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Capítulo 6: Solo un instante antes de la tormenta




Habían pasado algunos días desde la última vez que BaekHyun fue al tren con JongIn, y desde entonces... él ya no volvió. No era como si no hubiera querido, su emoción y hasta deseo por subirse al tren como siempre, a tener esa aventura, esa acción y diversiones que podía junto a Loey–sin contar el interés que había por el detective, ejem– le dijeron que lo hiciera.

Sin embargo, la discusión con JongIn, la molestia y lo que provocó hablar con él sobre lo que había hecho con su vida tras subirse a ese tren lo pegó con cierta realidad que tal vez había necesitado para reconsiderar lo hecho.

Tan solo al día siguiente de pelearse, BaekHyun ya había vuelto al tren. Como cada noche, se paró pasadas las doce frente a las vías, y mientras esperó se dijo con cierto enojo que no importaba todo lo que JongIn podía decirle, él era necio en saber que no pasaba nada malo con el tren como para seguir subiéndose. El por qué no subió a pesar de que el silbido se oyó solo unos segundos más tarde, no lo supo al instante. Cuando se volteó y quiso irse en un taxi a su casa sin fijarse en cuánto iban a cobrarle a su tarjeta (solo en la intención de alejarse lo más rápido posible de la estación de metro), la realización de que algo malo estaba haciendo le llegó como un golpe.

Algo le estaba pasando con subirse al tren, porque se sentía tan mal de no subirse, casi como si fuera a necesitarlo. Era... una droga, en sí. Y si quería pensarlo como para de verdad considerar lo que JongIn reclamó, necesitaba alejarse de eso que le estaba haciendo daño, distanciarse y quizá desligarse de este nuevo vicio que se había adquirido para limpiar su propia mente.

Volver al tren no iba a ayudarlo. Entendió que se sentía como una droga porque estaba arraigada a sus sentimientos. Al sentir que podía ser feliz ahí, que sus mejores recuerdos, experiencias y momentos los había creado en ese lugar, pero no era así. JongIn estaba en lo cierto al decírselo, había mucho más, y darse cuenta de eso le costó una completa noche de desvelo, dolores de cabeza, enojos, indecisiones, hasta llantos que después lo trajeron con los pies sobre la tierra.

Hacerlo solo consiguió que viera la cantidad de cosas que habían quedado desatendidas.

Entre tanto estaba su relación dañada con vecinos del gosiwon, obviamente su trabajo, su salud y su propia mente. Ir al tren lo había dañado de una forma que había puesto toda su atención en eso en lugar de él. Decía que era como una droga porque lo había vuelto dependiente, de creer que había una felicidad ahí, pero tal como le dijo JongIn, era limitada. Por algo buscaba adquirirla varias veces.

¿Acaso no había aprendido ya de algo así? Las adicciones pueden matarte. Él mejor que nadie debería saberlo.

A pesar de su realización, no habló con JongIn en los mismos días siguientes. Si iba a reflexionarlo, debía hacerlo por sí solo. Y sobre todo, necesitaba descansar.

Fue ahí donde comenzó a arreglar todos sus problemas.

"Me he puesto al corriente con el trabajo en el que había faltado, SeoHyun-ssi. Lamento mucho haber tardado tanto, no tengo alguna justificación ante lo que hice, pero esperaré actuar adecuadamente desde aquí en lo que me corresponde. Si mis faltas han causado algún daño, actuaré de acuerdo con mis consecuencias."

"¿Estás seguro de eso, BaekHyun?" SeoHyun le preguntó esa tarde que él se presentó como siempre a su trabajo. Desde la mañana había estado haciendo todo lo posible para revisar lo que pudiera haber dejado inestable, y ahora que tenía las cosas listas, se presentó en la oficina que se hallaba dentro del pasillo de sus casilleros. Era la estación de SeoHyun, donde el equipo de cámaras de seguridad se guardaba, junto con papeles importantes, archiveros, mercancía del LILAC y decoraciones. La mujer se hallaba ahí, entre todo, detrás de un escritorio pequeño con una computadora gorda que debía ser de la época del caldo y su jefa aún utilizaba para hacer informes con sus lentes puestos para verla. De la pantalla, se volteó a él en un parpadeo, y sobre su falta de respuesta por no saber a qué se refería, permaneció en su venia de disculpa hasta que SeoHyun suspiró. La vio entonces, mientras se subía sus anteojos y se inclinaba en su silla con los brazos cruzados sobre el pecho. "Quiero saberlo, porque la verdad no creo que estés en condiciones para nada ahorita. Ni para seguir con tu trabajo adecuadamente como dices o para actuar según las consecuencias que mereces."

"SeoHyun-ssi..."

"¿Qué ha estado pasando, BaekHyun? Te ves horrible, de verdad, ¿por qué...?"

BaekHyun se mordió el labio. No le supo qué decir, porque sabía que eso era cierto. Su aspecto físico era deplorable. Por más que usara bien su uniforme y se hubiera peinado, nada quitaba esa palidez o las ojeras que se había cargado de los días en su extraño desvelo junto a la mala nutrición de sus últimas cenas y hasta desayunos que faltaban por darse otros minutos de sueño.

No era como si pudiera decirle que estaba en un tren matándose físicamente sin notarlo. Tampoco podía contestar que consumía alguna droga, aunque eso pareciera, sabía que hacerlo lo llevaría al despido y peor... a la cárcel.

"No es nada de qué preocuparse, SeoHyun-ssi."

"¿Sí? Bueno, no quiero arriesgarme. No te quiero ver mañana aquí en el trabajo," BaekHyun quedó con la boca abierta en la sorpresa de eso. Casi temió que lo quisiera despedir, hasta que: "Te adelantaré tus vacaciones. Desde mañana vas a tomarte tus dos semanas que te corresponden en el año. Nada de venir al LILAC ni hacer más trabajo. Lo que sea que te ocurra, BaekHyun, debes resolverlo en ese tiempo, y cuando se termine, regresas aquí como el guardia de seguridad de siempre, ¿me entendiste?"

"Sí, SeoHyun-ssi, muchas gracias por su comprensión," BaekHyun contestó con otra venia de noventa grados. Tenía que darla porque eso era mejor que nada.

Recibir vacaciones ahorita no era lo que estaba esperando, pero lo prefería a ser despedido. Cualquiera habría creído que le fueran a dar algo similar. Si algún ser divino había iluminado a SeoHyun y le trajo un poco de bondad como casi nunca la tenía, BaekHyun no iba a cuestionarlo.

Como buen empleado, iba a agradecer, salir y despedirse de la manera en la que le correspondía.

Justamente eso hizo. Al irse por ser despachado en ese día, BaekHyun regresó a su casa.

Esas dos semanas de vacaciones que iban a darle eran tiempo suficiente para reponer sus malas acciones. Ahí estuvo desde el lunes. Primero sin ir al tren, luego resolviendo lo de su trabajo, para seguirle con arreglar los problemas que se provocó con sus vecinos.

Ese martes que se halló en su casa despertando tarde tras haber tomado una buena noche de horas completas de descanso, se encontró con TaeIl y DongYoung mientras preparaba su desayuno-almuerzo en su cocina. Supo que la tensión estuvo ahí entre ellos, porque al verlo–quizá sin esperarlo al conocer de antes sus horarios– rehuyeron de sus ojos. Bajaron mucho en volumen, casi estuvieron por retirarse antes del comedor al tener lo que fueron a buscar del refri, pero antes...

"Chicos, hum..." BaekHyun los detuvo en un llamado. Tras mirarlos tan inquietos en su inseguridad por cómo tratarle, él también batalló para saber arreglar lo suyo. Decir un cómo están o lo siento, no debí golpearlos como gángster podía parecer lo mejor, sin embargo, no sonaba a algo que fuera bueno para hacerlos sentir bien. Así que en su lugar, aun en su pijama de shorts y una playera holgada, BaekHyun se giró con su tteokbokki recién preparado y solo: "¿Gustan que les sirva un poco? Va por mí, hoy... quiero compartir con alguien."

Hizo un tratado de paz con comida. Claro que los dos muchachos lo miraron intrigados, casi dubitativos, pero quién se podía negar a algo oliendo tan bien. Sin contar que ellos solo estaban llevando dos ramyeon ya viejos y recalentados.

Se sentaron a la mesa para permitir que les sirviera, y en el intento de ser un buen vecino, BaekHyun repitió porciones y hasta empezó a conversar para que pudieran traer el ánimo de nuevo entre ellos. Vaya que lo hizo. Entremedio, los chicos se disculparon por actuar como unos idiotas esa última vez que se vieron, y BaekHyun lo desestimó con su propia disculpa. Las cosas quedaron bien después de eso. Y pudieron compartirse algunos chismes de la casa.

