No hay más barcos ni más puertos, sólo lluvia en sus manos; no hay más voz que su voz, no hay más vuelo ni más risa que esta lluvia en las manos.

Pequeños copos danzan en la gélida brisa, caen como pizcas de azúcar, y las lágrimas que caen de sus ojos bajan por sus blancas mejillas, caen como gotas de lluvia, pero sus manos les impiden dejar caer al piso, conservando la lluvia en sus manos.

Sentada siempre en el mismo rincón de cada noche, la única pequeña del mar se queda a solas en la noche a recoger en sus manos el mismo ramo de lluvia que suele llorar. La oscuridad que brindaba la noche era el mejor manto que la podía cobijar, su corazón aún dolía, su pecho dolía, recordando cada noche los sucesos de aquel fatídico día.

Mechones morados sobre sus hombros y espalda, escondiendo a la vista, la tempestad en sus manos.

Si sólo estas hubieran podido rescatar a su amigo también.

Personaje: Chisaki Hidaidara.

Espero que les haya gustado.

Y si fue así, regalenme un voto para apoyar esta historia.

Nos vemos mañana.

-Danielle