos de una manera demasiado provocativa que me vuelve loco. Oigo nuestras respiraciones agitadas, a nada de hacernos perder todo el oxigeno. Algo dentro de mí se rompe cuando no tengo más remedio que apartarme de nuestra bella caricia. Lentamente alejo mis labios sobre los suyos hasta el último rose. Mantengo nuestras frentes unidas y los ojos cerrados, ambos recuperando el aliento.
Sus delicadas manos se aferran a mi prenda como si fuese a irme y yo las remuevo de donde están, entrelazándolas con las mías. Deja un corto beso en mis labios y aprieta el agarré.
—Tranquilo, bebé, no pienso huir a ninguna otra parte —se lo hago saber y cuando me oye me regala una preciosa sonrisa, de las que más me encantan.
Sus brazos me envuelven, a los cuales, les correspondo el cariño.
—Te quiero —susurra en mi oreja—. Te quiero mucho, Bryan.
—Yo te quiero más.
Permanecimos abrazados por un largo tiempo, o eso creí. Junto a Freddy cada segundo me parece eterno. Su corazón tan emocionado como el mío me golpeaba el pecho, y lo fabuloso de sentirlo fue que ambos se escuchaban e iban calmándose en una sola sinfonía. Apreté a Freddy un poco más a mi cuerpo, disfrutando su cercanía. Rece por tenerlo más tiempo así, más días así, toda la vida así si es posible. Ya nunca jamás querré estar lejos de él. Lo amo tanto.
La puerta del salón se abrió, dejándome ver a mis cuatro mejores amigos. Alonso sonreía eufórico, gritando sin emitir ni un solo sonido; Elenha y Jos levantaron sus pulgares, felicitándome mientras su sonrisa de alegría decían demasiado; mientras tanto Alan no cambio de gesto pero asintió en mi dirección. Luego de eso, cerraron la puerta y nos dejaron solos. Freddy nunca se dio cuenta de lo sucedido.
—Oye —me llama Freddy, apartándose de mí—, eso quiere decir que... ¿somos novios?
—No lo sé. ¿Tú quieres ser mi novio?
—Am... Pues sí —responde, tiñéndosele las mejillas de color rosado fosforescente—. ¿Y t-tú quieres ser e-el mío?
—Absolutamente.
Freddy sonríe más relajado y echa a volar un suspiro. Vuelve a besarme y aún siento su bella sonrisa sobre mis labios. Lo veo a los ojos y estos relucen como la más brillante estrella en el cielo cuando me miran. Me reflejo en ellos como él se refleja en los míos. Los dos estamos perdidamente enamorados. Es lo más hermoso que me ha pasado, perdernos en un paraíso que únicamente ambos conocemos y que el amor reine nuestro mutuo sentimiento. Nos amamos.
Él es mío y yo soy de él.
¡FIN DEL FINAL!
Ya se acabo nuestra bella #BreddyWeek, FLS (':
Y el final ha sido uno de mis favoritos ya que se vive un hermoso dejavu y se nos explica lo que contenían las cartas, los lugares que visitaron y la razón principal de porque Bryan estaba tan aferrado a Freddy... Ay, no sé, ame muchísimo escribir esta historia :''''3
¿Y a ustedes que como les pareció? ¿Les gusto? ¿No les gusto? ¿Esperaban más, menos, nada? ¿Han amado más a Breddy? ¿Qué tienen para contarme?
Dios, fue algo hermoso esté recorrido. Lo ame <3
Y sé que Mr. Drama también lo hizo, ¿verdad?
Un poco, debo admitirlo. Pero eso no borra lo absurdamente romántica que me pareció. Dame un segundo, iré a vomitar...
Que exagerado eres, y ridículo también.
Mugres novelas con lecciones, amor y demasiada miel derretida en cada capítulo. No sé, un día mata a todos los personajes.
Algún día, Mr. Drama, algún día.
Esperamos que les haya gustado muchísimo la #BreddyWeek y se hayan divertido demasiado leyendo cada novela que participio como también haber leído "A-M-I-G-O-S". Recuerden que utilizamos la canción "Herida Mortal" para la historia y les juro que queda perfecta para hacer un tráiler o algo, usamos muy bien el concepto <3
Y por si no se han dado cuenta, cada subtitulo crea la palabra "amigos". Observen: Amor, Me equivoque, Imposible, Gracias por aceptar, Obligado, Socialmente correcto. Ya sé, los he deslumbrado (;
Jajajaja... Gracias por aclararlo, Mr. Drama xD
Oh, y también quiero hacer mención del anime "Rainbow Days", con el que me inspiré para los personajes. De hecho utilice a Keiichi Katakura para la portada porque físicamente se parece a Bryan, ¿a poco no? :3
Aquí les dejo que personaje interpretan:
Bryan Mouque: Natsuki Hashiba, el sensible y algo tímido pero muy amable con todos.
Freddy Leyva: Tomoya Matsunaga, el mujeriego, popular y lindo con todas las chicas que se encuentra.
Jos Canela: Tomoya Matsunaga también, personalizando su contraparte agresiva e impulsiva.
Alonso Villalpando: Keiichi Katakura, el chico amable y bueno en los deportes pero todo un sádico.
Alan Navarro: Tsuyoshi Naoe, personalidad seria, indiferente, un buen estudiante que no expresa ninguna emoción físicamente.
Jajajajaja... Yo y mi anime, ¡pero no soy Otaku!.... x'D
Se nota, mujer -.-
Gracias por apoyarnos esta semana y nos leemos muy próximamente con "De Mal en Peor", la precuela de "Closet."(; Vayan y disfruten el final de las demás #BreddyWeek participantes, recuerden que su apoyo es súper importante para nosotros. ¡Los amamos!
Les mandamos muchos besos, abrazos y un poquitito de odio.
-Cinaferonte6<3
-Mr.Drama9</3
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