A mitad de la semana, BaekHyun ya se iba sintiendo mucho mejor. Había descansado, se arregló con sus relaciones recientes, en su trabajo, y él mismo se desintoxicó de esa adicción del tren porque en las noches ya no tuvo esa sensación de necesitar que debía salir para sentirse bien.

Se sentía bien solo con saber que había despertado lleno de descanso. Solo hacía falta una cosa.

Desde el jueves temprano decidió mandarle un mensaje a JongIn. Tenía que pedirle una reunión, para hablar porque en lo último que quedaron supo que dijeron muchas cosas bastante fuertes.

Para su sorpresa, JongIn aceptó, quizá porque seguía siendo ese buen amigo que se preocupaba por él aun cuando fuera ese terco idiota que le dijo o solo porque había cierta preocupación por desaparecer de nuevo en el radar. Sobre todo con el conocimiento de que ya no estaba yendo al LILAC. Si JongIn lo había visto o descubierto ante ver el reemplazo que le hicieron con el cubrevacaciones en su cambio de turno (o solo por la chismosa de SeoHyun que quería hacer cualquier conversación con él por ligarlo), debía tener sus cuestiones, pero igual, como buen amigo que es, JongIn se había esperado ahora para darle su espacio.

Ambos sabían que estaba en esa posición donde él debía reflexionar sobre lo dicho. Ahora era cuando se abría a escucharlo de haber algo que decir. Y vaya que era el caso.

Se reunieron en su cafetería favorita, entre las calles donde ambos vivían. Sobre su misma mesa que siempre ocupaban junto al ventanal, la segunda a la derecha de la puerta, BaekHyun lo esperó, y al verlo JongIn solo le pidió a la mesera que los atendió un café antes de recargarse en el respaldo para esperar su pedido.

Así como sus palabras.

"Lo siento, JongIn, tú tenías razón en todo lo que me dijiste," el café que le trajeron fue absorbido por el moreno en esa vieja chamarra de mezclilla que gustaba tanto de usar al igual que sus pantalones negros, y todavía sin verlo directo, BaekHyun suspiró: "Ahora que me he alejado del tren y estoy restableciendo mi vida, puedo verlo."

"Entonces, ¿eso hiciste? ¿No has vuelto a ir al tren?" Asintió, gustoso de saber que JongIn le dirigiera algo. Ya estaba temiendo que fuera solo una reunión de mala cara y ley del hielo por darle una lección de mejor amigo gruñón (con válido enojo). En su curiosidad, JongIn dejó su taza entre ellos y se inclinó sobre la mesa. "¿Desde cuándo?"

"Desde el día que fui contigo. No volví después de eso, yo... lo pensé, de verdad lo hice con todo lo que me gritaste, solo... no se sintió realmente bien hacerlo, aunque quise, me contuve."

"¿Fue por la culpa?"

"No, fue más porque..." sacudió la cabeza. "No lo sé, solo no se sintió bien. De algún modo supongo siempre supe eso, que lo que sea que estuviera haciendo no estaba bien, porque como tú, yo lo veía. No solo por mi físico, también en mi comportamiento. Y me estaba sobreprotegiendo en la idea de que eso me hacía feliz, pero es falso. Es verdad, tú lo dijiste, y necesité escucharlo de alguien más para hacerme escuchar esa misma voz en mi cabeza que ya me lo había estado diciendo, pero era opacada por la que creía que estaba llevando el mejor logro de mi vida hasta el momento."

La mesera le trajo luego su orden de papas francesas que él pidió, pero no tomó ninguna hasta el momento. Al despedirla con un rápido agradecimiento, BaekHyun aún miró a JongIn en sus ojos entrecerrados.

"Te agradezco por hacérmelo entender. En verdad eres el mejor de todos los amigos," JongIn alargó una mueca, y en el gesto, BaekHyun reafirmó: "En serio, lo eres. Por más que no quisiera que pensaras mal de mí, no puedo ignorar que sí tanto me arraigué de lo del tren no era solo por ese dinero que gané en él, o las aventuras y el amor, sino que me hizo olvidar esa miseria de persona que era en este mundo real. Pero solo fue un engaño. Era como si estuviera jugando a ser otra persona en una vida que no me corresponde."

"Esa es una mierda, ¿sabes?" JongIn le soltó, lo que le trajo un ceño fruncido. "No eres una miseria de persona, tampoco fue un engaño todo lo que viviste en ese tren. Porque sí, quizá nada de lo que hay ahí es de nuestro mundo, no es real en sí, pero lo que demostraste fue otro potencial que tienes en ti, , como ser humano que puede adaptarse y cambiar algo. Eres mucho más que solo este Byun BaekHyun que tiene que pagar alguna deuda, que vive en un gosiwon, trabaja jornadas largas hasta con horas extra en un centro comercial. Eres un hombre inteligente, divertido, rápido para pensar, astuto, fuerte y lo que es mejor... eres mi amigo."

"JongIn..."

"Al que quiero y que estoy seguro tu mamá pensaría lo mismo. Debes seguir en esta realidad para darte cuenta de todo lo que tienes, BaekHyun, no solo como una fantasía o un cuento que se lee para dormir en las noches."

"Gracias."

El almuerzo continuó luego de aquello. Entre conversaciones que lograron ponerlos al corriente en lo que cada uno andaba–con algunas quejas por parte de JongIn al contarle el comportamiento de SeoHyun y los chismes (como no podían faltar entre dos hombres) de lo que estaba pasando en el LILAC–, se despidieron una hora más tarde y lo hicieron con un abrazo.

"BaekHyun, en serio no regreses a ese tren, por favor," JongIn le dijo en medio del gesto, todavía pegado a él y con su boca cerca de su oído. BaekHyun asintió, por más que afianzó su agarre. "De verdad, es demasiado extraño, y no sabemos qué tipo de cosas pasan ahí con la mafia, muertes y asesinatos... no debe haber nada bueno. El mundo que hay ahí, debe ser algún infierno."

Lo aceptó en ese momento, sin embargo, sus palabras calaron de un modo que le hicieron pensar durante unas buenas horas. Muchas veces se lo había preguntado, pero ahora esa cuestión estaba llegando con el doble de curiosidad que antes: ¿qué era ese mundo del tren?

En serio, ¿acaso alguien lo sabía? ¿Lo habría entendido antes o se vio?

Obviamente no supo qué pensar. Tampoco era como si tuviera con quién hablar del tema. Después de lo tratado, estaba claro que JongIn no iba a querer, y por lo que le dijo, seguro iba a molestarle que volviera a traerlo a su conversación, como si todavía pudiera interesarle.

Lo hacía, claro, por más que no quisiera regresar ahí.

Quizá ante la inquietud, no evitó que esa noche en su cocina preguntara a otra gente en el gosiwon sobre algo al respecto. Por más que sonara un poco extraño, inició la charla entre sus vecinos cenando con un simple:

"¿Saben de cosas extrañas que pasen en el metro?"

"¿En el metro?" HyoJong contestó, tan amable como podía ser para no verlo raro como el loco que sonaba mientras comía un puré de papa del Kentucky, compartido con su adorable novia HyunAh al menos sentada junto a él a diferencia de otras veces. "¿Como qué cosas? ¿Robos, abusos, vandalismo o ratas en las líneas cerca a nuestra casa?"

"No, no me refiero a eso, algo más como... en la noche, cuando el metro deja de pasar o algo del estilo, quizá algo escalofriante."

"¿Te refieres a los mitos que hay alrededor del tren, oppa?" HyunAh preguntó con un ala en su mano y metida en su boca. BaekHyun se quedó sorprendido por esa respuesta tan directa, no esperaba que le llegaran al punto de esa forma, pero...

"¿Mitos?" Necesitaba información, cualquier cosa que la gente supiera, podría tomarla.

"Sí, hay diversidad de historias que se dicen del metro en distintas estaciones. Alguna vez creo que leí hilos de internet, como teorías, conspiraciones, cuentos a lo creepy pasta dichos entre niños como los del cementerio que ahora es tu escuela."

"Oh, esa es buena."

"¿Qué tipo de historias has leído o escuchado, HyunAh?"

"Mm, ¿los típicos, creo?" La chica se encogió y aun distraída con su ala, no tuvo preocupación de contarle como si hablaran de las noticias en el día. "Cuerpos enterrados bajo la nueva construcción tras la guerra, la división de Corea, gente que se suicidó en las vías y que viene a buscar venganza o son almas en pena que caminan a las tres de la mañana."

"Mm, dudo mucho que algo de eso sea lo que estaba pensando," BaekHyun contestó, un poco reacio. Más que nada porque, aunque no dudara de que hubiera gente que hubiera pasado por esas desgracias en aquellos lugares, su poca creencia en lo sobrenatural le hacía dudar que tuviera algo que ver el tren con lo que fueran seres diabólicos o una cosa parecida. Por más que pudiera serlo, como JongIn mencionó, algún infierno, el tren no parecía del todo una ilusión de gente que murió por causas desastrosas, pero ¿era posible? Después de todo, los casos que le había tocado resolver eran... drásticos a veces. Aun recordaba el asunto con la esposa de WonSik.

"Ahora que lo dices, HyunAh, algo de eso creo que vi en Twitter. Un hilo también donde decían que el metro era como un agujero de gusano."

"¿Qué?"

"Sí, hyung, eso. Creo que decían que te transportaba a otro mundo. Mucha gente hablaba de sentir que perdía la noción del tiempo en el metro, que llegaba de una estación a otra sin saber cómo pasó cuando ni siquiera había tomado esa ruta o no creer que hubiera sido trasladado con tanta rapidez. Hasta que veían a gente con ropa y porte de otras épocas vagando por ahí como si fueran transportados a otro mundo del pasado con ramificaciones infinitas," BaekHyun se puso al borde de su silla cuando mencionó eso. Era lo que estaba esperando, no se imaginó que de verdad la gente en el gosiwon pudiera darle algo de información, pero se alegraba de hablar con el loco de HyoJong. Tenía los datos más inesperados entre todos. "Llegan a otra estación del metro, otro mundo al que entras y sales sin notarlo."

"¿H-Hablas en serio?"

"Sí, ¿hablas en serio, Hyo? Eso suena... ridículo," HyunAh se burló, lo que cortó su deseo de preguntar, más por la interrupción que porque no quisiera hacerlo. "Creo que es lo más loco y fumado que te escuché decir hasta ahora."

"Lo sé, pero es lo que decían, no fui yo, fueron esas personas que–"

"HyoJong, ¿tienes todavía ese hilo que leíste? Yo, eh..." BaekHyun intervino esta vez, y en su desesperación se dio cuenta de que sonaba un poco raro. Vaya la redundancia, desesperado. Lo estaba, evidentemente, pero la gente no debía verlo de ese modo. "Me dio curiosidad, supongo, suena interesante todo eso, y la verdad... no sé, tal vez podría reírme un poco. Si lo tienes, por favor..."

"¿Te gustan este tipo de cosas, oppa?"

"Eh..." ¿podía mentirles a estos dos? La verdad, ¿qué caso tenía? "Sí, un poco."

"No creí que fueras de ese estilo, oppa. Cool, te me haces más divertido ahora."

"¿Gracias...?"

"Ya no tengo el hilo, hyung, hace mucho lo leí y no lo guardé. No aparece en mi historial seguro porque fue hace muchos años que lo vi, pero... tal vez lo eliminaron. Justo recuerdo que la persona que lo publicó puso al inicio que varias veces ya le habían borrado la publicación como por denuncias."

"Eso está loco."

"Definitivamente. Tal vez sí haya algo raro en el metro, y no sé, el gobierno no quiere que sepamos. ¿Alguna sociedad secreta en Corea? ¿Los ovnis?" HyunAh se rio con HyoJong tras eso, y con sus manitas que empezaron a moverse por aquí y por allá, aun con pollo entre ellas, BaekHyun despegó su mirada de ellos para quedarse pensando en lo dicho.

No les dijo nada más cuando ellos se ensartaron en otra conversación, por más que la hubiera iniciado, se despidió y se fue a su cuarto en unos minutos. Decidió que él podía investigar por su cuenta ahora que estaba al tanto de cómo podía haber información. Tal vez si buscaba en algo donde HyoJong le dijo. Twitter no fue su primer recurso cuando quiso buscar antes a Loey, pero ahora...

El problema fue que no vio mucho. Quizá no estaba buscando con los hashtag adecuados, porque le salían cosas que no estaba buscando o nada. Entre historias obviamente falsas, respuestas poco claras, tweets absurdos de la gente y mitos infantiles, BaekHyun no leyó algo que llamara su atención al menos como con HyoJong lo hizo ni una cosa que se relacionara bien con lo que había visto del tren todas las noches.

Una hora más tarde, ya se había desesperado. Twitter no tenía respuestas, y aun si las tuviera, ¿qué podría esperar? ¿Ponerse en contacto con alguien por mensajería para preguntar por lo que habría escrito posiblemente hacía años sobre eso y esperar que fueran a decirle más cosas por las cuales pudiera saciar su curiosidad sobre ese mundo al que se había adentrado?

La gente bien podría haber borrado esos mismos hilos por su entendimiento de que eso no era real, como JongIn se lo dijo. Era absurdo, tonto incluso. ¿Por qué seguía arraigado a la idea?

BaekHyun no quería dejar cabos sueltos, por más que ya no fuera a regresar al tren en su comprensión de que no debía para no decaer en su persona, todavía lo interesaba el dónde se había metido y qué tipo de cosas en verdad estaban detrás de esa maravilla que él creyó tener en sus manos.

Entonces, antes solo había investigado a Loey al buscar su nombre y no encontró mucho, pero ahora... tenía un poco de más información. Si buscaba, quién sabía, era posible que hallara algo más. Los nombres de Geb y su mafia de opio le vinieron primero a la mente, y los quiso investigar, como si esperara que un artículo en internet le diera un posible capo que en verdad existía y era buscado en uno de esos países con grandes grupos delictivos.

No salió nada. Había historias del tráfico de opio en Corea, pero nada relacionado a lo de ahí con asesinos, víctimas sin ojos u otras cosas. Revisó después a los detectives, a DongHae, a KyungSoo, a la policía HyeJin, y a tantos otros nombres que pudo recordar del tren, pero... aun nada.

"¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿Es que en verdad son personas que nunca han existido?" Bueno, en internet cuando buscabas algún nombre normalmente salían distintas páginas de redes sociales o de menciones, y si el nombre era similar al de algún famoso, algo de eso te iba a salir, pero BaekHyun no miró en ninguno de ellos alguna imagen que lo relacionara a la gente que llegó a conocer dentro del tren. Era seguro que no existían, solo en el tren, sin embargo... ¿cómo era eso posible? "¿En verdad se trata de un mundo inexistente o... un agujero, un mundo paralelo y desconocido que nadie ha podido explicar? Si habla alguien de eso, lo tachan de loco. Yo podría ser uno de ellos."

Ante ese pensamiento, BaekHyun se tentó a abrir un hilo en Twitter contando su experiencia. La verdad, quizá atraía gente de otros lados que pudiera compartir lo suyo y relacionarla bien, no solo disparates y estupideces, por más que seguro también se metían en eso. Sin embargo, saber que JongIn estaba en sus redes lo detuvo, y más allá de eso, nunca sabía cuándo la gente podría estar diciendo la verdad o solo buscando atraer su atención con decir miles de disparates que no habían pasado.

Ese era el problema del internet, no toda su información estaba verificada, menos en las redes. Aun en comunidades anónimas donde pudiera dejar un simple comentario al respecto, no había cómo saber qué respuestas iban a ser fidedignas.

No quedaba más que una sola cosa: tenía que rendirse.

Eso quiso al ver lo tarde que se estaba haciendo y el nuevo horario al que se apegaba ya lo estaba llevando a bostezar. Con su buscador fuera, BaekHyun se metió a su cama y se convenció de que ya no tenía importancia. Debía solo olvidarlo y desestresarse porque no tenía caso. Si no había respuestas, solo se iba a frustrar de seguirle. ¿En serio quería eso en la sanación que estaba llevando en su vida?

El problema fue que, cuando dio una vuelta en su cama al decírselo, otro nombre le vino a la cabeza. Entre algunas cosas que habían pasado en el tren, se recordó de uno que tal vez no había venido de una persona en sí, sino de algo que escuchó entre sus conversaciones.

Algo que se mencionó y quedó sin respuestas. Loey lo dijo y fue...

"¿Cuál era?" BaekHyun se sentó de un brinco en su cama, aun en la oscuridad de su cuarto, frunció el ceño e intentó con todas sus fuerzas recordar eso que estaba perdido entre su mente. "Cha... Chan..." con sus dedos en la pantalla de su celular abierto el navegador, BaekHyun casi estuvo listo para buscar el nombre, al menos antes de que la emoción de recordar lo llevara a lanzar palmas arriba y: "¡ChanYeol!"

En un golpe, sin querer, tiró algo en su cuarto. Una grosería salió de sus labios por eso, y al verlo, se dio cuenta de que había empujado el frasco de flores de su madre. En cadenita, eso se cayó junto con la foto, y aunque nada se rompió, sí terminó pegando con una de sus medallas colgadas en la pared junto a su mesita, lo que hizo que se cayera en la oscilación. Esta tiró el incienso más tarde, y entre tanto, BaekHyun se paró asustado porque ¡no estaba esperando algo como esto!

¿Cómo era que había pasado cosa similar? Todo en su cuarto de la ofrenda de su madre estaba ¡hecho un desastre!

"Oh, no, ¡perdón, mamá! Perdón, perdón, no era mi intención, yo no quise..." BaekHyun comenzó a disculparse por más que nadie fuera a escucharlo. Con premura, dejó su celular y olvidada su búsqueda, hizo lo mejor para recogerlo todo. Su reloj también se había caído, ese sí se había estrellado, aunque no era nada grave. Lo que lo preocupaba era lo de su mamá porque tenía un sentimiento en él, pero al recoger todo en el suelo, algo curioso lo detuvo antes continuar en sus palabras.

Su reloj decía que eran las 12:12. Justamente... a esa hora ya estaría en el tren hoy. Si tan solo siguiera yendo...

No, pero no, ya no lo hacía. No había que pensar en eso. Ya era tarde, ¿qué estaba haciendo aún buscando sobre eso si consideraba lo que dijo JongIn?

Esa tal vez era una señal del destino que le estaba diciendo que debía parar.

BaekHyun asintió, y al terminar de recogerlo todo, borró en su buscador sobre eso. Ofreció una venia de disculpa a su mamá y al desearle buenas noches, prometió que mañana iba a comprarle otras flores para arreglar su espacio.

"Junto a más incienso," se dijo antes de volver a la cama y dormir.

Esperó tener entonces otro gran descanso como en la semana ya estaba haciendo, sin embargo... un sueño lo recibió de una manera extraña.

Estaba en el tren, y quizá no sonaba raro que pudiera soñar al respecto si mucho lo había pensado en él ese día más cerca en la noche, pero fue extraño hallarse ahí luego de tanto.

El tren no se veía distinto a lo que recordaba, era como si de verdad se hubiera subido, porque cualquiera pensaría que en un sueño algo podría cambiar con la imaginación volando. No era su caso. Y mientras se quedó en el pasillo que daba a los vagones privados, BaekHyun se preguntó cómo era que había subido. No se vio en la estación del metro antes, directo había aparecido ahí.

"¿Esto es... real?" Se cuestionó también en voz alta, y al hacerlo, mientras tocaba una de las puertas de madera a su derecha y sentía el encerado, casi lo creyó hasta darse cuenta de algo. "No, yo estaba dormido hace un rato. Entonces, es un sueño. Es un sueño donde... ¿estoy consciente?"

Ya lo había dicho, se sabía que estaba en un sueño; no obstante, él no lo había entendido hasta ese momento. Era raro hasta decirlo, mas, no podía ser el único que tuviera ese tipo de sueños donde uno estaba consciente de que estaba soñando. Por más que no te despertaras, seguir soñando y estar consciente era permitir que tu mente gobernara el sueño a tu antojo. Como cuando tienes una pesadilla y ya no te está gustando, entonces una parte de tu mente se despierta y te dice que debes cambiar el sueño para bajar tu alteración que aloca tu cuerpo dormido...

Algo de eso era este momento. No estaba en una pesadilla–aún–, pero sabía que era un sueño y podía... manejarse a su antojo.

Casi quiso sonreír por eso, como si ya empezara a maquinar lo que podría hacer en el tren ahora que estaba soñando cuando de repente... de un vagón más adelante apareció Loey. Eso lo asustó, no lo había planeado, y si lo hizo en alguna parte de su mente, no lo supo. Sin embargo, en definitiva, él no estaba esperando que Loey fuera ahora a hablarle.

"¿BaekHyun?" Menos que lo mirara de ese modo, con sorpresa, casi con la más grande de las impresiones. En su boca abierta, amplios ojos y hasta ligeros atisbos de estupefacción en los músculos agarrotados bajo su traje beige, eso fue lo que halló, hasta que se le acercó y todo su cuerpo tembló, porque la verdad ya no sabía qué estaba pidiendo que ocurriera a su antojo. "Oh, por Dios, realmente estás aquí, por fin, tú... ¡me alegro tanto de verte! Ya necesitaba que volvieras."

"¿En serio? ¿Me... necesitabas?" BaekHyun preguntó dubitativo. Tuvo que admitir que algo en él tembló de una forma inesperada, algo muy al sur, y con la cercanía de Loey a él, la verdad tragó un poquito duro y le costó mantener esa sonrisa que el otro detective le estaba dando.

¿Era aquí cuando todas sus fantasías en el tren podrían volverse reales? Después de todo, era un sueño, y quizá si BaekHyun quería, tan consciente como estaba, podría solo hacer que... una que otra terminara realizándose.

"¡Sí! Te he estado esperando por noches. Eres mi compañero en el crimen, ¿lo olvidaste? ¿Por qué no habías estado viniendo?"

"Oh, pues yo..."

"Te extrañé, BaekHyun," sus palabras más profundas le dieron un pinchazo en el pecho a BaekHyun. Más como que lo sintió a modo de culpa. Quizá porque pensó que, si en verdad estuviera pasando, eso significaría que BaekHyun había hecho sufrir a Loey por ausentarse sin darle más razones, solo al desaparecer y no regresar nunca más con ellos.

Era algo injusto si se ponía bien a pensarlo, era... era como ghostear a alguien. No estaba bien, no podías irte solo así de la vida de alguien, hacerlo demostraba poca responsabilidad emocional y...

Pero ¿qué estaba diciendo? Eso no estaba bien. ¿Por qué tendría que importarle la reacción o sentimientos de un hombre que quizá ni siquiera era real? El tren no existía en su mundo. Loey tampoco. Y ese era solo un sueño, entonces, no tenía nada qué hacer ahí ni preocuparse de ninguna forma.

"Tengo que cambiar esto," eso se dijo en voz alta aun mientras miraba a Loey, y aunque vio en él un ceño fruncido, lo ignoró al girarse. Con pasos rápidos, BaekHyun caminó por el pasillo y se dio el pensamiento de cómo mover eso a su antojo. "Esto es solo un sueño. Yo puedo cambiarlo. Loey puede desaparecer. Va a hacerlo."

"¿BaekHyun? ¿Qué estás...? ¿De qué estás hablando? ¿Por qué dices todo eso?" El problema fue que escuchó aún detrás de él la voz de Loey, y con el ceño fruncido, se detuvo para verlo a solo unos pasos en los que lo había seguido, aunque le daba un poco de su espacio. A un metro quizá, Loey seguía parado, con la misma interrogante que él por preguntar cómo era posible todo eso. "¿Estás...?"

"Tienes que desaparecer, por favor. Sal de mi cabeza."

"BaekHyun, ¿qué me estás diciendo? ¿Por qué me pides eso? Yo no... no estoy..." sacudió el rostro, y en su negación, fue otro paso atrás, mismo que Loey avanzó al decirle: "No voy a desaparecer, ¿muy bien? Estoy aquí, contigo, y no sé por qué me dices eso, pero lo que sea que te esté pasando, podemos hablarlo, ¿sí?"

"No. No. Esto no es real, esto no es real, esto de verdad no está pasando, ¡yo lo estoy soñando!"

"¿Soñando?" Loey repitió, y al verlo con un brazo estirado como si quisiera acercarse, se detuvo en su acción al parecer pensar al respecto. "Espera, entonces, estás dormido."

Esa no fue una cuestión, y por más extraño que sonara, BaekHyun quiso contestarle; en realidad, no supo cómo. ¿Acaso este no era un sueño consciente? Pero él... no había ido al tren en serio... ¿no?

"BaekHyun, escucha, quiero que te calmes, ¿muy bien? Necesito que me escuches. Esto no es un sueño," negó, aunque fuera sin palabras, BaekHyun lo negó. No entendía mucho, y no estaba funcionando el decirle que debía calmarse. Cómo esperaba que lo hiciera si parecía haberse teletransportado de su cama al tren, mientras estaba malditamente dormido, pero a la vez... ¡¿no lo estaba?! "Y sé que debes volver en ti, pero, por favor, necesito que cuando lo hagas, regreses al tren. No me dejes, yo te necesito aquí."

"¿De qué estás hablando?"

"Por favor, BaekHyun, tienes que ayudarme en mi trabajo. Tengo un nuevo caso, e-es muy importante, y no he podido resolverlo, porque tú... Solo ven, ¿quieres?"

"No. No voy a volver, Loey, no importa lo que digas. No puedo hacerlo, este mundo es..." no pudo decirlo. Furioso por seguir sin entender y estresado por no ser capaz de realizar algo por sí mismo, ya ni supo cómo reaccionar, solo se frustró. "Tengo que salir de aquí ahora."

"No puedes hacerlo a menos de que te despiertes."

"Entonces, sí estoy soñando."

"No, esto es diferente."

"Pero lo dijiste, debo despertar. ¿Acaso es...? ¿Es como cuando me mandas de nuevo a la estación? ¿Tengo que hacer eso?"

"BaekHyun..."

"¡Despierta, despierta, despierta!" BaekHyun se exigió con los ojos cerrados de inmediato y ambas manos en su cabeza.

"BaekHyun, espera," sintió cómo Loey se adelantó a él, y con una mano en su brazo, lo llamó aun cuando él siguiera diciendo lo mismo de antes. "BaekHyun. BaekHyun, tienes que volver. Vuelve a mí, por favor. ¡BaekHyun!"

Otro ruido lo distrajo de su retahíla de palabras. Entre lo que dijo Loey y lo suyo, el azote de la puerta en algún vagón se escuchó, y aunque BaekHyun no quisiera, no evitó dar un bote y abrir los ojos ante el susto para ver cómo frente a él aparecía otra persona.

Del otro lado del pasillo, mientras acababa de llegar desde el vagón enfrente, en un vestido de época, corto, entallado aun a su cuerpo un poco robusto y de color azul con botones plateados al medio que brillaron tal como ese cabello negro dividido en dos con un moño bajo que escondían un par de líneas grises estaba una mujer. Eso no fue lo que más lo llamó de lo que estaba viendo frente a él, sino reconocer el rostro de mejillas resaltadas con ojos pequeños y rasgados hacia abajo o la nariz respingada con un lunar sobre el labio. Porque él se había aprendido bien esos gestos desde hace tanto sabiendo que los vio desde nacer y los podía encontrar en la foto que se hallaba hoy junto a su cama.

No se veía como la última vez, en realidad su rostro, aun con las arrugas a los laterales, resaltaban mayor viveza en sus gestos, y en ellos, casi le llenó sus ojos de grandes sentimientos, porque se veía tan hermosa como gustaba recordarle fuera de lo que hubo en una cama de hospital.

"¿Mamá?" No faltó que lo dijera, y cuando lo hizo, aun sobre una voz débil con los labios entreabiertos y las lágrimas al borde, no importó la mano de Loey en su brazo o todo lo de antes. Solo lo hizo ver a esa mujer que había nombrado en lo que lo veía llena de asombro por... ¿era ese reconocimiento el que encontraba en sus ojos cafés?

"BaekHyun, tienes que despertar," saber que conociera su nombre de alguna forma le dio su respuesta. En verdad era su mamá, sin embargo...

No le pudo preguntar nada más después de eso, de inmediato, como si fuera alguna orden, BaekHyun despertó. En su cama, tal como en la noche, entre sus sábanas y con la misma pijama que usaba siempre, se vio a eso de las cinco de la mañana despertando en un sobresalto que lo hizo mirar a su alrededor como si esperara que ante él apareciera algo.

No lo hizo. Su madre no estaba ahí, tampoco Loey, ni nada del tren que le hiciera entender qué demonios había pasado o cómo...

Sacudió el rostro, y al repasarlo con una mano, se negó a pensar otro segundo. Era inútil, no tenía caso, porque las respuestas no iban a aparecer. No era como si supiera si en verdad estuvo en el tren, o cómo–si eso fue–, porque nadie llegaría a explicarle esa situación, y lo peor... era que si en algo se quería resguardar era en saber que todo eso solo había sido un sueño.

Entre un suspiro, le llegó la frustración justo como dijo. Sí, un sueño. Sonaba patético, porque lo que vio parecía todo menos eso, pero ¿qué otra cosa podía ser?

No había ido a la estación, no se subió al tren por sí mismo, no se bajó tampoco como siempre lo hizo, ni siquiera pudo a voluntad, y el que apareciera su madre en medio de eso debía indicarle ante toda norma que lo era, ¿no? Porque su madre había fallecido hace años, él no podía verla nunca más que en sueños.

Con una lagrimita que cayó de su ojo izquierdo, la limpió muy rápido y se quedó mirando al techo. Todavía no había luz que viniera natural del exterior, no podía ver mucho, y la verdad, por más que hubiera perdido un poco del cansancio para dormir como antes, se dijo que debía hacerlo. No solo por abarcar las horas que aún le quedaban de su noche, sino porque, tonto, una parte de él pensó que si lo hacía tal vez podía volver a soñar con su madre o con el tren para recibir respuestas.

Claro que no, las cosas no funcionaban de ese modo. Obviamente no soñó con Loey o con el tren después de aquello. En realidad, le costó volverse a dormir porque preguntas bombardearon su mente por más que las hubiera intentado acallar con decirse que nada de eso era cierto.

El problema era que había muchas cosas que confirmaban lo contrario. No podía decir el mundo del tren no existe con la misma facilidad que JongIn (como tanto se lo repitió) porque él lo había visto: la tarjeta dorada que aún guardaba de Loey, lo del dinero, hasta los rayones y golpes que encontró más tarde de esas situaciones ocurridas allá adentro y hasta compartir la experiencia con otra persona de su mundo le decía qué tan real era ese. Ahí era donde la incógnita de antes regresaba con mayor intensidad y le martillaba la cabeza.

¿Qué carajos era el maldito tren?

El tren no era un sueño. Eso que vio tal vez lo fue, pero el tren...

Cuando pudo dormir quizá una hora o poco más tarde, lo único que recordó al despertar fue la voz de Loey que le pidió que regresara.

BaekHyun se sintió tan harto. Con eso mismo, el sábado que le siguió se la pasó molesto.

No quiso pensar mucho en eso, pero no fue fácil evitarlo. Casi todas sus cuestiones estaban sin respuestas, de estas salían otras inquietudes, y en la cadenita, los misterios solo ya no congeniaban como antes.

¿Eso era real? ¿Algo de lo que había vivido en verdad lo fue? ¿Qué significaba lo que había dejado en el tren? ¿Qué era ese mundo a comparación del suyo? Y su mamá...

Que apareciera su mamá en medio de ese escenario lo dejó mucho más intrigado. ¿Acaso era alguna especie de broma de su mente o el destino? Debía serlo, al menos producto de su imaginación, porque esa no podía ser su mamá, no la verdadera.

Aunque fuera mucha coincidencia que se cayera el cuadro y su ofrenda para ella en la misma noche que llegó a soñarla, BaekHyun se negaba a creerlo. Eso se dijo cuando salió a hacer las compras de lo que iba a reponerle, pero se maldijo porque se dio cuenta de cómo volvía a pensarlo cuando quiso ya no hacerlo.

Tenía que seguir en lo suyo. El asunto fue que el pasar del día se volvió lento en su ignorar lo que vio y... ¿soñó? Más pensamientos se acumularon en tantos recovecos de su mente, y en medio de la frustración por buscar callarlos, BaekHyun se dijo que no era posible.

¿Qué si realmente el tren lo transportaba a otro mundo paralelo? Algún lugar donde, quién sabe, el tiempo pasa diferente al de ellos. Uno donde el mundo es ese tren y hay más trenes en otros países que los tienen. Se cruzan por azares del destino con el suyo, y es así cómo está ahí para ellos.

Es un mundo donde la gente que ha perdido sigue viviendo porque las cosas son diferentes a cómo ocurrieron en el suyo. Un mundo donde su mamá... existe.

"Donde sigue viva y no hay deudas que pagar, trabajo aburrido y horrible en el que estoy ni un lugar pequeño y desastroso en donde vivir..." se dijo luego de dejar su ofrenda como nueva en el cuarto, y al ver la foto de esa bella mujer que le sonreía en el mismo gesto que él había sacado, se cubrió la boca. No quería creerlo, porque de nuevo sabía que estaba cayendo ante esa tentación. Sobre la droga que lo llamaba como un recurso de felicidad, sin embargo...

Con el incienso encendido en su mano, no pudo más que sentir esa ansiedad de tanto desear algo bello en su vida como hacía mucho lo llegó a ver con él. Las cosas eran diferentes si pensaba en su mamá dentro de ese mundo.

El dinero, Loey, los misterios o el trabajo no importaban en verdad si ponía en comparación volver a ver como lo hizo a su madre...

Al dejar su palito frente a la foto, de algo estuvo seguro: si había oportunidad de verla a ella, a esa hermosa mujer que tanto amaba, de nuevo en su vida allá, donde estaba Loey, eso haría. BaekHyun iba a regresar al tren por ella.

Sin pensarlo mucho más, ante lo tarde que era, tomó su chaqueta de ese cuero falso, y de su vieja mochila sacó lo necesario: macana, taser, llaves. Luego, salió del gosiwon. No se despidió de nadie, se dirigió a la estación más cercana, y aunque sabía que le dijo a JongIn cómo no iba a volver a ir ahí, lo ignoró.

Él no tenía por qué enterarse.

BaekHyun debía entender, al menos saber si era posible todo lo que creyó de ese mundo.

Llegó apenas a unos minutos de que el tren se fuera a las 12:12, y al subir, no lo pensó por mucho tiempo. Necesitaba que fuera directo.

"¡Loey!" Gritó por el detective ante lo mismo. Obviamente no estuvo ahí, el pasillo principal siempre se veía vacío. Sin embargo, él no se detuvo. Continuó llamando, y lo buscó en los vagones para averiguar lo que lo estaba carcomiendo. "¡Loey!"

Si algo notó en todo eso fue que el tren se vio distinto a la última vez. Incluso a diferencia de su sueño, sentía un extraño ambiente diverso a lo de antes. No había nadie por ninguno de esos pasillos. Incluso en el otro vagón siguiente al primero. Ni en la zona que tenía asientos abiertos para ocupación del público en general, donde vio miles de parejas, grupos y personas distribuidas a cada lado. Hoy no se hallaba nadie.

Y el lugar que estaba en reconstrucción, donde Loey tenía su vagón antes, ya había sido abierto.

BaekHyun no se preguntó qué podría traerle eso, él solo lo abrió y entró aún llamando a Loey.

"¡Loey! Loey," sin éxito de que apareciera, se comenzó a decir que tal vez podría aventurarse en el ascensor para ver si estuviera en alguno de los otros ¿pisos?, hasta que...

"¿BaekHyun?" La voz de Loey hizo que se volteara a mitad del pasillo. Había salido de uno de los vagones que vio cerrados, con las cortinas echadas para hacerle suponer nadie lo estaría ocupando. Aparentemente estaba equivocado: Loey estaba ahí, y la verdad...

BaekHyun se sorprendió de encontrarlo de ese modo. Más como que se asustó, porque el Loey que había visto en su sueño y este de aquella noche eran completamente diferentes. Lo decía en aspecto físico. Con su cabello despeinado, unas ojeras que marcaban su piel en tono oscuro alrededor de sus ojos, y con labios resecos se notaba tan desgastado. Le dejaba preguntarse qué le había ocurrido. Sin contar su vestimenta que, para ser siempre tan prolija, no sonaba a algo normal que esta vez no trajera el saco de su traje, solo había un chaleco con unos botones fuera, y entre eso, su cuello se veía mal, en sus muñecas no se había abrochado y la corbata era inexistente.

Ese Loey era demasiado diferente al usual, pero a la vez... era él, y BaekHyun lo supo porque lo vio en sus ojos, aunque se vieran inyectados.

"Loey," BaekHyun lo llamó otra vez, por más que no se acercó. En su lugar, Loey lo hizo. Fue por él a grandes zancadas, y aunque sí lo sorprendió, no lo detuvo ni se hizo para atrás cuando conmocionado comenzó a decirle:

"Oh, por Dios, BaekHyun, creí que nunca ibas a regresar. Me tenías tan preocupado. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué ya no volviste hace tantas noches? Pensé en muchas cosas desde entonces, como que te hubiera pasado algo, que te hubiera perdido, y yo sin poder comunicarme, sin hablarte o verte, estuve tan atemorizado de saber..." sacudió la cabeza, y aun al repasarlo, tan cerca de él para notar mucho peor su inestabilidad en cada uno de sus gestos, BaekHyun no lo paró en lo que dijo, porque estaba sacando todo y a la vez a BaekHyun le había dado un impulso de querer escucharle en aquello. "No puedo, no pude. Fue una tortura cada segundo, minuto y hora de mi tiempo el no tenerte aquí, BaekHyun, yo–"

"Loey," e igual lo interrumpió. Aunque quisiera resolver tantas cuestiones con lo que escuchaba, y tuviera otras más que martillaron como nunca su cabeza por las que justo había venido ahí, solo lo olvidó. Más como que las ignoró, ya que estaba viendo este distractor frente a sus ojos. Claro que seguía igual de aturdido que antes; no sabía qué decir, ahora menos cómo responder, sin embargo, la angustia y el dolor en los ojos de Loey, dejó a BaekHyun sorprendido.

¿En verdad tanto había extrañado Loey que estuviera ahí? Pero... si lo vio en su sueño, ¿no se supondría que no tendría mucho de encontrarse otra vez? Tal vez eso confirmaba que lo que soñó anoche no era cierto.

Qué importaba. Lo que debía recordarse era que ese sueño podría no ser verdad, pero esto lo era. Esta desesperación en Loey, en su tono y hasta cierta tristeza lo eran, lo que significaba que Loey no solo lo extrañó, él lo añoró, se preocupó, temió y estaba angustiado. Esa era otra escala de sentimientos que lo hicieron notar lo mal que actuó al solo dejarlo.

Sin explicaciones, despedidas ni palabras que dijeran lo que estaba haciendo y sus razones, BaekHyun supo que igual lo hizo por una buena decisión, pero ahora sonaba tan mal al ver a este hermoso hombre roto, de cara triste que quería repasar con sus dedos al acariciarle.

BaekHyun se arrepintió tanto, y por más que quiso expresárselo, decirle el por qué lo hizo no sonó tan bien como contestar:

"Estoy aquí. Tranquilo, estoy aquí de nuevo, contigo, Loey."

Loey lloró en ese instante. Fue tan repentino a la vez que casi natural, porque estaba al borde. Se vio extraño que acabara él por sonreír ante ese gesto, no obstante, Loey se veía ridículo. Era tan tierno y tan doloroso apreciarlo que solo lo deseaba abrazar.

En su lugar, Loey asintió, como si esperara decirle que lo entendía, y claro que lo hizo, pero eso no quitó que aún tuviera esas intenciones. El problema fue que antes de que él pensara actuar, Loey lo atrajo para besarlo.

No fue un beso simple en la frente o en la mejilla como bien podría sonar si fuera algo inocente. Lo hizo directo en sus labios. Los suyos pegaron de lleno, y aun en lo rasposo de los contrarios, BaekHyun se sorprendió tanto que quiso alejarse. No pudo, porque su propio cuerpo superó a su mente y se aferró a Loey como él lo hizo al revés.

Lo besó de nuevo al poco rato, y al llevarse en el gesto, saboreó esa boca como tanto había deseado hasta en sus sueños. A pesar de la inquietud y el asombro, BaekHyun quiso esto. Había querido esto desde hace mucho tiempo. Así que cedió, e hizo todo para llevar el beso a un punto más profundo. Por más que ese interior supiera un poco a menta y tabaco–sabor nada bonito, no quieran romantizarlo, la verdad era una muy mala combinación–, lo besó tan duro y con tanto anhelo que no supo si perdió el gusto para olvidarse de él.

Segundos pasaron como años, y aunque se separaron, esa sensación latió fresca en sus labios. En algún punto del movimiento estaba seguro del cómo había cerrado los ojos, y aunque fuera algo involuntario, ahora no quería abrirlos. Temía saber que si lo hacía, descubriera cómo Loey no estaría ahí, como si hubiera sido algún otro sueño, una imaginación que traería sus temores desaparecidos a la luz con el perder a los seres que más podrían haberle provocado algo en su interior.

El temor se fue cuando sintió un toque suave en su mejilla, y al abrir los ojos ahí lo vio aún: con sus labios rojos, todavía un poco quebrados, pero no los miró por mucho para no embriagarse y caer de nuevo ante ellos cuando quiso enfocarse en sus ojos que lo estaban mirando con una increíble devoción.

No se imaginó que, si regresaba ahí, fuera a encontrarse algo como eso. Sabía que un interés existía por Loey, y fuera solo una atracción o no, por su genialidad, por su diversión, inteligencia y evidente atractivo que le había señalado desde el primer día que lo vio (entre otros buenos atributos físicos que seguro ya debían conocerle), BaekHyun jamás se esperó que fuera a escalar tan pronto a eso. Era impresionante. Sobre todo si él pensaba en que la última vez que lo vio todavía se consideraban compañeros.

Bueno, Loey lo dijo, eran más que compañeros, lo que quizá significaba que sus sentimientos no eran los únicos que se habían desarrollado durante todo ese tiempo que compartieron.

Eso no quitó que quisiera preguntarle aun sobre sus labios:

"¿Qué significa esto?" Entre un parpadeo, Loey suspiró.

"Significa que me gustas, y me gustas tanto, BaekHyun, que no pude seguir ocultándolo. Si llegabas a desaparecer de nuevo como lo hiciste esta semana, no quería pensar que no te lo hubiera dicho antes, sin expresarlo de este modo, al besarte..."

"Loey..."

"¿Te gusto, BaekHyun? Respondiste a mi beso," se relamió los labios, y aun al verlo, tuvo dificultad de contestar. "Dime con honestidad, para saber si ha estado bien que te besara... o que te bese de nuevo."

"Sí, quiero que me beses una y otra vez como lo hiciste, por favor, Loey," no dudó en decirlo cuando supo lo que venía de esa respuesta. Con el bombeo veloz en su pecho que lo traía como loco, BaekHyun solo lo miró un segundo antes de bajar a esos labios que atrajo con uno solo de sus toques. "Tampoco quiero irme sin hacerlo."

"No tienes que irte si eso es lo que quieres," contrario a lo que estaba esperando, BaekHyun recibió un abrazo de Loey ante esas palabras. Sus labios incluso aspiraron aire en la búsqueda de otra boca que nunca llegó, sin embargo, en medio del cambio sintió la callosidad rozar su piel desde su mejilla hasta su oreja, en donde se quedó sin aliento. "BaekHyun, ¿me permitirías mostrarte todo lo que te extrañé?"

"Muéstrame," asintió con un suspiro, antes de sentir la mano que se escurrió de sus brazos a sus dedos. Se atraparon entre ellos, y al jalarse, BaekHyun lo siguió sin preguntar al vagón de donde salió.

Ahí, BaekHyun respiró hondo. Había quedado de frente a Loey cuando él se volteó tras cerrar su puerta, y al verlo quitarse el chaleco que quedaba en tan mala posición, torpemente se dejó caer al silloncito que tenía detrás. Fue casi en automático, sus piernas le fallaron o algo, porque no hizo más cuando vio cómo Loey se le acercó para besarlo otra vez.

En medio de su beso, inclinado hacia él con una pierna sobre el cojín en el que casi se acostaba, BaekHyun sintió su rodilla rozar con su entrepierna, y la verdad no evitó soltar un ligero gemido entre sus labios que provocó una misma vibración en el pecho de Loey. De inmediato, sus manos actuaron por instinto, y ante la disminución de su fuerza, tuvo que sostenerse con algo. Fue ahí donde tomó a Loey por el cuello, pero su otra mano fue mucho más abajo.

Quiso irse dentro, debajo de su camisa, y ante los botones que no le permitían el contacto directo de esa piel con piel, comenzó a desabrocharlos. Loey lo ayudó al quitarse la camisa cuando ya no le alcanzó para pasarla fuera de sus largos brazos, y en ese preciso instante que se separaron, el brillo en los ojos de Loey lo llevó a quitarse su propia chaqueta. Quería quitarse la playera que traía debajo tan pronto sintió la urgencia de buscar otras caricias sobre él, sin embargo, se detuvo cuando pudo ver aun en la poca luz de esa noche el cuerpo que tenía consigo.

Era hermoso. Ya sabía que Loey lo era, hasta lo había podido sentir, entre sus abrazos y ligeros toques por aquí y por allá, estaba seguro de que vería músculos suaves y bien definidos en ese cuerpo. No obstante, imaginarlo y verlo eran dos cosas diferentes.

No reaccionó por otro rato justo porque si había algo en lo que podía pensar al verlo era en cómo quería sus labios sobre esos oscuros pezones. Si pudiera tocar o lamer...

"BaekHyun," lo hubiera hecho, pero Loey lo detuvo en sus fantasías cuando lo llamó, y sobre una sonrisa que pareció leer todo lo que estaba pensando–en lo que se cohibió, porque ese calor que sentía en las mejillas no era solo cosa del momento; vaya niño mojigato, tenía tanto sin hacerlo–, acarició su rostro antes de relamer sus labios. "Yo..."

No necesitó decirle nada para suponer por qué estaba hablando con cierto titubeo en sus ojos. BaekHyun asintió, y en un mudo entendimiento, lo jaló mucho más a él para besarlo de sus mejillas a sus labios y su cuello. En esos simples gestos, guio sus manos solo un poco abajo para darle el acceso que estaba pidiendo.

Sintió los dedos anchos de Loey lidiar un poco con su botón en la mezclilla, y aunque se rio por un segundo, volvió a besarlo cuando consiguió quitarlo. Entonces, lo ayudó a deshacerse de eso que ya lo estaba incomodando al desechar el pantalón fuera de los cojines incluida su camisa en un rápido movimiento. Loey lo siguió, en el intervalo de verlo deshacerse de sus prendas superiores, Loey se desbrochó la última prenda que los estaba separando, y bajó con todo y calzones lo que le quedaba para dejarle admirar por un buen par de segundos esa extensión que lo emocionó el doble en el reencuentro.

El juego de los besos terminó cuando Loey pudo acomodarse bien entre sus piernas estiradas, y sacó con una mano ese falo que tenía excitado desde hace rato. Sobre una caricia, BaekHyun casi se cayó al borde, literal y figuradamente. De verdad había pasado tanto tiempo desde que había estado con alguien. Como niño de corrida precoz, pudo haberse liberado en ese preciso instante que solo lo tocó, pero se contuvo porque más deseó hacerlo cuando pudiera recordar lo que era estar en pleno acto sexual.

Probablemente Loey habría deseado correrse junto a él en lo que estaba intentando masturbar sus penes juntos; no obstante, BaekHyun lo detuvo. Con una negación de su cabeza, permitió unas caricias, mas, le indicó que procediera al verdadero punto.

Loey asintió, y en su acuerdo, le pidió que se moviera a la mejor posición que ese reducido espacio podría darles. BaekHyun no se preocupó, había tenido sexo en lugares peores–no tenían que preguntarle.

Sobre sus rodillas, le dio la espalda, y aunque poco le gustó dejar de verlo, cuando sintió esas manos repasar su piel desde sus anchos hombros hasta su cintura y su espina dorsal, BaekHyun no quitó que fue igualmente placentero el asunto.

"Eres tan hermoso, BaekHyun," el susurro le llegó muy cerca de su oído, y supo que Loey estuvo ahí, pegado a él, porque sintió sus labios besar su hombro en donde él casi volteó para decirle lo mismo.

"Tú también– Mmmmmh," pero se cortó, porque lo siguiente que le vino fue un dolor innombrable. Reconoció lo que eso fue. El dedo que Loey estaba insertando en su ano era más de lo que hubiera esperado, y sabía que eran grandes, los había visto, solo no se imaginó recibirlo tan pronto. "Loey..."

"Lo siento. Intenté chuparlos, pero es todo lo que pude hacer. No tengo lubricante," sacudió la cabeza. No importaba, aunque el sudor cayera por sus sienes ante este esfuerzo, se manejó porque era todo lo que podía hacer. Él deseaba esto. No iba a irse para atrás, solo tenía que soportarlo, el placer vendría después. "BaekHyun, si te duele demasiado..."

"No, por favor, solo..." respiró hondo, y tras tres inhalaciones, asintió. "Sigue."

Fue difícil decir que toleró un segundo dedo en su ano sin completo lubricante. Si quisiera admitir, quizá podría haberse desgarrado, pero, ya fuera la magia del tren o el cuidado que tuvo Loey al tratarlo, por suerte no hubo sangre. BaekHyun lo llevó como un campeón, y al sentir que Loey había alcanzado ese punto que lo hizo mirar estrellas, se olvidó del dolor. Se quiso hacer más hacia atrás para recibir justo en ese punto hasta que Loey supuso que eso le indicaba estar listo.

Fue un alivio, la verdad si hubiera seguido de ese modo, probablemente se hubiera corrido (otra vez). Loey tampoco debía estar resistiendo mucho, por más que quiso empezar de una forma lenta ante su precaución por no hacerle daño–sobre el cambio de grosor–, cuando vino la relajación, no hubo paso que lo calmara.

Su vagón se volvió un coro de gemidos mutuos. BaekHyun pedía por Loey, Loey clamaba por BaekHyun, y entre gritos, tantas exclamaciones, grandes respiros y un par de caricias que pasaron a estrujar su piel en zonas que tenía olvidadas y que lo excitaron solo un poco más para venirse sin tocar durante mucho su propio pene, ambos explotaron en tiempos desiguales.

Loey lo hizo primero en realidad. Con un gemido bajo, casi gutural que trajo tantas vibraciones en BaekHyun para alzar la voz y gritar su último suspiro.

Todo eso fue solo unos minutos. Un par de minutos, simples, rápidos y desorganizados, pero trajeron tanto placer que, tan pronto se recostó con su mejilla en el cojín de lleno, ya no se preocupó por lo que estaba ignorando. No hablaba solo de lo que vino hacer ahí realmente, sino por tantas cosas que hubiera atendido en otras circunstancias. El limpiarse, el cuidar que tuvieran protección, el quedar en una posición más cómoda para descansar tras el escenario post-orgasmo.

Nada de eso importó ahí con Loey. Solo se dejó llevar, y al sentir cómo Loey mismo salía de él para acomodarlo de lado, y abrazarse a su cuerpo en plan cucharita que le podría desagradar por los fluidos que estaban en ellos (entre la piel pegajosa por todo este sudor que había quedado desde antes), siguió pensando de esa forma, porque hasta sonrió al sentirlo.

Loey le besó de nuevo un hombro, y sobre el gesto, su sonrisa floreció con tanto gusto para querer mirarle.

Entonces, se miraron solo por algunos segundos. No hubo nada qué decir, fue como si ya lo supieran, lo que sea que fuera eso, lo sabían, y BaekHyun se sintió tan bien en ese momento.

"Loey."

"No, por favor, dime..." Loey interrumpió, a pesar de que él no tuviera mucho por decir, al acariciarle su brazo desnudo, solo se tardó en eso pocos segundos previos a decirle: "Llámame por mi nombre."

"¿Cuál...?"

"ChanYeol. Llámame ChanYeol, por favor, tan solo ahora," eso no se lo esperaba, y aunque el nombre ciertamente resonó en su cabeza con una luz, a BaekHyun poco pudo preocuparle cuando recordó lo que significaba el que le dijera Loey.

Era su nombre que ocultaba una identidad. Era para protegerse, ¿de qué?, no podía decirlo con certeza, pero entendía que si se lo estaba dando ahora, al decirle con todas sus letras que eso era lo que significaba esa palabra clave de antes, significaba que confiaba en él.

Sonrió ante la realización, y con todas esas bellas emociones burbujeando en su pecho, BaekHyun asintió al besar su mano que había quedado cerca de su hombro.

"ChanYeol."

Con un puro entre sus dedos, Geb dejó que el aire de su ventana abierta se llevara el humo y le diera en la cara.

Sentado en su vagón, con solo una lámpara prendida en su mesita de centro, admiró la bella noche que tenían. Sin ninguna estrella o astro que se proyectara, él sonrió. Era tal como veía siempre las cosas: negras, oscuras, opacas. Una increíble forma de pensar si recordaba lo que había hecho hacía unas noches con ese asunto que quedaba en su detective favorito.

La serenidad de su momento y el fumar otro poco de su puro fue solo interrumpido por un toque a su puerta. No fue que lo desagradara, pero con un suspiro lleno de hastío, apenas despegó su mirada de la derecha para ubicar la sombra detrás del cristal templado que le hizo suponer de quién se trataba.

"Adelante," la mujer de traje negro, apenas reconocible por su cabello rubio alzado apareció tras su orden. Una de sus subordinados, a Geb no le podía importar quién era, solo sabía que era de esas por su vestimenta. No cualquier mujer ahí llevaba un traje como el suyo, y la verdad, no podía ignorar el color, era código de vestimenta. Con esa venia que le otorgó, se lo dijo, estaba a su mando, y sin preocuparse por mirarla bien, Geb fue directo ante su visita. "¿Qué quieres?"

"Señor, me dijeron que debía informarle esto," en la exhalación de su próxima calada, Geb la escuchó con una mano sobre su bastón con punta de esmeralda: su piedra especial, la que debía hacerle entender a muchos cómo de cuidado debían tenerle. "El detective ha vuelto."

"Lo sé, tengo ojos en todas partes, ¿lo olvidas?" El titubeo en la mujer fue notorio por eso, y él sonrió. No era que llamara tonta o inepta a esta persona ni a sus subordinados. Habían hecho muy bien su trabajo hasta el momento, le informaban de todo cuando era evidente cómo él tenía su propio método de conocer sobre eso antes. Sin embargo, todavía guardaba sus barreras; después de todo, era el jefe, y debía demostrar su superioridad ahí si quería mantener ese respeto por ellos. O como gustaban llamarle otros: miedo. "Estoy al tanto."

"¿Cómo debemos proceder a esto?" Suspiró. Le hubiera gustado que la mujer le preguntara cómo era que lo sabía sin que ellos le informaran antes, pero estaba bien si no quería saberlo. De todas maneras, no tenía caso. Sabía que el respeto estaba ahí, porque la mujer temía sobrepasarse en su confianza para cuestionar algo tan directo.

Eso era bueno, significaba que su estrategia estaba funcionando.

"Esperaba que cayera un poco más, pero creo que ya ha tenido suficiente. Con este chico de regreso, Park estará como antes. Y nosotros debemos imitarlos," fue ahí cuando miró de nuevo a la mujer, y en su ligero temblor que percibió al enfocarla un poco más en sus actos, sonrió auténtico, más por ver ese rostro bajo que le trajo el puro hasta sus labios. "Seguimos con el plan de antes. Loey va a caer en la ruina, aunque lo haga por su propia mano."

La mujer asintió una vez, y al colocar un folder que extendió en su dirección sobre la mesa, Geb la despachó antes de abrirlo por su cuenta. En él no hubo nada más que algo que le hizo reír, porque las fotos que encontró y pudo sentir entre sus dedos lo divirtieron tanto al encontrarse ese dulce beso que Loey estaba compartiendo junto a BaekHyun en medio del pasillo, hasta desnudos en un vagón donde no había privacidad para nadie.

Todo iba tan bien. Geb estaba listo para su venganza.















Martin-ssi creyendo que este capítulo iba a ser más corto porque aquí no íbamos a tratar en sí un misterio cuando se enteró de que ya había pasado las 10k de palabras 💀

Bueno, estoy feliz con estos resultados. Retomando la historia donde la dejamos–luego del pequeño break que se dieron con el Q&A (espero lo hayan disfrutado, porque no van a reírse en un buen tiempo de aquí en adelante 😀)–, me ha emocionado mucho saber que llegáramos por fin a esta parte~

Es aquí donde muchas cosas comenzaran a revelarse, y no solo hablo por próximos casos que todavía podremos tratar, sino por las cuestiones que se han estado haciendo durante tanto tiempo. ¡Así es! Aquí viene lo intenso, así que será mejor que se preparen 👀

(Como recompensa, les di hasta una escena de sexo, para que no se quejen. De menos pudieron disfrutar un poco más antes de... bueno, ya deberán imaginarse con lo que dice el título esta vez).

🚂 ¿Qué les pareció, cariños? ¿Este capítulo les ha dado nuevas teorías o algunas pistas sobre nuestros misterios más grandes en la historia?

🚂 ¿Creen que ya pueden pronto entender lo que viene detrás del tren, sus personajes dentro y lo que nuestros principales (héroes y antagonistas) han de estar buscando?

🚂 ¿Qué opinan sobre la actuación de BaekHyun por aquí? Con todo el asunto desde el inicio al recomponerse, y luego... bueno, regresar a los inicios, ¿piensan que hizo bien?

🚂 ¿Y qué hay de Loey? ¿Algo que decir sobre este misterioso detective que nos dejó en ascuas con todo lo (poco) que dijo esta vez?

Sin más que decirles hasta aquí para no lanzar spoilers, agradezco mucho que leyeran este capítulo, y espero de verdad que les guste tanto como lo que viene. Cuando les digo que se preparen, hablo en serio, el drama y angst se viene, así que... estén al pendiente. ¡Hasta entonces! 💙

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